Vel´garn.
Publicado: Dom Ago 31, 2008 11:10 am
//Si lo quereis con banda sonora colocad esto: http://es.youtube.com/watch?v=plYlikBZ7rM
El ceño fruncido del drow dejaba claro que se encontraba en un momento de máxima concentración, sentado y encorvado cual erudito en la Biblioteca de la Qu´ellar. Sin embargo, lo que se encontraba esta vez en aquella mesa arácnida no era uno de los voluminosos tomos de magia, metamagia o grimorios varios que la qu´el´faeruk le entregaba...sino un juego de tablas.
Solo en aquella estancia, Nilith giraba el tablero con cada movimiento, enfentándose a sí mismo con un brillo especial en los ojos. Le gustaba aquel juego. Había aprendido cuando la yathrin Sisel retó a la jabress Evresskra, y desde entonces, no perdia oportunidad para...jugar consigo mismo.
No es que no pudiera jugar con otros, no, pero Nilith temía las reacciones de muchos, sobretodo las de Sisel. Su última recuerdo al perder la partida fue mas que disuatoria: furiosa, lanzó el tablero y las piezas de cristal por los aires.
El ruido de la puerta ni siquiera atrajo su atención. Se encontraba demasiado absorto en aquella partida que se complicaba por minutos. Una mano femenina enguantada cogió una de las piezas e hizo un nuevo movimiento. Cuando Nilith quiso sarse cuenta, ya tenia la cabeza agachada ante la presencia.
-Vendui´ mi señora...
- Continua Faern - Evresskra se hallaba sentada con las piernas cruzadas, escrutando al varón con la mirada. Su tono de voz, como siempre, era una mezcla de neutralidad y serenidad, aunadas con un tilde tan gélido como inquietante. Nilith sonrió suavemente, asintiendo en silencio. Aquella mujer podría hacer que se emplease a fondo. Ocultó la sonrisa y comenzó a fruncir el ceño de nuevo, concentrandose entusiasmado, el primer movimiento de Evresskra no había sido muy bueno, seguro que tenía algo preparado.
Un solo movimiento más fue suficiente para demostrar la superioridad de Nilith. El varón, lejos de sentirse orgulloso, se decepcionó. Aquella partida era muy aburrida, y se negaba a creer que todo fuera tan fácil. Habia visto a Evra jugar mil veces mejor, ¿qué ocurría?. Porun momento se fijó en un lujoso brazal que la velgarn llevaba, su brillo era delatorio, y su insignia clara... Evresskra había ascendido a Maestra de asesinos. Tragó saliva.
Pero poco más tuvo tiempo de pensar. La hembra, al ver su derrota, ordenó en un tono neutro y seco una nueva partida. Nilith asintío en silencio, sin jamás mirar más alla de la mesa, ordenó de nuevo las fichas, dejando a Evra las que atacaran primero. Atento, volvió a concentrarse...Por fin un verdadero juego.
...Que volvió a ser tan efímero como el primero. Nilith abatio sus fichas en únicamente dos meros movimientos. El ambiente se tensó levemente, pero aquel varón sabía que era peor haber engañado a Evresskra con una supuesta derrota que derrotarla efectivamente. Una puerta solicitando una entrada fue lo único que hizo que aquel silencio incómo se desvaneciera.
- Malla qu´el´velgurk...
- Ahora no.- La voz de Evra restelleó como la de un látigo y el sirviente consideró mejor esperar a que aquella hembra fulminase al jaluk con una patente molestia e ira que despedian aquellas palabras. Sumisamente asintió y cerró la puerta.
Nilith agachó aun más la cabeza, mientras una mas que inquientante Evresskra colocó las fichas. Aquello no había terminado. La Maestra hizo su movimiento de nuevo, algo fácil y muy combatible, Nilith comenzó a mover las fichas también.
Pero aquella vez, aquella vez fue diferente, la mente del varón iba embotandose por segundos, y lo que parecía facil de ganar, fue al final una supremacía completa de la hembra. La joven asesina sonrió socarronamente, entrecruzando sus manos, mientras la cabeza de Nilith daba vueltas y más vueltas.
- Sabes por qué has perdido, Nilith? - La voz de Evresskra era neutra de nuevo, su enfado aparente había desaparecido, y un brillo especial en los ojos decía claramente que disfrutaba con la visión del joven Faern desvalido.
- Mi señora yo...- El desconcierto de Nilith era cada vez más patente.- No lo sé, mi señora.
