Quest "Las llamas de Kossut"
Publicado: Sab Oct 30, 2010 7:05 pm
Los primeros rayos de sol daban sobre los cerrados ojos de la pequeña Ankea, quien nuevamente había pasado su noche recostada sobre las raíces de un viejo árbol. Aunque el sol no fue el único quien interrumpió el descanso de la joven Utghardt, una voz chillona y bastante singular se oía desde el otro lado.
Desconocido.- Cuando yo era joven los inviernos eran más crudos y respetábamos a nuestros mayores. Jóvenes libidinosos, ¡Garl nos libre!
Ankea.- ¿Dexiel?
La joven Bárbara asomo la mirada, confirmando que se trataba de aquel gnomo anciano y quejumbroso, el cual en más de una ocasión le había llevado de “clases” a los bosques o bibliotecas de toda la marca.
Ankea.- Señor Dexiel. ¿Qué hace ahí escondido?
Dexiel.- ¡¡Ohhhhhh!! Llegas justo a tiempo para la clase pequeña, si si, justo a tiempo. Hoy iremos a la biblioteca de Sundabar, pasando por los bosques de camino a tomar unas deliciosas bayas. Si si, esas que crecen cerca de los Leñocasos. Mmhhh que delicia, Bayas de Leñocaso.
La muchacha no pudo más que alzar una ceja y sin comprender mucho, tomar sus cosas y seguir al Gnomo, no era seguro dejar a un anciano vagar solo por los bosques y mas con esos apestosos Osgos sueltos.
Se encaminaron rápidamente a la entrada del bosque, mientras que los cantos de los pájaros para darle la bienvenida al nuevo día, eran opacados por las quejas de Dexiel.
Dexiel.- En mis épocas, los pájaros cantaban más bonito, los árboles eran más altos y verdes. ¡Ay ay! Mi niña, de haber visto aquellas épocas doradas…
Los cuentos del gnomo continuaban con cada paso, parecían no tener fin. Al menos, así lo pensaba la niña que lo escuchaba con una paciencia casi envidiable, no prestándole atención, pero tampoco interrumpiéndolo, algo se encargaría de eso por ella.
Dexiel.- ¡¡Ay ay!! Cuando mi abuelo me contaba las historias de sus viajes y la gente que había conocido. Una ves estaba contándome sobre aquel humano, ¿como era su nombre? Ah sí, ya lo recuerdo, Hulam, el gran Hul… ¡¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHH SE QUEMA EL BOSQUE SE QUEMA EL BOSQUE!!

El gnomo había comenzado a correr en círculos, agitando los brazos y gritando como loco. Ante el grito la pequeña se exalto abriendo sus ojos al fin, observando cómo nuevamente estaba rodeada de llamas, muerte y destrucción. Solo que en este caso, no se trataba de un sueño. Sin tener mucha idea de que hacer, comenzó a tirar tierra sobre las llamas, pero eran demasiado fuertes para ser contrarrestadas por un poco de tierra o las pequeñas correntadas de aire frio que generaba Dexiel con su baculo.
El fuego se avivaba con cada segundo que pasaba hasta que las llamas expulsaban a ambos hasta la parte sur del bosque. Ankea se encomendaba a su tótem protector para que le ayudase a combatir el fuego, pero no parecía tener respuesta, vinculo no era lo suficientemente fuerte o el mismo consideraba que ella podía hacerlo por su cuenta, sea lo que sea, la joven desperdiciaba valioso tiempo en rezos y suplicas, que no serian contestados. Dexiel simplemente corría de un lado a otro gritando y ocasionalmente conjurando con su cetro sobre las llamas, pero estas parecían reírse de él.
La joven se puso de pie y llamo a Sele, su fiel compañera, a quien le encomendó que vea desde los cielos, que tanto del bosque estaba siendo afectado por el fuego. Ella mientras se encargaría de que el fuego no ganase más terreno, nuevamente intento sofocarlo con tierra, solo que esta vez utilizando su escudo en vez de sus pequeñas manos, lo cual, tampoco daría resultando, aún así, seguía lanzando tierra. De un momento a otro, se escucho al gnomo con seguridad.
Dexiel.- ¡Tengo un plan que no fallara!
Ankea lo escuchaba, pero sin parar de lanzar tierra sobre las llamas. La voz del gnomo comenzó a escucharse, palabras que nunca había escuchado y no comprendía. Al cesar las palabras, todo se había vuelto oscuro, como si alguien hubiese apagado el sol, solo alcanzo a escuchar al gnomo “Yo jamás estuve aquí” y seguido de eso, el silencio. Al desaparecer el globo de oscuridad, no vio al gnomo. Lo maldijo en cuanto idioma supiese, pensando que este la había abandonado.
Sele, su compañera, había regresado, con noticias poco alentadoras. El bosque estaba sumido en las llamas, al menos hasta el cubil de los Osgos. Al escuchar eso, comenzó a aplicar más fuerza para lanzar la tierra sobre las llamas, sabía que no funcionaria, pero tampoco tenía otra idea.
Toda chamuscada por llamas y ya casi dándose por vencido, escucha varios pasos que se acercan, al voltear la mirada para ver de quien se trataba, ve volver al gnomo acompañado de un Guardia de la villa, quien al ver el incendio emprendió una huida cobarde al grito de “No me pagan para esto!”. Afortunadamente, tres guardias más le seguían, quienes ayudaron con sus escudos a mantener el fuego a raya, al menos hasta que llegara más ayuda, la cual afortunadamente no tardaría mucho.
Varias personas, de las cuales la niña no tenía idea de quienes eran, observaron atónitos el fuego. Solo uno tomo cartas en el asunto, una mujer, aparentemente una pastora de los bosques, conjuro una lluvia que poco a poco hizo amainar las llamas, no consumiéndolas por completo y no contenta con eso, conjuro una criatura que Ankea, en su vida había visto, sabía que existían, pero solo los había visto en los dibujos de los libros que el Gnomo le enseñaba de vez en cuando. Entre la lluvia y el elemental, las llamas fueron cediendo paso al grupo que se interno entre cenizas, arboles quebrados supurando sabia, animales calcinados por donde quiera que se vea. Un paisaje desolador que había arrancado más de una lagrima a alguno de los presentes.

