La opertura del paso de Argluna.
Publicado: Lun Mar 10, 2008 9:07 pm
Bueno, ya que los gnomos abrieron el paso, me pareció bien postarlo aqui como sucedió.//
Quince gnomos avanzaban caminando por el paso de Argluna, llevaban barriles llenos de pólvora a sus espaldas e dinamita en sus mochilas. Hacia ya mucho tiempo que el paso estaba cerrado y como nadie hacia nada por abrirlo, los gnomos decidieron ir para reberntarlo con pólvora lantana. Era una forma de agnarse aliados, la dama Alustriel de Argluna sin duda nos estaría muy agradecida. Por fin llegaron al lugar donda había tenido lugar la avalancha, algunos gnomos rieron entre dientes y dicieron frases como ''bah, tirado, bastará solo un cargamenteo'' ''Si solo son cuatro pedruscos'' ''Hasta un trasgo podría hacerlo'' , aún así, los gnomos comentaban esas cosas porque sabían que su pólvora lo rebentaría pero en realidad, pensaban que había muchas toneladas de piedras.
-¡Colocad los barriles entre las rocas! ¡Frey, tu sube por ahí con Ruy y Krad y hecha los abrriles por arriba- gritó Merem, había venido a abrir el paso y lideraba la opración. Era una cosa muy rara que Merem quisiera venir y los colonos se preguntaban porque iba. Merem lo tenía muy claro, lo prometido era deuda (esto será una sorpresa en la historia de Merem
) y Merem contestaba a esas preguntas con frases tipo ''Daré buen impresión al pueblo'' o simplemente cambiaba de tema.
Merem sacó su mkaletín y lo abrió apuntando ahcia abajo, se desplegó su silla de madera con los respaldos de tela y contempló las toneladas de piedras que tenía delante de si.
-Bombilló-le gritó a un gnomo calvo, que era un miliciano del baluarte de Sutcahrd. -Montad unas cuantas chapuzas volantes y haced que lancen pólvora desde arriba.
-De acuerdo Maremoto- Contestó Bombillón, llamando así a Merem por haber abierto la presa, hacía ya meses cuando habían sufrido una ataque de bandidos. Merem esbozó media sonrisa mientras recordaba aquel día.
Media hora despúes todos los gnomos estaban delante de las piedras. Estaban cansados pero ahora solo tenían que rebentar eso y quitar las piedras mas grandes que quedasen.
-¡Es la hora de rebentar eso! ¡Poder gnomo!-gritó Merem mientras hechaba varias mechas en los barriles de pólvora y se refugiaba detrás del craneo de un gigante que los de la elgión Argénte habían batido dos semanas atras.- Vamos, poned las mechas y volemos esto!
Los gnomos se apresuraron de colocar las mechas y luego buscar un refugio para protegerse de la tremenda explosión que se realizaría momentos después.
-¡A mi señal enceded las mechas!- dijo Merem mientras sacaba una varita de feugos artificiales y apuntaba a una chapuza volante que sobrevolaba las piedras peligrosamente. Un rayo de fuego azul salió disparado de la varitsa y se estrelló contra la chapuza volante y la destrozó. Fué la señal perfecta para que los demás gnomos encendieran sus mechas con sus farolillos.
Las chispas avanzaban deprisa por la mecha y de repente...la chispa se metió por un agujero de un barril. El baril explotó e hizo estallarr a los barriles que estaban a su alrededor formando unas explosiones en efecto dominó. Los gnomos se cubrieron con sus escudos, unos escudos enormes de tres metros de alto que fueron diseñados para trabajos similares a este, y se taparon los oidos. Las explosiones no cesaban y el humo era insoportable. De repente, todo acabó tan rápido como había comenzado.
Una enorme piedra cayó a escasos metros de Bombillón y se hizo añicos y Merem pensó que mas de uno habría resultado herido. Esperaron unos minutos a que el humo se fuera y cuando se fué, la imagen que vieron fué la que esperaban: el paso estaba abierto, pero había muchas rocas por los suelos, algunas garndes como una persona.
-¡Genial amigos, genial!-gritó mientras se incorporaba y corría hacia las piedras. -¡Lo hemos conseguido! ¡Viva la pólvora gnoma!
Así el paso quedó abierto de nuevo, permitiendo los comercios con las ciudades y el paso de aventureros. Al final solo dos gnomos resulataron ehridos, y sus heridas eran superficiales. Los gnomos recogieron sus trastos y se dirigieron a Auvan para descansar, mañana por la mañana regresarían a Sutchard, entre aplausos de la gente.
Merem solo tenía una cosa en mente: había saldado su deuda y ahora sonreía, sabiendo que lo que acababan de hacer había sido una egsta que los bardos cantarían y narrarían durante años.
