Evresskra
Publicado: Dom Jun 29, 2008 4:10 pm
Nombre: Evresskra. (Evra)
Cuenta: tiverde
Raza: drow (hembra)
Edad: 40 años
Deidad: Lloth
Clase: Exploradora (batidora)/ asesina/ guardia negro (lo pongo actualizado, pero tranquilizaos q os explico cada cosa)
Historia:
El rojo escarlata manaba rapidamente de entre los dedos de la drow. Con un gesto rapido, vivaz, se apartó del cadaver. Su pelo blanco refulgente brillaba levemente con las luces mágicas de la gran metropoli, que, como una colmena de perversa maldad, edificios con insignias de poder se erigian ostentando la gloria del favor de la Todopoderosa Valsharess Reina Araña. Ella las cubria con su oscuro manto; ella, habia regresado.
Con los dedos extendidos en el duro y frio suelo, acuclillada como una araña defendiendo su territorio, su respiracion apenas era un imperceptible susurro, que ponía la musica a un certero pero aciago destino: Habia otro en aquella habitación.
Observaba, pero no veia. Quizás ya la hubieran envenenado, antes de interrumpir su ligera meditacion y arrancar a aquel velg´arn su segundo de gloria. Un drow...nunca duerme con dos ojos cerrados. Su cuerpo, estático, tenso como el arco de una saeta, esperaba la última puñalada, mientras su corazón latía desbocado y su mente se afanaba frenética en encontrar una posible via de escape. Sabía que tarde o temprano, aquello ocurriría. Su matrona se había arriesgado excesivamente y había atacado sin tener suficientes respaldos, y hoy, su Que´llar, ella...caerian.
Ni por un instante le dolio que sus hermanos y hermanas muriesen. Ella había sido la 5º hija, obligada a servir como vel´garn por oscuros designios que aun no habían sido reveleados. Pese a contar con el favor de la Reina Araña, habia decidido que en su telar ella fuera una sombra, que no alcanzase la gloria para ella misma, sino para sus superiores, hembras que gozarían de pleno derecho. Y Evra, lo aceptaba.
Bastaron unas decimas de segundo para sentir los hábiles dedos de su enemigo en puntos neurálgicos específicos. Corazón y cerebro, las dos muertes en una. Unos ojos de un verde animalesco le sonrieron, neutros, serenos y terriblemente poderosos, mientras una boca entreabrierta delataba dos colmillos que fácilmente atravesarían su carne. Ni siquiera era un drow quien finalizaria su historia, sino un asqueroso fey´ri, un demonio elfico. Observó desafiante a su enemigo, su muerte no seria con ojos de miedo, aunque su cuerpo estuviera paralizado por esa espectativa.
- Bienvenida al infierno, Evresskra Kírltrie, vel´garn de la trigesimo sexta Casa.- susurró la demoniaca figura, mientras sus alas de murciélago se extendian alrededor de la joven noble, y el dolor se apoderaba de ella, ocultándola para siempre de todo lo que habia conocido.
Su cuerpo no respondia, inmersa en una oscuridad cambiante, su mente sólo deseaba desaparecer de la existencia, atormentada por un sentido que jamas habia conocido, martilleando su propia alma, mientras las figuras se convertian en sombras y las sombras, en meras ilusiones. Cuando creía estar experimentando la venganza de la propia Valsharess por su patética debilidad, el mundo volvió a ser tangible, mientras sus rasgados y amarillentos ojos observaban a la demonio alzada a su lado, acuclillandose lentamente y asiendo su rostro con finguida ternura.
- Habeis sido salvada, patética mortal, por dos unicos motivos...- Su voz siseante era una mezcla de veneno, odio y repulsion unidos, algo muy parecido a lo que la propia Evra sentia hacia su captora- La primera, porque aun la Reina Araña no os acogera en su seno para despedazaros...La segunda...-El fey´ri hizo una pausa, mientras acariciaba con sus pulgares el rostro de la joven- Porque algun día, tú seras quien destruya al Fael que posee mi nombre...Y ese dia, te las verás conmigo. - Con un gesto seco, duro y certero, hundío una mano en el abdomen de Evrasskra, que se retorcia y gemía de dolor- Vas a vivir, estupida...vas a vivir e iras a Belga´rah, buscaras cobijo y alcanzarás una buena posición en la cuarta Que´llar Ymrymn. Para tí, tu nueva Casa será la albacea de tu vida, y tu meta convertirte en una verdadera asesina...Y algun dia...Volveremos a encontrarnos.
