La Marca Argéntea

Estaba Keila en la biblioteca de la Escuela de magia ojeando su libro de gramática común, preparando las siguientes lecciones que les iba a dar al joven barbaro Ardeil y a la elfa Zeras, cuando escuchó a dos niños hablar del ataque de los orcos acaecido en la villa pocos dias antes. Alzó la vista y los miró sonriente. Los crios la miraron y le preguntaron:

- Tu estuviste alli?

La semielfa asintió y ante la mirada curiosa de los infantes comenzó a narrarles los hechos, omitiendo los detalles que pudieran impresionar a los niños.

La guerra es cruel y desagradable, pero hay que defenderse cuando nos atacan pequeños.

Cientos de orcos atacaban por doquier nuestra casa, nuestro hogar, nuestra Villa. Los guardias de la aldea daban su vida por acabar con la amenaza y muchas personas se les unieron. Poderosos guerreros, arcanos, bardos,protectores de los bosques e incluso medio dragones, colaboraron para derrotar a esos furiosos orcos que amenazaban con acabar con todos nosotros.

Cada oleada era mas fuerte, pero los valientes resistian los duros embites de los orcos. Atacaban por todos los flancos, dejandose llevar por una ira irraciaonal, una ira que quizás dio ventaja a los defensores de la villa. Uno de ellos llevaba una armadura de la orden empalada, qué podria significar aquello? de dónde la habrian sacado, quizás era de su antiguo portador? Estas preguntas y muchas otras surgieron en la cabeza de todos los alli presentes, pero no era tiempo de hablar, era tiempo de actuar y asi la dama Nerea tomó el mando, mientras la guardia llevaba a los heridos a la Atalaya, dirigiendo el grupo hacia el cubil donde moran estos seres.


El numeroso grupo se dirigió hacia el Oeste
en busca de respuestas o de su muerte
se prepararon para la gran batalla
pues no sabian la suerte que les esperaba
los arcanos conjuraron poderosos sortilegios
los bardos arengaban hasta a los menos dispuestos
Los guerreros colocados al frente bien armados
y los arqueros atras cubriendo a todos sus hermanos

Y asi avanzaron hacia el campamento de los orcos todos juntos, algunos temerosos, y otros valientes, pero todos con el animo de acabar con esa locura, con ese violento ataque.

Cuando los tuvieron frente a frente no decayeron en la lucha, algunos eran extremadamente fuertes y rápidos, hieriendo gravemente a los valientes defensores, pero los que seguian en pie, no daban tregua, no se iban a dejar ganar por los terribles pieles verdes.

Las flechas volaban por doquier, *Keila gesticula mientras les narra esta parte a los niños imitando con sus gestos lo que va diciendo*el sonido del acero chocando con los escudos resonaba en el eco de la montaña y el murmullo de los arcanos conjurando se hizo presente por encima de los gritos de los orcos. Todos juntos lograron ganar esta primera batalla!!!

Mientras se atendia a los heridos, los que aun estaba en pie se mantenian vigilantes, pues seguian saliendo de la cueva, claramente ese era el objetivo final. Cuando todos estuvieron listos alli se adentraron, en la cueva de la montaña. Habia muchos, cientos, pero no conseguian parar a los bravos defensores. Se acercaba el fondo de la caverna y quizás la última batalla.

Alli debia estar el lider, y asi fue, pero no era un orco tonto y estaba acompañado por poderosos chamanes que usaban magias mortales. Finalmente los valientes, lograron acabar con todos, dejando a su lider en pie. Fue interrogado ese ser, el cuál portaba un emblema de la orden agitandolo frente a la cara de la dama Nerea, mientras ésta le hacia varias preguntas . El lider acabó quitandose la vida con sus propias manos, lo que llamó mucho la atención de los presentes.

- Y cómo es que tenia cosas de la orden?- preguntaban los niños

- Esa duda no se resolvió, pero estoy segura que tanto la Guardia como la Orden investigaran, para desvelar ese por qué *dijo sonriente a los niños*

Y entonces Keila comenzó a recoger sus cosas, mientras los pequeños le preguntaban mil y una cosas, les contestaba saciando su curiosidad, pero ahorrandose los detalles escabrosos.

Al salir, la barda le daba vueltas a una cosa: cómo es que tenian esa armadura y ese simbolo, será que alguien de la orden fue la que atacó a sus hembras y a sus crias, o será que una persona malvada, les quiere hacer creer eso a los orcos? sea como fuere, han prometido venganza habrá que estar alerta.

//Logicamente, esto no ocurrió , pero es lo que cuenta Relenar ante su ausencia xDD


-¿Qué si estuve presente? Por quien me tomas! Claro que si, como iba el Gran Relenar a perdese dicha aventura?

