Bunar sacudió la capa de pieles, dejando caer la nieve en la entrada, Gulfan lo contempló. -
Ha sido un largo camino. ¿Verdad Bunar?
Bunar soltó un bufido, -
Todos los caminos son largos y duros. - Lentamente se quitó las pieles, mientras se acercaba a uno de los grandes braseros que iluminaban la estancia.
Gulfan asintió. -
Aunque hay caminos más largos que otros. - Estiró la mano en forma de saludo. -
Todavía no me he presentado, aunque conozcáis mi nombre. Gulfan Tornafría, Paladín de los Martillos de Moradin y consejero de Rorann Martillorroca.
Bunar dejó de frotarse las manos frente al fuego y estrechó su mano.
Gulfan asintió y al notar el frío tacto de la mano de Bunar sonrió. -
Creo que necesitas un trago, sígueme. - Bunar recogió sus pieles y se dirigió tras el viejo enano por los inmensos salones de Adbar hasta llegar a una gran sala, con multitud de asientos de piedra tallado y mesas labradas en frío mármol y trabajado granito.
-
¡Amigo! Traed una buena cerveza enana para mi camarada, ha hecho un gran viaje hasta aquí. - Gritó al camarero mientras se sentaba con cierto trabajo. -
¿Sabes? Cada día me cuesta más sentarme en estas sillas... me hago viejo. - Sentenció con una carcajada.
Bunar siguió callado, con las pieles amontonadas en el asiento continuo y el gran hacha al alcance de su mano. Contempló al viejo enano hasta que llegaron las bebidas. De larga y espesa barba blanca, con anchos hombros y manos fuertes. - "
Debió de ser un gran guerrero en su juventud." - Pensó para si, para finalmente salir de sus pensamientos con la llegada de la bebida. Hizo un atisbo de sonrisa y agarró la jarra rápidamente, tragando la espesa cerveza negra y disfrutando de su amargo sabor al pasar por su gaznate.
Gulfan rió. -
Se notaba que hacía tiempo que no disfrutabas de un buen brebaje enano. - Después tomó un trago de su cerveza. -
Erees un enano callado. Si bien no presumimos de grandes bardos y parlanchines entre los de nuestra raza, tu eres incluso demasiado para estar entre "camaradas".
Bunar alzó una ceja al escuchar la variación de tono en la palabra, "camarada". Resopló y estiró su mano hasta tocar el mango de su hacha. -
Este es el único "camarada" que conozco. - Contestó.
Gulfan volvió a reír al escuchar sus palabras. -
Y es buena camarada sin duda. - Dio otro trago y añadió. -
Aun así, hablad... ¿qué os trae a Adbar? - Miró de arriba a abajo a Bunar. -
No parecéis un comerciante, ni tampoco un fiel seguidor del Gran Moradin.
El joven enano se quedó pensativo, contemplando la cerveza, recordando aquellos tiempos en la conquista de Felbarr, su camarada Tornir muerto a sus pies y el gran Orco al que aplastó bajo su hacha. Tras unos instantes en silencio, dijo en voz queda, sin levantar la vista de la jarra. -
Busco un destino que seguir...
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Todos buscamos nuestro destino. - Sentenció Gulfan.
Bunar levantó los ojos, clavándolos en el viejo. -
Para expiar mi deshonra. - Ambos se sostuvieron la mirada durante unos instantes que parecieron eternos. Sus mandíbulas apretadas y sus ceños fruncidos reflejaban la tensión del momento. Finalmente Bunar volvió a bajar su vista a la oscura cerveza. Gulfan suspiró.
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Termínate la cerveza, voy a enseñarte un sitio.