Melissa Stokes, diario de una vida.
Publicado: Vie Ene 11, 2008 11:16 am
“Una pesadilla diaria, un miedo eterno.”
Aun lo recuerdo perfectamente, aun me ataca en algunas noches, a veces como una pesadilla distante, en otras ocasiones, como si resurgiesen esos terribles acontecimientos, era el pan de cada día, éramos culpables de algo, no sabíamos de que…
Gritos…otra vez a llegado borracho…otra vez lo pagara con nosotros…madre, ¿donde estas?. Ambos corremos, sabemos lo que nos espera cuando nos encuentre…
Este hueco es demasiado pequeño hermano…aun recuerdo el temblor y mi débil voz al decir esas palabras, aun recuero su sonrisa, intentando aliviar mi atormentado corazón…entonces no lo entendí muy bien…ahora lo veo con claridad…realmente, no era demasiado pequeño aquel hueco…¿verdad hermano?, tan solo pretendías apartarme a mi de la tempestad venidera…sacrificarte tu para evitar que mi cuerpo sufriera…
Y eso mismo sucedió…a mi no me vio…pero a ti si, no te ocultaste, querías que se desahogase contigo…que para cuando me viese ya no le quedasen fuerzas para castigarme a mi, tanto daño sufrías para evitármelo a mi, y aun así, me amabas, sabias que podrías ahorrarte mucho dolor físico, podrías haberte ocultado tu, pero en cambio, tu eras quien le plantaba cara.
Y aun así, yo, una y otra vez, siempre actuaba igual, un grito, un pequeño grito, una voz débil, quebrada, sollozando, una voz rota, déjale!, déjale!...un intento de separarle de ti…un golpe, dos golpes, tres…en el suelo perdía la cuenta, tan solo se que duraban demasiado tiempo esos momentos, tan solo se, que mucho nos debía de odiar para hacernos esto…tan solo se que, siempre te preguntaba lo mismo…¿Por qué?, ¿Qué hemos hecho?, ¿no nos quiere padre?.
Después llegaba la calma…el silencio, tan solo se escuchaba un llanto, un pequeño llanto en medio de un silencio extraño…un pequeño cuerpo magullado y lleno de moratones, gimiendo y llorando en un rincón oscuro, dolorido, con un único consuelo, tu estabas ahí…igual de dolorido, pero no lo decías, me abrazabas protectoramente, me susurrabas al oído cosas que en esos momentos, a duras penas escuchaba, el dolor me ensordecía, pero sentirte a mi lado, envolviéndome con tus brazos, dándome calor, era una sensación rejuvenecedora. Sin ti a mi lado, abría terminado hundiéndome, no abría resistido al día a día de aquella vida, eras la única razón de vivir, eres mi salvador, mi escudo protector, un calido y suave lecho sobre el que tenderme para reposar, una brisa reconfortante que sanaba mis heridas…ese eras tu, me siento feliz por volver a estar a tu lado, Corven, después de tantos años…y ahora el no esta aquí para dañarnos, padre roble me sonríe, padre roble nos sonríe.
Aun lo recuerdo perfectamente, aun me ataca en algunas noches, a veces como una pesadilla distante, en otras ocasiones, como si resurgiesen esos terribles acontecimientos, era el pan de cada día, éramos culpables de algo, no sabíamos de que…
Gritos…otra vez a llegado borracho…otra vez lo pagara con nosotros…madre, ¿donde estas?. Ambos corremos, sabemos lo que nos espera cuando nos encuentre…
Este hueco es demasiado pequeño hermano…aun recuerdo el temblor y mi débil voz al decir esas palabras, aun recuero su sonrisa, intentando aliviar mi atormentado corazón…entonces no lo entendí muy bien…ahora lo veo con claridad…realmente, no era demasiado pequeño aquel hueco…¿verdad hermano?, tan solo pretendías apartarme a mi de la tempestad venidera…sacrificarte tu para evitar que mi cuerpo sufriera…
Y eso mismo sucedió…a mi no me vio…pero a ti si, no te ocultaste, querías que se desahogase contigo…que para cuando me viese ya no le quedasen fuerzas para castigarme a mi, tanto daño sufrías para evitármelo a mi, y aun así, me amabas, sabias que podrías ahorrarte mucho dolor físico, podrías haberte ocultado tu, pero en cambio, tu eras quien le plantaba cara.
Y aun así, yo, una y otra vez, siempre actuaba igual, un grito, un pequeño grito, una voz débil, quebrada, sollozando, una voz rota, déjale!, déjale!...un intento de separarle de ti…un golpe, dos golpes, tres…en el suelo perdía la cuenta, tan solo se que duraban demasiado tiempo esos momentos, tan solo se, que mucho nos debía de odiar para hacernos esto…tan solo se que, siempre te preguntaba lo mismo…¿Por qué?, ¿Qué hemos hecho?, ¿no nos quiere padre?.
Después llegaba la calma…el silencio, tan solo se escuchaba un llanto, un pequeño llanto en medio de un silencio extraño…un pequeño cuerpo magullado y lleno de moratones, gimiendo y llorando en un rincón oscuro, dolorido, con un único consuelo, tu estabas ahí…igual de dolorido, pero no lo decías, me abrazabas protectoramente, me susurrabas al oído cosas que en esos momentos, a duras penas escuchaba, el dolor me ensordecía, pero sentirte a mi lado, envolviéndome con tus brazos, dándome calor, era una sensación rejuvenecedora. Sin ti a mi lado, abría terminado hundiéndome, no abría resistido al día a día de aquella vida, eras la única razón de vivir, eres mi salvador, mi escudo protector, un calido y suave lecho sobre el que tenderme para reposar, una brisa reconfortante que sanaba mis heridas…ese eras tu, me siento feliz por volver a estar a tu lado, Corven, después de tantos años…y ahora el no esta aquí para dañarnos, padre roble me sonríe, padre roble nos sonríe.