................
- Esta vez, Magistrado, no hay juegos...
Con la mano apoyada en el pecho de Elashim, el Magistrado de la segunda Casa de Menzoberrazan permanecia tumbado en aquella cama, sonriendo con gesto autosuficiente, pese a su clara posición de desventaja. Aquel varon, por orden de la propia matrona de la qu´ellar Ymyrmn, era su Maestro y mentor, su opresor y el drow por el que debia responder en caso de resultar dañado. Hacia ya meses que Elashim la había mostrado los entresijos posibles de una senda que cada vez conocía mejor, engañandola, utilizandola, envenenandola, pero sobretodo, ofreciendo la oportunidad única de aprender. Largo había sido el camino, utilizando sus conocimientos como bateadora para sobrevivir en la huida de su antigua Casa, y evolucionando en el camino del vel´garn para poder ocupar el puesto de jabress que ejercía.
- Piensa Evra...piensa....- dijo el varon, con su tipica voz de maestro aleccionador, como si fuera una chiquilla. Ese gesto podría enfurecer a las numerosas yathrins que veían en aquel varon un enemigo a batir, un varon con un poder impropio, pero aquellas sutilezas a Evra le resbalaban. Los ojos de la drow, fijos en los del Magistrado, apenas se dieron cuenta del imperceptible giro de muñeca de Elashim, mientras una aguja casi se clavaba en su abdomen, mientras la sonrisa del Magistrado se ampliaba aún más.
- Mhhh...Felicidades...- dijo la drow con una sonrisa sincera. Estos juegos y advertencias eran parte de su adiestramiento, y aceptó su derrota, girándose suavemente hasta el lado de la cama y sentandose al lado del cansado drow, que cerró los ojos.
No era para menos, hacía pocas horas Elashim había sido totalmente humillado por ella y por la yathrin Sisel, con el beneplácito de Lloth. Tumbado en el suelo de la sala de magia, la mente del varon apenas había podido soportar la locura del caos que la Reina Araña había ejercido sobre él, mientras otorgaba a ambas mujeres la fuerza necesaria para humillar a uno de sus más acérrimos enemigos.
- No caigas en la soberbia de las yathrins, Evra.
Evra miro al techo, susurrando con voz suave.- Sabes perfectamente que una Jabress no puede permitirse ese lujo.
Era cierto. Evra, ante todo, respetaba a su nueva Que´llar y a sus yathrins. Podria manipularlas, pero jamás, nunca, las faltaría al respeto. Aunque aún tenía bien presente la amenaza del fey´ri que perdonó su vida, en el fondo de su corazón estaba agradecida a tener de nuevo una Casa que guardar para no tener que llamarse descastada nunca más. Jamás ostentaria el rango de una yathrin, pero hacía tiempo que veía más util el poder de las sombras del vel´garn. Si, cierto, ellas gozaban del poder, pero una mente inteligente y despierta podia influenciarlas en un sentido o en otro, enrredarlas en una tela tan suculenta y perfecta de la que no deseasen escapar.
Asiendo la mano de Elashim suavemente, inspeccionó el nuevo mecanismo del drow, la muñequera llena de agujas de muy diferentes venenos, y cómo podría usarse. Con tranquilidad, fue palpando todo el brazo, descubriendo todas las armas ocultas mientras el varón mantenía los ojos entrecerrados. Mirandole fijamente, los labios de Evra dijeron las palabras que desde siempre habían rondado su mente. De forma sincera, con su voz neutra, serena y pausada, las pupilas de ambos drows se encontraron mientras Evresskra pronunciaba las palabras que todo vel ´garn debia pensar en su último instante de vida.
