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Nakknan'naruk. (Quest)

Publicado: Mar Sep 29, 2009 4:01 am
por Selune
Primera sesión de la quest del Nakknan'naruk

Frido pregona por las calles de Nevesmortas que su excelencia, la Dama Lanzagélida necesita de la ayuda de valerosos aventureros para cumplir con un encargo de máxima seguridad y habrá una recompensa para quienes lo lleven a cabo.

A la mansión acuden ocho aventureros, unos más conocidos en la villa, otros menos. La Dama les explica que el encargo consiste en trasladar un valioso libro de su biblioteca privada a la biblioteca de Sundabar donde los escribas lo custodiarán hasta que pueda ser trasladado a Argluna.

El libro en concreto es conocido como Nakknan'naruk, un viejo libro heredado durante generaciones que siempre ha descansado en la villa pero que por razones de seguridad no puede permanecer en ella por más tiempo.
Existen tres ejemplares del Nakknan'naruk en Faerûn auqnue de uno se perdió la pista hace mucho tiempo, los otros dos están celosamente escondidos. Es un libro viejo y gastado que ha visto pasar los años guardando un terrible secreto. En sus páginas duerme un terrible hechizo escrito en una lengua ancestral ya olvidada que si es pronunciado por la persona decuada podría desatar una catástrofe de dimensiones desconocidas. Así mismo, el libro está sellado con un candado mágico y solo quien sepa las palabras precisas podrá abrirlo.

Así pues, los aventureros aceptan la misión de trasladar el libro a Sundabar, algunos movidos por el incentivo de la recompensa, otros simplemente para ayudar a la Dama. Son acompañados por Hal, un guardia de la Dama para que se sientan más protegidos durante el viaje.

Después de un camino con varios sobresaltos Hal decide que es mejor parar a descansar para reponer fuerzas y seguir al día siguiente. Cuando por fin se sientan delante de la hoguera, una narcótica nana que solo oyen en sus cabezas hace que se queden completamente dormidos.
Cuando despiertan, una extraña neblina cubre el campamento y notan que algo falta: el Nakknan'naruk y el propio guardia.
Recogen el campamento a toda prisa pero son sorprendidos por unos temibles seres incorpóreos y unos canes salidos del mismísimo abismo. Tras una dura batalla consiguen escapar y Crhon, el bárbaro, encuentra unas huellas que se dirigen hacia Sundabar. Así mismo, van encontrando partes de la armadura de la Guardia de la Dama por el camino.

Al final y después de algunos extraños sucesos las pistas los llevan a Fuerte Nuevo. Cuando entran en el poblado las gentes se esconden en sus casas y se niegan a hablar con los viajeros que deciden parar en la Recompensa del Héroe para ver si sacan algo en claro.
Pero la sorpresa llega cuando ven que la conocida y antaño concurrida taberna ahora está vacía y abandonada. No hay nadie en el local y en mitad de la estancia ven un extraño símbolo en el suelo y una luz rojiza que emana del mismo.
Sorprendidos por la imagen, un hombre encapuchado y de negros ojos aparece desde un rincón oscuro, lleva el peligroso libro en las manos, abierto, y sonríe con una mueca a los aventureros mientras murmura una serie de palabras en una horrible lengua desconocida.
El hombre les desvela el secreto, él ha suplantado al guardia y se ha hecho con el libro. Los aventureros intentan arrebatarle el libro y una hacha le cae sobre el hombro haciéndole una profunda herida. El hombre cae de rodillas , justo dónde se encuentra el símbolo con el libro todavía en una de sus manos y con frenesí pronuncia unas palabras del ejemplar para acto seguido, desaparecer en algo que parece un portal planario dejando el libro de nuevo sellado, en el suelo.

Los aventureros cojen el libro y deciden llevarlo a Sundabar, preocupados por si las palabras que ha murmurado el hombre eran parte del conjuro o simplemente una manera de intimidarlos.
Al final, consiguen llegar a la biblioteca donde el escriba los aguarda con ansiedad. Entregan el libro y el bibliotecario les entrega la recompensa que la Dama le dijo, unas monedas de oro. Cuando los aventureros salen de la biblioteca, el escriba piensa horrorizado en la peligrosa carga que han portado desde Nevesmortas. Sinceramente, le soprende que todavía sigan con vida.
*El bibliotecario se apresura a llevar el valioso libro a buen recaudo. Camina a tientas por los oscuros pasadizos traseros de la biblioteca que tan bien conoce con el fin de depositar el Nakknan'naruk en la cámara acorazada cuando, sobresaltado, se da cuenta de que el tomo que sostiene en sus manos se convierte en una nube de negras cenizas quedando tan solo un pequeño trozo del preciado tesoro entre sus dedos.
Ansioso, busca una antorcha con la que examinar la vitela y su mueca de incredulidad se torna en terror al leer las siguientes lineas:*


"Jamás pensé que sería tan fácil engañar a esos aventureros, bueno, miento. Lo supe desde el principio. Ahora el Nakknan'naruk está en buenas manos..."

