La Marca Argéntea

"Hay pocos, muy pocos dispuestos para la lucha... Insuficientes."

Las palabras de Anager resonaban en la cabeza del joven sureño mas fuerte que los truenos de la tormenta que le envolvia. Agazapado entre los árboles del linde del bosque sur de Nevesmortas, su mirada se perdia en la cortina de agua que la lluvia tendia entre él y el horizonte.

"Aquí sentado no voy a conseguir nada."

Por fin algo se escuchó en su interior más fuerte que la tormenta o el desánimo; la determinación.

"Quien quiere hacer algo encuentra la forma, quien no, encuentra la excusa." -Proverbio Xauzarr-


Escribió Tres cartas iguales, una la dejó en la escuela de magia, dirigida a la Orden de Magos; la otra, en las dependencias de la Orden de Caballeros; la última, en la Flecha del Destino.

Las cartas, con una caligrafía austera pero correcta, decían esto: Soy Xauzarr Bandy Aldara, y en nombre de la Horda bárbara, solicito audiencia urgentemente con su organización para tratar un asunto que nos atañe a todos; la presencia de La tribu del Colmillo Ensangrentado en La Marca. Estaré atento al tablón de anuncios de la villa. También se me puede encontrar en el linde del bosque sur de Nevesmortas.

Cada copia de este informe es entregada en cada una de las sedes implicadas (orden de arcanos, orden de caballeros y flecha del destino) en un sobre cerrado, sin sello, pero firmado por “Xauzarr Bandy Aldara, Tigre del sur”.

Tiempo ha pasado ya desde que tuvo lugar el concilio en el que las Ordenes de Magos y Caballeros, la organización comercial de La Flecha del Destino y la Tribu de los Colmillo Sangriento decidieron dejar a un lado sus diferencias y unir fuerzas contra el enemigo común.

En este tiempo se han realizado diversos ejercicios para ir habituándonos a la lucha conjunta.

Con la intención de acercarnos lo máximo posible a lo que podríamos encontrarnos en la batalla real, se han hecho incursiones en dominios orcos, siguiendo el esquema de batalla establecido en el concilio. Desconocemos el alcance del poder de las brujas, pero de seguir el plan, los arcanos deben consumir prácticamente todas sus energías en anular sus poderes.

Siempre ha funcionando contra grupos recudidos de orcos (un chamán y media docena de guerreros) pero el agotamiento que supone la anulación de los chamanes para los arcanos reduce el número de grupos abatibles en una cantidad considerable. Si el ejército enemigo cuenta con chamanes, a demás de las brujas, será imperativo acabar con ellos de alguna forma para que no acaben de un zarpazo con la fuerza de ataque con sus conjuros. Al no contar con el apoyo de los magos, solo contamos con el de nuestros dioses y nuestra sangre.

Se me ocurre pensar que las picaduras de las flechas podrían ser la clave, si se les da a los arqueros la capacidad de ver a través de los embrujos que los chamanes orcos puedan conjurar.

Queda agradecer la participación de todos y cada uno de los voluntarios: Guerreros libres de a Marca; Khay, en representación de la orden de Caballeros; Lissy Grey, en representación de la orden de arcanos; y a mis hermanos del Colmillo Sangriento.