Muchos se empeñaban en buscar rastros entre las cenizas y cadáveres, pero era imposible, buscarían en vano puesto que el fuego se había llevado algo más que la vida del bosque, se había llevado junto con él toda pista que pudiese darles una idea firme de quien sería el culpable de esto, claramente, no era un accidente de un viajero despistado. Ya casi vencidos, el grupo parecía darse por vencido.
Dexiel.- Interesante, muy interesante. Si, claramente esto nos dice quien fue el culpable de todo. Si si, claramente esta es la pista que nos dará cuanta información queramos del causante de esto. Si si.
En ese momento todos observaron al Gnomo con interés. El gnomo arranco un trozo de corteza muerto de un árbol, donde estaba tallado un símbolo, una llama con varias lenguas de fuego.

Dexiel.- A ver, ¿Quién puede decirme de quien es este símbolo?
Ankea.- Ehmmmm ehmmm yo lo vi antes. Es el de cómo era ahmmm Kossut, es el de Kossut ¿verdad?
Dexiel.- ¡Claro que si pequeña! ¡10 puntos para ti!
Muchas conjeturas sin sentido se sacaron tras eso, acabando con la paciencia del anciano Gnomo, quien tomo el símbolo llevándoselo consigo, la joven bárbara le siguió, con la idea de que él tendría algo en mente para descubrir al culpable de esto.
//Bueno, acá esta el relato del punto de vista de Ankea, espero a Lurue le guste el nombre que se le dio a su quest, sino a cambiar el titulo del post
Saludos!
Desconocido.- Cuando yo era joven los inviernos eran más crudos y respetábamos a nuestros mayores. Jóvenes libidinosos, ¡Garl nos libre!
Ankea.- ¿Dexiel?
La joven Bárbara asomo la mirada, confirmando que se trataba de aquel gnomo anciano y quejumbroso, el cual en más de una ocasión le había llevado de “clases” a los bosques o bibliotecas de toda la marca.
Ankea.- Señor Dexiel. ¿Qué hace ahí escondido?
Dexiel.- ¡¡Ohhhhhh!! Llegas justo a tiempo para la clase pequeña, si si, justo a tiempo. Hoy iremos a la biblioteca de Sundabar, pasando por los bosques de camino a tomar unas deliciosas bayas. Si si, esas que crecen cerca de los Leñocasos. Mmhhh que delicia, Bayas de Leñocaso.
La muchacha no pudo más que alzar una ceja y sin comprender mucho, tomar sus cosas y seguir al Gnomo, no era seguro dejar a un anciano vagar solo por los bosques y mas con esos apestosos Osgos sueltos.
Se encaminaron rápidamente a la entrada del bosque, mientras que los cantos de los pájaros para darle la bienvenida al nuevo día, eran opacados por las quejas de Dexiel.
Dexiel.- En mis épocas, los pájaros cantaban más bonito, los árboles eran más altos y verdes. ¡Ay ay! Mi niña, de haber visto aquellas épocas doradas…
Los cuentos del gnomo continuaban con cada paso, parecían no tener fin. Al menos, así lo pensaba la niña que lo escuchaba con una paciencia casi envidiable, no prestándole atención, pero tampoco interrumpiéndolo, algo se encargaría de eso por ella.
Dexiel.- ¡¡Ay ay!! Cuando mi abuelo me contaba las historias de sus viajes y la gente que había conocido. Una ves estaba contándome sobre aquel humano, ¿como era su nombre? Ah sí, ya lo recuerdo, Hulam, el gran Hul… ¡¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHH SE QUEMA EL BOSQUE SE QUEMA EL BOSQUE!!

