La Marca Argéntea

Un dibujo que mas o menos la describe un poco^^

Proximamente la historia...^^U

Capitulo 1


Tenia el artefacto en las manos, el extraño artefacto que permitia al Elder de su clan elfico predecir el tiempo. Era el artefacto de sus pesadillas, el maldito trasto que hacia que cuando se asentaba en un lugar, cuando empezaba a conocer a humanos y demas gente...Tuvieran que recoger las cosas e irse a un lugar mejor.

"¡Maldito trasto!"-Chillo al viento la joven elfa, arrojando el cristal al acantilado.

Respiro agitada tras oir como caia al fondo y se hacia añicos.

Sabia que si volvia, descubririan que fue ella quien lo robo y lo destruyo. Ya habia asumido esto, odiaba tener que desplazarse constantemente de lugar y sabia que ya no volveria a ver a su familia. Pero ya tenia un plan, habia hablado con un hombre de una taberna en un pueblo. Ella iba a ir alli y por fin podria vivir en un sitio fijo, conocer las vidas de la gente y tener verdaderos amigos.

Se arropo en su capa de piel y echo a correr, diciendo adios a lo que fue su clan, Ayaë`Nethska, los Elfos Nomadas del Valle del Viento Helado.





" Otra jarra mas ¡guapa! "- Dijo uno de los medianos que frecuentaban la taberna.

Ishawen le sirvio la jarra de cerveza. Por fin empezaba a conocer gente a la que veia mas de una sola vez, oia sus historias y cuando tenia tiempo libre en su trabajo de camarera, se juntaba con humanos, medianos y otras razas, en su mayoria gente de los bajos fondos que la hubieran hecho mucho, pero que mucho mal.

Pero sin saberlo la elfa habia dado con un buen hombre, dueño de una taberna, que la daba un trabajo decente y tiempo para sus asuntos. Sin duda a Ishawen le sonrio Tymora el dia que trazo aquel alocado plan de fuga.

Conocio gente interesante, incluso un apuesto humano la enseño a usar el estoque y la daga y otras tantas cosas mas que no nombraremos; tambien conocio a una sacerdotisa de paso en su busqueda del placer, dijo que servia a Sharess, y estuvo bebiendo y contando anecdotas muy intimas a Ishawen, que escucho interesada, como escuchaba siempre; fuera una historia sobre como cazar un tejon, hasta una de como robaron la joya de cierto noble.

Epilogo

Las botas de cuero resonaban en el pavimento. Dos pares para ser exactos.

-¿Estas lista?.

-Nací lista.

La elfa se llevo la mano a la cintura, se puso de lado y esgrimió su ropera al frente. Su oponente hizo algo parecido, aunque no era del tipo "sutil" precisamente. Finta y entrada a fondo, respondida con un brutal golpe que casi arranca el arma de las manos de la elfa.

-Al menos tu pose es correcta.- Dijo el elfo del Valle.

-Al menos tu pose es ñiñiñi...¿por que no...?...¡Ah?

Esta vez arremetio el elfo con su arma, para sorpresa de ella, que apenas pudo desviar el golpe, recibiendo un corte en el brazo.

-¿Por que no te entregas?.

-¡Nunca!. ¡No soy una criminal!.

Tras esas palabras la elfa se concentro y arrastrando los pies por el pavimento y huyendo del reflejo de la luna, se fundió con la sombra. Su mas preciado secreto, el bailar con las sombras, el dejar que la envuelvan como un frio manto.

-¡Donde estas!¿Has vendido tu alma a los demonios?. ¡Contesta!

De entre las sombras surgió entonces, a la que llamaban la duelista felina. Como una niebla espesa disipada por un repentino viento, la sombras se apartaron primero de su brazo, y despues huyeron de nuevo al rincón mas cercano dejando asi de nuevo a la mujer descubierta, a las espaldas del elfo y lanzando una estocada a su pierna. El acero encantado hizo mella en el muslo del elfo, que gimio dolorido a causa del frio y tan certero golpe.

-¡AH!...¡Maldita traidora!

Respondió con un golpe girandose de cintura, que la elfa evito agachandose en el momento oportuno, rodando por los suelos al abrigo de las sombras.

-¡Deja de hacer eso, lucha cara a cara!

Una risita cantarina se oyó desde la sombra. El sonido de las botas arrastrarse por el pavimento y el repentino aparecer de la elfa delante del elfo, estocada al frente. Herido como estaba el elfo, desvio el golpe y trato de propinar un puñetazo a la elfa, fallando por escasos centimetros en lo que esta se agachaba para esquivar la maniobra. En ese mismo momento el elfo conectó su rodilla a la mandibula de la elfa, que chasqueo en la silenciosa noche.

-¡DUHG...!

-¡Já! ¡oMHGBHJ!

El rodillazo fue correspondido con un codazo a la entrepierna que dejó sin aliento al elfo. La elfa se irguio algo aturdida, encarando la punta de su estoque al dolorido elfo que trastabilleaba hacia atrás. De pronto un silbido en el viento y un lastimoso quejido. La punta de una flecha asomaba por el vientre de la elfa.

-¿Qué...que?.- Se llevó la mano a la espalda, notando el astil. Una flecha la había atravesado de lado a lado.

-Uggh...Te esta bien empleado....-Dijo el elfo entre sollozos.

Todo se volvió turbio y nublado en la visión de la elfa, el suelo estaba frío y el olor a cuero nuevo, ahora sudado, y a sangre reciente era mas que evidente.

-Las traidoras no merecen compasión ni una pelea justa, si hubieras escuchado mas las palabras del Elder...

La luna iluminaba tenuemente las tres figuras, Ayaë`Nethska las tres. Dos en pie y una en el suelo con un creciente charco carmesí bajo su cuerpo.


//Ishawen se merecia una despedida de novela al menos, espero haber escrito a la altura de esta personaje en su despedida.