Afirmaba impetuoso y orgulloso el trovador bajo su sombrero a los crios que le observaban.

-Solo que yo, casi ya al final del corredor repleto de orcos que nos dirigiria al final de dicho conflicto me ocurrio algo sorprendente, inaudito y sobre todo, conmovedor.

Los niños miraron con los ojos como platos al bardo mientras este dejaba un leve silencio para darle emocion al asunto y prosigió,sonriente.

-Cuando estabamos a punto de alcanzar el final, pisé una trampa en el suelo. Un trozo de alfombra rota que tapaba un grandioso ajugero. Me deslicé por los tuneles que habian allí, algo perdido hasta caer en una vieja celda. Allí, justo frente a mi, habia un orco gigantesco que me miraba con un aire de superioridad. "Maldito bastardo" le dije, desenvainando mi acero y sosteniendole la mirada. "Será mejor que me sueltes o.." "¿O que?" Me cortó, apartandose a un lado y permitiendome ver otra celda justo frente a mi, donde al pie de la misma descansaba una mujer humana inconsciente y herida. "¿Vas a hacer alguna tonteria costandole la vida? O intentarás huir, elfo?".

Los niños observaban al bardo inflarse entre palabras, alucinados sobre el momento y sin uno de ellos poder contenerse saltó diciendo: "¿Que hiciste y que hiciste??"


-Jé, dejame continuar,pequeño. Estaba algo contra las cuerdas, apoyado contra las rejas que no me permitian acercarme a ella cuando miré al orco y le sonreí. "Maldito bastardo, me la has jugado pero bien esta vez... ¿Me permites una cancion?" el orco gruñó, enfadadisimo. "¿Cantar?Solo se teocurre eso? Cantar??" le dediqué la mas inocente de las sonrisas que me salia en ese momento y afirme: "Entonces no tendrás problema con eso... no?" El orco dudo un momento, mientras yo hacia mano de mi laud y los dedos se deslizaron sobre las cuerdas con una habilidad magistral. permitidme que os lo muestre.


El trovador descolgo su laúd y los dedos empezaron a acariciar las cuerdas, presionando acordes. La melodia tomaba forma y nombre, cuerpo y alma, parecia que hubiese nacido aquel momento para oír esa cancion. Los niños, observaron con los ojos comoplatos la forma con la que el trovador jugaba con el sonido de la lluvia tocar el suelo, con el leve silencio entre nota y nota, pudieron observar como cada suspiro y bocanada de aire que soltaban el mismo bardo lo convertia en parte de una cancion tranquila y melodiosa,una cancion que describia tranquilidad y sosiego.

-"Mi nombre es Relenar, portador del Sueño latente y músico que ahora os domina, orco. Os ordeno criatura, que habrais esta celda y la de la dama, permitiendo que esta se vaya y permitiendome a mi que os dé el justo castigo que mereceis por semejante osadía." Y sin más, el orco obedeció, como hechizado.

Relenar detuvo la musica, haciendo despertar de un leve trance a los niños que lo miraron aun más fascinados si cabe, colgando de nuevo el laud sobre su espalda. Y continuó:

-Tras ello, desenvaine mi espada y lo señalé,inquisitivo. "Listo o no, preparaos para probar la ira de mi acero." Aun no habia acabado de decir la frase, cuando me abalanzé sobre él con el arma en la mano, rode por el suelo delante de sus narices y acompañe el movimiento hundiendo mi arma en su torso. Apenas le dió tiempo a reaccionar cuando rode sobre mi mismo a la par que saltaba, y en un golpe giratorio le hice un fino corte en el cuello depositandome de nuevo en el sitio, y murmurando: "Que sirvais como advertencia, pues jamás consentiré que oseis,tu o cualquiera de los tuyos poner una mano encima a otra dama". Me reincorpore, envainando el arma y tomando a la dama en brazos. Murmure las palabras del conjuro que me llevarian de vuelta aqui, a Nevesmortas, brindando una vez más una victoria del bien sobre el mal.

Los niños se levantaron, euforicos. "Bravoooo" gritaban, "Sois todo un heroe!!". Relenar, ante dicha adulación solo pudo sonreir y añadir:

-Lo sé. Y ella, la mujer que salvé, también lo sabia. Tras dejar a la muchacha en un lugar seguro, me acomodé mi sombrero y me alejé, recortada mi silueta en el horizonte. Dando un final feliz a esta historia.

Y sin más, el trovador se levanto, sonriendo a los muchachos y emprendió la marcha.

-Estos niños...

Fue lo último que se oyó al trovador mientras este se alejaba.