El gnomo había comenzado a correr en círculos, agitando los brazos y gritando como loco. Ante el grito la pequeña se exalto abriendo sus ojos al fin, observando cómo nuevamente estaba rodeada de llamas, muerte y destrucción. Solo que en este caso, no se trataba de un sueño. Sin tener mucha idea de que hacer, comenzó a tirar tierra sobre las llamas, pero eran demasiado fuertes para ser contrarrestadas por un poco de tierra o las pequeñas correntadas de aire frio que generaba Dexiel con su baculo.
El fuego se avivaba con cada segundo que pasaba hasta que las llamas expulsaban a ambos hasta la parte sur del bosque. Ankea se encomendaba a su tótem protector para que le ayudase a combatir el fuego, pero no parecía tener respuesta, vinculo no era lo suficientemente fuerte o el mismo consideraba que ella podía hacerlo por su cuenta, sea lo que sea, la joven desperdiciaba valioso tiempo en rezos y suplicas, que no serian contestados. Dexiel simplemente corría de un lado a otro gritando y ocasionalmente conjurando con su cetro sobre las llamas, pero estas parecían reírse de él.
La joven se puso de pie y llamo a Sele, su fiel compañera, a quien le encomendó que vea desde los cielos, que tanto del bosque estaba siendo afectado por el fuego. Ella mientras se encargaría de que el fuego no ganase más terreno, nuevamente intento sofocarlo con tierra, solo que esta vez utilizando su escudo en vez de sus pequeñas manos, lo cual, tampoco daría resultando, aún así, seguía lanzando tierra. De un momento a otro, se escucho al gnomo con seguridad.
Dexiel.- ¡Tengo un plan que no fallara!
Ankea lo escuchaba, pero sin parar de lanzar tierra sobre las llamas. La voz del gnomo comenzó a escucharse, palabras que nunca había escuchado y no comprendía. Al cesar las palabras, todo se había vuelto oscuro, como si alguien hubiese apagado el sol, solo alcanzo a escuchar al gnomo “Yo jamás estuve aquí” y seguido de eso, el silencio. Al desaparecer el globo de oscuridad, no vio al gnomo. Lo maldijo en cuanto idioma supiese, pensando que este la había abandonado.
Sele, su compañera, había regresado, con noticias poco alentadoras. El bosque estaba sumido en las llamas, al menos hasta el cubil de los Osgos. Al escuchar eso, comenzó a aplicar más fuerza para lanzar la tierra sobre las llamas, sabía que no funcionaria, pero tampoco tenía otra idea.
Toda chamuscada por llamas y ya casi dándose por vencido, escucha varios pasos que se acercan, al voltear la mirada para ver de quien se trataba, ve volver al gnomo acompañado de un Guardia de la villa, quien al ver el incendio emprendió una huida cobarde al grito de “No me pagan para esto!”. Afortunadamente, tres guardias más le seguían, quienes ayudaron con sus escudos a mantener el fuego a raya, al menos hasta que llegara más ayuda, la cual afortunadamente no tardaría mucho.
Varias personas, de las cuales la niña no tenía idea de quienes eran, observaron atónitos el fuego. Solo uno tomo cartas en el asunto, una mujer, aparentemente una pastora de los bosques, conjuro una lluvia que poco a poco hizo amainar las llamas, no consumiéndolas por completo y no contenta con eso, conjuro una criatura que Ankea, en su vida había visto, sabía que existían, pero solo los había visto en los dibujos de los libros que el Gnomo le enseñaba de vez en cuando. Entre la lluvia y el elemental, las llamas fueron cediendo paso al grupo que se interno entre cenizas, arboles quebrados supurando sabia, animales calcinados por donde quiera que se vea. Un paisaje desolador que había arrancado más de una lagrima a alguno de los presentes.

Muchos se empeñaban en buscar rastros entre las cenizas y cadáveres, pero era imposible, buscarían en vano puesto que el fuego se había llevado algo más que la vida del bosque, se había llevado junto con él toda pista que pudiese darles una idea firme de quien sería el culpable de esto, claramente, no era un accidente de un viajero despistado. Ya casi vencidos, el grupo parecía darse por vencido.
Dexiel.- Interesante, muy interesante. Si, claramente esto nos dice quien fue el culpable de todo. Si si, claramente esta es la pista que nos dará cuanta información queramos del causante de esto. Si si.
En ese momento todos observaron al Gnomo con interés. El gnomo arranco un trozo de corteza muerto de un árbol, donde estaba tallado un símbolo, una llama con varias lenguas de fuego.

Dexiel.- A ver, ¿Quién puede decirme de quien es este símbolo?
Ankea.- Ehmmmm ehmmm yo lo vi antes. Es el de cómo era ahmmm Kossut, es el de Kossut ¿verdad?
Dexiel.- ¡Claro que si pequeña! ¡10 puntos para ti!
Muchas conjeturas sin sentido se sacaron tras eso, acabando con la paciencia del anciano Gnomo, quien tomo el símbolo llevándoselo consigo, la joven bárbara le siguió, con la idea de que él tendría algo en mente para descubrir al culpable de esto.
//Bueno, acá esta el relato del punto de vista de Ankea, espero a Lurue le guste el nombre que se le dio a su quest, sino a cambiar el titulo del post

Saludos!