Piedras perdidas y encontradas

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Piedras perdidas y encontradas

Mensaje por Annatar »

Empezaba a caer la noche en Nevesmortas, noche fría, nevosa, que invitaba a calentarse en un fuego, y sin embargo estábamos todos en la fuente de Nevesmortas. El elfo Bael se había encontrado con Aeris y la asediaba a preguntas, que la elfa solar parecía intentar esquivar, ante la atención de todos los que allí nos encontrábamos. Al poco, Aeris, algo alterada y nerviosa, fue a la posada a descansar, y nos quedamos en un silencio incómodo o manteniendo conversaciones intrascendentes... parecía que algo tenía que ocurrir, pero no sabíamos que.
De repente, apareció un viajero malherido, al que parecía escapársele la vida a cada segundo por entre las numerosas heridas. Entre Rick y yo conseguimos cortar las hemorragias, y cuando iba a pasarle un paño húmedo por la cara, al descubrirle el rostro nos llevamos una ingrata sorpresa. Era un drow. Nos quedamos perplejos ante su osadía, pero alcanzamos a escuchar de sus labios agrietados y crispados por el dolor que llamaba a Aeris. Un guardia de Nevesmortas se acercó a interesarse y casi se percató de que el moribundo era un drow, pero gracias a los reflejos de kati, que lanzó un hechizo de piel pétrea, conseguimos convencerle de que era un simple elfo.
Lo escoltamos a casa de Alan, para saber el motivo que le impulsaba a buscar con tanto ahínco a Aeris, pero no quiso revelar nada, por más que intentamos sonsacarle. Al final, Rick fue en busca de Aeris a la posada, y cuando llegaron, se produjo el encuentro de 2 viejos amigos, feliz y triste a la vez, pues el drow, que se llama Jalvan, era portador de malas noticias. Al parecer, Aeris es una noble de Siempreunidos, los cuales poseen unas gemas encantadas. La suya fue robada y se cometieron horrendos crímenes, que la inculpaban por ello. Así que se vio obligada a dejar su hogar, ayudada por Jalvan, que confiaba en su inocencia. Pasado el tiempo, el drow encontró pistas que le condujeron hasta la gema, y la recuperó. Sin embargo, su acción no pasó desapercibida, y los enemigos de Aeris y de los elfos de Siempreunidos, los drows de la casa Baenre, no aceptaron la derrota, y pusieron en movimiento sus tentáculos para recuperar el botín. Nosotros revivimos a Jalvan al poco de haber sufrido una emboscada y haber perdido la gema a manos de los drows.
Todo esto lo contaron entre Jalvan y Aeris, rellenando los huecos de la historia que cada uno desconocía, y aclarándonos al resto el motivo de su extraña relación. Hubo bastantes interrupciones, como 1 elfa histérica, amiga de Bael, que parecía odiar con toda su alma la piel oscura de Jalvan, sin querer ver más allá de sus prejuicios. Por este motivo perdimos la inestimable ayuda del elfo silencioso, que parece estar muy unido a la elfa de verdes ropajes. Al rato llegó Iruss Oira. No parecía mucho mejor predispuesta que la otra elfa, aunque al menos escuchó la historia, pero sus miradas de odio hacia Jalvan eran una declaración de intenciones. Al final, y no sin tensiones entre Iruss y yo, nos pusimos en camino hacia la Infraoscuridad, rogando que no fuera demasiado tarde y que alcanzáramos a los drows que llevaban la piedra. En este punto Alan tuvo que dejarnos, pues unos asuntos urgentes reclamaban su atención.
Al llegar al Pozo, comenzamos a bajar, encontrándolo excesivamente silencioso, con una atmósfera opresiva y que no presagiaba nada bueno. Nuestros temores se confirmaron al caer en una emboscada de drows, pero al parecer nos habían subestimado, y no fueron rivales para nosotros. Al poco encontramos otra patrulla, que corrió la misma suerte. Continuábamos, creyendo que no sería tan complicado recuperar la gema, cuando en la oscuridad de las cuevas nos pareció vislumbrar un ser enorme. Era una especie de araña, pero de tamaño descomunal. Jalvan, antes de lanzarse como un loco contra eso, explicó algo de demonios y magia drow, y no tuvimos más remedio que enviar al demonio a su plano de existencia. Nos felicitamos cuando lo conseguimos, incluso parecía demasiado fácil...
Continuamos el descenso, esta vez sin contratiempos, hasta llegar a 1 sala inmensa, en la que parecía estar esperándonos un ejército entero de drows. Luchamos valientemente, pero poco a poco fuimos cayendo bajo el filo de las armas de nuestros enemigos, que se ayudaban de más demonios y otros seres poderosos, como el elemental de fuego, inmenso, que me envió con mis compañeros al reino de la Parca. La única que consiguió sobrevivir a tamaña carnicería fue Aeris, y por suerte nos pudo revivir a todos cuando terminó de despejar de enemigos la zona. Esto nos hizo ser más cautos en nuestro descenso.
Sin embargo, parece ser que se lo habían jugado todo a una carta, pues cuando esperábamos hallar gran resistencia conforme nos adentrábamos en las entrañas de la tierra, solo salió a intimidarnos una drow. Como cualquier villano que se precie, intentó intimidarnos con sus planes de maldad. Mientras lo hacia, me aparté ligeramente del grupo y me hice invisible, para cubrir su posible fuga. Cuando se cansó de aburrirnos, intentó huir, pero un golpe certero a su espalda lo evitó, y entre Jalvan y yo la acuchillamos sin piedad. Cuando Iruss a registró no llevaba nada encima, por lo que pensamos que tendríamos que seguir descendiendo y buscando, pero por suerte Kati había recogido la gema del suelo cuando se le cayó, antes de que se perdiera en cualquier grieta y se la entregó a Aeris. Después de meditarlo, y de que Iruss pusiera algunas pegas, le cedió la gema a Jalvan, para que volviera a Siempreunidos a explicar todo lo sucedido y a buscar el perdón para la elfa solar. El resto regresamos a Nevesmortas a través de un portal que abrió Aeris y nos fuimos a descansar de tantas aventuras...

Nota del escriba: Algunos hechos han sido modificados ligeramente para no comprometer la seguridad de Siempreunidos.

//Gracias a los DM por currároslo :wink:.
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