CAPITULO III
Los golpes del destino
Un puñetazo certero y rápido impacta en un joven Ludovico de 18 años, este se tambalea pero al cabo de unos segundos es como si no hubiese pasado nada y devuelve la genitleza. Delante de él, un tipo grandote de unos 1.90m y que por lo menos pesa 30 kg más que nuestro protagonista.
Rodados por una multitud de personas alentándonos a mi y al grandulón también, puñetazo va, puñetazo viene, el cabrón pegaba duro pero se cansó rápido, pude aguantar y al final solo tuve que apuntar bien mis golpes y cayó.
-
Thomas: ¡Tenemos un ganador! ¡Contra todo pronostico el joven retador se lleva la victoria!
La multitud está dividida, en su mayoría desconcertada al darse cuenta del oro que habían perdido, unos pocos contentos por el resultado… a veces apostar al pequeño tiene su recompensa. Entonces, veo a Finn acercarse con una sonrisa de oreja a oreja.
-
Finn: No pensé que hablabas enserio con esto de ganarle a Righar, el cabrón es duro.
-
Ludo: Si, pero yo más. *escupe un poco de sangre*
El “presentador” se me acerca con una bolsa de oro, unas 150 monedas.
-
Ludo: Nada mal… ¿me avisas cuando sea la siguiente?
-
Thomas: Claro, la gente quiere verte de nuevo, no cualquiera aguanta tanto maltrato de parte de Righar.
-
Ludo: No soy cualquiera. *sonríe de lado con la cara magullada y se marcha junto a Finn*
Nos marchamos de lo que pareciera ser un granero abandonado, lugar donde se celebran luchas clandestinas y otro tipo de actividades dudosamente legales.
- Ludo: Si nos apuramos, seguro llegamos antes de que caiga el sol ¿Cuánto conseguiste?
- Finn: ¡Más de lo que pensé! Aposté todo lo que hice en la semana, me tenias de los nervios ¡pero mis 50 monedas se convirtieron en 120! Casi todos apostaron por Righar.
- Ludo: ¿ves lo que te digo? Podemos conseguir mucho oro así.
Seguimos nuestro camino hasta llegar a la villa, momento en el que Finn se me queda mirando fijamente
- Finn: A veces me das miedo. *dice de manera seria*
- Ludo: ¿por?
- Finn: Mira tu cara, joder…. ¡Apenas una pequeña marca! ¡Juraría que cuando terminó la pelea casi no te podía ver los ojos de la golpiza que te dio!
- Ludo: Pues no se me da tan bien dar golpes como recibirlos, supongo que me recupero rápido… no sé.
- Finn: Como sea, tenemos que tener cuidado… a esa gente no les gusta que les tomen el pelo… y como vean que te recuperas rápido igual piensan que usas alguna magia o algo para amañar las peleas.
- Ludo: ya ya… ¿Por qué mejor no te relajas y te vas a comprar una pinta con todo el oro que te hice ganar?
- Finn: no me lo tienes que decir dos veces…
- Ludo: Voy contigo un rato hasta que se me vaya esta condenada marca, sino mi madre será quien me dé la paliza.
Fuimos a una pequeña taberna montada en la villa, donde nos quedamos un rato y luego cada cual por su camino. No tardé mucho en llegar a mi casa, Puntalhuven después de todo no es muy grande, aunque sinceramente le tenía más miedo a ella que a Righar.
- Marie: ¿Dónde estábas?
- Ludo: Con Finn…
- Marie: ¿en donde? Lans me ha dicho que hoy saliste antes de trabjar.
- Ludo: Maaaaa… *frustrado* estaba con Finn, quedamos en ir a practicar un poco con el arco, sabes que es importante que sepamos usarlo bien.
- Marie: Claro…. No se metan en líos, demasiado tengo con el trabajo en la posada, me corrieron el pago para la semana que viene así que será bastante ajustada.
- Ludo: No te preocupes, hoy pude recolectar varios minerales para Lans y me pagó bien, yo me encargo de la comida.
