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Luz en las tinieblas, las andanzas de Lox Krainer

Publicado: Jue Abr 21, 2011 9:18 pm
por David
CAPITULO I: Caprichos del destino.

La lluvia caía con fuerza en el exterior de la caravana tirada por caballos. Lox Krainer sentado cómodamente en el interior, miraba por la ventanilla absorto en sus propios pensamientos. El reflejo del cristal mostraba un joven de entre veinte y veinticinco años, de rasgos suaves y facciones serenas. Una cuidada y fina perilla ocultaba parte de su mentón. Sus ojos de color pardo proyectaban una mirada calida y bondadosa. Su cabellera escarlata, un rasgo heredado de su madre, caía por encima de sus hombros, lisa y bien peinada.
Su madre… Todo había cambiado desde aquel fatídico día en que la enfermedad se llevo la vida de aquella que lo había dado a luz quince años atrás, en una pequeña aldea llamada Soubar de la Costa de la espada.
Tras la perdida, el padre de Lox, un antiguo caballero retirado, se entregó en cuerpo y alma a la bebida, haciendo caso omiso a los deberes familiares. De esta manera el adolescente pasó a tener que cuidar de si mismo y de su hermana pequeña Morag. Unas semanas después el padre de ambos desapareció dejando a sus hijos abandonados a su propia suerte.
Los meses pasaron lentos y repletos de dificultades, la cruda realidad no era fácil para un joven que apenas sabía de la vida y tenía a su cargo a una hermana cinco años menor que él. Si no hubiera sido por el padre Gallen, el sacerdote de Lathánder que predicaba en un modesto templo de la pequeña aldea, posiblemente nunca hubiera podido seguir adelante.
Gallen fue el apoyo que Lox necesitaba para hacer frente al destino que se le deparaba desalentador. El hombre de unos cincuenta y muchos años, fue el encargado de educar a los dos jóvenes, les ofreció su amor y su cariño como si de sus verdaderos hijos se tratasen, les ayudó a cubrir los gastos del hogar y lo más importante sembró la semilla que luego daría como fruto una fe inquebrantable en Lathánder, Señor del nuevo amanecer.
Tras un año, las cosas parecían que se habían encauzado. Lox ayudaba a Gallen en sus labores sacerdotales, mientras empezaba a seguir la senda del clérigo. Aprendió de las sagradas escrituras, cultivo cuerpo y mente bajo la supervisión de su mentor. Al fin estuvo preparado para el gran día.
Cuando Gallen no pudo enseñarle más, movió los hilos necesarios para que el joven de escasos dieciocho años entrara a formar parte del clero del templo de Lathánder conocido como las Agujas de la mañana, situado en Aguas profundas. Mientras, él se haría cargo de la pequeña Morag que poco a poco se iba convirtiendo en una señorita.
Los inicios en el templo fueron duros, el camino del clérigo exigía una gran fuerza de voluntad para seguir la senda. Los agotadores entrenamientos marciales se sucedían con interminables horas de oraciones y de meditación. Poco a poco los misterios de la fe se fueron desentrañando, dotando a Lox de la capacidad para canalizar las energías divinas a través de su cuerpo, moldeándolas a voluntad, para obtener beneficios inalcanzables para otras disciplinas.
Fueron cinco años de duro trabajo los que precedieron a su nombramiento como clérigo de Lathánder, bajo el rango de “Portador del Alba”.
Días después de su recién obtenido rango, su superior se le acercó, mientras él leía un pasaje del libro de Lathánder.
- Saludos Lox. – Hizo una pausa. – Ya has adquirido la experiencia necesaria en la senda de Lathánder como para encerrar tu destino entre las paredes de este santuario.
- Saludos… ¿A que os referís? – Preguntó el joven a la vez que cerraba el libro y se ponía en pie.
- Aquí no podéis aprender más. Ya habéis ostentado el grado de “Portador del Alba” ahora es momento de que prosigáis vuestra propia senda y llevéis la luz a otros parajes donde reinen las tinieblas.
- ¿Dónde puedo ir? Hace años que no salgo de este templo, este lugar es ahora mi hogar.
- Tomad. – Dijo el superior, mientras entregaba un sobre de correo a Lox.
El joven clérigo cogió la carta y leyó el remitente. Se trataba de su hermana, al parecer se había establecido en un pequeño pueblo llamado Nevesmorta.
Tras leer la carta de su hermana, Lox, recogió sus escasas pertenecías, su libro de oraciones, su símbolo sagrado y con unas pocas monedas de oro partió hacia Nevesmorta para reencontrarse con su querida hermana Morag.

El traqueteo de la caravana se detuvo. El cochero se acercó hasta la pequeña portezuela y la abrió.
- Hemos llegado hasta Nevesmorta, apéense aquí todos aquellos que lo consideren su destino. – Exclamó el cochero.
Lox se bajó y se cubrió la cabeza con la capucha de su sobretodo para resguardarse de la lluvia, ante él se hallaban las puertas de la aldea. Había llegado a su destino y solo Lathánder sabía lo que le deparaba tras aquellas murallas.

//Aquí os dejo los inicios de mi clérigo, que la bendición de Lathander os de fuerzas para leerosla. Gracias a todos.

Re: Luz en la tinieblas, las andanzas de Lox Krainer

Publicado: Jue Abr 21, 2011 10:01 pm
por Gineu
Está muy chula la historia a ver qué le depara el destino a Lox (el que también hace pipí) jejejeje ;)