La Leyenda de las Nueve y Una
Publicado: Dom Nov 07, 2010 8:12 pm
Introducción
Leyendas de mercado
Leyendas de mercado
WolfJon escribió:
Hoy va a ser un buen día pensó Taristan.
Cada día era más difícil disfrutar de la tranquilidad en estos tiempos, por eso el monje había llegado a apreciar los pequeños momentos de paz y tranquilidad en los que se entregaba por completo a su trabajo como carpintero. Lejos de combates, lejos de los problemas, ahora solo tenia que ir a trabajar unas horas y después podría descan…
¡Taristan!
¡Una feria de objetos mágicos!
¡En Fuerte Nuevo!
¿Te vienes?
No necesitaba girarse para saber que era Valan… Bueno, hacia tiempo que no pasaba tiempo con ella, y los caminos eran peligrosos, quizás debería asegurarse de que llegaba sana y salva.
Tras juntarse con Amith, una amable mujer que había oído también sobre la feria partieron hacia Fuerte Nuevo, cruzando los bosques de Nevesmortas. Se podría decir que tuvieron un viaje relativamente tranquilo, si no se cuentan los asaltos por parte de los violentos Osgos.
Y terminaron llegando a Fuerte Nuevo, y efectivamente al norte de dicha villa estaba el mercado esperándoles, allí se encontraron con una sonriente elfa, Beliovien, que también había acudido a la feria. Suspirando el monje se recostó en un poste de madera mientras Valan se dedicaba a corretear por la feria y las elfas preguntaban por los diferentes objetos que querían comprar…hasta que tuvo que fruncir el ceño, Valan acababa de ser rechazada de mala manera por una de las elfas armadas. Tras eso se acercó al monje.
- Racista…-dijo
- No podemos hacer nada, solo aceptarlo
- Además, ¿no te parece raro? Están muy lejos de casa, esas marcas son de Eternoska -continuó la joven, ignorando al monje
- No es asunto nuestro -intentó replicar inútilmente el monje, viendo como la muchacha se marchaba a investigar
Mientras tanto Beli estaba hablando con un elfo que se quedó prendado de ella, dicho elfo poco tardo en hablar sobre el “maestro” al que acompañaban, eso solo incitó a la humana a seguir investigando, pero viendo como era tratada fríamente poco tardó en pedir ayuda a Beli y Amith, y allá fueron las tres a sonsacar información de todo elfo que se les cruzara, mientras el monje observaba desde su posición.
Todo esto ocurría cuando dos personas más llegaron a la feria, presas de los rumores sobre la venta de objetos mágicos. Ambas personas eran Elemith y Zildion, elfos que no tardaron en encontrarse con el grupo de investigación y cotilleo, pero el encuentro fue un poco difícil, la humana del grupo, cansada por el constante racismo solo pudo terminar siendo mordaz con los recién llegados…suspirando el monje se acercó.
- Pido disculpas en su nombre, ha tenido un mal dia. La conozco y no es una persona que sea grosera, seguro que no era su intención… -empezó Taristan
- He tenido todo tipo de trato en mis viajes, tranquilo unas palabras como esas no me ofenden -dijo Elemith
- No tiene por que disculparse por ella, no ha sido culpa suya… -dijo a su vez Zildion
- Ya, pero aun así...
- No se preocupe…Mi nombre es Zildion, ¿cómo os llamáis?
- Taristan Lyonson, un placer
- Yo soy Elemith
Hechas las presentaciones el monje no tardó en excusarse, buscando a Valan para preguntarle qué le pasaba. No tardo en encontrarla junto con las dos elfas, hablando con uno de los arqueros, que parecía estar preguntando si pertenecían a Nevesmortas.
- Valan, ¿que ocurre contigo? -le dijo susurrando
- Estoy cansada de tanto racismo por su parte
- No podemos hacer nada, ya te lo dije...
