Morkuk
Publicado: Dom Feb 23, 2014 2:00 pm
La fría tumba vacía era un lugar de reunión poco común pero realmente eficaz para evitar presencias indiscretas. Había restos de algunas hogueras, posiblemente de viajeros o saqueadores; en un rincón había un pequeño tonelete apunto de zozobrar: el bronce se había oxidado y la madera cada año se combaba más y por sus grietas escapaba un fuerte olor a vinagre, que es lo que había quedado convertido el exquisito vino que se intuía que una vez fue.
-Pronto se romperá, ¿ pero por que lo dejaron ahí?-pensó durante unos segundos el arcano, llegando a la conclusión que era demasiado pesado para poder cargarlo por las colinas Capagrís.
Dejó de mirar el rincón donde estaba el tonelete y observó la tumba inconclusa: estaba en el supuesto corazón de la cripta. Debería haber tallados en la piedra y en la mampostería runas, inscripciones y escenas para recordar al difunto....o a los difuntos. En cambio la piedra lisa y tallada se había oscurecido por las hogueras en vez de ser decorada; hogueras que los diferentes seres que pasaron por aquí usaron para calentarse. Nunca sería terminada.
Lo cierto es que para llegar ahí había que cruzar estrechos pasillos poco aptos para la constitución humana. No conocía al humano que esperaban. Sí, esperaban.... Morkuk había venido con su sobrina, la cual era unas décadas mayor que el y quien se dedicaba al comercio con humanos con frecuencia. Arileth tenía buena opinión del mundo exterior a Evereska y lo había visitado en varias ocasiones.
Había sido Arileth quien había guiado a la singular pareja hasta el punto acordado, Morkuk habría sido incapaz de llegar solo. De hecho cuando pasaron por la entrada ni se dio cuenta que estaban allí. Según Arileth habían pasado por decenas de criptas similares, pero Morkuk no había visto ninguna.
El arcano se preguntó cuanto tardarían en salir de allí. Se impacientó y golpeó con la punta de la bota una piedrecita lo que provocó el reproche de Arileth.
- Tío Morkuk, tus años en la Escuela de Magia tendrían que haberte enseñado algo de paciencia.
- Nadie ha dicho nada -protestó el elfo bajo la capucha
- Sí lo has hecho, y acostúmbrate a esperar.
El arcano iba a protestar pero desistió, por el contrario volvió a preguntar para despesperación de Arileth:
-¿ Como sabes que no se perderá?
-Porque ha estado antes.... -afirmo la elfa de orejas largas.
-Tenía doce años.... doce -sentenció el arcano perplejo
-Cuando te pones así eres insoportable. Si, tenía doce años o menos...yo que sé,hoy tendrá treinta quizás … o menos. Que más da. Se llama igual que tu, si es igual de insoportable me transformaré en una banshee- dijo soltando una risita suave.
-Ya sé que se llama igual que yo. Ponerme un nombre humano fue otra de las bromas pesadas de mi padre.
-Sabes la historia no? - preguntó molesta la elfa de ojos almendrados.
-Sí, un grupo de orcos atacó a mi padre ….y el abuelo de este Morkuk, que también se llamaba Morkuk lo salvó, y en honor a ese humano me puso este nombre.
-No pareces entusiasmado – dijo la elfa de cabello suelto y negro azabache.
-Me da igual realmente..es mi nombre, tan bueno como cualquier otro – zanjó la discusión el arcano.
La pareja de elfos estuvo un rato en silencio hasta que la elfa envuelta en satén y lana volvió a preguntar:
-¿Estás seguro que te quieres ir de Evereska? Aún no me has dicho porqué -la elfa de ojos verdosos hizo una pausa esperando una respuesta y sin conseguirla volvió a preguntar: -¿ Es por el accidente en el estanque de Angharradh?
-En parte -dijo molesto el arcano- Fue un error leer ese pergamino. Eliare se arrepentirá... esté donde esté.
