Sangre fría

[Elenthyl]

Sorpresa

La oscuridad era total. Guiándose por su oído, el elfo salvaje se aplicaba en uno de sus deportes favoritos: la caza de trasgos. Aquella cueva era ideal para practicarlo, ya que los inmundos seres sentían cierta predilección por ella, ocupándola una y otra vez cada vez que eran expulsados. Pegado a la pared, Elenthyl se internaba en las profundidades de la tierra.

Unos metros por delante de su posición una sombra le franqueaba el avance, evitándole sorpresas. Moviéndose con facilidad por los oscuros pasadizos, Noche se aseguraba de que el impetuoso elfo no fuera cogido desprevenido en su ansia de sangre. Demasiadas veces le había ocurrido en su juventud, como atestiguaban sus numerosas cicatrices. Demasiadas veces le había dejado internarse solo en terribles lugares presa de su pasión por la caza, fiándose de las palabras tranquilizadoras de su compañero. Una sola vez le había tenido que salvar el pellejo, sacándolo de una guarida de hombres gato, licántropos que abundaban en Khult. Desde ese día nunca más le permitiría una caza solitaria. Nunca se permitiría perder a su hermano elfo.

La pareja se movía como un solo ser, apareciendo de improviso en medio de las filas de aquellas confiadas bestias, desatando un huracán de destrucción entre ellos para desaparecer inmediatamente en las sombras. Lenta y silenciosamente extendieron la muerte por toda la caverna, hasta llegar al lugar donde se encontraba aquel inmundo templo de los chamanes trasgo. Un grupo de ellos se hallaba reunido en torno al altar, inmerso en sus asquerosos rituales, hasta que dos flechas detuvieron su celebración atravesando sendas gargantas. Absortos en la contemplación de la sangre de sus compañeros saliendo a borbotones de sus cuellos, apenas tuvieron tiempo de darse la vuelta para contemplar como 200 kilos de pantera les caían encima. Unos instantes después Elenthyl dejaba las sombras y penetraba satisfecho en la ensangrentaba estancia con la intención de recuperar sus flechas y salir de allí inmediatamente, mientras la pantera perseguía hasta el exterior a uno de los chamanes que , invisible, intentaba salvar su miserable vida. Estaba a punto de abandonar la estancia cuando un siseo interrumpió su avance.

Agudizando su oído localizó la dirección del sonido, acompañado ahora del suave deslizar de un cuerpo escamoso sobre el polvo que recubría el piso rocoso. Inmóvil en su posición, pronto divisó el origen de aquello. Una enorme serpiente se acercaba lentamente a él, reptando desde la oscuridad.

El elfo salvaje respiró hondo, calmándose, intentando evitar que el reptil sintiera el fugaz temor que tan extraño hallazgo produjo en él. Colgando su arco lentamente a su espalda, dio un paso hacia la gigantesca serpiente, que comenzaba a alzar su mandíbula hacia él, a escasos dos metros de su posición, irguiéndose sobre innumerables anillos.

Sacando la lengua entre los dientes, Elenthyl intentó comunicarse con el animal.

Tranquila… tranquila… eso es… -sus palabras eran un susurro en la oscuridad de la cueva-

¿Qué haces aquí? ¿Te has perdido?

Ligeramente sorprendida, la víbora contestó al elfo mientras su cuerpo rodeaba reptando la posición que éste ocupaba, cerrando un círculo a su alrededor.

Muchassss… somossss… las que buscamossss… el calor… SSShhhhhhh

El largísimo reptil parecía confuso, agresivo, expresándose torpemente mientras su cuerpo rodeaba al elfo salvaje. Detectando esta confusión, Elenthyl salió del lazo mortal con un rápido movimiento que provocó que la víbora se replegara sobre sí misma, retrocediendo unos metros.

Tenemosss hambre… y no essscuchamosss… la canción… SShhh

Alzando la mano ante él Elenthyl intentaba que el animal le mirara a los ojos y dejara de observar sus piernas buscando presa. Sus intentos de empatizar al animal resultaron vanos. Aquel ser estaba demasiado hambriento.

Yo no soy tu alimento –la voz firme del elfo salvaje llenaba ahora la cueva-

Olemossss… el miedo… -sus ojos rasgados brillaron un instante-

Un siseo más tarde dos colmillos atravesaban la pantorrilla del elfo. El terrible latigazo lo hizo tambalearse. Elenthyl sentía extenderse el veneno a lo largo de su pierna y, separando las fauces con sus manos se concentraba en aguantar el dolor. Quizá su anterior movimiento de esquiva había provocado el ataque, sin embargo Elenthyl percibía un extraño comportamiento en el animal. Estaba seguro que en condiciones normales no habría sido atacado. ¿Qué hacia aquella enorme víbora allí?

Con un último esfuerzo el elfo salvaje consiguió pronunciar con cierta serenidad algunas palabras lengua animal.