- Ya pero…
- Has sido grosera con unos elfos que no tenían la culpa, tranquilízate
- Tienes razón, voy a disculparme
Cruzándose de brazos el monje vio como la muchacha no tardaba en disculparse con ambos afectados, al mismo tiempo el arquero les trajo una sacerdotisa a las otras dos elfas, que parecía interesada en que llevaran un mensaje a la flecha del destino, más concretamente a su propia sacerdotisa. La espadachina que había vuelto junto al monje no tardo en aceptar, seguida de Beli y Amith. Hecha la promesa solamente tenían que escuchar la razón de dicho mensaje.
La sacerdotisa cerro los ojos concentrándose, de una manera misteriosa no tardaron los aventureros en recibir imágenes en sus propias mentes, así como en escuchar la voz de la sacerdotisa que empezó su historia...
-Una vieja leyenda del norte….dicen los bardos mas viejos de Argluna que una vez, en el pasado, la raza se enfrentó a un peligro nunca antes visto. Un dios oscuro surgió de entre las sombras, y los orcos lo adoraron, durante decadas asolaron las primeras poblaciones de la Frontera Salvaje, un periodo de muerte y destrucción que parecia no tener fin. De las entrañas de la tierra sacaron un extraño metal con el que forjaron una imagen del dios que nunca fue identificado, clérigos y chamanes imbuyeron de poder divino la representación, la leyenda cuenta que incluso llegó a tomar vida. Solo la intervención de dos dragones plateados pudo acabar con ese periodo de desolación. Astutos y fuertes consiguieron atravesar todas las defensas, llegando a la estatua viva y rompiéndola mediante una magia ya olvidada en 9 trozos que fueron convenientemente dispersados, ante la imposibilidad de que pudieran ser completamente destruidos sin destruir la Marca en el empeño. Si los 9 vuelven a ser 1… una época de dolor y muerte asolara de nuevo las tierras conocidas.
Con esto terminó el relato…y con él, el silencio sagrado que se había adueñado del lugar. Los aventureros volvieron a ser conscientes de todo lo que les rodeaba, recordando vivamente también de la historia que acababan de escuchar… Tras eso se les pidió llevar un mensaje a la sacerdotisa de la Flecha del destino y accedieron, tras descansar un par de horas allí mismo en la feria, decidieron partir…demasiado confiados partieron, no fueron conscientes del peligro, y eso les costó una emboscada.
Orcos se abalanzaron desde una colina, desprevenidos tardaron demasiado en reaccionar, mientras el monje luchaba contra uno, apartándose de su hacha, observo como el elfo llamado Zildion caía bajo una de las oscuras bestias, gruñendo golpeo al orco que tenia delante esperando terminar pronto para ir a ayudar, de reojo pudo observar como Valan que también había visto al elfo caer se adelantaba a cubrirle, ignorando los gritos de retirada gritados por los demas y entablando combate con dos orcos al mismo tiempo, los arcos de Beli y Amith cantaban…
Tras unos minutos eternos de combates Taristan escucho el sonido de un alfanje desgarrando carne, girándose vio como la espadachín caía por un fuerte golpe del orco, dándole un fuerte rodillazo al pestoso desecho que tenia delante lo aparto lo suficiente para moverse donde había caído la mujer, el monstruo que había atacado a Valan lo recibió con un poderoso golpe que casi le cuesta la vida, y lo hirió de gravedad, consiguió zafarse del segundo golpe, pero ralentizado por las heridas, el tercer golpe le alcanzó de lleno, y el monje ya no supo más…
Horas más tarde despertaría con el sonido de las voces de todos…excepto la de Zildion algo en lo que no repararía hasta más tarde. Con un pequeño gruñido se puso de pie, observando el alrededor.
- ¿Donde estamos?
