Caprichos del destino
Publicado: Mar Ene 25, 2011 3:38 pm
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Un nuevo amanecer gris en la villa, era muy temprano y el pregonero, ya cantaba la hora.
Me estiré, aún perezoso y me levanté de la cama, Yäroth aún dormía así que me bajé a la plaza y me acerqué al pozo.
Allí estaban Keila y Beli..
Keila es.. Un poco pilla, que digo un poco, es bastante revoltosa, me recuerda a mí a veces.
Y Beli, es alocada también, siempre va con una sonrisa y eso me hace sentirme bien.
Estuvimos charlando un rato y vi como Beli, sacaba de su zurrón unas frutas pequeñitas.
- ¿Qué es eso Beli?
- ¡Son bayas!
Me contestó, con entusiasmo.
- Uhmm ¿Me das una para que la pruebe?
- Sí, sí, claro
Al principio no noté sabor.. pero a medida que iba masticando, una sensación de nuevos sabores inundaba mi paladar.
A esto que llegaba Yäroth.
- ¡Buenas! Uh.. ¿Qué comes Izhân? Tengo hambre..
- Son bayas, me las ha dado Beli.
- ¿Bayas? Beli.. ¿Me das una?
- ¡Al final os las voy a tener que cobrar!
Dijo la elfa, riendo luego.
- ¿Dónde las consigues?
Pregunté.
- Pues en el bosque
- ¡Claro, pero primero hay que lavarlas!
Dijo Keila.
- ¿Lavarlas..?
Pregunté, esperandome lo peor.
- Claro, están en el bosque, y los animales pues hacen sus necesidades cerca de los arbustos, es normal.
Dijo Beli, mientras yo sacaba la lengua muy despacio..
- Pero.. Estas están lavadas.. ¿No?.
Preguntó mi hermano.
- Uy pues..
Dijo Beli, negando
- ¿No te has fijado en que tenia cositas negras?
Y entonces se me revolvió el estómago.. Nos la habian jugado bien jugada..Y cómo no, vomité junto a la fuente.
- ¡Ag! ¡Ya os vale!
Y empezaron a reir.
Al cabo de un rato, se me fue asentando el estómago y entonces mi hermano dijo.
- ¿Porqué no vamos a por bayas al bosque? Están riquísimas.
- ¡Sí! ¡Me parece bien!
Dijeron las chicas, con entusiasmo.
- Puees ¡Andando!
Y empecé a andar, a medida que caminabamos, más gente se unía al paseo, un paladín llamado William.. Otro caballero, que no recuerdo su nombre, sólo se que llevaba una bonita yegua consigo, y un arcano, Amion.
Pero el grupo aún no estaba completo, dejamos atrás a mi hermano, y cuando me dí cuenta pregunté
- ¿Y mi hermano?
- Está con Daya atrás, vienen en seguida.
Me aclaró Beli.
Daya es bastante agradable, aunque tiene un genio un poco.. En fin, que cuando se enfada, mejor correr si no quieres que te de una patada en el trasero.
Pero la mayoría de las veces, es dulce, me gusta cuando camina balanceandose y esquivando los charcos.
¡Se me olvidaba! Daya, Keila y una elfa llamada Gwenn, forman un grupo de actuaciones.
Cuando ya estabamos todos, nos adentramos en el bosque, mientras caminabamos, un temblor de tierra hizo que nos parasemos, al poco pasó.. Y no le dimos mucha importancia. Recogimos unas pocas bayas y luego fuimos a descansar a un refugio cerca del bosque.
Nos sentamos junto al fuego y me llamo la atención un mapache que pululaba por allí, era bastante regordete y gracioso.
De pronto, la yegua del caballero empezó a relinchar, algo nerviosa.
- ¿Qué le pasa al caballito?..
Preguntó Keila, mirándo hacia la yegua.
El caballero se levantó e intentó tranquilizar a la yegua, cuando volví a buscar al mapache, éste se escondía tras las ramas de los arboles también asustado.
- ¿Qué es lo que pasa? Los animales están muy nerviosos..
Dije, levantandome y llevando la mano a la empuñadura de mi espadón.
Y de golpe, de entre las ramas, apareció una enorme araña.. Levantando sus patas delanteras, amenazante..Tenía dos enormes colmillos que chorreaban una cosa biscosa.. Y sus ojos nos miraban.
- ¡Cuidado!
- A..Araña..
Dijo Keila, agarrando la mano de Daya, asustada.
- ¡Ah que asco! ¡Que se vaya!
Daya gritaba, cerrando los ojos, le daban pavor las arañas.. Y bueno, ésa más.. Era enorme.. Hasta yo me asusté, no lo voy a negar.
Vimos que, la araña no atacaba.
- ¿Sabeis hablar araño?
Dijo Keila.
Yo lo intenté, pero no.. El araño no es lo mío.
Entonces una silueta femenina bajó de un árbol cercano, llevaba un arco y un carcaj de flechas a la espalda.
- Szaajs..
Dijo la extraña mujer, hacia la araña.
- ¿Quien eres tú?..
Pregunté.
- ¿Yo?..