Re: Nakknan'naruk.

Publicado: Mar Sep 29, 2009 12:26 pm
por Selune
Segunda sesión.

Todo parecía transcurrir con normalidad en la Taberna del Cantor en Sundabar. Las gentes se tomaban sus merecidas jarras de cerveza después de un duro día de trabajo o de una interminable jornada en los caminos. La conversación era animada y fluída excepto en la mesa más apartada en la que un joven meditaba cabizbajo haciendo girar entre sus dedos una carta.
Armándose de valor, el joven se subió a la mesa con el fin de captar la atención de los parroquianos pero nadie le hizo caso pues al parecer, hacer eso no era nada extraño en quien se ha tomado unas jarras de más así que las gentes siguieron sus charlas hasta que el joven emitió un fuerte silbido. Todos se giraron hacia él entre fastidiados y curiosos y el muchacho tras carraspear les dijo lo siguiente:

"...Disculpen damas y caballeros me llamo Julius Hart. Perdonad esta intromisión hacia vuestra diversión pero tengo un encargo para quien lo quiera aceptar. Es simple, tan solo se trata de llevar esta carta a mi amada a la Mansión Cromwell en el Valle del Rauvin. Hace dekhanas que no la veo por motivos de trabajo que me atan aquí y temo que mi ausencia haga que se enamore de otro.
Por eso, daré una pequña suma de oro a quien me traiga una carta en respuesta escrita de su puño y letra. Su nombre es Amanda Cromwell."


Tras escuchar el discurso algunos de los allí congregados decidieron aceptar el encargo. Unos por formar parte de una misión romántica, otros por el oro.

Así pues, un grupo de diez personas se encaminaron hacia el Valle del Rauvin pero a medida que iban avanzando un extraño sentimiento de miedo los iba oprimiendo, era como si una presencia invisible los acosara por todos lados. Al cruzar el Paso de la Luna pararon en un puesto de vigilancia de los Caballeros de la Legión Argentea y hablaron con un soldado que estaba de guardia.
Cuando este supo cual era su cometido, les comentó que los aldeanos de Yálanzhar hablaban de extraños sucesos en la casa. Al parecer, la joven Amanda había fallecido hacía unos meses y desde entonces su viejo padre, Percival Cromwell estaba muy enfermo. No salía de la Mansión para nada y por supuesto, Julius no era el prometido de Amanda sinó un mayordomo despedido al enterarse su señor por su afición de fisgonear su bilbioteca privada en busca de libros oscuros que al parecer el hombre gustaba de coleccionar.

Tras esta asombrosa información decidieron abrir la carta y la sopresa y la frustración vino cuando vieron que nada había escrito en ese trozo de pergamino... Pero ya habían llegado demasiado lejos y la curiosidad hizo que sus pasos los llevaran a la aldea de Yálanzhar para hablar con sus habitantes pero estos se mostraron poco colaboradores al entrar en sus casas cerrando a cal y canto cuando los vieron llegar.
Entraron en la posada y después de darle al posadero unas cuantas monedas de oro les dijo que cosas muy raras pasaban desde hacía un tiempo en los terrenos de la mansión. Ya nadie bajaba de ella a por provisiones y se rumoreaba que habían sido vistos "oscuros" seres en la arboleda que rodeaba la casa. Les dio las indicaciones de como llegar muy a su pesar pues pensaba que era de locos ir a la Mansión.

Después de un pequeño descanso los aventureros siguieron su camino, después de caminar poco menos de una millla vieron la arboleda que les había indicado el posadero. Era un pequeño bosque aunque parecía antiguo, los árboles eran de un verde muy oscuro y si no fuera por el estrecho camino que lo atravesaba, hubiera sido imposible cruzar por entre los árboles de los juntos que estaban unos de otros.
Un cartel tallado en piedra daba la binvenida a los terrenos de la familia Cromwel.