- Estábais gravemente heridos, os trajimos de vuelta a fuerte nuevo
Respondida la pregunta Taristan se puso a revivir el combate en su mente y frunciendo el ceño observó a la muchacha, que pese a lo ocurrido quería seguir con el viaje, puesto que había dado su palabra. Resignados todos decidieron volver a intentar llegar a la villa, pero esta vez irían preparados, nada de ser cogidos con la guardia baja otra vez. Pero antes, el monje tenía algo que decir.
- Valan, ¿eres consciente de lo que has hecho?
- ¿Qué quieres decir?
- Por ignorar los gritos de retirarse, obligaste a los demás a quedarse y pelear
- Pero…
- Está bien tener honor -siguió el monje- pero no si le cuesta la vida a alguien
- Lo...Entiendo, no volverá a pasar
- Confío en ti -fue lo único que le respondió Taristan
Expresado lo que pensaba, partieron…pero al parecer esa noche les sonreía algún dios, en la zona donde antes fueron emboscado encontraron un elfo vestido de negro, que por suerte para ellos era el guardián de la sacerdotisa que buscaban, que no tardó en presentarse y recibir el mensaje…para luego reprenderles, al parecer para la frustración de Taristan habían dejado a alguien atrás, Zirion estaría muerto de no ser por esa dama. Tras disculparse y agradecérselo a la Sacerdotisa, esta partió a Fuerte Nuevo a galope tendido…mientras el resto se arrastraba por el fango a Nevesmortas buscando un merecido descanso.
chiumanga escribió:
La Feria Anual de Objetos Magicos abría sus puertas y no quise perder la ocasión.
Paseé entre las decenas de tenderetes que abarrotaban la laguna de entrada a Fuerte Nuevo con los ojos puestos en los extraños objetos y en los curiosos que los contemplaban: nobles, guardias, aventureros y campesinos mezclados en curiosa convivencia. Multitud de carromatos pugnaban por encontrar un sitio donde esperar a sus distinguidos dueños. La flor y nata de La Marca parecia estar presente.
Reconoci algunos rostros de Nevesmortas entre la multitud y me uni a ellos: Valan Hoja Brillante, Taristan Lyonson, Beliovien E'lin, Zildion y Elemith Amanlelisurr
Beli buscaba una piedra ioun, pero no tuvimos suerte en los primeros puestos:
- Veis alguien con pinta de jefe o encargado? Mejor será que preguntemos como esta organizada la feria.
La primera elfa a la que me dirigi apenas se digno contestarme. Parecía vigilar a un arcano cuya ropa lucía los mismos emblemas que la de ella. Unicamente me miró unos segundos con lastima a traves de su maravilloso casco. Demasiada alcurnia para hablar conmigo, pensé.
Beli, mientras tanto, seguia buscando su piedra preguntando a un vendedor elfo:
- Lo siento, pero no me quedan. La última se la acabo de vender al gran maestro - nos dijo, señalando al arcano de antes -.
Uno de mis compañeros reconoció los emblemas de aquellos dos nobles como los de la casa Silimarüre i Daernon de Eternoska. Un arcano importante y su guardiana, ambos muy lejos de casa. ¿Simples visitantes de la feria?
Me acerqué a un druida en otro puesto buscando algo más de información:
- Buena luna, hermano. ¿Sois comprador o vendedor? - le pregunté cuidando de mostrar la hoz que colgaba de mi cinturon -.
- Solo un viajero, hermana... Agua clara y brisa fresca -contestó sonriendome -.
- No suelo visitar muchas ferias de estas, ¿no sabreis quienes son esos dos? - le pregunté señalando al arcano y su guardiana-. Parecen bastante ... ¿importantes?.
- si que son importantes, si... Viajan juntos desde Argluna, se dirigen a Eternoska. O eso dicen, pero dan muchas vueltas y rodeos. Es la segunda ocasion en que me los encuentro, y tengo constancia de su presencia en otros lugares durante las ultimas dekhanas. Pudiera ser que estén buscando algo y no lo hayan enconrado. No se - me contestó sonriendo encogiendo los hombros.-
El druida, acto seguido, me bendijo y se perdió entre la multitud.
