Hace muchos, muchos años, en las tierras de Bosque alto, donde los elfos
vivian en paz y armonia, habitaba una mujer, cuyo rostro era bello y hermoso, sus ojos eran verdes y sus cabellos negros azulados, como la caida de la noche y el brillo de las estrellas.
Contaba la leyenda que los jovenes elfos de las tierras lejanas, recorrian largos caminos, solo para comtemplar su pura belleza, pues se decia que quien lograse mirarla fijamente a los ojos y hacerlos brillar, le robaria el corazon a la joven elfa.
Ya entrada su mayoria de edad, la joven debia ser desposada, es por ello que su padre organizó una fiesta,se corrió la voz hasta mas allá donde sus ojos elfos pudieran alcanzar y todos los muchachos que la habian conocido asistirian a la fiesta. Horas antes de la celebración la dama junto a su sequito de sirvientas paseaban en los jardines.
Estos se abrian paso atraves de los bosques y mil rayos de sol penetraban en ellos. Galanyce, que asi se llamaba la joven, estaba muy nerviosa pues despues de aquella noche, sabria quien seria el hombre que ocuparia su corazon, para siempre, pues jamas podian ser desposados.
De regreso a sus aposentos, escuchó el silbido de una flecha, y como esta se clavaba velozmente en las puertas de su habitación. Asustada corrió atraves de los largos pasillos del palacio. Tanto corrió que sin darse cuenta, salió del patio y llegó a los bosques, y alli siguió corriendo. Cuando Galanyce no pudo mas, paró a descansar. Se habia dado cuenta que se habia alejado mucho de su casa.
Miró a su alrededor y comprobó que estaba a las puertas Nordahaeril. Ella nunca habia salido de los limites de palacio, y sintió curiosidad por conocer aquel lugar, del que tanto y tan bien hablaban los sirvientes de palacio. Se adentró en sus calles, cruzó sus puentes, fijandose en cada detalle, cada lugar, aquellos personajes singulares que vendian en el mercado.
La noche caia y Galanyce se dió cuenta que tenia que volver a palacio, pero aquel lugar la habia echo presa, se habia enamorado al instante de el, de sus gentes, de su aroma, el aire limpio que se respiraba allí. Aún asi no podia faltar, y menos desobedecer a la palabra de su padre.
De camino a palacio recordó la flecha y denuevo sintió miedo. Correria peligro? Habrian intentado atentar contra su vida? Quizas alguien que no quisiera que se casara y quedara desposada para siempre? Eran muchos los que la adoraban, pero tambien eran muchos los que la odiaban. Caminaba despacio, observaba los arboles, echaba la vista atras y veia como se alejaba cada vez mas de Nordahaeril. Si en aquel momento le pasaba algo, por mucho gritara nadie la escucharia. Unos pasos se escucharon acercarse, y el corazón de la joven se agitó por momentos. Palpitaba mas rapido y fuerte que nunca, casi como si se le fuese a salir de su cuerpo. Aceleró el paso, pero algo no iba bien, pues por mucho que ella queria correr, sus piernas no se lo permitian. Estas flaqueaban, estaba cansada, exsausta, le faltaba el aire y la respiración, sintió una mano en su hombro y esta calló desmallada al suelo.
Despertó en su habitación, miro a su alrededor y pensó que todo lo que habia pasado habia sido un sueño. Llamó a las sirvientas y estas rapidamente entraron en la habitación, la prepararon para la ceremonia y acto seguido hizo su entrada en el salón del palacio.