//lo de la deuda de Merem ya vereis en la historia, ahora os quedais con la intriga

Quince gnomos avanzaban caminando por el paso de Argluna, llevaban barriles llenos de pólvora a sus espaldas e dinamita en sus mochilas. Hacia ya mucho tiempo que el paso estaba cerrado y como nadie hacia nada por abrirlo, los gnomos decidieron ir para reberntarlo con pólvora lantana. Era una forma de agnarse aliados, la dama Alustriel de Argluna sin duda nos estaría muy agradecida. Por fin llegaron al lugar donda había tenido lugar la avalancha, algunos gnomos rieron entre dientes y dicieron frases como ''bah, tirado, bastará solo un cargamenteo'' ''Si solo son cuatro pedruscos'' ''Hasta un trasgo podría hacerlo'' , aún así, los gnomos comentaban esas cosas porque sabían que su pólvora lo rebentaría pero en realidad, pensaban que había muchas toneladas de piedras.
-¡Colocad los barriles entre las rocas! ¡Frey, tu sube por ahí con Ruy y Krad y hecha los abrriles por arriba- gritó Merem, había venido a abrir el paso y lideraba la opración. Era una cosa muy rara que Merem quisiera venir y los colonos se preguntaban porque iba. Merem lo tenía muy claro, lo prometido era deuda (esto será una sorpresa en la historia de Merem

Merem sacó su mkaletín y lo abrió apuntando ahcia abajo, se desplegó su silla de madera con los respaldos de tela y contempló las toneladas de piedras que tenía delante de si.
-Bombilló-le gritó a un gnomo calvo, que era un miliciano del baluarte de Sutcahrd. -Montad unas cuantas chapuzas volantes y haced que lancen pólvora desde arriba.
-De acuerdo Maremoto- Contestó Bombillón, llamando así a Merem por haber abierto la presa, hacía ya meses cuando habían sufrido una ataque de bandidos. Merem esbozó media sonrisa mientras recordaba aquel día.
Media hora despúes todos los gnomos estaban delante de las piedras. Estaban cansados pero ahora solo tenían que rebentar eso y quitar las piedras mas grandes que quedasen.
-¡Es la hora de rebentar eso! ¡Poder gnomo!-gritó Merem mientras hechaba varias mechas en los barriles de pólvora y se refugiaba detrás del craneo de un gigante que los de la elgión Argénte habían batido dos semanas atras.- Vamos, poned las mechas y volemos esto!
Los gnomos se apresuraron de colocar las mechas y luego buscar un refugio para protegerse de la tremenda explosión que se realizaría momentos después.
-¡A mi señal enceded las mechas!- dijo Merem mientras sacaba una varita de feugos artificiales y apuntaba a una chapuza volante que sobrevolaba las piedras peligrosamente. Un rayo de fuego azul salió disparado de la varitsa y se estrelló contra la chapuza volante y la destrozó. Fué la señal perfecta para que los demás gnomos encendieran sus mechas con sus farolillos.
Las chispas avanzaban deprisa por la mecha y de repente...la chispa se metió por un agujero de un barril. El baril explotó e hizo estallarr a los barriles que estaban a su alrededor formando unas explosiones en efecto dominó. Los gnomos se cubrieron con sus escudos, unos escudos enormes de tres metros de alto que fueron diseñados para trabajos similares a este, y se taparon los oidos. Las explosiones no cesaban y el humo era insoportable. De repente, todo acabó tan rápido como había comenzado.
Una enorme piedra cayó a escasos metros de Bombillón y se hizo añicos y Merem pensó que mas de uno habría resultado herido. Esperaron unos minutos a que el humo se fuera y cuando se fué, la imagen que vieron fué la que esperaban: el paso estaba abierto, pero había muchas rocas por los suelos, algunas garndes como una persona.
-¡Genial amigos, genial!-gritó mientras se incorporaba y corría hacia las piedras. -¡Lo hemos conseguido! ¡Viva la pólvora gnoma!
Así el paso quedó abierto de nuevo, permitiendo los comercios con las ciudades y el paso de aventureros. Al final solo dos gnomos resulataron ehridos, y sus heridas eran superficiales. Los gnomos recogieron sus trastos y se dirigieron a Auvan para descansar, mañana por la mañana regresarían a Sutchard, entre aplausos de la gente.
Merem solo tenía una cosa en mente: había saldado su deuda y ahora sonreía, sabiendo que lo que acababan de hacer había sido una egsta que los bardos cantarían y narrarían durante años.
//lo de la deuda de Merem ya vereis en la historia, ahora os quedais con la intriga


