Katiusa
Publicado: Mié Mar 19, 2008 1:34 am
Nombre: Katiusa
Raza: Humana
Edad: 43 años (Tiene en realidad 29 años)
Procedencia: Amn
Clase: Maga Nigromante
Oficio: Investigadora Arcana
Alineamiento: Legal Maligna
Descripción Física
Lejos de gozar del aspecto que poseía hará varios años en su juventud, Katiusa aparenta más edad de la que realmente posee. Se debe esto a una enermedad degenerativa que acorta su esperanza de vida, trazada desde su nacimiento. Los años pasan más rápido, y con más severidad por su cuerpo. Ha conseguido mágicamente conservar impolutos sus rasgos para ocultar este inquietante problema.
Normalmente, Katiusa se asemeja a una mujer que ha entrado en la treinena, de largos cabellos que se precipitan tras su nuca como una negra cascada, unos ojos grandes y grises y rasgos faciales pequeños. Estos hacen que su rostro parezca al de una niña a la que le resulta perturbador el hecho de crecer. Su complexión es bastante delgada, sin un gramo de grasa, casi huesuda se podría decir, de dedos largos y finos, como los de una pianista.
Sin protecciones mágicas se asemeja a alguien más anciana, con una voz profunda y poco reconocible.
Suele vestir prendas largas, que le cubran todo el cuerpo, pero que no le queden demasiado holgadas. Si bien desea disimular su perturbadora delgadez a menudo. Caería enferma con demasiada facilidad de no ser los tratamientos continuos a los que se somete durante sus investigaciones mágicas, signos de desesperación por un destino casi inevitable.
Mueve siempre los labios antes de hablar y acostumbra a usar los dedos a modo de batuta en una conversación. No denota gran expresividad, costándole realizar gestos tan simples como sonreír, enfado, entre otros. Su semblante muestra una imperturabilidad habitual, algo incómoda para el observador, compensándolo con su elocuencia personal.
Personalidad
Disciplina. Estudio. Prueba. Error. Otra vez. Estas son las palabras que definen la mente de Katiusa. Es una persona metódica que sigue el método científico como un credo, teorizando y entablando problemáticas, proponiendo teorías y posibles soluciones, hasta aventurarse con la expermientación. Serena, la vida para ella es una constante planificación. No tiene escrúpulos - o como quieren llamar los idealistas dicho eufemismo de imparcialidad moral, según su punto de vista- y es, como calificativo a nombrar, una persona de palabra. Sin embargo, le aborrece sobremanera atarse a algo que le disguste o comprometa sus actividades, librándose de ello con la presteza que le sea posible.
Su mente está perturbada por una innatural indiferencia ante la moralidad. No es que sea maligna, directamente (o al menos suele afirmar)en el sentido de la palabra, sino que los sentimientos le parecen distantes. Aquellos que consigue tener, son meras compulsiones, ecos del pasado. En ocasiones tiene momentos de altruismo, mas suelen llegar por momentos repentinos de culpa o de tristeza por acontecimientos revividos en su psique.
Por ello goza de una extrema serenidad alcanzada apenas por aquellos que gozan de una paz interior semejante a los sacerdotes clericales. Además, es una persona de gran fuerza de personalidad, demostrandoselo dia após dia, combatiendo sus propios demonios interiores. También goza de una aguda inteligencia que le permite separar los hechos de lo necesario a sopesar.
Habilidades
Como suele decir, no tiene habilidades. Si no, no sería una arcana. Su única pasión en vida, si es que así es capaz de llamar a su existencia, es la entrega total a los estudios denominados como prohibidos por muchos, pero los verdaderos para ella. Es una habilidosa maga, sabia y sagaz apesar de su aún corto conocimiento con respecto a los sutiles poderes de la Urdimbre. Es especialista e Nigromancia y demuestra gran soltura en su comprensión, y a medida que más domina, más rápido avanza.
Destaca en su soberbio conocimiento de la anatomia humana, de su funcionamiento, composición, pesares y propiedades, aprendido todo gracias al uso de otros cuerpos que han pasado por sus manos. Es por ello, una aceptable médica, conocedora de múltiples enfermedades y su posible curación.
Quitando esto, es capaz de grandes muestras de concentración, entrenadas por la disciplina del estudio arcano. También es adepta de las artes, las letras y la filosofia, concretamente, los debates de moralidad que tan alienígenos le resultan. Para alguien que se relaciona más con muertos que con personas, le resultaria fácil ponerse en su posición.
En otro ejemplo menos perturbador, gusta de dedicarse a encantar gemas y a fabricar pociones, tan necesarias en su estudio mágico.
Historia
La historia de Katiusa es corta, pues ella misma la menciona en pocas ocasiones. Nació en la ciudad de Athkatla, hija de un conocido mercader que comerciaba con el oro de otras regiones. Creció formada por tutores, médicos que guiaban su vida casi al completo, y por un capricho de la vida se empeño en estudiar magia, una práctica aunque mal vista, legal entre los nobles amnianos. Era una chica enfermiza y delicada, la cual solía tener recaidas cuando se deprimía (situación habitual debido al poco interés de sus padres por atenderla), por lo que la joven acabó estudiando como una más de los alumnos de la Archanum Schola.
