//SED BIENVENIDOS A MI HUMILDE MORADA, NO TENGÁIS REPAROS EN COMENTAR Y, SI QUERÉIS, ESCUCHAD ESTA AMENIZANTE MELODÍA DURANTE LA LECTURA: https://www.youtube.com/watch?v=gxfYXE1Ah1Q (Justin Bell — Elmshore [Extended - 90 Min.] (Pillars of Eternity))

-DESCRIPCIÓN
De poca altura y peso, para ser un gnomo. Siempre desaliñado y sucio, tiene la piel tostada por el sol y le falta un trozo a su orejón izquierdo. Su frondoso pelo castaño y su barba están plagados de rastas, adornos, trozos de comida o de tierra, e incluso insectos y excrementos de pájaro.
Su equipamiento es plenamente funcional y parece desgastado por el continuo uso y las inclemencias temporales, sobretodo su raída capa. Tan solo brilla en su indumentaria algún anillo mágico y un broche con el símbolo de un unicornio en su pecho, sobre el corazón.
Es muy sociable, sincero y leal, pero desconfía de los extraños al primer contacto y detesta a quien trata mal a la naturaleza o a las personas, especialmente si es desde una posición de superioridad. No oculta que prefiere el dogma de Mielikki: proteger el equilibrio con una perspectiva bondadosa, buscando la armonía entre la civilización y la naturaleza.
Y desde hace mucho tiempo, su diosa le concedió la amistad protectora de un lobo terrible llamado Golfo.
-HISTORIA
Su historia comienza en Bosque Alto, en una pequeña comunidad gnoma de escasa importancia. Su tierna y tranquila niñez acabó súbitamente cuando su aldea fue arrasada y sus gentes esclavizadas por los malvados Drows. Demasiado pequeño para hacer nada, fue entregado al río por su madre dentro de una pequeña balsa, evitando un funesto destino.
Lo recogieron los druidas del bosque varias semanas después, quienes notaron una señal de la Diosa Mielikki para que lo recogieran: la balsa estaba sujeta firmemente por las ramas de los árboles sobre el vacío de una gran cascada. Y así fue como el pequeño, hambriento y traumatizado gnomo sobrevivió.
Pronto decidieron entrenarlo como Druida, ya que mostraba una afinidad natural con la fauna y en especial con la flora. El joven Tirkas logró superar todos los desafíos y hacer multitud de amigos tanto de corteza y salvia como de carne y hueso. Aprendió de la sabiduría de los robles y escuchó las historias del mundo, especialmente esas que cantan sobre la Era del Amanecer y la Primera Floración. Y así llego a la edad adulta, aunque nunca desaparecería de su corazón el dolor por el recuerdo de su madre.
Fue en estos tiempos cuando conoció a Sion, y forjaron una relacción fraternal. Cuando llegó el momento, partieron en su primera misión fuera del círculo, la de convertirse en Errantes y vagar ofreciendo protección y velando por el equilibrio.
Y así, tras muchos años, sus caminos les llevaron al norte, a las cercanías de Nevesmortas...