- Respuesta inadecuada. Esfuerzate, joven Faern- Evresskra rio suavemente, sin piedad, a sabiendas que a Nilith cada vez le sería más dificil permanecer con la mente limpia y clara como para discurrir. Quería poner al varón al límite, y lo estaba consiguiendo. Obligarse a pensar, a atender en las peores ciscunstancias, mantener una mente tan fria y hermetica como ella precisaba en las batidas, como ella deseaba. Aquella no era más que una lección más que debía aprender.
El varón entrecerró los ojos - ¿Me habeis...envenenado, qu´el´velgurk?- Nilith cabeceó levemente.
- Cómo Nilith...cómo.
La mente del faern trabajaba freneticamente por encontrar la manera. Mientras, Evresskra seguía presionandole.
- Hay tantas formas de matar como diversidad de venenos hay...- La fria y neutra voz de la hembra era acompañada con una medio sonrisa traicionera, mientras los amarillentos ojos de Evra se clavaban en Nilith.- Nunca puedes obviar las cosas, Faern, o morirás antes de que puedas serme util.
Una luz se abrió paso en la mente del varón, repasando todo lo acaecido. Inconscientemente se miró las manos, y después las de Evresskra. Enguantadas, completamente. Achinó los ojos y llegó a observar unos minúsculos puntitos, esporas minimas. La mujer cogió una de las fichas con la mano enguantada moviendola cerca de él.
- Nunca se debe dejar un punto debil, jamas se ha de desatender al aliado o al enemigo, pues estos cambian tan constantemente como los caprichos de nuestra Señora. El mejor cuchillo es aquel que no se ve, Faern.
Nilith volvió a asentir, consciente de su error.
- ¿Sabes por qué nuestra Señora prefiere la oscuridad, la intriga y la daga sobre otras cosas?- Dijo Evresskra
-No, mi señora, ¿por qué motivo?
Evresskra deslizó las fichas- Porque solo así puede matarse a cualquier enemigo...A no ser que tenga el favor de la Gran Ultrine.
Un silencio hizo que Nilith se replantease todo lo que aquella mujer le había contado.
- Malla Qu´el´velgurk....¿puedo haceros una pregunta?
- Puedes hacerme tantas como partidas has ganado...Pero no esperes que la respuesta sea de tu agrado.
Nilith se bloqueo un momento, su garganta se contrajo instintivamente mientras tragaba saliva y se sentia tan sumamente observado. Sin atreverse a mirar más alla del tablero, preguntó.
- ¿Existen...Habeis conocido faerns que hayan seguido también la senda de los velgarns?
- Asi es, son los asesinos mas mortiferos y peligrosos, combinan los duomers para atontar y confundir a su presa con la oscura senda del velgarn para eliminar a su victima.
- ¿Y...cuanto duró?
- Será el segundo en saberlo cuando termine mi trabajo.
Nilith se quedó aturdido. Comprendiendo la respuesta, no sabía qué hacer ni qué decir ante aquello. Mientras, la joven Maestra de Asesinos repasó mentalmente aquella lejana escena en la que una joven aprendiz de velgarn sobrevivía a la aniquilación de su antigua Casa...No, aun no había olvidado a aquel fey´ri.
- Ya que yo te he ganado una vez- Dijo la hembra- He aquí mi pregunta, jaluk. ¿Deseas seguir la senda del velgarn?
El varon levantó la mirada. No se atrevió a mirar aquellos amarillentos ojos clavados en los suyos, pero sí en observar la boca que habia proferido algo que él mismo comenzaba a desear oir.
- Si, Maestra, os serviré hasta la muerte, seré un faern entre las sombras...Hare que voz os enorgullezcais de mi...
Evresskra se levantó suavemente, por un momento, sus pensamientos divagaron, recordandose a sí misma ante Elashim. Medio sonrió.
"Los verdaderos Maestros no enseñan...moldean, crean, transforman para mayor gloria de la Ultrine...Justo lo que hicieron conmigo, asi reproduzco...¿por qué?...Supongo que esta es la forma mas sutil de dominacion...Hasta que el alumno se los adelanta...Quizas sea este jaluk quien termine con mi vida...Pero probablemente sea otro con mayores honores..."
Miró a Nilith. El pasado y el presente se encontraron, y otra vez, las palabras del Maestro sonaron en el alumno.
- La mejor reverencia que puedes hacerme es ser letal.
La Hembra se giro, caminando con elegancia y seguridad hasta la puerta. Los fuegos mágicos de la sala creaban una serie de luces y sombras que recorrian la figura de la Maestra de Asesinos. Un brillo del brazal que la identificaba como tal sucedió unos momentos.
-Obedece y vive. Aluve´ Faern, aprendiz de velgarn.
Justo en aquel momento, Evresskra se sintió orgullosa de sí misma y de lo que estaba creando. Era Maestra, y por fin, tenía alumnos...