Tras graduarse, fue abordada por los conocidos y al mismo tiempo perturbadores Magos Encapuchados, que vieron en ella una mente brillante digna de ser explotada. Le hicieron varias pruebas, comprobando su receptividad y la aceptaron. Sus padres no debían de hacer preguntas, de hecho, ella dejó de existir ante los ojos de todos. Había muerto oficialmente. Katiusa entonces entró en un submundo, lejos de ojos de los arrogantes señores mercaderes que veían en ella poco más que un saco de huesos tan delicado como la porcelana, pero inútil como la ceniza.
El conocimiento mágico estaba en sus bibliotecas, pues los Magos Encapuchados acostumbraban a guardar todo para ellos. Incluso el llamado prohibido, que según sus lecciones, podía ser una herramienta más con la suficiente disciplina para domarlo. Así lo vio Katiusa. Se especializó en Nigromancia y comenzó sus experimentaciones, obsesionada en un principio por curar su enfermedad, descubriendo las propiedades de la energía negativa, cómo esta afectaba a los cuerpos no-muertos y los animaba. Pero deseaba de encontrar algo más, el estado donde la vida casi terminaba sin llegar a la corrupción de la muerte que nunca llega.
Años después decidió retirarse al servicio de los Encapuchados, gesto que significaba abandonar Amn, sin preguntas y sin posbilidad de volver. Aceptó, vagando por la Costa de la Espada en busca de más conocimiento para sus estudios. Se detuvo en la Marca, llamándole la atención el confronto de facciones, pero sin dedicarle mayor interés que al resto de políticas locales.
Al fin y al cabo, un laboratorio, es un laboratorio.
Objetivos
Katiusa aspira a lo más alto: desea liberarse de su cuerpo mortal, que pronto cederá y alzarse como una omnipotente deidad. Pero sabe que esto quizás sea un deseo, una obsesión para ella, que es más probable de acelerar su muerte o hundirla por siempre en la locura más tormentosa. Por ello estudia los conocimientos prohibidos, haciendo acopio de cualquier tomo que llegue a sus manos para adquirir más comprensión del misterio de la vida y la muerte. Sabe que su enfermedad degenerativa es incurable, por lo que el tiempo, noche tras noche, se agota.
Cuando viva por siempre, tendrá tiempo de llenarse de otros conocimientos.
Raza: Humana
Edad: 43 años (Tiene en realidad 29 años)
Procedencia: Amn
Clase: Maga Nigromante
Oficio: Investigadora Arcana
Alineamiento: Legal Maligna
Descripción Física
Lejos de gozar del aspecto que poseía hará varios años en su juventud, Katiusa aparenta más edad de la que realmente posee. Se debe esto a una enermedad degenerativa que acorta su esperanza de vida, trazada desde su nacimiento. Los años pasan más rápido, y con más severidad por su cuerpo. Ha conseguido mágicamente conservar impolutos sus rasgos para ocultar este inquietante problema.
Normalmente, Katiusa se asemeja a una mujer que ha entrado en la treinena, de largos cabellos que se precipitan tras su nuca como una negra cascada, unos ojos grandes y grises y rasgos faciales pequeños. Estos hacen que su rostro parezca al de una niña a la que le resulta perturbador el hecho de crecer. Su complexión es bastante delgada, sin un gramo de grasa, casi huesuda se podría decir, de dedos largos y finos, como los de una pianista.
Sin protecciones mágicas se asemeja a alguien más anciana, con una voz profunda y poco reconocible.
Suele vestir prendas largas, que le cubran todo el cuerpo, pero que no le queden demasiado holgadas. Si bien desea disimular su perturbadora delgadez a menudo. Caería enferma con demasiada facilidad de no ser los tratamientos continuos a los que se somete durante sus investigaciones mágicas, signos de desesperación por un destino casi inevitable.
Mueve siempre los labios antes de hablar y acostumbra a usar los dedos a modo de batuta en una conversación. No denota gran expresividad, costándole realizar gestos tan simples como sonreír, enfado, entre otros. Su semblante muestra una imperturabilidad habitual, algo incómoda para el observador, compensándolo con su elocuencia personal.
Personalidad
Disciplina. Estudio. Prueba. Error. Otra vez. Estas son las palabras que definen la mente de Katiusa. Es una persona metódica que sigue el método científico como un credo, teorizando y entablando problemáticas, proponiendo teorías y posibles soluciones, hasta aventurarse con la expermientación. Serena, la vida para ella es una constante planificación. No tiene escrúpulos - o como quieren llamar los idealistas dicho eufemismo de imparcialidad moral, según su punto de vista- y es, como calificativo a nombrar, una persona de palabra. Sin embargo, le aborrece sobremanera atarse a algo que le disguste o comprometa sus actividades, librándose de ello con la presteza que le sea posible.
