El medallón y el lingote.

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Tymora
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El medallón y el lingote.

Mensaje por Tymora »

*En este hilo me gustaría que los que estais dentro de la quest, plasmarais las vivencias de vuestros personajes. No es obligatorio que lo hagais, pero si que muy recomendable. Como es una quest abierta a todos, así los demás podrán estar informados de lo que va pasando. Espero que os gusto lo que llevamos roleado y os informo que aun queda bastante para terminarla. *
"Lanzadora profesional de bolas infernales"

LARGA VIDA A MIS ENEMIGOS PARA QUE SUFRAN CON MIS VICTORIAS
quatermain

Re: El medallón y el lingote.

Mensaje por quatermain »

Llueve una vez mas en Nevesmortas, las nubes de tormenta en el cielo presagiaban lo que acontecería después. Aquel día Nalandriel me explicaría nociones básicas para comprender la urdimbre. Shein ya me explicó unas noches antes los orígenes y la mitología de la magia, también me dijo que buscara a Nalandriel para que me explicase y ampliase mis estudios. Al fin le veo llegar y no tardamos mucho en entrar a la posada.

Pensaba que iba a ser una instructiva clase de magia frente a un té de jazmín. Mientras debatíamos sobre teorías mágicas, vimos que en una de las mesas un elfo estaba hostigando a uno de los parroquianos de la posada. Ambos estaban sentados uno frente al otro, el mediano balbuceaba asustado a las opresivas preguntas del elfo. Poco a poco, la conversación fue tomando un cariz mas opresivo hacia el mediano. "Has visto a un hombre moreno que va acompañado siempre de un elfo? Vamos contesta" El elfo resultaba intimidante, estoy segura que era mucho mas de lo que parecía. La cosa ya se pasaba de la raya, hasta el punto de tener que ir en ayuda de aquel desdichado mediano.

El elfo estaba muy alterado, al parecer estaba frustrado por alguna razón. No puedo negar que estaba asustada, pero me tranquilicé bastante cuando un guardia se acercó al lugar donde discutíamos con el elfo. El mediano vio su oportunidad y se alejó de la escena "vamos vete de aquí", dije al mediano, el cual salió por la puerta de la posada como alma que lleva al diablo. El guardia apaciguó bastante la situación y el elfo se fue de la posada, quizá demasiado pacíficamente para la agresividad mostrada con el mediano minutos antes. Y mascullando unas palabras ininteligibles, se marchó.

Nalandriel y yo volvimos a nuestras tazas de té a proseguir la clase, ya mas tranquilos. Cuando de repente Oímos un golpe seco y un grito procedente de la calle. Corrimos hacia la puerta y ,en la oscuridad de la noche lluviosa, vimos al mediano tendido sobre un charco de sangre. Varios aventureros aparecieron en la escena, pero Nalandriel y yo decidimos que lo mejor sería llevar al mediano a la Atalaya a que lo sanasen, pues aun estaba con vida... Las explicaciones vendrían mas tarde; había que salvarle.

No poco después llegamos al templo donde confiamos al mediano a los sacerdotes y curanderos de la atalaya. Poco sé del estado del mediano, no se si murió o vivió. Nalandriel se quedó en el templo conversando con sacerdotes y los aventureros que encontramos en la puerta de la posada. "Demasiadas emociones por hoy", me dije, poco mas podía hacer, los sacerdotes lo curarían. "Mañana por la mañana iré a preguntar a los Sacerdotes del templo. Creo que este tema es mas oscuro de lo que puede verse a simple vista".

Entre pensamientos plomizos me encaminé a la posada de La rosa y el martillo "Mañana será otro dia"
LarkinSW

Re: El medallón y el lingote.

Mensaje por LarkinSW »

Al final sí que parecía que les perseguían a ellos. Había estado equivocado.

Maldecía entre dientes mientras se deslizaba discretamente entre las sombras del Bosque de Nevesmortas, alejándose del grupo, dando un rodeo a propósito para volver a la villa y refugiarse en sus sombríos callejones.

Pero no se había equivocado del todo. Los buscaban a ellos, pero para encontrar algo más. El dichoso medallón que había pasado por alto.

Maldijo de nuevo, esta vez a sí mismo. Por no haber caído en aquel broche, por no haber podido resistir la voluntad de aquel arcano.

Odió a aquel ser, y se odió a sí mismo por haber permitido el control de su cuerpo y dañar, o casi dañar, a los que le rodeaban. Eso último quizá no tenía toda la importancia que podría tener.

Se detuvo en una colina, bajo la sombra de un árbol observando la villa desde la lejanía. ¿Cómo había ocurrido todo eso? El ataque en la villa, el lingote, seguir la pista hasta la habitación… Y todo por la codicia de ese ser. Al menos ahora parecía que su Maestro había tomado cartas en el asunto.

Suspiró y siguió el camino para entrar por el sur. Aquello era más complejo de lo que esperaba. Siempre ocurría cuando se involucraban arcanos. Correría más sangre y más sufrirían. Solo esperaba no volver a ser usado de aquella manera, ser la marioneta de ese ser o de cualquier otro. Hizo una mueca de desprecio bajo el velo.

Se perdió entre los callejones del sur, disimulándose en el caos de Villanieve mientras consideraba como demonios podría defenderse de aquellos ataques al dominio de su propio ser.
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