Escamas Oscuras.(Xorak Sargón)
Publicado: Mar Jun 05, 2012 12:08 am
El espinazo del mundo, Cercanía al Muro.
Cainara no sabia donde se encontraba y que estaba sucediendo, y tampoco tenia ni idea de como saldría de aquello, Los Orcos del clan de la tormenta devastadora estaban por todas partes, los batidores Orcos se arrastraban entre las ruinas del campamento improvisado de los clanes Bárbaros humanos aliados contra el imperio de Taliff. Masharto se tenso alrededor de ella. Los dos querían salir vivos de allí.
Los Orcos no estaban dedicándose a arrasar el campamento y esperar después a capturar a todo el mundo, como solían hacer. En esta ocasión estaban buscando algo y exterminando eficientemente a todo enemigo que no cuadraba con su busqueda. Cainara sabia que si dejaba de moverse estaría muerta. Masharto sacudió un virote mal clavado de su poderoso antebrazo: Cainara apunto con su arco a una avanzadilla de batidores Orcos que se encontraban demasiado cerca.....
Se puso a cubierto tras unas rocas maltrechas, con la esperanza de que se hubieran desinteresado de ella, bajo su arco y se agazapo.
Tras unos largos minutos todo parecía haber terminado, por el aire le llegaban lejanos gritos incoherentes y chillidos apagados. Cainara se incorporo y observo en la oscuridad de la noche.
-Oh, por los dioses ...¿queda alguien ahí?.
El miedo o la locura la hicieron perder los nervios ante la oscuridad.
-¡¿Alguien puede oírme?!, ¡Masharto!, ¡Ruin!.
Una escaramuza llego desde la parte posterior de las rocas donde se hallaba. Cainara oyó los gritos de pánico de varios hombres del clan del escudo de hielo. Uno de los guerreros humanos se echo inútilmente hacia atrás mientras un par de Orcos le arrancaban los miembros salvajemente. Cainara lo contemplo anonadada.
-Oh, no.
Masharto salto desde una roca de gran altura y derramando unas vasijas de aceite hirviendo sobre los Orcos. Cainara vio que eliminaba a uno de ellos. Pero el sonido de unos gritos de proximidad reclamo su atención. A través del humo que tenia encima diviso a un grupo de Ballesteros Orcos apuntando directamente hacia ella.
No pudo evitar gritar. Se lanzo al suelo y se alejo rodando desesperada con la esperanza de poder aprovechar parte de cobertura para sobrevivir, Los ballesteros soltaron sus disparos, los virotes oscuros volaron por todas partes, alrededor de Cainara todo se oscureció, Grito tan fuerte que salpico de sangre la parte interior de su Yelmo.
La Hoguera, tan gigantesca como siempre, hizo que resultara sencillo encontrar el camino de vuelta. El fuego se alimentaba de los resto del campamento Bárbaro del escudo de hielo. Los malvados Orcos arrojaban los cadáveres al montón antes siquiera de que terminara de frenar el tosco carro de batalla. El carro estaba lleno de cadáveres resientes y de otros cuerpos que aun no habían muerto del todo. Probablemente dos o tres docenas en total. Eran los que habían tenido suerte. Sus cuerpos no iban a ser descuartizados y empalados en las fronteras o violados o profanados. Solo iban a ser comidos por los Khuul, las mascotas de Taliff, líder despiadado y tirano del clan de la Tormenta devastadora, un pequeño imperio formado por varios clanes Orcos del Muro, un clan esclavizado de Bárbaros humanos y un pequeño grupo de Khuuls.
Cainara se incorporo bruscamente, chillando como chillo cuando se creyó muerta en la batalla, su corto pelo negro estaba pegado a su cabeza, y el sudor y la sangre reseca empapan el peto de cuero sin mangas que portaba. Sus heridas habían sanado claramente tratadas con magia. Desorientada a pesar de regresar poco a poco a la realidad, miro a su alrededor mientras el miedo volvía a invadirla.
Lentamente se puso en pie y camino hacia la única salida de la sala que podía vislumbrar, atravesó la puerta de cristal oscuro y un soplo de aire seco y frió la recibió, parecía como si en aquel lugar se controlara, la temperatura, la humedad y la presión, ¿magia?. Por suerte para ella había robado en suficientes guaridas de arcanos para darse cuenta de ello. Observo hileras de libros antiguos de tapas duras de cuero, mesas y estanterías de algún tipo de resina transparente que otorgaban a la sala cierta cualidad etérea. Mientras se preguntaba el precio de alguno de esos libros en el mercado negro, Cainara llego a un salón.