Caminaron por la senda y a medida que avanzaban el día iba oscureciendo pero no por que viniera la noche, sinó porque las copas de los árboles a penas dejaban filtrar los débiles rayos del sol. Cuando por fin paecía que iban a salir del bosquecillo, se toparon de bruces con un pequeño cementerio y un frío sobrenatural atenazó sus cuerpos. Una espesa bruma cubría el suelo y las lápidas y apenas podían ver, pero si oir con gran pesar, que lo que pisaban sus pies eran huesos que se astillaban a su paso.
Dieron un pequeño rodeo por el camposanto y encontraron la tumba de Amanda y la la de su viejo padre Percival. Todo era muy extraño, la imponente mansión parecía burlarse de ellos con sus altos torreones mirando a un cielo que de repente parecía nocturno pero sin ninguna estrella que los sonriera. A pesar del estado de abandono del lugar se sntían intimidados por completo.

Cosniguieron forzar el candado que cerraba los portones y al abrir, el olor a moho y podredumbre salió a su encuentro. Dentro el olor era mucho peor y la Mansión, antaño llena de luz y vida se sumía ahora en una elegante decadencia condenada a las tinieblas, llena de polvo y telarañas.

Avanzaron cautelosos por los pasillos, las paredes parecían proferir extraños cantícos y susurros dando la sensación de que la casa hablara. Abrieron puertas y comenzaron a encontrar cadáveres esparcidos por las habitaciones y salones, estaban cubiertos de sangre pero ninguna herida marcaba sus cuerpos.
Seguían investigando cuando, de varias estancias salieron a su encuentro numerosos grupos de zombis y esqueletos que entre todos pudieron reducir y aniquilar.

Algunos estaban siendo presa del pánico pero otros, armados de valor, seguían avanzando por los corredores hasta que llegaron a la gran biblioteca. Resgistraron las estanterías minuciosamente y econtraron algo interesante, a parte de varios libros del arte de la nigromancia y libros que hablaban sobre ortros planos, el que más les llamó la atención fue uno que hablaba de Los Nueve Infiernos de Bator.

Enfrascados en sus pesquisas se sobresaltaron al oir un estruendo provinente de una sala adyacente en la que no habían estado todavía. Presurosos, salieron corriendo hacia el lugar y vieron horrorizados como, desde un símbolo en el suelo del que emanaba un portal comenzaban a salir hordas de terribles seres infernales.
Los aventureros supieron enseguida que solo tenían una opción si no querían morir, y esa opción era luchar pues dificilmente escaparían de las garras de esos demonios. Lucharon de forma encarnizada, cada uno usando la mejor técnica de combate que supiera hasta que por fin consiguieron terminar con ellos.

Enseguida se acercaron al portal buscando una manera de sellarlo cuando, de su amarilla haz de luz salió un extraño ser que parecía humano pero algunos rasgos evidenciaban lo contrario (El mismo que en la quest anterior). Levitaba a dos palmos del suelo y su piel apergaminada desprendía motas de polvo a cada movimiento suyo. Los miró fijamente con sus ojos completamente negros y una siniestra mueca que quería ser una sonrisa les mostró unos largos y punzantes colmillos.

Los aventureros vacilaron ante tal visión y el ser, antes de que pudieran decir nada les lanzó un pergamino enrollado a los pies. Les dio la bienvenida y les agradeció, siempre con ironía, que hubieran asistido a su cita. Lo que acababa de suceder no era más que una pequeña prueba, un aperitivo de lo que llegaría a ocurrir en un futuro gracias a que él, posee el Nakknan'naruk y está consiguiendo descifrar el hechizo que hará que el Caos y la Destrucción reinen en perfecta "armonía" sobre Faerûn.
Justo antes de desaparecer, el pergamino que les ha dado, dice, contiene las pistas que deben descifrar si quieren saber cuando y dónde ocurrirá todo pues le está resultando demasiado fácil y un poco de perverso juego y diversión harán que sea más excitante conseguir abrir los portales de Bator...
//Este es el desarollo global de lo que pasó ayer. No he querido detallar nada de lo que hicieron vuestros pj's ni dar nombres porque pienso que es tarea vuestra (de quien pueda y quiera) aportar la experiencia personal que vivió en esta sesión de anoche.

Gracias por aistir, tanto a los de la primera sesión como a esta segunda ;)

Re: Nakknan'naruk. (Quest)

Publicado: Mar Sep 29, 2009 8:07 pm
por hitman007

Código: Seleccionar todo

http://daniel.gobae.com/images/nwn/Nakknan.jpg
http://www.marcaargentea.net/coppermine/albums/userpics/Nakknan_castillo5.jpg

Re: Nakknan'naruk. (Quest)

Publicado: Jue Oct 01, 2009 8:52 pm
por System_of_a_Down
El filo del asesino:

Habían pasado varios días desde que Kael sintiera el acero cosquilleante de electricidad en su garganta, y todavía le costaba creer desde su ingenuidad infantil -que algunas veces sale a relucir-, que todo aquello había ocurrido por un miserable libro.

