La alegre fantasagaz
Publicado: Jue Abr 01, 2010 1:55 pm
Nombre: Layla
Alineamiento: Neutral bueno
Raza: Mediano, Fantasagaces
Edad: 7 años humanos
Nacionalidad: Bosque Khondal
Deidad: Lurue
Clases: Druida / Explorador
Descripción:
Es un poco introvertida, simpática y afable, no es tan reservada como sus semejantes. De buen corazón, cuando se la necesita siempre se puede contar con ella, le encantan los bosques y no dudara en luchar para evitar que los dañen. Pelo de color azul con los ojos azul brillante, suele ir con ropas sencillas.
Un nuevo hogar
La historia empieza en el corazón del bosque de Khondal, allí se asentaba un campamento de esquivos medianos fantasagaces, el silencio de la noche se rompió con el llanto de un hermoso bebe, era una niña de ojos azul cielo y algunos mechones azules. La luna iluminaba el cielo nocturno con un brillo inusual.
El parto fue asistido por la chaman del poblado, ella ayudaba en el nacimiento de los bebes de la comunidad, pero no pudo evitar la muerte de la joven madre, la recién nacida había quedado huérfana, su padre era muy excentrico y abandono el bosque en busca de fortuna. Así fue como la chaman llamada Maya adopto a la niña que con su cálida sonrisa lleno su corazón de alegría, la pequeña fue llamada Layla.
Desde que dio los primeros pasos, había vivido muy cerca de los arboles, su hogar se hallaba cerca de un gran roble dentro del campamento, eran una comunidad de medianos que vivían en armonía con el entorno, el ambiente casi siempre era caluroso, pero gracias a la frondosidad del bosque era agradable, cerca corría un rió, de aguas cristalinas, con abundantes peces.
La jornada empezaba con los primeros rayos de sol que impactaban en los arboles que impedían que llegaran al suelo, se tenia que salir de la espesura para ver su luminosidad, un grupo de exploradores iban de caza agradeciendo a la naturaleza su generosidad por las presas que cazaban, las mujeres jóvenes salían a recolectar frutas y hierbas, mientras las madres cuidaban a sus hijos, los fantasagaces mas fuertes custodiaban el campamento.
La pequeña Layla crecía sana y fuerte, su madre observo que tenia un extraño vinculo con los animales, siempre estaba rodeada de ellos, a partir de aquel día decidió enseñarle sus conocimientos y habilidades, sabia que Layla tenia un don especial con la naturaleza, la magia druídica envolvía cada vez mas el cuerpo de la niña a medida que crecía.
Los años pasaron y Layla se había convertido en una hermosa mediana, a su temprana edad ya había aprendido todas las enseñanzas de Maya y la ayudaba a cuidar el bosque.
Aquella mañana de verano Layla se dirigió a su lugar favorito, un claro cercano rodeado de flores multicolor junto a un lago, pasaba largo tiempo jugando con los animales que se acercaban a beber. Allí conoció a lo que según le explico Maya seria su animal totemico y que tenia un vinculo muy especial con ese animal, era un bello halcón de gran agilidad, se convirtió en su fiel compañero.
Layla permanecía sentada entre las flores cuando un ruido alerto a Viento que alzo el vuelo hacia el bosque, la niña lo siguió adentrándose en la espesura. La oscuridad llego y con ella el miedo, nunca había caminado de noche, solo la tenue luz de la luna que se filtraba entre los arboles la acompañaba, pasaron las horas y se había alejado mucho del campamento, cuando de pronto un sonido familiar tranquilizo a Layla, Viento regreso a su lado, la pequeña dejo de llorar y el halcón la guió hasta un camino que salia del bosque.
En la lejanía se observaba una fogata crepitando con fuerza, al acercarse vio alrededor del fuego varias carretas, sin que los viajeros se percatara de su presencia entro en una de ellas quedándose dormida debido al cansancio.