- Sí, tú.. Tu araña nos ha asustado y por poco nos come, mujer ¿Cual es tu nombre?
- Los nombres son cosas bonitas, pero no sirven para nada.
Contestó la mujer. La verdad.. Me llamó la atención nada más aparecer.
- Entonces ¿Cómo nos podemos dirigir a tí?
- Ya los has hecho, "Mujer"
Y emitió una leve carcajada.. No sé si fue a mí, pero su risa me resultó dulce.
- Ahora si me dejais, quiero sentarme.
Ella siempre hablaba con un tono seco, directo y cortante.
Se acercó hacia el fuego y se bajó la capucha.
Ella también era diferente.. Tenía el pelo rojo, recogido en una larga coleta, y de su frente, asomaban dos pequeños cuernos..Y sus ojos, sus pupilas eran alargadas, cómo las de un gato.. Y su mirada, parecía que ardía fuego en ella.. Pero quizás sólo sean cosas mías..
Me puse de cuclillas, guardando las distancias, y clavé el espadón en el suelo, observando a la extraña mujer.
El caballero y el paladín, se quedaron atrás, parecían estar alerta.
Keila y Daya, seguian juntas, desconfiadas..Pero Beli, se sentó a su lado, tan tranquila, parece que le cayó bastante bien.
Estuvimos hablando un rato, la mujer tenía un humor bastante negro, pero a mí, me divertía.
- Szaajs..
Y le hizo un gesto a la araña que ésta, se puso delante de la salida.
- ¿Qué estás haciendo? Dile a tu araña que se aparte ahora.
Dijo uno de los caballeros, si mal no recuerdo.
Me levanté cogiendo el espadón.
- Bah.. Sólo está aburrida, y cómo no para de dar tumbos de aquí para allá, se distrae intentando ponernos nerviosos.
Dijo mi hermano, él parecía tranquilo.
- Mh.. Un muchacho observador
Dijo la mujer, volviendo a hacer un gesto a la araña, que se apartó, dejandonos paso.
Pensé que quizás.. Ella podría ayudarme.. Ella era distinta..Me comía la curiosidad por saber más..De ella y de lo que podría pasarme a mí.
Fueron saliendo del refugio, y yo quise hablar de nuevo con ella.. El paladín no me dejaba quedarme sólo con ella, no sé porqué..Así que arranqué una hoja de mi cuaderno y le escribí un mensaje.
- ¡Eh, Mujer!
Y le lancé el papel.
Despues salimos..Y yo no podía apartar su rostro de mi cabeza.. Me daban ganas de volver allí pero no debía hacerlo.
Un nuevo amanecer gris en la villa, era muy temprano y el pregonero, ya cantaba la hora.
Me estiré, aún perezoso y me levanté de la cama, Yäroth aún dormía así que me bajé a la plaza y me acerqué al pozo.
Allí estaban Keila y Beli..
Keila es.. Un poco pilla, que digo un poco, es bastante revoltosa, me recuerda a mí a veces.
Y Beli, es alocada también, siempre va con una sonrisa y eso me hace sentirme bien.
Estuvimos charlando un rato y vi como Beli, sacaba de su zurrón unas frutas pequeñitas.
- ¿Qué es eso Beli?
- ¡Son bayas!
Me contestó, con entusiasmo.
- Uhmm ¿Me das una para que la pruebe?
- Sí, sí, claro
Al principio no noté sabor.. pero a medida que iba masticando, una sensación de nuevos sabores inundaba mi paladar.
A esto que llegaba Yäroth.
- ¡Buenas! Uh.. ¿Qué comes Izhân? Tengo hambre..
- Son bayas, me las ha dado Beli.
- ¿Bayas? Beli.. ¿Me das una?
- ¡Al final os las voy a tener que cobrar!
Dijo la elfa, riendo luego.
- ¿Dónde las consigues?
Pregunté.
- Pues en el bosque
- ¡Claro, pero primero hay que lavarlas!
Dijo Keila.
- ¿Lavarlas..?
Pregunté, esperandome lo peor.
- Claro, están en el bosque, y los animales pues hacen sus necesidades cerca de los arbustos, es normal.
Dijo Beli, mientras yo sacaba la lengua muy despacio..
- Pero.. Estas están lavadas.. ¿No?.
Preguntó mi hermano.
- Uy pues..
Dijo Beli, negando
- ¿No te has fijado en que tenia cositas negras?
Y entonces se me revolvió el estómago.. Nos la habian jugado bien jugada..Y cómo no, vomité junto a la fuente.
- ¡Ag! ¡Ya os vale!
Y empezaron a reir.
Al cabo de un rato, se me fue asentando el estómago y entonces mi hermano dijo.
- ¿Porqué no vamos a por bayas al bosque? Están riquísimas.
- ¡Sí! ¡Me parece bien!
Dijeron las chicas, con entusiasmo.
- Puees ¡Andando!
Y empecé a andar, a medida que caminabamos, más gente se unía al paseo, un paladín llamado William.. Otro caballero, que no recuerdo su nombre, sólo se que llevaba una bonita yegua consigo, y un arcano, Amion.