//Lamento el tochon, pero me gustó tanto el rol (y nos reimos tanto con los unos) que no pude evitar escribirlo ^^
El ceño fruncido del drow dejaba claro que se encontraba en un momento de máxima concentración, sentado y encorvado cual erudito en la Biblioteca de la Qu´ellar. Sin embargo, lo que se encontraba esta vez en aquella mesa arácnida no era uno de los voluminosos tomos de magia, metamagia o grimorios varios que la qu´el´faeruk le entregaba...sino un juego de tablas.
Solo en aquella estancia, Nilith giraba el tablero con cada movimiento, enfentándose a sí mismo con un brillo especial en los ojos. Le gustaba aquel juego. Había aprendido cuando la yathrin Sisel retó a la jabress Evresskra, y desde entonces, no perdia oportunidad para...jugar consigo mismo.
No es que no pudiera jugar con otros, no, pero Nilith temía las reacciones de muchos, sobretodo las de Sisel. Su última recuerdo al perder la partida fue mas que disuatoria: furiosa, lanzó el tablero y las piezas de cristal por los aires.
El ruido de la puerta ni siquiera atrajo su atención. Se encontraba demasiado absorto en aquella partida que se complicaba por minutos. Una mano femenina enguantada cogió una de las piezas e hizo un nuevo movimiento. Cuando Nilith quiso sarse cuenta, ya tenia la cabeza agachada ante la presencia.
-Vendui´ mi señora...
- Continua Faern - Evresskra se hallaba sentada con las piernas cruzadas, escrutando al varón con la mirada. Su tono de voz, como siempre, era una mezcla de neutralidad y serenidad, aunadas con un tilde tan gélido como inquietante. Nilith sonrió suavemente, asintiendo en silencio. Aquella mujer podría hacer que se emplease a fondo. Ocultó la sonrisa y comenzó a fruncir el ceño de nuevo, concentrandose entusiasmado, el primer movimiento de Evresskra no había sido muy bueno, seguro que tenía algo preparado.
Un solo movimiento más fue suficiente para demostrar la superioridad de Nilith. El varón, lejos de sentirse orgulloso, se decepcionó. Aquella partida era muy aburrida, y se negaba a creer que todo fuera tan fácil. Habia visto a Evra jugar mil veces mejor, ¿qué ocurría?. Porun momento se fijó en un lujoso brazal que la velgarn llevaba, su brillo era delatorio, y su insignia clara... Evresskra había ascendido a Maestra de asesinos. Tragó saliva.
Pero poco más tuvo tiempo de pensar. La hembra, al ver su derrota, ordenó en un tono neutro y seco una nueva partida. Nilith asintío en silencio, sin jamás mirar más alla de la mesa, ordenó de nuevo las fichas, dejando a Evra las que atacaran primero. Atento, volvió a concentrarse...Por fin un verdadero juego.
...Que volvió a ser tan efímero como el primero. Nilith abatio sus fichas en únicamente dos meros movimientos. El ambiente se tensó levemente, pero aquel varón sabía que era peor haber engañado a Evresskra con una supuesta derrota que derrotarla efectivamente. Una puerta solicitando una entrada fue lo único que hizo que aquel silencio incómo se desvaneciera.
- Malla qu´el´velgurk...
- Ahora no.- La voz de Evra restelleó como la de un látigo y el sirviente consideró mejor esperar a que aquella hembra fulminase al jaluk con una patente molestia e ira que despedian aquellas palabras. Sumisamente asintió y cerró la puerta.
Nilith agachó aun más la cabeza, mientras una mas que inquientante Evresskra colocó las fichas. Aquello no había terminado. La Maestra hizo su movimiento de nuevo, algo fácil y muy combatible, Nilith comenzó a mover las fichas también.
Pero aquella vez, aquella vez fue diferente, la mente del varón iba embotandose por segundos, y lo que parecía facil de ganar, fue al final una supremacía completa de la hembra. La joven asesina sonrió socarronamente, entrecruzando sus manos, mientras la cabeza de Nilith daba vueltas y más vueltas.
- Sabes por qué has perdido, Nilith? - La voz de Evresskra era neutra de nuevo, su enfado aparente había desaparecido, y un brillo especial en los ojos decía claramente que disfrutaba con la visión del joven Faern desvalido.
- Mi señora yo...- El desconcierto de Nilith era cada vez más patente.- No lo sé, mi señora.
- Respuesta inadecuada. Esfuerzate, joven Faern- Evresskra rio suavemente, sin piedad, a sabiendas que a Nilith cada vez le sería más dificil permanecer con la mente limpia y clara como para discurrir. Quería poner al varón al límite, y lo estaba consiguiendo. Obligarse a pensar, a atender en las peores ciscunstancias, mantener una mente tan fria y hermetica como ella precisaba en las batidas, como ella deseaba. Aquella no era más que una lección más que debía aprender.