Yo… no te tengo… miedo

Al instante la serpiente soltó su presa. Tras mirarlo unas décimas de segundo, exhibiendo sus fauces bañadas en sangre, el terrible reptil desapareció en la oscuridad con un siseo. El veneno empezaba a hacer efecto en Elenthyl el cual, incapaz de seguirla en tales condiciones, se dirigió al exterior.

Una vez en la fría noche pudo comprobó que la pantera le había despejado el camino y perseguía, despreocupada, a los últimos trasgos que habían acudido a la llamada de auxilio de su chamán, ignorante del sufrimiento de su compañero. Con paso tembloroso se dirigió en busca de ayuda, arrastrándose por el bosque, en silencio, hacia Nevesmortas.

Godia conversaba animadamente con el encargado de las caravanas de pasajeros cuando reconoció la silueta del elfo salvaje dirigiéndose con paso errático hacia ella. Sin tiempo a preguntar nada, Elenthyl se desvaneció en sus brazos.


Continuara…

[Haitz]

- Que la justicia de Torm caiga sobre vuestras cabezas!!! - grita Tero clavando su espada en el vientre en el último Ogro que queda en pie en el campamento.

Tras unos segundos, el guerrero de armadura azul retira su espada posando una mano contra el Ogro y tirando de su espada. La espada sale ensangrentada lentamente y al verse el filo entero el Ogro inerte cae al suelo como una roca.

- Vaya Tero, cada día me sorprendes más con tu habilidad a la espada - dice una voz que se le acerca por la espalda. - si no fuera por ti creo que no hubiera salido de ésta.

- Amigo Haitz, probablemente hubierais salido victorioso de la batalla. - contesta el caballero limpiando su espada en las ropas del Ogro tumbado.

Haitz esboza una sonrisa a su amigo mientras se cuelga el arco en la espalda.

- Lo que daría yo por... - un leve ruido cercano llega a los oidos del explorador que gira sobre si mismo alertado. - has oido eso ?

- Si he oido qué ? - pregunta enfundado su espada y girando lentamente para ver a Haitz con un serpiente alzada a poca distancia de éste.

Haitz immobil hace señas a Tero con una mano, con dos dedos extendidos los sacude con pequeñós movimientos secos señalandole el camino a Tero para que se vaya.

- No te dejaré solo - susurra desenfundando su espada de nuevo.

La serpiente se deja caer y se desliza entre las piernas de Haitz para llegar a los pies de Tero, se alza otra vez y saca su lengua bífida amenzante antes los ojos atónitos de Tero.

- Ni un movimiento. - susurra alzando una mano en dirección a Tero. - Parece nerviosa, si estoy a solas con ella quizás pueda calmarla, la atraeré, en cuánto estés libre de peligro vete Tero, por favor, tengo miedo de lo que pueda pasar.

Tero parecía no estar muy convencido de Haitz, ya se habían encontrado con una serpiente parecida antes y la había partido en dos sin mas problema. Tero miró los ojos de Haitz, éste buscó por el suelo y pisó una rama seca que emitió un sonido algo más fuerte del que hubiera deseado. La serpiente se contorneó haciendo vibrar su lengua amenazante a dos dedos de la nariz de Haitz.

- Psssssssssshuelopssssssssstu miedopsssssssss - dijo la serpiente en animal.

El sudor empapaba la frente de Haitz que miraba de reojo los movimientos de Tero.

- Tranquila, no te haremos daño- contestó el guardabosques en animal.

La serpiente dejó caer su peso y se alejo unos metros. Haitz hizo un gesto a Tero que a regañadientes accedió y se fué al sur en busca del camino temiendo por la vida de su amigo y debatiendose entre irese o quedarse.

Haitz fué en busca de la serpiente y haciendo uso de su experiencia cogió desprevenida a la serpiente y la hipnotizó.

- Psssssssssslibéramepsssssssssdéjame irpsssssssss - dijo la serpiente.

Haitz asintió, y liberó a la serpiente. Éste sin dudarlo se enroscó por la pierna del explorador subiendo hasta la cintura y posó su serpentina lengua delante de los temerosos ojos de Haitz de nuevo.

- De dónde venís?

- PsssssssSeguimossssss a uno como tupsssssss….

- Un humano?

- PsssssssSeguimossssss sssssu cancionpsssssssla música de la ramapsssssss….

- Cuántas sois?

- PsssssssSomossss muchassspsssssssbuscamos calorpsssssss….

Un gota de sudor recorrió la frente de Haitz dejándose ver bajo la capucha, Haotz consciente de ello se puso algo mas nervioso, la gota de sudor recorrió la mejilla de Haitz que temoroso sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. La serpiente se deslizó por el cuerpo de Haitz y clavó sus colmillos en la pierna del guardabosques segregando su veneno en las venas de éste.

Horas más tarde despertaba en la posada de Rosa ante la mirada de Katty que salvó su vida en el último momento chupando parte del veneno y cortándole parte del músculo de la pierna. Rozó la muerte con la yema de los dedos, tubo suerte, más teniendo en cuenta que Ashnar curó su cojera pocos dias más tarde.

- Por fin despiertas dormilón - dijo Katty con una expresión preocupada.