Página 1 de 1

Presentacion e Historia de Fargo.

Publicado: Sab Abr 09, 2011 1:00 pm
por Daeron
Buenas a todos.

Este personaje viene de lejos, por lo que me veo obligado a contar su historia, que aunque resumida, es algo extensa. Pido pues de antemano disculpas y haré en un párrafo un resumen breve del pj para aquellos a los que la historia se les atragante, pues hay algún capitulo que he considerado importante no resumir. Un saludo a todos.

*************

Fargo:

Veterano soldado del ejercito de Cormyr y espada a sueldo, prefiere con mucho el calor del combate cuerpo a cuerpo. Un tipo ecuanime, de mirada profunda y caracter serio, tiene un gran y particular sentido de la camaraderia forjado a base de años de guerras. Un hombre duro y con no demasiados escrupulos. Sus armas son la espada de mano y media, que combina con su escudo o con la daga "Vizcaina" que lleva en el cinto tras la espalda segun requerimientos del encuentro.

Re: Presentacion e Historia de Fargo.

Publicado: Sab Abr 09, 2011 1:02 pm
por Daeron
PARTE 1


La luz de las antorchas de la segunda línea raspaba débilmente la linde de aquel espeso bosque. La lluvia repiqueteaba sobre los centenares de armaduras de la formación de Cormyr, que identificada con el emblema de la casa Obarskyr, un dragón púrpura, era el más organizado, mejor entrenado y más numeroso ejército de las tierras de Faerûm. No había lugar para el temor.

Entonces sonó el cuerno.

El silencio reinaba en la formación, tan solo las letanías de los hechiceros de la orden diseminados entre las líneas de soldados rompían el monótono estruendo del avance de los soldados. Escudos, corazas, botas y barro.

Paso a paso nos acercábamos a la linde del bosque, mi unidad, una unidad de soldadesca voluntaria, avanzaba por uno de los flancos de la formación. Paso firme, siempre adelante, en las manos nuestros aceros. Sobre las empuñaduras, los nudillos blanquecinos atestiguaban el ansia y la tensión por el inminente combate.

De nuevo, el cuerno.

La formación se detuvo. Calma. Silencio. Cientos de ansiosas miradas escudriñaban la negrura del bosque, ya a tiro de honda.

Silbidos.

Cientos de silbidos que provenían del bosque rasgaron el silencio, una temible orquesta de aguda sinfonía que dio paso al estrépito de las armaduras de los caídos chapoteando en el barrizal. Las primeras líneas del centro se desmoronaron sobre el campo de batalla, y las unidades de flanco recibimos la orden de ataque. Ataque a un enemigo que ni siquiera habíamos logrado ver.

Iniciamos la carga aceros en mano, Goldrik gritaba órdenes, cada bocanada de aliento parecía insuficiente y la carrera por el barro hacia la espesura parecía no tener fin. Las saetas silbaban entonces por nosotros, Goldrik dejó de gritar cuando una flecha le atravesó la garganta. Sus ojos se clavaron en mí en el instante en que tuve que saltar por encima de su cuerpo que ya sin remedio yacería en aquel prado. Llegamos a la espesura sin aliento y los ojos inyectados en sangre, sentía el pulso en todo el cuerpo, sin cesar en la carrera, arremetimos contra los destellos de lo que parecían armaduras. Lo eran.

Los ejércitos del bosque cargaron, las espadas de los hombres y elfos se cruzaron en una bacanal de sangre y acero.

Todo acabó al alba. La luz del día bañó los prados de Los Valles, mostrando la imagen dantesca de la victoria. No hubo celebración. Solo los lamentos de los heridos que esperaban la muerte mientras observaban impotentes como sus entrañas palpitaban en sus ensangrentadas manos. De mi unidad solo tres supervivientes, cincuenta iniciamos la carga.

Así era la vida de un soldado. Feliz por ver otro amanecer.