Estaba tomándose un vaso de leche con galletas en El Cantor para acostarse después de un largo día y la voz de aquel hombre captó su atención: Buscaba "gente que enviar a nosedonde para nosequé de su amada, a cambio de una miseria." No merece la pena -pensó el chico-, y justo antes de voltearse e ignorar al hombre, vió a Vethas (al parecer con mayores problemas económicos que él), y resignado decidió ir, pues no iba a dejarla sola. Una voz entre el gentío captó toda su atención: era la misma voz que susurraba tras el filo de su garganta, no cabía duda alguna.

El chico se puso tan nervioso que empezó a gritar como un loco, llamándole ladrón, asesino y todo lo que pasaba por su mente. Los miembros de la Orden, en lo que el joven consideró otro de sus "alardes de eficiencia" por supuesto le ignoraron, ya que era más importante ayudar a un desconocido que ofrecía dinero que a un niño que solo gritaba asustado, por mucho que ese chico no hiciera otra cosa que escapar de su reciente asaltante -sabía de lo que era capaz, de su rapidez y sigilo letales y de su absoluta carencia de escrúpulos- cuya presión era terrible sobre el joven, allá donde giraba la cabeza, la silueta de gabardina estaba, y por mucho que se escurría entre la gente, miraba hacia otro lado y estaba... siempre estaba, y cada vez más cerca. Presa del pánico no pudo sino conjurar sobre sí mismo invisibilidad, y un conjuro para ver a los que manejan las sombras burlando el ojo de los incautos.

(...) pasaron varias horas de viaje durante las que se había mantenido totalmente al márgen del grupo, sin perder de vista a una de las tres personas por las que daría la vida además de, paradójicamente, a una de las pocas a las que no le importaría quitársela. Llegaron a un valle escarpado y un guardia les dió el alto. Largo rato hablaron cosas importantes, se descubrieron las mentiras del hombre de la posada, pero Kael no podía sino preguntarse dónde se había metido su asesino, su enemigo, su obsesión. La más absoluta paranoia le envolvía, y lo peor de todo: no estaba la única persona que le conocía lo suficiente como para comprenderle y... controlarle en caso de desastre.

(...) el grupo avanzó hacia la mansión, y la verdad Kael no reparó en lo asustados que estaban los miembros del grupo, hasta que incluso él mismo comenzó a notar una presión adicional, voces, susurros detrás. La paranoia hacia el hombre de la gabardina, "Lars", no podía ser mayor, notaba como sus muros se resquebrajaban por momentos, pero en un ejercicio de voluntad mantuvo el tipo, y se encaminó hacia un bosque cerrado, donde el tipo de la gabardina se dejó ver nuevamente. Avanzar hacia la mansión era como acercar la mano hacia un fuego: hasta la última neurona de tu cerebro te indicaba que debías retroceder.

Una vez dentro el panorama no era mejor, todo pasaba deprisa: cuerpos, zombies, sangre y gritos. Finalmente el hombre de la gabardina le confesó su supuesta "no relación" con los hechos que allí acontecían, pero era como creer a un asesino, de hecho era exáctamente eso. Pese a sus reticencias, el grupo consiguió avanzar hasta una biblioteca "Ya queda poco para largarse de aquí" pensó el chico. Hasta ese momento todo lo ajeno al hombre de la gabardina le había pasado intencionadamente desapercibido -el instinto de supervivencia es el más fuerte de los instintos-, pero algo tuvo que pasar, algo que le removió hasta lo más profundo de su ser: la súbita aparición de alguien que controlaba demonios, dominaba planos y jugaba con tal ventaja que se permitía el lujo de proporcionar pistas y reirse de los "aventureros" que iban tras él. Todo en ese momento dejó de tener importancia, en su mente no cabía sino la imagen de ese ser... era perfecto... justo el mentor que el chico necesitaba y buscaba. (Te encontraré)

Re: Nakknan'naruk. (Quest)

Publicado: Vie Oct 02, 2009 9:05 am
por Selune
//Genial como has mezclado y jugado con la trama general de la quest y la tuya propia con Tristán, la verdad es que me reí mucho. Te felicito :idea:

Y gracias por las capturas Hitman ;)

Re: Nakknan'naruk. (Quest)