Tras un largo silencio en la cripta la esbelta elfa cargada de curiosidad volvió a preguntar:
-¿Cómo se os ocurrió jugar con la magia de portales?
-No tienes ni la menor idea de lo aburrida que son las lecciones de magia Arileth-añadió el Arcano- Cuando Eliare encontró ese pergamino a Carceri a todos nos pudo la curiosidad. Tras décadas hablando del tejido mágico de una manera teórica y repetitiva encontramos algo con lo que discutir que desconocíamos. -el arcano hizo una pausa y continuó la explicación- La ciudad está protegida contra portales, si intentábamos abrir un portal en la ciudad lo más probable es que hubiera fallado, aunque Belthil pensaba que posiblemente el Mythal nos consideraría como enemigos y nos atacaría... En cualquier caso decidimos que fuera de la ciudad sería lo correcto. Ekkaia, sugirió el estanque, que como bien sabes es un sitio concurrido cerca de una de las sendas más transitadas y donde nos reunimos a veces los estudiantes de magia.
-No es un sitio muy concurrido para una magia tan peligrosa?- preguntó la sobrina con voz melodiosa
-Lo era.. Ekkaia siempre fue muy exhibicionista y quería que todos la vieran. Las deliberaciones duraron realmente poco..un puñado de dekhanas solamente y lo había...habíamos decidido todo:
El Mythal.... tan lejos no actuaría. El portal...aunque se abriera....era solo de una dirección.... un lugar no sagrado aunque de adoración nos ayudaría a permanecer fuertes por si la visión a través del portal nos hacía enloquecer.
-Una pregunta... Donde encontró Eliare ese pergamino? -preguntó inquisitiva la elfa de rasgos cincelados.
-Buena pregunta.. dijo que lo encontró en su casa dentro de una de pared falsa..puede ser..pero sospecho de un origen bastante más oscuro..nunca lo sabremos, ni ya importa – se encogió de hombros y prosiguió – llegó la noche elegida, y allí estábamos los nueve estudiantes de magia pensando que íbamos a descubrir los secretos de la alta magia o que se yo... no sé como nueve aspirantes a magos pudimos llegar a la conclusión que seríamos capaces de leer un pergamino tan poderoso que apenas entendíamos. Hoy lo miras desde otros ojos y cometimos gran cantidad de temeridades: no dudar de nosotros mismos a la hora de controlar la magia, no consultar a un profesor, fiarnos de Eliare que siempre fue alguien con problemas mentales, contravenir el sentido común que todo mago con conocimientos tiene al oír el nombre de Carceri... Yo jamás me especialicé en ninguna de las ramas de la magia, así que la Transmutadora Elenwe, con más conocimientos sobre planos lejanos sería quien leyera el pergamino. Los ocho restantes hicimos un círculo alrededor, más simbólico y solemne que eficaz. Es curioso, Eliare recordó que su familia procedía de una estirpe de los días de la primera guerra de la corona...como si importara
-Nosotros también tenemos claro nuestro linaje, no dijiste nada? - preguntó furiosa la sobrina
-¿Para que? ¿Iba a ayudarnos? Además hay dudas en un par de ascendentes...alguien lo habría puesto en duda y no tenía ganas de discut- el arcano guardó silencio para afinar el oído, había escuchado algo
-Oigo pasos pesados..como de humano – la elfa señaló hacia la entrada de la cripta con sus frágiles y bellas manos- El Morkuk humano ya ha llegado...estás listo para marcharte?
El arcano asintió y dijo: -Otro día te contaré el resto...aunque conoces el resultado..y volviendo a tu pregunta, sí...en parte me marcho por eso, como consecuencia... tengo mucho que aprender y en esta escuela de magia me aburriré siglos -se encogió de hombros
El humano Morkuk resultó ser más mayor de lo que el Morkuk elfo esperaba. Se dedicaba a viajar, comerciar y procrear como si el fin del mundo estuviera cerca. Vivía en Amn y acompañó al Morkuk elfo hasta el cruce de Sundabar. Según el Morkuk humano era una zona interesante con muchos otros elfos, no muy lejos de Evereska y cerca de Argluna. Se despidieron y prometieron volver a verse. Probablemente nunca ocurriría.