***

El ejército regresó a Suzail. Esta vez la unidad obtuvo su correspondiente paga.

No habrían pasado más de tres lunas cuando, como de costumbre, en un callejón y bajo el embozo de una capa de color oscuro, Amartir, mano derecha del senador Aznur, reclamo su atención hacia un lugar discreto.

-Fargo… -Saludó Amartir con la cabeza en modo cortés.

Fargo acomodó sus manos en el cinto, colgándolas por los pulgares. Miró sombrío a Amartir.

-De quien se trata esta vez. – Fargo avanzó tres pasos y salió de la sombra que las casas proyectaban a la luz de la luna.

El gentilhombre levantó la vista. Fargo llevaba su coraza habitual, sus pantalones de cuero marrón estaban desgastados y roídos y las recias botas ajadas contaban ya años de camino. Su rostro, de semblante gélido, mostraba sin pudor y casi con cierto orgullo una cicatriz en su lado derecho, recuerdo de alguna escaramuza callejera o batalla, que recorría unos siete centímetros, de arriba a abajo, el camino entre la sien y el ojo, hasta la mejilla.

Criado en un hospicio, nunca tuvo otra familia que sus compañeros. Sobrevivió de niño como un vulgar ratero, hasta que tuvo fuerza suficiente para empuñar una espada. Aquel acto marcó su camino, y fue voluntario en las primeras guerras de Cormyr con Aguas Profundas, tenía 16 años.

El ejército le alimentaba durante los tiempos de guerra, la sangre de la venganza o las cuentas impagadas lo hacían en los tiempos de paz.



-Un mercader extranjero llegará mañana al caer la tarde. Deudor de mi señor, le ha causado grandes agravios en…

-Eso no es asunto mío. –Interrumpió Fargo con voz grave.

Amartir sonrió.

-Cerca de las caballerizas del Noroeste, vestiduras oscuras, una capa con ribetes dorados. Cinco mil monedas. –Desató de su cinto una pequeña bolsa de cuero y la lanzó hacia Fargo que la recogió al vuelo. Frunció el ceño, asintió despidiéndose de Amartir, y lentamente dejo atrás el callejón.

Todo estaba dispuesto. Sería mañana. Al caer el sol.


***
Los empedrados de las calles de Suzail empezaban a tornarse gris mientras despedían al día, las bulliciosas calles acallaban su jolgorio. Una nueva ciudad surgía al caer la tarde.

Una figura solitaria esperaba pacientemente apoyada en el muro de una calle bajo una arquería de medio punto junto a las caballerizas, cobijado en la sombra.

El sonido de unos pasos rompió el silencio de la calle. El hombre de la capa con ribetes dorados pasó de largo de la arquería sin poder evitar mirar de reojo la sombría figura apoyada en la pared. Cuando hubo recorrido tres pasos más, el verdugo dio un paso al frente.

-Aznur os saluda…

Aquella profunda voz caló en el hombre de la capa y un escalofrío recorrió su espalda. Quedó inmóvil.

-Aznur debió apoyar a la asamblea. –Contestó el hombre con voz temblorosa a tiempo que se giraba hacia Fargo y desenfundaba su estoque.

Fargo avanzó hasta situarse frente a él, mirando a los ojos a aquel hombre.

- P… puedo… puedo pagaros. ¡Más que él! –Balbuceó.

Fargo desenfundó, el pobre infeliz trató de defenderse pero obviamente no era un espadachín. Los aceros se cruzaron y aquel hombre luchaba como un animal indefenso que trataba desesperadamente de aferrarse a la vida. En un instante de duda del hombre y con un certero movimiento, Fargo segó de un tajo la garganta del pobre desgraciado. Enfundó sin prisa, mirando a los ojos a aquel extraño que empezaba a ahogarse con su propia sangre mientras trataba de pedir auxilio. Fargo desapareció de la escena caminando, con su gesto serio, y cierta tristeza en la mirada.

