No recuerdo bien mis origenes, al parecer aparecí desnutrida y medio muerta junto al fuego del campamento (situado junto a la Corriente del Unicornio) que habia montado aquel hombre al que yo llamaba padre. Cuando me encontró no sabia qué hacer conmigo, pues aún era demasiado pequeña y necesitaba comer pronto o moriría. El pueblo más cercano se encontraba a varios dias de alli, aunque nos pusieramos en marcha para cuando llegasemos ya habria muerto. El hombre empezo a rezar unas oraciones en idioma druidico. Al rato, entre los matorrales una gran loba gris asomó la cabeza, miró al druida a los ojos y salió al descubierto seguida de cuatro cachorros.
Durante el tiempo que permanecimos en el bosque me estuvo amamantando aquella loba a la que yo llamaba madre.
Mis tiempos de niñez transcurrieron en el Bosque Alto . Allí viviamos Stan(mi padre), su oso Oklack y yo acompañados de la manada.
Todo era tan hermoso...me pasaba las horas muertas jugando con Koli, un Halcon que aparecio un dia y no se ha separado ya de mi lado y buscando ingredientes para las pociones de mi padre. Una vez a la semana ibamos a visitar el círculo druidico y entregarle la mercancia al maestro.
El círculo druidico estaba formado por un conjunto de druidas que adoraban a Mielikki; éstos se reunian para tratar asuntos naturales, comercializar sus pociones y orientar al aventurero perdido.
Pero un día todo cambió, recuerdo que ese día cumplía once años, era viernes y como todos los viernes nos dirigiamos al círculo druidico a llevar la mercancia. Cuando llegamos allí Stan se puso a conversar con el maestro. Sabía que me aburriria escuchando la conversación, así que, como siempre me acerqué al arroyo a lanzar piedras y hacerlas rebotar con la superficie del agua. Koli me siguió y se poso a mi lado. Entonces pasó. De la espesura del bosque sentí una voz (¡El bosque me estaba llamando!) me quedé petrificada no podia creer lo que estaba pasando. Sin pensarlo dos veces me adentré en la oscuridad del bosque. No paraba de oir voces provenientes de cada uno de los rincones, era como si los arboles murmurasen a mi paso (¿Qué estaba pasando?¿A caso estaba volviendome loca?) . de repente llegué a un claro, en medio de él se encontraba una luz muy intensa. Me acerqué lentamente y me puse bajo esa luz, entonces, de repente de la nada, a mi alrededor empezaron a brotar tallos, de los cuales, al poco tiempo surgieron hermosas flores . Después aparecieron animales de todo tipo, recuerdo que su pelaje brillaba con fuerza y desprendian destellos luminosos al correr. Entonces del cielo descendio un bello unicornio de cuerno dorado y ojos azules.Me acerque al bello animal sin ningun temor pues irradiaba confianza, extendi mi brazo para tocar su cabeza y desaparecio. De repente abrí los ojos. Me encontraba junto al arroyo donde habia estado justo antes de oir aquellas voces. Estaba confusa por lo sucedido. Miré hacia atrás buscando a mi padre, el ya no se encontraba allí. Miré a un lado y a otro buscandolo sin resultado (¿Donde estaba mi padre? ¡No se podía haber ido sin mí!)
Desvié la vista hacia el maestro. El me miraba fijamente y sin parar de sonreir se acercó lentamente hacia mi y dijo:
-No lo busques más pues el ya no se encuentra aquí, se ha marchado allá donde el Equilibrio peligra.
Al oir esas palabras me quedé blanca (¡No podia haberme abandonado!)
El maestro rio al ver mi reacción y volvia a hablar:
-Se como te sientes, no todos los dias se recibe la llamada de Mielikki, muchos la buscan durante toda su vida en vano, pues no es el druida el que elige a Mielikki sino Mielikki es quien elige al druida y amiga mia me temo que te ha elegido a ti.
Me quedé petrificada, mi corazón rebosaba de alegría al oir sus palabras(Mielikki me ha elegido!!! mi padre estaría orgulloso de mi).
-Yo te enseñaré cuanto debes saber. -dijo el maestro-
Pasaron los años Nawen ya había crecido y se habia convertido en una mujer y desde la llamada de Mielikki adquirio una habilidad especial para sanar.
Tras duros años de entrenamiento había llegado la hora de dejar la arboleda.
Aún puedo recordar las últimas palabras del maestro:
-Nawen ha llegado el momento.Toma esta vara de fresno (una vara sencilla y sin adornos llamativos)la he tallado yo y tiene la bendicion de Mielikki para reforzar tu innata habilidad para la sanacion. Koli te acompañará en tu viaje. Te deseo suerte y recuerda: Todo forma parte de un ciclo hábil y hermosamente equilibrado. Ya conoces con claridad el Equilibrio Sagrado. Haz que otros lo vean y oponte a aquellos que lo perturben. Recurre al enfrentamiento directo solamente cuando el tiempo o una acción hostil te presionen. Lucha contra la tala de los bosques, destierra la enfermedad allá donde la encuentres, defiende a los árboles y planta nueva flora donde sea posible. Destruye el fuego y a quienes lo usan.
-Así lo haré maestro. -respondí-
-Que Mielikki te proteja y te guíe hermana.
Entonces me puse en marcha sin rumbo fijo y el destino me llevo hasta las puertas de Nevesmortas.
Añadir que a pesar de que mis descansos son de sueño muy muy ligero alguien consiguio hacerse con mi muy apreciada vara de fresno, y que algun dia espero recuperar-
Historia de Nawen: Prologo (Actualizado)
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