El varón entrecerró los ojos - ¿Me habeis...envenenado, qu´el´velgurk?- Nilith cabeceó levemente.
- Cómo Nilith...cómo.
La mente del faern trabajaba freneticamente por encontrar la manera. Mientras, Evresskra seguía presionandole.
- Hay tantas formas de matar como diversidad de venenos hay...- La fria y neutra voz de la hembra era acompañada con una medio sonrisa traicionera, mientras los amarillentos ojos de Evra se clavaban en Nilith.- Nunca puedes obviar las cosas, Faern, o morirás antes de que puedas serme util.
Una luz se abrió paso en la mente del varón, repasando todo lo acaecido. Inconscientemente se miró las manos, y después las de Evresskra. Enguantadas, completamente. Achinó los ojos y llegó a observar unos minúsculos puntitos, esporas minimas. La mujer cogió una de las fichas con la mano enguantada moviendola cerca de él.
- Nunca se debe dejar un punto debil, jamas se ha de desatender al aliado o al enemigo, pues estos cambian tan constantemente como los caprichos de nuestra Señora. El mejor cuchillo es aquel que no se ve, Faern.
Nilith volvió a asentir, consciente de su error.
- ¿Sabes por qué nuestra Señora prefiere la oscuridad, la intriga y la daga sobre otras cosas?- Dijo Evresskra
-No, mi señora, ¿por qué motivo?
Evresskra deslizó las fichas- Porque solo así puede matarse a cualquier enemigo...A no ser que tenga el favor de la Gran Ultrine.
Un silencio hizo que Nilith se replantease todo lo que aquella mujer le había contado.
- Malla Qu´el´velgurk....¿puedo haceros una pregunta?
- Puedes hacerme tantas como partidas has ganado...Pero no esperes que la respuesta sea de tu agrado.
Nilith se bloqueo un momento, su garganta se contrajo instintivamente mientras tragaba saliva y se sentia tan sumamente observado. Sin atreverse a mirar más alla del tablero, preguntó.
- ¿Existen...Habeis conocido faerns que hayan seguido también la senda de los velgarns?
- Asi es, son los asesinos mas mortiferos y peligrosos, combinan los duomers para atontar y confundir a su presa con la oscura senda del velgarn para eliminar a su victima.
- ¿Y...cuanto duró?
- Será el segundo en saberlo cuando termine mi trabajo.
Nilith se quedó aturdido. Comprendiendo la respuesta, no sabía qué hacer ni qué decir ante aquello. Mientras, la joven Maestra de Asesinos repasó mentalmente aquella lejana escena en la que una joven aprendiz de velgarn sobrevivía a la aniquilación de su antigua Casa...No, aun no había olvidado a aquel fey´ri.
- Ya que yo te he ganado una vez- Dijo la hembra- He aquí mi pregunta, jaluk. ¿Deseas seguir la senda del velgarn?
El varon levantó la mirada. No se atrevió a mirar aquellos amarillentos ojos clavados en los suyos, pero sí en observar la boca que habia proferido algo que él mismo comenzaba a desear oir.
- Si, Maestra, os serviré hasta la muerte, seré un faern entre las sombras...Hare que voz os enorgullezcais de mi...
Evresskra se levantó suavemente, por un momento, sus pensamientos divagaron, recordandose a sí misma ante Elashim. Medio sonrió.
"Los verdaderos Maestros no enseñan...moldean, crean, transforman para mayor gloria de la Ultrine...Justo lo que hicieron conmigo, asi reproduzco...¿por qué?...Supongo que esta es la forma mas sutil de dominacion...Hasta que el alumno se los adelanta...Quizas sea este jaluk quien termine con mi vida...Pero probablemente sea otro con mayores honores..."
Miró a Nilith. El pasado y el presente se encontraron, y otra vez, las palabras del Maestro sonaron en el alumno.
- La mejor reverencia que puedes hacerme es ser letal.
La Hembra se giro, caminando con elegancia y seguridad hasta la puerta. Los fuegos mágicos de la sala creaban una serie de luces y sombras que recorrian la figura de la Maestra de Asesinos. Un brillo del brazal que la identificaba como tal sucedió unos momentos.
-Obedece y vive. Aluve´ Faern, aprendiz de velgarn.
Justo en aquel momento, Evresskra se sintió orgullosa de sí misma y de lo que estaba creando. Era Maestra, y por fin, tenía alumnos...
//Lamento el tochon, pero me gustó tanto el rol (y nos reimos tanto con los unos) que no pude evitar escribirlo ^^