-Nunca más…

***

El gentío y el alcohol abotargaban su mente, los codos reposaban sobre la mesa de madera, que sedienta bebía de los pequeños charquitos de vino que derramaban los cántaros de barro volcados. La vida pasaba mientras la bolsa de cuero que Amartir le había entregado ya había menguado para aplacar su sed, o quizá la de su conciencia, si aún le quedaba. Aquella oscura taberna se había convertido en su refugio por esa noche.

***

Al alba las noticias llegaron a sus oidos, el senador Patro había sido asesinado esa misma noche. Traición. Aquel hombre ni era mercader, ni había engañado a Aznur. Su crimen fue apoyar una moción de la asamblea que limitaba la libertad de actuación de Aznur sobre las arcas de Cormyr, después de cobrar una elevada suma de manos de éste para inclinar la balanza a su favor.


Aznur salió del paso entregando a Amartir a la guardia, acusándole de haber tomado medidas de motu propio. Poco antes de ser condenado a muerte, Amartir reveló el nombre y la descripción de la mano ejecutora, Fargo, con la esperanza de salvar el cuello. Lamentablemente nada consiguió y esa misma mañana su cabeza reposaría con gesto desencajado sobre un cesto de mimbre.

De este modo, Fargo se enfundó en su capa, se cubrió la cabeza con una capucha y embozado salió de los límites del reino de Cormyr.

Marchó al Oeste, muy al Oeste. Cruzo el mar enrolado en la tripulación de un barco mercante que le llevó hasta las tierras de Amn. Una nueva tierra, nadie le conocía, nadie le buscaba. Una nueva oportunidad.

Bajó del barco y respiró hondo en tierra firme. Se sentía a salvo.


***

Re: Presentacion e Historia de Fargo.

Publicado: Sab Abr 09, 2011 1:03 pm
por Daeron
PARTE 2


Las heridas habian dejado de sangrar.

Fué una noche larga en los llanos, el dolor no le dejaba dormir. Un guardia hacía su habitual ronda. La noche no parecía interesante a judgar por el rostro del soldado que ya reflejaba el cansancio de horas de silencio y calma nocturna.

Al pasar cerca de Fargo, sentado en un banco, el muchacho bajó los pertrachados brazos en actitud de descanso y se dirigió a él:

-¿Aburrido? -Preguntó con cierto tono de complicidad.

Fargo asintió con la cabeza.

-¿Habeis pensado en alistaros? -Comentó tras examinar de arriba a abajo a Fargo.

-¿Pagan bien? -contestó.

-No está mal. Cama, comida, una paga y pertrechos a buen precio.

Fargo miró hacia el Este, extraviando la mirada hacia las empalizadas.

-Parece que la ciudad se prepara contra algun ataque...

-Estamos en guerra. ¿No habeis oido nada? -Replicó el soldado enarcando una ceja- Frenamos a las hordas de no muertos hace media estación, al Norte, en las puertas. Fué una gran batalla, quizá ya se haya escrito sobre ella, o quizá los trovadores y juglares ya canten y hagan negocio de las proezas de la batalla.

-¿Habrá reclutamiento para la proxima batalla? -Se interesó Fargo.

-Por supuesto.

Fargo miró al suelo y musitó...

-Parece que la vida tan lejos de Cormyr no es tan distinta después de todo... -Quedó un instante pensativo y con gestó serio pero resignación en su mirada contestó: -Quizá compartamos línea en alguna ocasión. -asintió.

El soldado esbozó una sonrisa, y prosiguió su camino mientras se despedía de Fargo.

-Quizá. No olvides pasarte por los cuarteles, allí te informarán. -La voz del hombre se desvanecía mientras se alejaba.

Fargó se levantó y fué a buscar algo que llevarse a la boca, ya llegaba el alba. Otra noche en vela.

