Shazra, Duquesa del Viento
Publicado: Vie Jun 04, 2010 11:22 am
El viento sopla fuerte del norte trayendo el rumor de la escarcha y el eco del hielo. Sólo por la noche deja de hacer ese insoportable calor en Calimshán. En el templo de Akadia el sonido del viento se amplifica como en una cueva. Sadia, una de sus más devotas sacerdotisas, dará a luz esa noche. Los adeptos se arremolinan en torno a la estatua de la Reina del Aire y sus plegarias se mezclan con el silbido del viento. Aquel será un parto especial: la hija de Sadia portará la herencia de la propia Akadia.
Cuando Shazra abandonó las entrañas de su madre, ya tenía los ojos abiertos. Su pelo seco ondeaba como si mil vientos le dieran la bienvenida al mundo. Su piel, de un gris azulado, era fría como aquel lejano viento del norte.
A los doce años, Shazra ya era un espíritu libre como el viento. Así había sido educada y así viviría sus días. "Crece a través de las siempre cambiantes experiencias que trae cada nuevo día" le decía su madre cada noche antes de dormir. De mente inquieta y despierta, la pequeña genasí creció hasta convertirse en una criatura de extrema agilidad. Pronto el templo y la propia Calimshán se le quedaron pequeños: "Nunca te quedes encadenado o aprisionado, porque una vida con barreras es poco mejor que la muerte". El día de su partida su madre lloró, de tristeza y de alegría.
Un fuerte viento del sur empujó a Shazra a buscar fortuna de ciudad en ciudad. Pese a ser joven, inexperta e impulsiva, su astucia la mantuvo a salvo mientras los vientos la llevaban más y más al norte. Akadia la arrastró hacia la Marca Argéntea, allí donde antaño su propia madre había sido aventurera. El viento también le trajo un rumor: una pequeña villa llamada Nevesmortas estaba contratando aventureros...
Cuando Shazra abandonó las entrañas de su madre, ya tenía los ojos abiertos. Su pelo seco ondeaba como si mil vientos le dieran la bienvenida al mundo. Su piel, de un gris azulado, era fría como aquel lejano viento del norte.
A los doce años, Shazra ya era un espíritu libre como el viento. Así había sido educada y así viviría sus días. "Crece a través de las siempre cambiantes experiencias que trae cada nuevo día" le decía su madre cada noche antes de dormir. De mente inquieta y despierta, la pequeña genasí creció hasta convertirse en una criatura de extrema agilidad. Pronto el templo y la propia Calimshán se le quedaron pequeños: "Nunca te quedes encadenado o aprisionado, porque una vida con barreras es poco mejor que la muerte". El día de su partida su madre lloró, de tristeza y de alegría.
Un fuerte viento del sur empujó a Shazra a buscar fortuna de ciudad en ciudad. Pese a ser joven, inexperta e impulsiva, su astucia la mantuvo a salvo mientras los vientos la llevaban más y más al norte. Akadia la arrastró hacia la Marca Argéntea, allí donde antaño su propia madre había sido aventurera. El viento también le trajo un rumor: una pequeña villa llamada Nevesmortas estaba contratando aventureros...