-mmm...(huele ¡rico!).- un dulce pensamiento la envolvió.-
Por la ventana el sol empezaba a calentar la estancia, Layla abrió los ojos despertándose, estaba hambrienta y rápidamente salio fuera al oler un desconocido aroma que le resultaba delicioso, sin dudarlo rodeo la carreta dirigiéndose hacia el dulce olor, quedo sorprendida al ver varias personas sentadas en troncos de madera que la miraban extrañados.
-desconocido: buenos días pequeña.-
Layla al escucharlo se quedo de pie sin moverse, como paralizada, era la primera vez que veía gente de otra raza distinta a ella, no sabia que hacer pero el hambre podía mas, miraba fijamente hacia los tazones de chocolate caliente que tomaban aquellos viajeros.
-desconocido: no tengas miedo, ven y sientate con nosotros.-dijo con voz armoniosa.
Una agradable sonrisa se reflejo en el rostro de la niña, rápidamente tomo el tazón de chocolate que le ofreció junto con algunas galletas, sentándose de un saltito empezó a comer toda contenta.
-desconocido: mi nombre es Jonas y soy el director de una compañía de bardos, nos dirigimos hacia Nevesmortas, allí actuaremos en el teatro.
Layla asintió aunque estaba mas pendiente de la comida, los artistas miraban sonrientes a la pequeña que había aparecido en su camino.
Al día siguiente la caravana emprendió la marcha llevándose con ellos a Layla, por las noches escuchaba canciones y fabulas que le encantaban, el viaje transcurrió tranquilo hasta llegar a los bosques de Nevesmortas. El ataque a la caravana empezó a primera hora, un grupo de osgos con enormes hachas les asaltaron, los artistas lucharon como pudieron entonando melodías que ayudaban en el combate pero no fue suficiente para vencerlos.
Layla se escondió en el bosque como le habían enseñado, junto a ella estaba Viento protegiéndola en todo momento, no pudo hacer nada para ayudar a sus amigos, se alejo con tristeza siguiendo un camino, algunas horas después llego a las puertas de la ciudad, atravesándolas con cierto recelo pero la curiosidad venció al miedo y empezó a recorrerla.
Le aguardaban muchas cosas nuevas que aprender pero su destino ya estaba escrito, solo quedaba descubrirlo.
Alineamiento: Neutral bueno
Raza: Mediano, Fantasagaces
Edad: 7 años humanos
Nacionalidad: Bosque Khondal
Deidad: Lurue
Clases: Druida / Explorador
Descripción:
Es un poco introvertida, simpática y afable, no es tan reservada como sus semejantes. De buen corazón, cuando se la necesita siempre se puede contar con ella, le encantan los bosques y no dudara en luchar para evitar que los dañen. Pelo de color azul con los ojos azul brillante, suele ir con ropas sencillas.
Un nuevo hogar
La historia empieza en el corazón del bosque de Khondal, allí se asentaba un campamento de esquivos medianos fantasagaces, el silencio de la noche se rompió con el llanto de un hermoso bebe, era una niña de ojos azul cielo y algunos mechones azules. La luna iluminaba el cielo nocturno con un brillo inusual.
El parto fue asistido por la chaman del poblado, ella ayudaba en el nacimiento de los bebes de la comunidad, pero no pudo evitar la muerte de la joven madre, la recién nacida había quedado huérfana, su padre era muy excentrico y abandono el bosque en busca de fortuna. Así fue como la chaman llamada Maya adopto a la niña que con su cálida sonrisa lleno su corazón de alegría, la pequeña fue llamada Layla.
Desde que dio los primeros pasos, había vivido muy cerca de los arboles, su hogar se hallaba cerca de un gran roble dentro del campamento, eran una comunidad de medianos que vivían en armonía con el entorno, el ambiente casi siempre era caluroso, pero gracias a la frondosidad del bosque era agradable, cerca corría un rió, de aguas cristalinas, con abundantes peces.
La jornada empezaba con los primeros rayos de sol que impactaban en los arboles que impedían que llegaran al suelo, se tenia que salir de la espesura para ver su luminosidad, un grupo de exploradores iban de caza agradeciendo a la naturaleza su generosidad por las presas que cazaban, las mujeres jóvenes salían a recolectar frutas y hierbas, mientras las madres cuidaban a sus hijos, los fantasagaces mas fuertes custodiaban el campamento.
