Pasada la medianoche en la Marca, cerca de un claro, una pareja yace cerca del calor de una pequeña hoguera, protegidos por un gran arbol que se alza majestuoso en medio del bosque.
Parecen unos jovenes enamorados disfrutando de la plácida noche, a pesar que él es un humano de mirada algo perdida y ella un joven elfa de tradiciones claramente arraigadas. Tras un largo día, descansan y guardan silencio mirando las llamas contonearse bailando al son de los grillos...piensan en el largo camino que les ha traído aquí....
Los ojos del humano esconden cierta preocupación a pesar de su rostro de felicidad...
Sin recordar nada...en tierras extrañas...sin saber quien eres...uno sólo puede sentir más que vacio...pueden ponerte un nombre...puedes encontrar una vocación...incluso puedes entrelazar grandes vinculos de amistad...pero...a pesar de todo...el vacio es inmenso...sigues sin saber quien eres tu mismo...
Y en medio de esta esplanada interminable donde sólo crecen dudas y temores sin nada a lo que aferrarse...apareció un brillo de esperanza...Wuivre. Algo en mi despertó como si la conociera de toda la vida, su cara me resultaba familiar, y por fin sentí estar en casa por primera vez desde que desperté en Nevesmortes, sin recordar nada, desorientado...
Como no enamorarme de Wui, si me hacía sentir de esa manera, si su sonrisa suponia mi felicidad, si verla convertía el día en apacible, y no hacerlo en un tormento...aunque...me miento...no me eramoré...la amé desde el primer momento que la vi, y no lo consideraría un flechazo, pues...la conocía...o así lo sentía...
La verdad es que amo a Wui más que a mi mismo, y no se imaginarme ya mi vida lejos de ella...
El humano tras dar un tierno beso en la mejilla a la joven elfa se levanta y coloca bien algunas piedras cerca del fuego temeroso que alguna chispa salte demasiado lejos, se sumerge en sus pensamientos mientras realiza lo que para él es una práctica habitual. La joven elfa mira al humano esbozando una leve sonrisa timida de felicidad mirando a su acompañante, cuando éste vuelve le corresponde con una leve sonrisa y se sienta al lado de la pensativa exploradora.
Bael...¿donde estás?...justo ahora que aparece...¿porque te has ido?..Ese amor no podía ser correspondido y ahora...tengo que hablar con él...sin embargo... No puedo negar que tras todas estas mentiras, que en medio de todos estos secretos desvelados y por desvelar, que en este mar de confusion sólo ha aparecido un faro para ayudarme en mis pasos, perenne e immutable...
- Parece que llueve ... entremos dentro... - dice Wuivre al caer las primeras gotas posando la palma de su mano boca arriba.
La lluvia se intensifica paulatinamente, Haitz asiente levemente a las palabras de Wuivre, se levanta despacio y apaga el fuego con el pie. Al rato, ambos yacen estirados juntos tratando de conciliar el sueño dentro de la tienda.
- Ar...s - Haitz balbucea en sueños mientras un sudor frío recorre su frente, la joven elfa se acerca a escucharlo - Artemis...no quiero irme... - dice el guardabosques dormido mientras unas gotas frias resbalan por su frente hasta un costado.
- Artemis ? quien es Artemis ? - dice Wuivre bajito para sí.
