Malleus Finn

Los trovadores de la región narran la historia de sus héroes. (Historias escritas por los jugadores)

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Torm3nt

Malleus Finn

Mensaje por Torm3nt »

Nombre: Malleus Finn
Raza: Humano (Calishita)
Nacimiento: 1346 CV
Edad: 26
Género: Varón
Clase Inicial: Mago Nigromante

Apariencia: Apenas mide un poco más de 1,75, sus ojos son marrones y su cabello es púrpura. No sabe nadie más que él y a quien se lo cuente como consiguió ese color.. pero parece que es permanente. Es débil y flaco, y su piel parece más blanca de lo que sería normalmente.

Personalidad: A primeras parece una persona educada y amable.. pero a medida que comienza a coger confianza con aquellos que tiene una charla, le sale su vena irónica y sarcástica... pero no suele pasarse para no causar mala impresión.

Motivaciones: Como buen adorador de Shar, ama la oscuridad y a su deidad, además de servir fervorosamente como espía a sus propósitos. También le encanta curiosear en los otros libros de los magos y ver que cantidad de conjuros y de que tipo tienen... y sobretodo aprender y aprender más sobre todo lo que le rodea. Ascender en la Runa Retorcida. Conocer a sus hermanos perdidos.

Odios: Mystra y Selunne. Todo aquel que entorpezca sus planes y los de su deidad y de su organización.
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El manto de Shar comenzaba a cubrir la basta clariana chamuscada en el Bosque de Mir, creado al parecer por diversas bolas de fuego en un duelo de magos que prometía. Aun los árboles y arbustos alrededor de esta ardían, dándole más tamaño a la ceniza del campo de duelo y iluminando en la oscuridad los combatientes. Por un lado, se podía ver la estilizada figura de una mujer, vestida con exóticas ropas, blancas y púrpuras, la última moda Calishita... de hace doscientos años. Una máscara de plata cubría su rostro, y sus esqueléticas manos mostraban diversos anillos, mientras sujetaban un bastón en posición de ataque. Sus cabellos, ya desgastados por el viento arenoso del desierto de Calimshán, se mecían delicadamente, y una dulce voz, pero sonora, aparecía de debajo de la máscara argéntea:

-¿Sapphiraktar, nuestras reuniones siempre han de ser igual? Se que no te gusta ni mi presencia, ni mi encanto, y menos mi influencia en la organicación, pero al menos en estos momentos que nos obligan a estar juntos, por la Runa, podrías ser más educado y negar mis ideas con un simple no, en vez de querer matarme con tu arte flamígero.

La voz que respondió a sus palabras era extremadamente gutural. No provenía de ninguna garganta humana. El anciano dragón azul mostraba un feo corte en su cuello, dejando trozos de carne pútrida colgando y blancos huesos detrás de su escamada piel azul. Como no, un dracoliche en todo su esplendor, de tamaño gargantuesco y gran variedad de objetos mágicos preparados para ser usados entre sus escamas. Antes de responderle, lanzó otra tenebrosa llamarada de fuego azul contra su odiosa rival dentro de la organización.

-Jymahna, en estos momentos de soledad, de dracoliche a liche, te confieso que desde que menguaste mi red de agentes, con tus intromisiones en los planes que me pertenecían a mi, te odio más de lo que Shar a Selunne. ¿Y ahora quieres que te preste veinte agentes más para enviarlos.. a donde? Oh, si, Argluna y todo ese territorio. No se si sabrás que actualmente dispongo menos de un centenar, y todos están ocupados.

Jymahna desvió el fogonazo azul con un rápido giro de su bastón arcano haciendo que parte del bosque reprendiera con fuego y furia. Lentamente se deshizo de la máscara que cubría su rostro y miró fijamente al dracoliche con sus cuencas vacías, pero con una mágica luz púrpura como ojos.

-Hemos comenzado a expandir nuestra influencia por los reinos centrales. En Cormyr, dentro de tres docenas de años, asesinaremos al rey y obtendremos el control de ese reino al crear una guerra civil entre nobles, introduciendo agentes nuestros entre ellos.

[color=cyan-Lo se, y en Sembia también tenemos agentes de la Runa entre el gobierno. Pero no tengo interés alguno en esas tierras. Una de mis prioridades es conseguir influencias en El Sheír, son tierras apetitosas y menos problemáticas que tu estúpida Frontera Salvaje. Además, seguro que consigues más agentes haciendo caer casas nobles de Puerto Calim y absorbiendo sus usuarios arcanos.[/color]

Jymahna esbozó una sonrisa marcada en sus blancas mejillas de piel seca mientras se acariciaba el pelo con una mano, sin quitarle ojo a Sapphiraktar. Los dos tenían sus planes, y como no, sus rivalidades, pero ninguno se atrevía a atacarse uno a otro de manera directa ya que podrían perder más que sus inmortales existencias. Una batalla entre ellos dos podría durar años y años, hasta que alguno se cansara.. pero su poder y sus ansias de asesinar al otro eran tan fuertes que es algo utópico.