****

Algun tiempo después, Fargo se alistó en la Legión del Norte, el grupo de bastardos más duros y fieles que jamás conocerá. Y concentró su vida ha hacer lo que siempre había hecho, vivir matando. Después de todo, que demonios, se le daba extremadamente bien.

Pero un día, en aquel cuartel, rodeado de legionarios que rompían el tedio de la espera dirimiendo a nudillo la vanal disputa por un chusco de pan, su camino tomó un nuevo rumbo.

Volvió a verla.

La pelirroja era una barda de renombre que pululaba a sus anchas por la Ciudad de la Moneda, socialmente reconocida y amable con cualquiera, diríase que el polo opuesto al Legionario.

Algo pasó ese día, y comenzaron a viajar y a verse con asiduidad en compañía de los viejos compañeros de camino.

Re: Presentacion e Historia de Fargo.

Publicado: Sab Abr 09, 2011 1:05 pm
por Daeron
PARTE 3

Ahí estaba él, frente al tosco dibujo que hace algunas lunas había grabado en la piedra de aquel saliente del acantilado, buscando en la distancia un pedazo de tierra imposible de ver, pero tan añorado que simplemente saber que se alzaba más allá del horizonte, le hacía mas cerca de su hogar. Lo que se hallaba grabado en la roca era la derrota marítima a tomar para llegar a Cormyr. En su mano, un pergamino con noticias sobre la reconstrucción de la capital. En su mente, el deseo de que su cuello ya no fuese un trofeo.

Arrugó el papel y lo lanzó al mar.

Adoraba la Patria por la que tantos años había luchado, era capaz de perdonar su traición, al fin y al cabo, bien sabía los riesgos que corría. Pero quizá no es momento de volver y dejar atrás todo lo que aquí ha conocido y jamás había tenido.

De regreso a la ciudad de la moneda, abandonando la placentera sensación de la brisa marina y el sabor del salitre en los labios, Eowarin le observa desde el fondo de una calle.

Enarcando una ceja, el jubiloso Elfo lo esperaba en actitud de reproche, con ambas manos en las caderas y esperando que estuviese a la distancia adecuada:

- Ahí estás… ¿Qué es eso de marchar del espectáculo sin hablar con los artistas?
- Ignoraba tal formalidad…- Contestó Fargo manteniendo su seriedad, tratando de ocultar cualquier halo de preocupación.
- Anda vamos. – Concluyó mientras cogía al legionario por la muñeca.

Fargo se dejó llevar por Eowarin, que no paraba de hablar de la gran actuación que la compañía de los Reflejos de la Mirada había brindado hace pocas horas en las Cinco Jarras, entusiasmado, ensalzando las bondades de la Directora. “Ya sé de que va esto…” Fargo ataba cabos mentalmente: Miradas cómplices entre Arabela y Branwen, actitudes estudiadas, comentarios que se deslizan en un oído ingenuo que cree que sólo él tiene el privilegio de escuchar… Los temores del legionario comenzaban a hacerse palpables.

Ya en las Cinco Jarras, Eowarin trataba de corresponder a la invitación del legionario bebiendo pequeños sorbos de una jarra de barro repleta de buena cerveza, Gineu tomaba su zumo y Fargo degustaba un buen vino peleón, cosecha de la estación fría.

La conversación rememoró la actuación de la noche, mientras Eowarin parecía palidecer a cada sorbo de la jarra. Sin duda media jarra fue demasiado, y el Elfo tuvo que salir a tomar el aire, trazando un nuevo y sinuoso camino hasta la puerta de la posada. Fargo lo vió salir con una leve sonrisa dibujada en su rostro, y se dispuso firme a terminar con la jarra que tenía delante.

Y ella, que le miraba en silencio y sonriente, llevaba su traje nuevo y el pelo recogido, salvo ese mechón rojizo que cruza altivo su rostro hasta la barbilla.

Ambos acusaban la falta de sueño, y como en otras ocasiones, obligados por largos viajes decidieron compartir la estancia a fin de ahorrar unas monedas. Nada fuera de lo normal. Apuraron sus bebidas y Gineu, haciendo uso de sus privilegios en la posada, pidió la llave de una de las habitaciones.