Sobre un enorme sillón de cuero negro con demasiado relleno se posaba un hermoso hombre que llevaba una casaca de alta costura perfectamente creada. El hombre no presto atención a Cainara si no que continuo leyendo un tomo grande y oscuro que apoyaba en un estante de apoyo.
-¿Sabéis donde me encuentro?. Dijo Cainara con voz titubeante.
El hombre alzó lentamente la mirada, para que Cainara tuviera claro que la había estado ignorando deliberadamente.
-Si.
-Te encuentras a salvo, en mis aposentos. ¿Quien eres, mujer?-Continuo diciendo el hombre mientras dejaba a un lado el oscuro tomo. Se levanto, se alisó la casaca y camino hacia ella, observándola con ojos amarillentos.
-Soy Cainara de las islas Moonshaes.
-¿Una mujer de las islas Moonshares?,¿que hacías con los bárbaros del escudo helado?.
-Me he ganado un puesto de honor entre sus miembros-,Contesto Orgullosa.
-¿Así que un puesto de Honor entre bárbaros?-,El hombre de piel oscura como ala de cuervo se acerco a Cainara, mientras la mujer dio un paso atrás, el le corto el paso sutilmente y olisqueo su cabello acercando su rostro la mujer.
-¿te gustaría que te enseñara esto?-pregunto el apuesto hombre de piel oscura y cabellos largos lisos.
Cainara claramente intimidada asientio y siguió al hombre mientras éste avanzaba con elegancia entre las estanterías.
-No me siento amedrentada-,masculló en voz baja convenciéndose.
-Estos estantes poseen algunos de los textos mas oscuros y magicos que haya visto faerûn, así como una gran cantidad de conocimientos sobre temas mas convencionales.
El hombre Oscuro la condujo hacia unas escaleras que bajaban hacia pisos interiores, se detuvo ante una enorme puerta de doble hoja con remaches oscuros y una gran cerradura. Mientras el oscuro caballero sacaba una enorme llave de los pliegues de su casaca, sonreía.
-¿sabes por que estas aquí?
Cainara negó.
-Mis chamanes han identificado una lista de cualidades que aumentan las posibilidades de sobrevivir al rito de Fertilidad y que desde luego la criá nazca sana y apta, Obviamente tu las cumples.
-¿Rito de Fertilidad?, ¿criá?,¿que demonios dices?, ¡dejame marchar ahora mismo o te arrepentirás!-,Cainara amenazo aquel ser de sonrisa malvada,piel oscura y ojos amarillentos sin creer aun lo que le estaba escuchando.
-Tienes suerte de que las apuestas estén a tu favor o no tendría tanta paciencia contigo.
-¡¡Masharto!!,¡¡Masharto ayudame!!,¿¡donde estas!?-,Grito desesperada en aquellas escaleras angulosas mientras intentaba huir, unas sombras frías y sin vida le cortaron la salida.
El hombre se limito abrir la puerta de doble hoja y dejar ver su interior.
El horror de la mujer se reflejo en su rostro al ver a Masharto empalado y degollado frete a ella en una gran sala oscura y húmeda, un gran numero de moscas comían de sus heridas y sus ojos blancos miraban a la nada manteniendo aun una expresión de terror.
Cainara se quedo paralizada.
-Hay tienes a tu héroe bárbaro, Masharto, Gran líder del escudo de Hielo, dejare que su carne se Macere en mi guarida antes de comerlo.
La mujer observo anonadada al malvado Hombre.
-¿que demonio eres?.
El hombre Oscuro se adentro de espaldas y en silencio a la enorme sala húmeda escavada en la piedra. Dejo caer su casaca y su cuerpo comenzó a cambiar bruscamente, una cortina de escamas negras se alzó ante ella, su rostro reflejaba la maldad mas cruel que Cainara había visto nunca, el color amarillento de aquellos ojos profundamente hundidos se reflejaban en el cinturón plateado de la mujer, la criatura respiraba lentamente a través de su amplia apertura nasal que le daba una apariencia cadavérica, dos enormes cuernos segmentados curvos hacia delante y hacia bajo decoraban su cabeza junto a una fila de puás finas, su morro alagado mostraba una hilera de dientes dispares y sobresalientes mostrando una sonrisa permanente, la carne de alrededor de los cuernos y los pómulos mostraba gran deterioro incluso se podía ver el hueso en algunas partes, una imagen aterradora.
-Soy Taliff líder de la Tormenta devastadora y tu me darás una criá humanoide para tu mundo o escuchare tus aullidos mientras te devoro.