-"Magistrado...si alguna vez he de morir, haced que me enorgullezca de ello."
Cuenta: tiverde
Raza: drow (hembra)
Edad: 40 años
Deidad: Lloth
Clase: Exploradora (batidora)/ asesina/ guardia negro (lo pongo actualizado, pero tranquilizaos q os explico cada cosa)
Historia:
El rojo escarlata manaba rapidamente de entre los dedos de la drow. Con un gesto rapido, vivaz, se apartó del cadaver. Su pelo blanco refulgente brillaba levemente con las luces mágicas de la gran metropoli, que, como una colmena de perversa maldad, edificios con insignias de poder se erigian ostentando la gloria del favor de la Todopoderosa Valsharess Reina Araña. Ella las cubria con su oscuro manto; ella, habia regresado.
Con los dedos extendidos en el duro y frio suelo, acuclillada como una araña defendiendo su territorio, su respiracion apenas era un imperceptible susurro, que ponía la musica a un certero pero aciago destino: Habia otro en aquella habitación.
Observaba, pero no veia. Quizás ya la hubieran envenenado, antes de interrumpir su ligera meditacion y arrancar a aquel velg´arn su segundo de gloria. Un drow...nunca duerme con dos ojos cerrados. Su cuerpo, estático, tenso como el arco de una saeta, esperaba la última puñalada, mientras su corazón latía desbocado y su mente se afanaba frenética en encontrar una posible via de escape. Sabía que tarde o temprano, aquello ocurriría. Su matrona se había arriesgado excesivamente y había atacado sin tener suficientes respaldos, y hoy, su Que´llar, ella...caerian.
Ni por un instante le dolio que sus hermanos y hermanas muriesen. Ella había sido la 5º hija, obligada a servir como vel´garn por oscuros designios que aun no habían sido reveleados. Pese a contar con el favor de la Reina Araña, habia decidido que en su telar ella fuera una sombra, que no alcanzase la gloria para ella misma, sino para sus superiores, hembras que gozarían de pleno derecho. Y Evra, lo aceptaba.
Bastaron unas decimas de segundo para sentir los hábiles dedos de su enemigo en puntos neurálgicos específicos. Corazón y cerebro, las dos muertes en una. Unos ojos de un verde animalesco le sonrieron, neutros, serenos y terriblemente poderosos, mientras una boca entreabrierta delataba dos colmillos que fácilmente atravesarían su carne. Ni siquiera era un drow quien finalizaria su historia, sino un asqueroso fey´ri, un demonio elfico. Observó desafiante a su enemigo, su muerte no seria con ojos de miedo, aunque su cuerpo estuviera paralizado por esa espectativa.
- Bienvenida al infierno, Evresskra Kírltrie, vel´garn de la trigesimo sexta Casa.- susurró la demoniaca figura, mientras sus alas de murciélago se extendian alrededor de la joven noble, y el dolor se apoderaba de ella, ocultándola para siempre de todo lo que habia conocido.
Su cuerpo no respondia, inmersa en una oscuridad cambiante, su mente sólo deseaba desaparecer de la existencia, atormentada por un sentido que jamas habia conocido, martilleando su propia alma, mientras las figuras se convertian en sombras y las sombras, en meras ilusiones. Cuando creía estar experimentando la venganza de la propia Valsharess por su patética debilidad, el mundo volvió a ser tangible, mientras sus rasgados y amarillentos ojos observaban a la demonio alzada a su lado, acuclillandose lentamente y asiendo su rostro con finguida ternura.
- Habeis sido salvada, patética mortal, por dos unicos motivos...- Su voz siseante era una mezcla de veneno, odio y repulsion unidos, algo muy parecido a lo que la propia Evra sentia hacia su captora- La primera, porque aun la Reina Araña no os acogera en su seno para despedazaros...La segunda...-El fey´ri hizo una pausa, mientras acariciaba con sus pulgares el rostro de la joven- Porque algun día, tú seras quien destruya al Fael que posee mi nombre...Y ese dia, te las verás conmigo. - Con un gesto seco, duro y certero, hundío una mano en el abdomen de Evrasskra, que se retorcia y gemía de dolor- Vas a vivir, estupida...vas a vivir e iras a Belga´rah, buscaras cobijo y alcanzarás una buena posición en la cuarta Que´llar Ymrymn. Para tí, tu nueva Casa será la albacea de tu vida, y tu meta convertirte en una verdadera asesina...Y algun dia...Volveremos a encontrarnos.