-Ahora que lo dices, podría aprovechar una de las familias que están a punto de caer para obtener nuevos agentes. La casa Finn está adorando a Loviatar y su demencia ha aumentado considerablemente. Obtendré sus riquezas y usaré a los herederos de estos para crear agentes fieles desde el primer día de su nacimiento. Claro que, supongo que el incesto entre padres e hijos y las múltiples orgías de placer y dolor que están celebrando en sus propiedades atraiga la atención del Pachá Rashid Djenispoo y entorpezca mis planes.

-A decir verdad, decirme esto ha sido mala idea, pero tengo asuntos mejores que tratar en vez de entorpecer tus absurdos planes. Aunque, te recomiendo que cojas a los herederos de esa familia y los instruyas como dignos agentes, a ver si de una vez tienes algunos de calidad entre tus extensas filas.

El dracoliche azul, alza el vuelo esplendoroso hacia su guarida esperando no perder más el tiempo combatiendo con su rival dentro de la Runa Retorcida, y además, tratando asuntos que verdaderamente no le interesan en su inmortal existencia. Jymahna se colocó de nuevo la máscara plateada antes de desaparecer entre la humareda, instantes antes de que los druidas apareciesen en tan catastrófico desastre.

Mientras, cuando Jymahna y Sapphiraktar discutían, en Puerto Calim se celebraba una de las orgías comentadas por estos en el hogar de los Finn. Lujuría, placero, sexo y dolor, a parte de la veneración por Loviatar, eran las principales causas de sus diarias fiestas y desperdicio de dinero. Sus antañas riquezas comenzaban a gastarse rápidamente en comprar a todas las prostitutas de la ciudad, pero se mantenían con los sucios negocios de esclavos con los drow, que vendían a las prostitutas y ingenuos que venían a sus fiestas.
Entre estos invitados, estaba el tercer hijo del Pachá, que sin darse cuenta la familia lo envió a la infraoscuridad vendiéndolo a precio de mendigo. Como no, Rashid Djenispoo se enteró de lo sucedido días despues, gracias a sus agentes, atacando y asesinando a gran mayoría de los Finn.
Pero gracias a la intervención de Jymahna, pese a no poder quedarse con las riquezas que aun le quedaban a la familia, tomó como posesiones suyas a los cinco herederos de los Finn. Entre ellos, el segundo más mayor, Malleus. En total eran tres hermanos y dos hermanas. Cada uno de ellos fue enviado con los agentes más leales de Jymahna para que los intruyeran desde pequeños y sirvieran fervorosamente a su señora.
Malleus creció y aprendió el Arte y todo lo que era necesario para servir a Jymahna junto a su mentor Klufska, un Ogro Mago servidor de Shar, y como no, usuario de la Urdimbre Sombría y Nigromante. Uno de los más astutos agentes, le enseñó su escuela de magia, la nigromancia, y como tapadera para sus misiones, la ilusión, que no estaba tan mal aceptada como la primera.
Aprendió diversas lenguas junto a Klufska y también un fervoroso fanatismo a Shar. Algo que tenía muy en cuenta su mentor era la forma de ser de sus discípulos, y especialmente la tomó en cuenta con Malleus al saber que iba a ser destinado a la futura Marca Argéntea. Conocimientos sobre la región y también a saber engañar bien a aquellos norteños para que su trabajo fuese perfecto.
Finalmente, tras años de aprendizaje, Malleus junto a su mentor y otros agentes de Jymahna fueron los principales responsables del intento de asesinato de Azoun IV, en el que Klufska murió y Malleus huyó hacia la casi unificada Marca Argéntea, a diferencia de otros agentes que se quedaron de espías entre los nobles de Cormyr y agentes encubiertos en los Cuchillos de Fuego, aumentando el grosor de esta organización de exnobles cormyanos.
Ante su huida, Malleus fue capturado por los Umbras en su viaje hacia Nevesmortas, pero estos respetaron su vida gracias a su devoción por Shar, compartida por estos mismos. Fue usado como espía en el camino negro de los Zhentarim hasta que finalmente la Runa Retorcida, especialmente Jymahna, trató con los Umbras liberando a Malleus de sus trabajos y enviandolo finalmente a la Marca Argéntea, unificada por fin.
Sus principales objetivos, aun no han sido desvelados por su ama, pero sabe que debe fijarse en todo lo que acontezca en ese lugar.
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