- Las mejores estancias de la ciudad.- sonrió Gineu mientras giraba un cuarto de vuelta la llave en la cerradura.

Cruzaron el umbral de la puerta y Fargo admiró la estancia un instante.

- Un aposento digno de un noble…

Gineu sonrió, acostumbrada a las comodidades de las grandes ciudades que su posición le permitía.

Él se deshizo lentamente de las placas de su armadura. Ceremoniosamente y siguiendo una marcada rutina ordenó las placas junto a sus pertrechos a un lado de una de las dos camas que presidían la estancia. Se tumbó sobre el mullido colchón con ambas manos tras la nuca y quedó mirando al techo.

Recordaron los viejos amigos entre risas, mientras ella se deslizaba tras los biombos, los tugurios en que se habían visto obligados a pasar la noche a lo largo de sus viajes, cuando era bajo techo, ya que la mayoría de las veces el calor de una hoguera y una manta, eran la máxima comodidad a la que habían podido optar.

Gin salió del biombo ataviada con una blusa blanca, ancha y vaporosa, su rojiza melena desatada y una sonrisa capaz de vestirla por completo.

Fargo no pudo evitar desviar una mirada, observando como a cada paso la blusa se deslizaba acariciando su pálida piel, dibujando sobre ella el relieve de sus delicadas formas, mientras el suave mecer de su pelo parecía perfumar la estancia. Devolvió la mirada al techo.

Se desearon buenas noches, como de costumbre, y las velas se apagaron.

***

A la mañana siguiente, él despertó antes. La luz de la tarde se colaba por las rendijas de las contraventanas de madera, coloreando las sábanas blancas de la cama de Gin. Instintivamente se quedó mirando el remolino de pelo sobre la almohada, hasta que tras él, amanecieron lentamente los ojos brillantes de ella, que miraron al guerrero.

Él le dio los buenos días y se incorporó para sentarse en la cama. Comenzó a acordonarse las botas en silencio…

- ¿Te vas a marchar? – Preguntó ella repentinamente.
- Ya es hora. – Contestó él.
- Quiero decir… a Cormyr. – Se incorporó sujetando las sábanas contra su pecho, pudorosa.

Fargo levantó la vista y paró un instante de acordonar las botas, se puso en pié y caminó hacia la cama de Gin para sentarse en el borde.

Quedó mirando a Gin fijamente a los ojos, buscando en su mirada algo que corroborase sus temores. Ella apartó un instante la vista con cierto rubor. Fargo sonrió ligeramente con un aire de pesar en su mirada. Llevó la mano al rostro de Gin y lo acarició suavemente con el dorso. Qué gran contraste entre la suavidad y fragilidad de su rostro y la dura palma del legionario. La mejilla de la barda se tiñó de un rojizo pálido.

- Es una de esas batallas en las que no sabes si salir huyendo… pero es en esas batallas… donde el pecho más arde por el combate.

Tras un instante él se puso en pié y se dirigió hacia su cama, donde terminaba de preparar sus pertrechos para el viaje. Ella se levantó tras él, junto con las sábanas que ahora la arropaban.

- ¿Y quien… quien gana al final?

Fargo sonrió y se giro hacia Gineu.

- Hace falta valor para quedarse a mirar.- sonrió levemente el legionario.
- Y tú… ¿Tienes valor?- preguntó la barda suavemente.
- Mírame… que puedes esperar de mí. Soy un soldado... ¿y si un día no regreso?
- Todos moriremos…
- No podría hacerte eso…- Fargo apartó la mirada un instante y se giró a continuar preparando el petate mientras continuaba hablando. – ¿Y si flaqueo en la batalla por ese miedo?
- ¿Y si te hace mas fuerte?- Preguntó esperanzada Gineu.