No parecia que obtuvieramos muchas respuestas, si acaso nuevos interrogantes.
Beli continuó su particular investigación saludando a un centinela elfo con un arco imponente que, enterado de que procedíamos de Nevesmortas nos pidió que hablaramos con su dama, una clériga de Lunarco.
- Buena luna, dama - saludó Beli, siempre tan sonriente ella-
- Buena luna, aventureros. Soy Celestial, Vidente del Cielo. - se presentó bendiciendo a todo el grupo - Me han dicho que sois de Nevesmortas. ¿Quiza formeis parte alguno de la Compañia de la Flecha del Destino?
- Pues si a lo primero y no a lo segundo -contestamos-, pero conocemos a gente que trabaja allí.
La Vidente pareció satisfecha:
- Necesitaría que les transmitiérais un mensaje. ¿Conoceis la leyenda de "Las 9 y 1"?
Todos negamos en silencio.
- En ese caso, comenzare por ahi - dijo suspirando -.
La Vidente se concentró hasta entrar en un leve trance y sonrió con placer. Su voz cambió ligeramente y consiguió que se formaran imágenes en nuestras mentes a medida que desarrollaba la historia de una vieja leyenda del Norte:
- Dicen los bardos más viejos de Argluna que una vez, en el pasado, la raza se enfrento a un peligro nunca antes visto. Un dios oscuro surgio de entre las sombras, y los orcos lo adoraron. Durante décadas asolaron las primeras poblaciones de la Frontera Salvaje, ese fué un periodo de muerte y destrucción. De las entrañas de la tierra extrajeron un desconocido metal con el que forjaron una imagen: la imagen del dios que nunca fué identificado.
Sus clerigos y chamanes imbuyeron de poder divino la representacion, cuentan que incluso llegó a tomar vida. Solo la intervencion de dos dragones plateados pudo acabar con ese periodo de desolación.
Dos dragones plateados que, astutos y fuertes, consiguieron atravesar todas las defensas, llegando hasta la misma estatua viva y rompiéndola, mediante una magia ya olvidada, en exactamente 9 trozos. Trozos que fueron convenientemente dispersados cuando descubrieron que no podían ser destruidos. Si los 9 vuelven a ser 1... una epoca de dolor y muerte asolara de nuevo la Marca.
Mientras la Vidente hablaba, un silencio casi mágico flotaba en el ambiente. Todos la mirabamos, curiosos, hasta los centinelas apostados cerca de los puestos de venta. Estas eran las historias que se convertían en leyendas y mitos en las tabernas de las grandes ciudades.
- Recientes rumores nos han traido al norte de Eternoska - prosiguió -. Hemos tenido visiones donde aparecía una de las piezas del ídolo roto, pero no hemos sido capaces de determinar el lugar exacto... Debeis llevar un mensaje a la dama Xaelerys, de la Flecha del Destino, pues es nuestra hermana en el clero y la reconocemos como tal. Que permanezcan atentos a la aparicion de cualquier extraño trozo de metal y que nos informen si algo encuentran.
Asustados por la terrible amenaza que representaría una nueva invasión de los orcos, no dudamos en manifestar nuestra aceptación al encargo. A toda prisa, abandonamos la feria, partiendo con la bendición de la clériga.
Ni siquiera habiamos alcanzado el campamento que los gitanos mantienen en el cruce de la bifurcacion, cuando fuimos atacados por sorpresa por un numeroso grupo de orcos que diezmó nuestro grupo reduciéndolo a la mitad. Tras lograr la ayuda de unos clérigos y recuperar a nuestros caidos, conseguimos transmitir el mensaje a su destinataria, la dama Xaelerys de la Flecha del Destino.
Al menos estabamos ya sobre aviso.