Todo se oscureció alrededor de Cainara.
Continuara...

Cainara no sabia donde se encontraba y que estaba sucediendo, y tampoco tenia ni idea de como saldría de aquello, Los Orcos del clan de la tormenta devastadora estaban por todas partes, los batidores Orcos se arrastraban entre las ruinas del campamento improvisado de los clanes Bárbaros humanos aliados contra el imperio de Taliff. Masharto se tenso alrededor de ella. Los dos querían salir vivos de allí.
Los Orcos no estaban dedicándose a arrasar el campamento y esperar después a capturar a todo el mundo, como solían hacer. En esta ocasión estaban buscando algo y exterminando eficientemente a todo enemigo que no cuadraba con su busqueda. Cainara sabia que si dejaba de moverse estaría muerta. Masharto sacudió un virote mal clavado de su poderoso antebrazo: Cainara apunto con su arco a una avanzadilla de batidores Orcos que se encontraban demasiado cerca.....
Se puso a cubierto tras unas rocas maltrechas, con la esperanza de que se hubieran desinteresado de ella, bajo su arco y se agazapo.
Tras unos largos minutos todo parecía haber terminado, por el aire le llegaban lejanos gritos incoherentes y chillidos apagados. Cainara se incorporo y observo en la oscuridad de la noche.
-Oh, por los dioses ...¿queda alguien ahí?.
El miedo o la locura la hicieron perder los nervios ante la oscuridad.
-¡¿Alguien puede oírme?!, ¡Masharto!, ¡Ruin!.
Una escaramuza llego desde la parte posterior de las rocas donde se hallaba. Cainara oyó los gritos de pánico de varios hombres del clan del escudo de hielo. Uno de los guerreros humanos se echo inútilmente hacia atrás mientras un par de Orcos le arrancaban los miembros salvajemente. Cainara lo contemplo anonadada.
-Oh, no.
Masharto salto desde una roca de gran altura y derramando unas vasijas de aceite hirviendo sobre los Orcos. Cainara vio que eliminaba a uno de ellos. Pero el sonido de unos gritos de proximidad reclamo su atención. A través del humo que tenia encima diviso a un grupo de Ballesteros Orcos apuntando directamente hacia ella.
No pudo evitar gritar. Se lanzo al suelo y se alejo rodando desesperada con la esperanza de poder aprovechar parte de cobertura para sobrevivir, Los ballesteros soltaron sus disparos, los virotes oscuros volaron por todas partes, alrededor de Cainara todo se oscureció, Grito tan fuerte que salpico de sangre la parte interior de su Yelmo.
La Hoguera, tan gigantesca como siempre, hizo que resultara sencillo encontrar el camino de vuelta. El fuego se alimentaba de los resto del campamento Bárbaro del escudo de hielo. Los malvados Orcos arrojaban los cadáveres al montón antes siquiera de que terminara de frenar el tosco carro de batalla. El carro estaba lleno de cadáveres resientes y de otros cuerpos que aun no habían muerto del todo. Probablemente dos o tres docenas en total. Eran los que habían tenido suerte. Sus cuerpos no iban a ser descuartizados y empalados en las fronteras o violados o profanados. Solo iban a ser comidos por los Khuul, las mascotas de Taliff, líder despiadado y tirano del clan de la Tormenta devastadora, un pequeño imperio formado por varios clanes Orcos del Muro, un clan esclavizado de Bárbaros humanos y un pequeño grupo de Khuuls.
Cainara se incorporo bruscamente, chillando como chillo cuando se creyó muerta en la batalla, su corto pelo negro estaba pegado a su cabeza, y el sudor y la sangre reseca empapan el peto de cuero sin mangas que portaba. Sus heridas habían sanado claramente tratadas con magia. Desorientada a pesar de regresar poco a poco a la realidad, miro a su alrededor mientras el miedo volvía a invadirla.
Lentamente se puso en pie y camino hacia la única salida de la sala que podía vislumbrar, atravesó la puerta de cristal oscuro y un soplo de aire seco y frió la recibió, parecía como si en aquel lugar se controlara, la temperatura, la humedad y la presión, ¿magia?. Por suerte para ella había robado en suficientes guaridas de arcanos para darse cuenta de ello. Observo hileras de libros antiguos de tapas duras de cuero, mesas y estanterías de algún tipo de resina transparente que otorgaban a la sala cierta cualidad etérea. Mientras se preguntaba el precio de alguno de esos libros en el mercado negro, Cainara llego a un salón.
