Historia de un libro (Mkvenner)
Publicado: Sab Oct 02, 2010 4:56 pm
Era una noche lluviosa en Nevesmortas, como todas las noches. Ven nunca se acostumbraba a aquel clima, pese a sus viajes por la Marca Argentea, las continuas lluvias y el frio intenso del invierno se introducia bajo su piel de forma arraigada.La historia acontinuación, es una pequeña historia roleada online, a ver si os gusta.
Ven: *Contemplaba por la ventana de "El Blasón" la lluvia primaveral, llevaba varias horas sentado en la mesa, con una copa de vino y una botella medio vacía.
Levantó la vista y vió a Ting que llevaba unas jarras a una mesa, sonrió al mirarla.*
Trás la ventana se divisaba la enorme mole de la residencia de la Dama Lanzagélida, fabricada con enormes bloques de piedra tallada, se convertía en un punto inexpugnable ante cualquier ataque a la villa.
Ven no era un delincuente, pero aquel edificio inmenso atraía la atención del "joven" elfo. Quería conocer sus secretos, revisar las estancias, conocer a aquellos nobles que disfrutaban de tantos lujos y riquezas.
Ya lo había intentado más de una vez, pero no era precisamente un lugar de libre transito.
Ven: (Algún día podré moverme por aquellos salones) *Pensó mientras daba un trago*
Un gran alboroto lleno a "El Blason", todos los allí concregados se agolpaban en las ventanas y las puertas gritando y riendo; cuando una brisa fría golpeó la cara de de Mkvenner.
Ven: Pero que... *Alzó la vista y se encontró con Ting frente a él, la miró con una sonrisa en los labios*
Ting: ¡Nieve! ¡Y en esta época del año! *Dió un saltito de la emoción y sonrió mientras extendia sus manos por la ventana intentando alcanzar algunos copos*
Ven: *Giró la cabeza y observó la calle*
La incipiente nevada apenas cuajaba tras su llegada al suelo, pero los parroquianos parecian contentos de ver aquella novedad, muy habitual en los frios inviernos, pero infrecuente con el año tan avanzado.
Ven: *Siguió mirando la calle, la mole de piedra, los guardias de la dama...*
Todo el mundo parecía feliz, pero Ven no lo comprendía. Nunca se habituaria a la nieve, ni al frío, ni a tanta lluvia. Los vigilantes de la residencia se lanzaban algunas bolas con la escasa escarcha que se agolpaba en las esquinas de la fría roca.
Una dama, pasó entre ellos mirandolos por encima del hombro, estaba claro que ese no era el comportamiento que esperaba de aquellos guardias.
Ven: *Penetró con su vista élfica la ligera nevada, vió a los guaridas despreocupados, la dama entrando, la puerta abierta... una profunda punzada de nerviosismo surgió en su cuerpo, se levantó de su silla dió un último sorbo a la copa y dejó unas monedas en la mesa mientras se habria camino entre la muchedumbre agolpada en la entrada.*
El frío se introducia en su cuerpo, la gente se jactaba de las increibles nevadas que habían pasado en tiempos anteriores y los niños le lanzaban pequeñas bolas a los guardias que entre risas y alguna que otra maldición por la buena punteria de los chiquillos entraban a jugar con ellos.
Ven: *Se acercó a la pared de la taberna y cuando nadie miraba se acercó tras un árbol. Alzó la vista.* (Todo el mundo parece distraido con la nieve.) *Se cubrió con la capa más fuerte y se deslizó con sigilo hasta la carroza que estaba aparcada en el lateral de la fortaleza*
Todo el mundo continuaba con sus juegos, gritos y risas. Mkvenner contemplaba la escena desde las sombras.
Ven: *Miró a los guardias que seguían distraidos con los muchachos* (Es el momento...) *Unos pequeños pasos le dirigieron hacía la entrada, pegado al granito tallado.* (...tan solo un poco más...) *sigilosamente se fue acercando, más y más cerca sin que nadie se percatara*
Estaba casi en el umbral, bajo la ligera nieve y la oscura noche nadie se había dado cuenta de su presencia. Un guardía se levantó después de coger algo de nieve, una bola voló en su dirección y se giró para evitar que le acertase en la cara.
Ven: *El corazón se sobresaltó, acelerando su ritmo cardiaco. Apretó los dientes y se lanzó al otro lado de la puerta, sin preocuparse por el ruido*
El guardia vió la puerta abierta, y algo de nieve se había introducido en la residencia de la dama, tendría que quitarla.
Una gran estancia levemente iluminada se abría ante él. Por la puerta, entraba un poco de la ligera nevada que manchaba la piedra gris del umbral.
Ven: *Se giró sobre si mirando a todos lados, no pareció encontrar a nadie.*
En la cara este y oeste dos grandes estatuas escoltaban el gran hall de entrada, el suelo cubierto de una bella madera lo convertía en un lugar acogedor. Las gruesas paredes mantenian una temperatura relativamente agradable, sólo alterada por la entrada abierta.
Ven: *Se levantó lo más rápido que pudo, e intentando mantenerse lo más sigiloso posible se ocultó tras la estatua de su izquierda*
Uno de los guardias de fuera entró, y suspiró mientras echaba algo de la nieve fuera de la estancia ayudandose de su bota. Un fuerte golpe fue el final de la luz de la calle, habían cerrado la puerta.
Ven: *Suspiró* (Llegó el momento...)