................
- Esta vez, Magistrado, no hay juegos...
Con la mano apoyada en el pecho de Elashim, el Magistrado de la segunda Casa de Menzoberrazan permanecia tumbado en aquella cama, sonriendo con gesto autosuficiente, pese a su clara posición de desventaja. Aquel varon, por orden de la propia matrona de la qu´ellar Ymyrmn, era su Maestro y mentor, su opresor y el drow por el que debia responder en caso de resultar dañado. Hacia ya meses que Elashim la había mostrado los entresijos posibles de una senda que cada vez conocía mejor, engañandola, utilizandola, envenenandola, pero sobretodo, ofreciendo la oportunidad única de aprender. Largo había sido el camino, utilizando sus conocimientos como bateadora para sobrevivir en la huida de su antigua Casa, y evolucionando en el camino del vel´garn para poder ocupar el puesto de jabress que ejercía.
- Piensa Evra...piensa....- dijo el varon, con su tipica voz de maestro aleccionador, como si fuera una chiquilla. Ese gesto podría enfurecer a las numerosas yathrins que veían en aquel varon un enemigo a batir, un varon con un poder impropio, pero aquellas sutilezas a Evra le resbalaban. Los ojos de la drow, fijos en los del Magistrado, apenas se dieron cuenta del imperceptible giro de muñeca de Elashim, mientras una aguja casi se clavaba en su abdomen, mientras la sonrisa del Magistrado se ampliaba aún más.
- Mhhh...Felicidades...- dijo la drow con una sonrisa sincera. Estos juegos y advertencias eran parte de su adiestramiento, y aceptó su derrota, girándose suavemente hasta el lado de la cama y sentandose al lado del cansado drow, que cerró los ojos.
No era para menos, hacía pocas horas Elashim había sido totalmente humillado por ella y por la yathrin Sisel, con el beneplácito de Lloth. Tumbado en el suelo de la sala de magia, la mente del varon apenas había podido soportar la locura del caos que la Reina Araña había ejercido sobre él, mientras otorgaba a ambas mujeres la fuerza necesaria para humillar a uno de sus más acérrimos enemigos.
- No caigas en la soberbia de las yathrins, Evra.
Evra miro al techo, susurrando con voz suave.- Sabes perfectamente que una Jabress no puede permitirse ese lujo.
Era cierto. Evra, ante todo, respetaba a su nueva Que´llar y a sus yathrins. Podria manipularlas, pero jamás, nunca, las faltaría al respeto. Aunque aún tenía bien presente la amenaza del fey´ri que perdonó su vida, en el fondo de su corazón estaba agradecida a tener de nuevo una Casa que guardar para no tener que llamarse descastada nunca más. Jamás ostentaria el rango de una yathrin, pero hacía tiempo que veía más util el poder de las sombras del vel´garn. Si, cierto, ellas gozaban del poder, pero una mente inteligente y despierta podia influenciarlas en un sentido o en otro, enrredarlas en una tela tan suculenta y perfecta de la que no deseasen escapar.
Asiendo la mano de Elashim suavemente, inspeccionó el nuevo mecanismo del drow, la muñequera llena de agujas de muy diferentes venenos, y cómo podría usarse. Con tranquilidad, fue palpando todo el brazo, descubriendo todas las armas ocultas mientras el varón mantenía los ojos entrecerrados. Mirandole fijamente, los labios de Evra dijeron las palabras que desde siempre habían rondado su mente. De forma sincera, con su voz neutra, serena y pausada, las pupilas de ambos drows se encontraron mientras Evresskra pronunciaba las palabras que todo vel ´garn debia pensar en su último instante de vida.
-"Magistrado...si alguna vez he de morir, haced que me enorgullezca de ello."