Él dejó por un momento lo que hacía, y bajando los brazos prosiguió.

- Tú eres la razón por la que no me he ido ya a Cormyr. Tú y los nuestros.

Se giró hacia ella y avanzó unos pasos. Se situó delante y coló su mano bajo la melena rojiza, acariciando su nuca. Como fuera de sí o cegado por un encantamiento, comenzó a acercarse lentamente hacia ella. El tiempo se había detenido.

Al encontrarse a dos dedos de su boca, deslizó unas palabras.

- Es tan… difícil…

La semielfa, que había quedado inmóvil unos instantes, se amarró al hombro del legionario, y tomando un pequeño impulso dio un beso en al mejilla a Fargo, que quedó completamente helado e inmóvil, para después abrazarle con fuerza.

- No has de sentirte obligado.- Sonrió la barda mientras abrazaba al perplejo guerrero, que inundado de su calor, la abrazó poco a poco como una estatua de hielo que comienza a deshelarse.

La tomó por los hombros y la separó un par de palmos.

- Nadie me ha obligado a nada en mi vida.- Y Fargo besó a Gin. Un beso cálido y dulce, pero firme como el puño de un legionario. El tiempo se detuvo y ella se abrazó a su cuello, alargando por una eternidad aquel momento en el que la pasión hizo presa de ambos.

Quedaron mirándose un instante. Fargo se giró, recogió sus cosas ante la atenta mirada de Gin y partió hacia la puerta. Sus demonios le llevaban al menos medio día de ventaja. Antes de cruzar el umbral, se detuvo un instante para mirar a la barda, que lo observaba atenta con una leve sonrisa y un brillo en los ojos, abrazando sus rodillas, sentada en la cómoda cama.

Y cerró la puerta tras de sí.

Re: Presentacion e Historia de Fargo.

Publicado: Sab Abr 09, 2011 1:05 pm
por Daeron
ULTIMA PARTE


Tras dos guerras contra seres de otro mundo, a los que ya se había acostumbrado a tratar y sangrar suficiente para haber cubierto diez vidas, llegó la paz y regresó a la Ciudad.

Todo estaba en su sitio, solo que en calma, demasiada calma para lo que el recordaba. Muchos amigos perdidos, exiliados o caídos en la guerra con más o menos honores, todo aquello pesó a la Ciudad.

Paseando por las calles repasaba cada rostro, buscando aquel en que un mechón pelirrojo le sonriese risueño. La buscó durante todo el día, pero lo unico que finalmente encontró fue una nota manuscrita clavada en la puerta de su escuela de artes. Una despedida, algo así como “CLAUSURADA”.

No, aquella ciudad no era igual sin ella, ni siquiera la Legion.

Con la llegada de la estación cálida, montó a Suzail, pertrechandolo para el viaje, y volvió la grupa espoleando su montura para no volver la vista atrás. Iría en su busca.

Re: Presentacion e Historia de Fargo.

Publicado: Sab Abr 09, 2011 1:45 pm
por Wantu
Primero de todo: ¡gran historia!

Segundo:¡Que de recuerdos de otros tiempos! ¿eh Daeron :wink: ?

Tercero: Sigo pensando que podré tener personajes mejores, diferentes, pero como Arabela creo que ninguno :cry:

Re: Presentacion e Historia de Fargo.

Publicado: Sab Abr 09, 2011 11:58 pm
por JRJ
:rock: :rock: :rock:
Wantu escribió:¡Que de recuerdos de otros tiempos! ¿eh Daeron :wink: ?
*Suspira*

Re: Presentacion e Historia de Fargo.

Publicado: Dom Abr 10, 2011 6:14 pm
por Gineu
Yo no te digo ná!!!... que bien escribes Farguete ;)

Re: Presentacion e Historia de Fargo.

Publicado: Dom Abr 10, 2011 11:33 pm
por Torzai
Gran historia muchacho. Espero verte dentro del servidor ^^ un saludo xD