1416 Año de las aguas inquietas

Vigésimo noveno día del mes de Noctal

Corazones anegados

Escribo unas líneas que pronto adornarán un tablón que permanece en pie, hinchado y descolorido, fruto de la mayor desgracia del año. A apenas tres días de año nuevo, la presa de Sutchard ha estallado, inundando nuestros campos, nuestros barrios y nuestros corazones. Un agua que ha cosechado casi la mitad de almas de la villa. Almas a las que se les pudo dar el último y presuroso adiós frente a una pira de cuerpos. Unas llamas que crepitaban con el aliento final de los muertos. Allí, en un cementerio embarrado y sucio, se les dio sepultura a aquellos que el fuego se negó a engullir. Un fuego que resquebrajó el pecho de los que allí nos encontrábamos, contemplando el alcance de la desgracia. Un fuego que ardía pero no calentaba, que iluminaba pero no secaba. Hoy muchos han conocido el verdadero dolor.

Las tareas de reconstrucción de la presa han sido ya iniciadas por ingenieros de la colonia gnoma, así como una investigación paralela para esclarecer lo acontecido a fin de evitar futuros incidentes. Su ilustrísima Lanzagélida presidirá un último velatorio para conmemorar a todas las vidas que se disolvieron entre las aguas del desastre.

Hoy nos duele a todos el corazón.

Damián Astarte