Pero el grupo aún no estaba completo, dejamos atrás a mi hermano, y cuando me dí cuenta pregunté
- ¿Y mi hermano?
- Está con Daya atrás, vienen en seguida.
Me aclaró Beli.
Daya es bastante agradable, aunque tiene un genio un poco.. En fin, que cuando se enfada, mejor correr si no quieres que te de una patada en el trasero.
Pero la mayoría de las veces, es dulce, me gusta cuando camina balanceandose y esquivando los charcos.
¡Se me olvidaba! Daya, Keila y una elfa llamada Gwenn, forman un grupo de actuaciones.
Cuando ya estabamos todos, nos adentramos en el bosque, mientras caminabamos, un temblor de tierra hizo que nos parasemos, al poco pasó.. Y no le dimos mucha importancia. Recogimos unas pocas bayas y luego fuimos a descansar a un refugio cerca del bosque.
Nos sentamos junto al fuego y me llamo la atención un mapache que pululaba por allí, era bastante regordete y gracioso.
De pronto, la yegua del caballero empezó a relinchar, algo nerviosa.
- ¿Qué le pasa al caballito?..
Preguntó Keila, mirándo hacia la yegua.
El caballero se levantó e intentó tranquilizar a la yegua, cuando volví a buscar al mapache, éste se escondía tras las ramas de los arboles también asustado.
- ¿Qué es lo que pasa? Los animales están muy nerviosos..
Dije, levantandome y llevando la mano a la empuñadura de mi espadón.
Y de golpe, de entre las ramas, apareció una enorme araña.. Levantando sus patas delanteras, amenazante..Tenía dos enormes colmillos que chorreaban una cosa biscosa.. Y sus ojos nos miraban.
- ¡Cuidado!
- A..Araña..
Dijo Keila, agarrando la mano de Daya, asustada.
- ¡Ah que asco! ¡Que se vaya!
Daya gritaba, cerrando los ojos, le daban pavor las arañas.. Y bueno, ésa más.. Era enorme.. Hasta yo me asusté, no lo voy a negar.
Vimos que, la araña no atacaba.
- ¿Sabeis hablar araño?
Dijo Keila.
Yo lo intenté, pero no.. El araño no es lo mío.
Entonces una silueta femenina bajó de un árbol cercano, llevaba un arco y un carcaj de flechas a la espalda.
- Szaajs..
Dijo la extraña mujer, hacia la araña.
- ¿Quien eres tú?..
Pregunté.
- ¿Yo?..
- Sí, tú.. Tu araña nos ha asustado y por poco nos come, mujer ¿Cual es tu nombre?
- Los nombres son cosas bonitas, pero no sirven para nada.
Contestó la mujer. La verdad.. Me llamó la atención nada más aparecer.
- Entonces ¿Cómo nos podemos dirigir a tí?
- Ya los has hecho, "Mujer"
Y emitió una leve carcajada.. No sé si fue a mí, pero su risa me resultó dulce.
- Ahora si me dejais, quiero sentarme.
Ella siempre hablaba con un tono seco, directo y cortante.
Se acercó hacia el fuego y se bajó la capucha.
Ella también era diferente.. Tenía el pelo rojo, recogido en una larga coleta, y de su frente, asomaban dos pequeños cuernos..Y sus ojos, sus pupilas eran alargadas, cómo las de un gato.. Y su mirada, parecía que ardía fuego en ella.. Pero quizás sólo sean cosas mías..
Me puse de cuclillas, guardando las distancias, y clavé el espadón en el suelo, observando a la extraña mujer.
El caballero y el paladín, se quedaron atrás, parecían estar alerta.
Keila y Daya, seguian juntas, desconfiadas..Pero Beli, se sentó a su lado, tan tranquila, parece que le cayó bastante bien.
Estuvimos hablando un rato, la mujer tenía un humor bastante negro, pero a mí, me divertía.
- Szaajs..
Y le hizo un gesto a la araña que ésta, se puso delante de la salida.
- ¿Qué estás haciendo? Dile a tu araña que se aparte ahora.
Dijo uno de los caballeros, si mal no recuerdo.
Me levanté cogiendo el espadón.
- Bah.. Sólo está aburrida, y cómo no para de dar tumbos de aquí para allá, se distrae intentando ponernos nerviosos.
Dijo mi hermano, él parecía tranquilo.
- Mh.. Un muchacho observador
Dijo la mujer, volviendo a hacer un gesto a la araña, que se apartó, dejandonos paso.
Pensé que quizás.. Ella podría ayudarme.. Ella era distinta..Me comía la curiosidad por saber más..De ella y de lo que podría pasarme a mí.
Fueron saliendo del refugio, y yo quise hablar de nuevo con ella.. El paladín no me dejaba quedarme sólo con ella, no sé porqué..Así que arranqué una hoja de mi cuaderno y le escribí un mensaje.
- ¡Eh, Mujer!
Y le lancé el papel.
Despues salimos..Y yo no podía apartar su rostro de mi cabeza.. Me daban ganas de volver allí pero no debía hacerlo.