Sobre un enorme sillón de cuero negro con demasiado relleno se posaba un hermoso hombre que llevaba una casaca de alta costura perfectamente creada. El hombre no presto atención a Cainara si no que continuo leyendo un tomo grande y oscuro que apoyaba en un estante de apoyo.
-¿Sabéis donde me encuentro?. Dijo Cainara con voz titubeante.
El hombre alzó lentamente la mirada, para que Cainara tuviera claro que la había estado ignorando deliberadamente.
-Si.
-Te encuentras a salvo, en mis aposentos. ¿Quien eres, mujer?-Continuo diciendo el hombre mientras dejaba a un lado el oscuro tomo. Se levanto, se alisó la casaca y camino hacia ella, observándola con ojos amarillentos.
-Soy Cainara de las islas Moonshaes.
-¿Una mujer de las islas Moonshares?,¿que hacías con los bárbaros del escudo helado?.
-Me he ganado un puesto de honor entre sus miembros-,Contesto Orgullosa.
-¿Así que un puesto de Honor entre bárbaros?-,El hombre de piel oscura como ala de cuervo se acerco a Cainara, mientras la mujer dio un paso atrás, el le corto el paso sutilmente y olisqueo su cabello acercando su rostro la mujer.
-¿te gustaría que te enseñara esto?-pregunto el apuesto hombre de piel oscura y cabellos largos lisos.
Cainara claramente intimidada asientio y siguió al hombre mientras éste avanzaba con elegancia entre las estanterías.
-No me siento amedrentada-,masculló en voz baja convenciéndose.
-Estos estantes poseen algunos de los textos mas oscuros y magicos que haya visto faerûn, así como una gran cantidad de conocimientos sobre temas mas convencionales.
El hombre Oscuro la condujo hacia unas escaleras que bajaban hacia pisos interiores, se detuvo ante una enorme puerta de doble hoja con remaches oscuros y una gran cerradura. Mientras el oscuro caballero sacaba una enorme llave de los pliegues de su casaca, sonreía.
-¿sabes por que estas aquí?
Cainara negó.
-Mis chamanes han identificado una lista de cualidades que aumentan las posibilidades de sobrevivir al rito de Fertilidad y que desde luego la criá nazca sana y apta, Obviamente tu las cumples.
-¿Rito de Fertilidad?, ¿criá?,¿que demonios dices?, ¡dejame marchar ahora mismo o te arrepentirás!-,Cainara amenazo aquel ser de sonrisa malvada,piel oscura y ojos amarillentos sin creer aun lo que le estaba escuchando.
-Tienes suerte de que las apuestas estén a tu favor o no tendría tanta paciencia contigo.
-¡¡Masharto!!,¡¡Masharto ayudame!!,¿¡donde estas!?-,Grito desesperada en aquellas escaleras angulosas mientras intentaba huir, unas sombras frías y sin vida le cortaron la salida.
El hombre se limito abrir la puerta de doble hoja y dejar ver su interior.
El horror de la mujer se reflejo en su rostro al ver a Masharto empalado y degollado frete a ella en una gran sala oscura y húmeda, un gran numero de moscas comían de sus heridas y sus ojos blancos miraban a la nada manteniendo aun una expresión de terror.
Cainara se quedo paralizada.
-Hay tienes a tu héroe bárbaro, Masharto, Gran líder del escudo de Hielo, dejare que su carne se Macere en mi guarida antes de comerlo.
La mujer observo anonadada al malvado Hombre.
-¿que demonio eres?.
El hombre Oscuro se adentro de espaldas y en silencio a la enorme sala húmeda escavada en la piedra. Dejo caer su casaca y su cuerpo comenzó a cambiar bruscamente, una cortina de escamas negras se alzó ante ella, su rostro reflejaba la maldad mas cruel que Cainara había visto nunca, el color amarillento de aquellos ojos profundamente hundidos se reflejaban en el cinturón plateado de la mujer, la criatura respiraba lentamente a través de su amplia apertura nasal que le daba una apariencia cadavérica, dos enormes cuernos segmentados curvos hacia delante y hacia bajo decoraban su cabeza junto a una fila de puás finas, su morro alagado mostraba una hilera de dientes dispares y sobresalientes mostrando una sonrisa permanente, la carne de alrededor de los cuernos y los pómulos mostraba gran deterioro incluso se podía ver el hueso en algunas partes, una imagen aterradora.
-Soy Taliff líder de la Tormenta devastadora y tu me darás una criá humanoide para tu mundo o escuchare tus aullidos mientras te devoro.
Todo se oscureció alrededor de Cainara.
Continuara...