Su mente está perturbada por una innatural indiferencia ante la moralidad. No es que sea maligna, directamente (o al menos suele afirmar)en el sentido de la palabra, sino que los sentimientos le parecen distantes. Aquellos que consigue tener, son meras compulsiones, ecos del pasado. En ocasiones tiene momentos de altruismo, mas suelen llegar por momentos repentinos de culpa o de tristeza por acontecimientos revividos en su psique.
Por ello goza de una extrema serenidad alcanzada apenas por aquellos que gozan de una paz interior semejante a los sacerdotes clericales. Además, es una persona de gran fuerza de personalidad, demostrandoselo dia após dia, combatiendo sus propios demonios interiores. También goza de una aguda inteligencia que le permite separar los hechos de lo necesario a sopesar.
Habilidades
Como suele decir, no tiene habilidades. Si no, no sería una arcana. Su única pasión en vida, si es que así es capaz de llamar a su existencia, es la entrega total a los estudios denominados como prohibidos por muchos, pero los verdaderos para ella. Es una habilidosa maga, sabia y sagaz apesar de su aún corto conocimiento con respecto a los sutiles poderes de la Urdimbre. Es especialista e Nigromancia y demuestra gran soltura en su comprensión, y a medida que más domina, más rápido avanza.
Destaca en su soberbio conocimiento de la anatomia humana, de su funcionamiento, composición, pesares y propiedades, aprendido todo gracias al uso de otros cuerpos que han pasado por sus manos. Es por ello, una aceptable médica, conocedora de múltiples enfermedades y su posible curación.
Quitando esto, es capaz de grandes muestras de concentración, entrenadas por la disciplina del estudio arcano. También es adepta de las artes, las letras y la filosofia, concretamente, los debates de moralidad que tan alienígenos le resultan. Para alguien que se relaciona más con muertos que con personas, le resultaria fácil ponerse en su posición.
En otro ejemplo menos perturbador, gusta de dedicarse a encantar gemas y a fabricar pociones, tan necesarias en su estudio mágico.
Historia
La historia de Katiusa es corta, pues ella misma la menciona en pocas ocasiones. Nació en la ciudad de Athkatla, hija de un conocido mercader que comerciaba con el oro de otras regiones. Creció formada por tutores, médicos que guiaban su vida casi al completo, y por un capricho de la vida se empeño en estudiar magia, una práctica aunque mal vista, legal entre los nobles amnianos. Era una chica enfermiza y delicada, la cual solía tener recaidas cuando se deprimía (situación habitual debido al poco interés de sus padres por atenderla), por lo que la joven acabó estudiando como una más de los alumnos de la Archanum Schola.
Tras graduarse, fue abordada por los conocidos y al mismo tiempo perturbadores Magos Encapuchados, que vieron en ella una mente brillante digna de ser explotada. Le hicieron varias pruebas, comprobando su receptividad y la aceptaron. Sus padres no debían de hacer preguntas, de hecho, ella dejó de existir ante los ojos de todos. Había muerto oficialmente. Katiusa entonces entró en un submundo, lejos de ojos de los arrogantes señores mercaderes que veían en ella poco más que un saco de huesos tan delicado como la porcelana, pero inútil como la ceniza.
El conocimiento mágico estaba en sus bibliotecas, pues los Magos Encapuchados acostumbraban a guardar todo para ellos. Incluso el llamado prohibido, que según sus lecciones, podía ser una herramienta más con la suficiente disciplina para domarlo. Así lo vio Katiusa. Se especializó en Nigromancia y comenzó sus experimentaciones, obsesionada en un principio por curar su enfermedad, descubriendo las propiedades de la energía negativa, cómo esta afectaba a los cuerpos no-muertos y los animaba. Pero deseaba de encontrar algo más, el estado donde la vida casi terminaba sin llegar a la corrupción de la muerte que nunca llega.
Años después decidió retirarse al servicio de los Encapuchados, gesto que significaba abandonar Amn, sin preguntas y sin posbilidad de volver. Aceptó, vagando por la Costa de la Espada en busca de más conocimiento para sus estudios. Se detuvo en la Marca, llamándole la atención el confronto de facciones, pero sin dedicarle mayor interés que al resto de políticas locales.
Al fin y al cabo, un laboratorio, es un laboratorio.
Objetivos
Katiusa aspira a lo más alto: desea liberarse de su cuerpo mortal, que pronto cederá y alzarse como una omnipotente deidad. Pero sabe que esto quizás sea un deseo, una obsesión para ella, que es más probable de acelerar su muerte o hundirla por siempre en la locura más tormentosa. Por ello estudia los conocimientos prohibidos, haciendo acopio de cualquier tomo que llegue a sus manos para adquirir más comprensión del misterio de la vida y la muerte. Sabe que su enfermedad degenerativa es incurable, por lo que el tiempo, noche tras noche, se agota.
Cuando viva por siempre, tendrá tiempo de llenarse de otros conocimientos.