-Pronto se romperá, ¿ pero por que lo dejaron ahí?-pensó durante unos segundos el arcano, llegando a la conclusión que era demasiado pesado para poder cargarlo por las colinas Capagrís.
Dejó de mirar el rincón donde estaba el tonelete y observó la tumba inconclusa: estaba en el supuesto corazón de la cripta. Debería haber tallados en la piedra y en la mampostería runas, inscripciones y escenas para recordar al difunto....o a los difuntos. En cambio la piedra lisa y tallada se había oscurecido por las hogueras en vez de ser decorada; hogueras que los diferentes seres que pasaron por aquí usaron para calentarse. Nunca sería terminada.
Lo cierto es que para llegar ahí había que cruzar estrechos pasillos poco aptos para la constitución humana. No conocía al humano que esperaban. Sí, esperaban.... Morkuk había venido con su sobrina, la cual era unas décadas mayor que el y quien se dedicaba al comercio con humanos con frecuencia. Arileth tenía buena opinión del mundo exterior a Evereska y lo había visitado en varias ocasiones.
Había sido Arileth quien había guiado a la singular pareja hasta el punto acordado, Morkuk habría sido incapaz de llegar solo. De hecho cuando pasaron por la entrada ni se dio cuenta que estaban allí. Según Arileth habían pasado por decenas de criptas similares, pero Morkuk no había visto ninguna.
El arcano se preguntó cuanto tardarían en salir de allí. Se impacientó y golpeó con la punta de la bota una piedrecita lo que provocó el reproche de Arileth.
- Tío Morkuk, tus años en la Escuela de Magia tendrían que haberte enseñado algo de paciencia.
- Nadie ha dicho nada -protestó el elfo bajo la capucha
- Sí lo has hecho, y acostúmbrate a esperar.
El arcano iba a protestar pero desistió, por el contrario volvió a preguntar para despesperación de Arileth:
-¿ Como sabes que no se perderá?
-Porque ha estado antes.... -afirmo la elfa de orejas largas.
-Tenía doce años.... doce -sentenció el arcano perplejo
-Cuando te pones así eres insoportable. Si, tenía doce años o menos...yo que sé,hoy tendrá treinta quizás … o menos. Que más da. Se llama igual que tu, si es igual de insoportable me transformaré en una banshee- dijo soltando una risita suave.
-Ya sé que se llama igual que yo. Ponerme un nombre humano fue otra de las bromas pesadas de mi padre.
-Sabes la historia no? - preguntó molesta la elfa de ojos almendrados.
-Sí, un grupo de orcos atacó a mi padre ….y el abuelo de este Morkuk, que también se llamaba Morkuk lo salvó, y en honor a ese humano me puso este nombre.
-No pareces entusiasmado – dijo la elfa de cabello suelto y negro azabache.
-Me da igual realmente..es mi nombre, tan bueno como cualquier otro – zanjó la discusión el arcano.
La pareja de elfos estuvo un rato en silencio hasta que la elfa envuelta en satén y lana volvió a preguntar:
-¿Estás seguro que te quieres ir de Evereska? Aún no me has dicho porqué -la elfa de ojos verdosos hizo una pausa esperando una respuesta y sin conseguirla volvió a preguntar: -¿ Es por el accidente en el estanque de Angharradh?
-En parte -dijo molesto el arcano- Fue un error leer ese pergamino. Eliare se arrepentirá... esté donde esté.
Tras un largo silencio en la cripta la esbelta elfa cargada de curiosidad volvió a preguntar:
-¿Cómo se os ocurrió jugar con la magia de portales?