Publicado: Lun Oct 05, 2009 8:40 pm
por dreuthon
Sentada en una mesa en la taberna del Cantor Zerina miraba sus últimas compras en la ciudad, unos pergaminos que a pesar de conocer los conjuros que había inscritos en ellos le gustaba tener para en caso de urgencia hacer uso de ellos. El ambiente era el normal en una taberna de una ciudad como Sundabar, unos bebían, otro cantaban, incluso alguno trataba de ganarse el favor de alguna dama.
Un joven se alzó encima de una mesa para llamar la atención de los que allí anidaban, pocos le prestaron atención hasta que empezó a hablar. Tal personaje ofrecía oro a cambio de llevar un correo a la mujer que amaba, incomprensiblemente para Zerina muchos de los presentes se alzaron raudos para aceptar tal encargo, entre tan variopinto grupo había caballeros y desgraciadamente la habían visto entrar en la taberna. Sin gana alguna tuvo que presentar su ayuda como miembro de la orden arcana, ya que aun necesitaba ganar algo de reputación entre sus miembros y no le venía mal que algunos aventureros la tomaran como una buena chica.

Así el grupo partió hacia el valle del Rauvin en busca de la mansión Cromwell, el camino no se hizo muy arduo para la arcana, seguía al grupo que parecía tener experiencia en el combate y no necesitaba gastar uno solo de sus preciados conjuros. A medida que se adentraban en el Paso de la Luna la gente parecía sentir un temor dentro de sí, como si algo les acosara ella en cambio seguía como siempre, tal vez era porque su alma ya estaba corrompida y el miedo para ella tenía otro significado.
Los caballeros de la Legión Argéntea parecieron hablar con el grupo, pero eso a Zerina no le parecía algo de mucha importancia así que aprovecho para revisar su libro de conjuros. El camino continuo hasta la aldea de Yalanzhar, donde algunos descansaron y aprovecharon para hacer preguntas, de nuevo Zerina quiso quedarse al margen, aun no había encontrado nada que le llamara la atención, además los caballeros se desenvolvían bien sus tareas.
El camino continuó hasta el final deseado por la arcana, la mansión que en su día debió ser una gran construcción estaba en un estado lamentable, derruida en partes y llena de telas de araña, sus sospechas parecían ser acertadas, algo ocurría en este lugar y no habían sido traídos para entregar una simple nota.

Una vez dentro comenzaron a investigar el lugar, las habitaciones estaban llenas de cadáveres, sirvientes o lo que quedaba de ellos. Fueron abriendo habitaciones hasta encontrar la biblioteca, aquí la arcana se mostró más interesada y comenzó a registra muebles y estanterías dando con algunos libros de dudosa moralidad. Rodeada de buenas gentes y tratando de mantener la fachada Zerina entregó sus hallazgos a los caballeros que los guardaron con celosía.
Un gran temblor hizo que la arcana fuera a una de las salas contiguas, llegó la primera topándose con varios demonios que salían de un portal a otro plano, sonriendo con maldad y deseando entregarle a su señor algún alma ese día conjuro sobre si para desaparecer ante las criaturas creando un santuario alrededor de ella. A los pocos segundos el resto de aventureros atravesaban las puertas topándose con el espectáculo de frente, lucharon con fuerza acabando con los demonios, cosa que ha Zerina le pareció un gran fastidio.
Cuando todos los demonios habían muerto apareció del círculo mágico un ser, parecía humano pero se podía denotar su gran poder. Entre risas e ironías el ser demostró al grupo que solo estaba jugando, había obtenido uno de los tres libros conocidos como Nakknan'naruk, Zerina había oído hablar de ellos y sabia que uno estaba desaparecido desde hacía décadas, debía de ser ese el tomo que poseía el ser. La arcana pensó que ese era demasiado poder para una persona que no fuera ella, ese libro debía acabar en sus manos de una manera u otra, pero con tanta gente le iba a ser difícil. Entonces el ser le brindo la gran oportunidad que ella deseaba, entrego a los aventureros una nota donde aparecían las pistas de cómo encontrarle y tratar de detenerle. Gran fallo pues desconocía el poder y ambición de esa arcana que ahora haría lo que estuviera en sus manos para adquirir ese libro…

//perdón por el retraso Selune pero me cuesta ponerme en esto de las historias :oops: espero que valga el dicho de : más vale tarde que nunca

Re: Nakknan'naruk. (Quest)

Publicado: Mar Oct 06, 2009 9:02 am
por Selune
//Nunca es tarde si la dicha es buena. Genial historia ;)