- Marie: …. Esta bien, pero guarda lo que puedas, si ahorras lo suficiente algún dia podrías tener tu casa propia.
- Ludo: Lo sé ma, tú tranquila.
En ese momento lo que menos me interesaba era una casa propia, quería recorrer el mundo y soñaba con ser un aventurero de renombre… no sé a donde se torcieron las cosas. No, esperen… sí sé…
Transcurrieron varios años, peleaba clandestinamente al menos una vez al mes, luego de unas cuantas ya no solo sabia recibir, sino que también repartir… a veces me dejaba ganar para no levantar sospechas. Siempre ahorrando algo para comprar el mejor equipo que pudiera para recorrer la Marca junto a Finn, ya lo habíamos planeado todo, a él se le daba bien la espada y a mi bueno… me defendía con espada y tenía una lengua de oro.
Recuerdo aquél día, me marcó de mas maneras de las que me imaginé… a veces desearía olvidarlo como si de un mal momento se hubiese tratado y nada más... pero fue el principio del resto de esta historia. El día en que todo se torció…
Con Finn volvíamos a la villa, teníamos nuestras ganancias de aquella tarde luego de una buena victoria contra un cabrón que no era ni grande ni musculoso pero se movía bien, recuerdo que me costó bastante. En el camino, a unos 30 metros divisamos a un grupo de unas 5 o 6 personas en el camino, no le dimos importancia… pero una vez que llegamos uno se paró en medio del camino.
- Rahul: ¡Miren chicos! Si es el gran Ludovico y su perrito faldero *observa a Ludovico con mucha atención* El jefe tenia razón ¡mírenlo! ¿Cómo es posible que después de una pelea esté tan entero? Yo la vi, y el otro tipo lo maltrató bastante…
- Ludo: No se de que hablas, golpeaba como una niña.
- Rahul: Pues resulta que yo vi tu cara luego de la pelea, no es la que tienes ahora… había sangre, mucha. ¿sabes? A Vicktor no le gustan los tramposos… y ustedes se han reido de él por bastante tiempo. ¿saben que les hacemos a los tramposos?
- Ludo: No, pero como no lo soy me tiene sin cui- *calla abruptamente cuando ve que uno de los matones saca una daga y se la clava a Finn por la espalda, sin mediar palabra, sin oportunidad de defenderse*
- Finn: ARRHHGG *un grito de dolor intenso*
- Ludo: PERO QUE?!?!?! *intenta ir en dirección de su amigo a ayudarlo, pero otros 2 lo toman por detrás y empiezan a golpearlo*
- Rahul: Eso es, basura *le escupe en la cara mientras le dan una paliza* así aprenderán a no meterse con los mayores.
No sé que pasó, solo sé que Finn estaba tirado, inherte frente a mi, solo sabía que tenia que llegar a él… quizás había esperanza. Me estaban dando una golpiza, pero no sentía nada… solo mis ganas de llegar a mi compañero. Entre todo el forcejeo me pude zafar, estaba ciego de la impotencia que tenía, entonces es como si todo se hubiese congelado por un segundo… y lo escuché, esa voz que me atormentaba en mis sueños.
- Voz misteriosa: Te haz metido en un buen problema cachorro, deberías acabar con ellos… pero no puedes, no eres lo suficientemente astuto ni fuerte para ello… podría ayudarte, por un precio, claro está.
- Ludo: NO ME IMPORTA EL PRECIO ¡AYUDAME!
- Voz misteriosa: Que así sea, cachorrito.
Recuerda este día.
No se como explicar lo que sucedió luego… pero cada puñetazo que daba estaba cargado con la fuerza de mil infiernos, los que antes me sostenían para que no avance ahora corrían por su seguridad, pero no lo suficientemente rápido… acabé con ellos uno por uno, como si fuera algo que hiciera todos los días. Hasta que al final quedó solo su líder.