La pequeña Layla crecía sana y fuerte, su madre observo que tenia un extraño vinculo con los animales, siempre estaba rodeada de ellos, a partir de aquel día decidió enseñarle sus conocimientos y habilidades, sabia que Layla tenia un don especial con la naturaleza, la magia druídica envolvía cada vez mas el cuerpo de la niña a medida que crecía.
Los años pasaron y Layla se había convertido en una hermosa mediana, a su temprana edad ya había aprendido todas las enseñanzas de Maya y la ayudaba a cuidar el bosque.
Aquella mañana de verano Layla se dirigió a su lugar favorito, un claro cercano rodeado de flores multicolor junto a un lago, pasaba largo tiempo jugando con los animales que se acercaban a beber. Allí conoció a lo que según le explico Maya seria su animal totemico y que tenia un vinculo muy especial con ese animal, era un bello halcón de gran agilidad, se convirtió en su fiel compañero.
Layla permanecía sentada entre las flores cuando un ruido alerto a Viento que alzo el vuelo hacia el bosque, la niña lo siguió adentrándose en la espesura. La oscuridad llego y con ella el miedo, nunca había caminado de noche, solo la tenue luz de la luna que se filtraba entre los arboles la acompañaba, pasaron las horas y se había alejado mucho del campamento, cuando de pronto un sonido familiar tranquilizo a Layla, Viento regreso a su lado, la pequeña dejo de llorar y el halcón la guió hasta un camino que salia del bosque.
En la lejanía se observaba una fogata crepitando con fuerza, al acercarse vio alrededor del fuego varias carretas, sin que los viajeros se percatara de su presencia entro en una de ellas quedándose dormida debido al cansancio.
-mmm...(huele ¡rico!).- un dulce pensamiento la envolvió.-
Por la ventana el sol empezaba a calentar la estancia, Layla abrió los ojos despertándose, estaba hambrienta y rápidamente salio fuera al oler un desconocido aroma que le resultaba delicioso, sin dudarlo rodeo la carreta dirigiéndose hacia el dulce olor, quedo sorprendida al ver varias personas sentadas en troncos de madera que la miraban extrañados.
-desconocido: buenos días pequeña.-
Layla al escucharlo se quedo de pie sin moverse, como paralizada, era la primera vez que veía gente de otra raza distinta a ella, no sabia que hacer pero el hambre podía mas, miraba fijamente hacia los tazones de chocolate caliente que tomaban aquellos viajeros.
-desconocido: no tengas miedo, ven y sientate con nosotros.-dijo con voz armoniosa.
Una agradable sonrisa se reflejo en el rostro de la niña, rápidamente tomo el tazón de chocolate que le ofreció junto con algunas galletas, sentándose de un saltito empezó a comer toda contenta.
-desconocido: mi nombre es Jonas y soy el director de una compañía de bardos, nos dirigimos hacia Nevesmortas, allí actuaremos en el teatro.
Layla asintió aunque estaba mas pendiente de la comida, los artistas miraban sonrientes a la pequeña que había aparecido en su camino.
Al día siguiente la caravana emprendió la marcha llevándose con ellos a Layla, por las noches escuchaba canciones y fabulas que le encantaban, el viaje transcurrió tranquilo hasta llegar a los bosques de Nevesmortas. El ataque a la caravana empezó a primera hora, un grupo de osgos con enormes hachas les asaltaron, los artistas lucharon como pudieron entonando melodías que ayudaban en el combate pero no fue suficiente para vencerlos.
Layla se escondió en el bosque como le habían enseñado, junto a ella estaba Viento protegiéndola en todo momento, no pudo hacer nada para ayudar a sus amigos, se alejo con tristeza siguiendo un camino, algunas horas después llego a las puertas de la ciudad, atravesándolas con cierto recelo pero la curiosidad venció al miedo y empezó a recorrerla.
Le aguardaban muchas cosas nuevas que aprender pero su destino ya estaba escrito, solo quedaba descubrirlo.