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Drumetta

Publicado: Jue Sep 11, 2008 12:45 pm
por Tymora
EL DESPERTAR DE DRUMETTA


El parto fué muy complicado. Su madre llevaba semanas esperando a la matrona para dar a luz. Los dolores no cesaban, pese a los esfuerzos del abuelo y temian por la vida de la criatura que aguardaba salir al mundo.
Su padre no se preocupaba por nada, lo único que le importaba era que su esposa no gritara en mitad de la noche, cuando el llegaba bien ébrio de la taberna y lo dejara dormir en paz. Asi que le daba un vial de líquido oscuro para que esta se durmiera.

Al cabo de unas semanas y cuando la mujer ya llevaba un embarazo bastante avanzado para una elfa, acudíió la matrona a la casa para asistir al parte. Horas... largas horas de espera tenían en vela a toda a la familia, menos al padre en cuestión quien se pasó todo el parto metido en la taberna, emborrachándose.

La habitación estaba casi oscura, tan solo dos velas alumbraban aquel momento. La matrona echaba las manos a la cabeza y pedía que el abuelo le limpiera el sudor. La joven Lis estaba exausta, desfallecida y apenas sin fuerzas para seguir empujando. Más la esperanza aún no la habían perdido, y el abuelo, cogía la mano de su hija con gran cariño y apoyándola en toda momento.

Dos palmadas... mucho silencio... otras dos palmadas... pero ni un atismo de llanto..... tres palmadas -dijo el abuelo- pero nada... La niña parecia muerta. Y en un baño de llanto, sudor y lágrimas, la matrona abrazó a la elfa para darle su condolencia, cuando se produjo el gran milagro, Drumetta movia sus minúsculos dedos y abria la boca para comenzar el llanto.

Su parto fué muy duro, pero más duro resultaría su existencia.

CAPITULO I

Una infancia quebrada

Con tan solo dos meses de vida, Drum, había recibido su primer paliza. Una noche cuando Lis preparaba la cena, esta se sentó junto a la mesa para amamantar a la pequeña. Su marido abrió la puerta y observo escondido aquel -a los que muchos- llamarian "maravillo momento". Tomó en sus manos el caldero de agua que herbia en la cocina, y caminó hacía su mujer, viertiendo el agua sobre ella.

¡Levantate de ahi! -Dijo Manek muy cabreada, con los ojos enrojecidos y las manos temblorosas- ¡levantate o te mato!

La mujer se miró de arriba a abajo y luego miró a Drum. Sus ojos se empañaron al comprobar que la niña tambien había sufrido las consecuencias de aquel caldero hirbiendo.

¡Haz la cena! ¡Tengo hambre y no estoy para lloriqueos! -Salio el hombre de la cocina sin importarle las quemaduras de ambas-

Pese a los gritos y los maltratos, tanto físicos como psicológicos, Lis era una mujer fuerte y no se rendería ante nada. Tomó a la niña en brazos y la dejó sobre la mesa, cogió unos paños frios y se los puso sobre las quemaduras. Respiró profundo y se encaminó hacía el salón con una botella de cerveza en la mano, se la dió a su marido y le pidió perdón por no tener la cena echa. Ahora tendría más tiempo para curar a su hija.


Continuará......