- Rahul: ¡Maldito fenómeno! *se da media vuelta y empieza a correr*
Entonces lo sentí… sentí una fuerza en mi interior, algo recorría mi sangre y pedía a gritos salir, no se como explicarlo, fue intuitivo... entonces un haz de luz oscura que salió disparada en dirección del mercenario que corría, quien cayó al instante, sin siquiera un grito ni nada… solo muerte.
Luego un dolor inmenso se apoderó de mí, cuando me vi el pecho me di cuenta de todo lo que no había sentido en el momento, un corte profundo en mi abdomen y una flecha en el hombro… me la quité, no pensé en el momento… Las heridas cerraban mas rápido que de costumbre… pero el dolor… el dolor era insoportable, llegue a unos mentros de Finn antes de perder el conocimiento.
Ya había caído la noche cuando recobre la conciencia, fui de inmediato a auxiliar a Finn… No esperaba ver lo que ví… durante el forcejeo y la lucha no me di cuenta, pero le apuñalaron varias veces mas para luego cortarle el cuello… él había muerto antes de siquiera poder defenderme. El plan era matarnos desde un principio… que iluso fui.
Así es como perdí a mi único amigo, ya no tenía nada… me quedaba mi mad…. ¡mi madre!.
- Ludo: ¡joder, tengo que apurarme, lo siento Finn! *entre lágrimas y enojo volví como pude a la aldea*
Allí estaba ella, tranquila, como si nada… hasta que me vió. No me detuve a pensar en como me veía…
- Marie: ¡HIJO! ¿¡ Por dios, que te pasó?! *se abalanzó sobre mí, que apenas me mantenía en pié*
- Ludo: Es difícil de explicar, tenemos que irnos, a la de
YA.
- Marie: ¡Pero si apenas puedes moverte por dios, iré a buscar a un sanador!
- Ludo: No no…. Estaré bien, solo necesito descansar…
- Marie: por todos los dioses… eres igual a tu padre.
No podía pensar con claridad, solo quería dormir… que ese día terminase…
Al día siguiente me despierto con mil dolores, y mi madre durmiendo sentada al lado de mi catre. Teníamos que irnos de allí, ella era lo único que me quedaba.
- Ludo: Ma… mama, despierta… tenemos que irnos. *le sacude el hombro para despertarla*
- Marie: ¿A dónde hijo?
- Ludo: No sé, a donde sea, menos aquí.
- Marie: Ya estoy vieja para esas cosas… no soportaría un viaje, tengo una vida aquí, TENEMOS una vida aquí. Tal vez no sea la mejor pero es lo que tenemos…
- Ludo: No entiendes…
- Marie: ¿Qué no entiendo? ¿Qué paso? No me mientas.
- Ludo: Hicimos enojar a cierta gente… Finn está muerto y yo apenas escapé con vida. No quiero que te pase lo mismo.
- Marie: Ludo… ¿Qué hicieron? Pobre Finn, era un buen muchacho
Pude notar en su mirada el dolor, como si hubiera perdido a otro hijo… después de todo siempre dijimos que éramos hermanos de distintos padres.
¿Qué iba a hacer? No podía quedarme allí, la pondría en peligro… pero no podía traerla conmigo.
- Ludo: Tengo que irme, al menos por un tiempo hasta que todo se calme. Tengo algo de dinero, te dejaré un poco.
- Marie: No puedes irte así como así, no me importa que me des todo el oro de Fäerun.
- Ludo: Es la única opción, volveré, te lo prometo.
En ese momento me abrazó, sentí alivio, lo único bueno en días… un abrazo que no sabía si iba a volver a sentir, no sabía si iba a durar mucho en los caminos, pero no tenía otra opción…
Con un dolor en mi alma me marche, sabiendo que algo corrupto habitaba en mí, algo que no podía controlar pero que lo intentaría, entender lo que pasó ese día era mi principal objetivo, controlar este poder y volver para tomar venganza contra Vicktor… solo así podríamos estar en paz.
Y así fue como empecé mi vida como aventurero, a la fuerza, con mas preguntas que respuestas, poca planificación y sin mi compañero…
Quizás los golpes del destino esta vez estén a mi favor...