-No tienes ni la menor idea de lo aburrida que son las lecciones de magia Arileth-añadió el Arcano- Cuando Eliare encontró ese pergamino a Carceri a todos nos pudo la curiosidad. Tras décadas hablando del tejido mágico de una manera teórica y repetitiva encontramos algo con lo que discutir que desconocíamos. -el arcano hizo una pausa y continuó la explicación- La ciudad está protegida contra portales, si intentábamos abrir un portal en la ciudad lo más probable es que hubiera fallado, aunque Belthil pensaba que posiblemente el Mythal nos consideraría como enemigos y nos atacaría... En cualquier caso decidimos que fuera de la ciudad sería lo correcto. Ekkaia, sugirió el estanque, que como bien sabes es un sitio concurrido cerca de una de las sendas más transitadas y donde nos reunimos a veces los estudiantes de magia.
-No es un sitio muy concurrido para una magia tan peligrosa?- preguntó la sobrina con voz melodiosa
-Lo era.. Ekkaia siempre fue muy exhibicionista y quería que todos la vieran. Las deliberaciones duraron realmente poco..un puñado de dekhanas solamente y lo había...habíamos decidido todo:
El Mythal.... tan lejos no actuaría. El portal...aunque se abriera....era solo de una dirección.... un lugar no sagrado aunque de adoración nos ayudaría a permanecer fuertes por si la visión a través del portal nos hacía enloquecer.
-Una pregunta... Donde encontró Eliare ese pergamino? -preguntó inquisitiva la elfa de rasgos cincelados.
-Buena pregunta.. dijo que lo encontró en su casa dentro de una de pared falsa..puede ser..pero sospecho de un origen bastante más oscuro..nunca lo sabremos, ni ya importa – se encogió de hombros y prosiguió – llegó la noche elegida, y allí estábamos los nueve estudiantes de magia pensando que íbamos a descubrir los secretos de la alta magia o que se yo... no sé como nueve aspirantes a magos pudimos llegar a la conclusión que seríamos capaces de leer un pergamino tan poderoso que apenas entendíamos. Hoy lo miras desde otros ojos y cometimos gran cantidad de temeridades: no dudar de nosotros mismos a la hora de controlar la magia, no consultar a un profesor, fiarnos de Eliare que siempre fue alguien con problemas mentales, contravenir el sentido común que todo mago con conocimientos tiene al oír el nombre de Carceri... Yo jamás me especialicé en ninguna de las ramas de la magia, así que la Transmutadora Elenwe, con más conocimientos sobre planos lejanos sería quien leyera el pergamino. Los ocho restantes hicimos un círculo alrededor, más simbólico y solemne que eficaz. Es curioso, Eliare recordó que su familia procedía de una estirpe de los días de la primera guerra de la corona...como si importara
-Nosotros también tenemos claro nuestro linaje, no dijiste nada? - preguntó furiosa la sobrina
-¿Para que? ¿Iba a ayudarnos? Además hay dudas en un par de ascendentes...alguien lo habría puesto en duda y no tenía ganas de discut- el arcano guardó silencio para afinar el oído, había escuchado algo
-Oigo pasos pesados..como de humano – la elfa señaló hacia la entrada de la cripta con sus frágiles y bellas manos- El Morkuk humano ya ha llegado...estás listo para marcharte?
El arcano asintió y dijo: -Otro día te contaré el resto...aunque conoces el resultado..y volviendo a tu pregunta, sí...en parte me marcho por eso, como consecuencia... tengo mucho que aprender y en esta escuela de magia me aburriré siglos -se encogió de hombros
El humano Morkuk resultó ser más mayor de lo que el Morkuk elfo esperaba. Se dedicaba a viajar, comerciar y procrear como si el fin del mundo estuviera cerca. Vivía en Amn y acompañó al Morkuk elfo hasta el cruce de Sundabar. Según el Morkuk humano era una zona interesante con muchos otros elfos, no muy lejos de Evereska y cerca de Argluna. Se despidieron y prometieron volver a verse. Probablemente nunca ocurriría.