Nota del historiador:
Esta historia está basada en hechos reales. Los personajes y hechos que aquí se relatan han sido alterados para protegerlos de las consecuencias que acarrearan sus acciones. La forma (que no el fondo) ha sido alterada para hacerla más amena a los lectores.
Y ahora los hechos:
Era entrada la noche, nuestros amigos se hallaban acampados tranquilamente preparándose ya para el merecido descanso. Había sido un día duro, el descenso al pozo les había dejado exhaustos. De repente una espesa niebla hizo acto de presencia en el campamento, tan espesa era que apenas se distinguían las siluetas alrededor del fuego. Avivaron el fuego con la esperanza de poder ver mejor a su alrededor pero nada consiguieron. Una gélida brisa acompañaba a la niebla, poco a poco un susurro hizo acto de presencia:
- “ayudadme, ayudadme ”.
Sham y Tale se pusieron en guardia, aquello había dejado de ser un fenómeno meteorológico.
-“¿Quién vive? “ pregunto Sham mientras intentaban identificar la procedencia del susurro.
Una luz comenzó a brillar entre la niebla, una luz espectral, una forma humanoide difusa se dibujaba entre ella.
- “Tenéis que ayudarme”, la voz era gélida como la brisa que la portaba.
- “Dinos que quieres” espeto Tale.
- “Mi hija, debéis salvar su alma”.
- ¿Salvar el alma de tu hija? Preguntó Sham.
- ”Sí, ella sufre por mis pecados”
- ”¿Por tus pecados?” dijo Tale.
- ”Perdí la fe, perdí la fe y ella sufre”
- ”¿Y que tiene que ver tú perdida de fe con que tu hija sufra?” preguntó Tale.
- ”Yo, yo era un siervo de Torm, y perdí la fe, hice cosas..”
- ”No serás el primero ni el último que pierda la fe, ¿Qué tiene que ver con tu hija?, le dijo Sham
- ”La matamos, su madre y yo la matamos, y ella ahora sufre”
- ”Pero como pudisteis matarla, a vuestra hija.., los que debéis sufrir sois vosotros”, gritó Tale indignado.
- “Yo ya sufro, sufro, pero ella, ella no lo merece”
- “Los inocentes siempre pagan por los pecados de los demás” sentenció Sham.
- “Sí, es cierto Sham, los inocentes son los que pagan los platos rotos, debemos ayudar a esa pobre criatura a encontrar el descanso”, dijó Tale.
- “Espectro háblanos de lo ocurrido”.
- “Yo, yo me enamoré de una bella chica, joven, de pelo oscuro, una belleza, me hacía sentir el hombre más feliz del mundo, era dulce y atenta, cuidaba de mi, pero”
- “pero..” le animó Tale a seguir.
- “había algo en ella, algo, poco a poco empezó a controlar mis actos, me tenía como subyugado a su voluntad, hizo que me apartara de mis votos y pronto me encontré formando parte de aquellos a los que perseguía, era uno más de ellos.., un siervo más del mal”.
- “¿y quienes eran ellos?”
- ” los, los Zhentarim, ellos eran Zhentarim”.
- “¿Habías oido hablar de ellos alguna vez sham?”, preguntó Tale.
- “ El nombre me suena pero no sé de qué”, contestó Sham.
- “Habrá que consultar en Sundabar, bien en la biblioteca o en el Templo”, apuntó Tale.
- “Sí, es lo más adecuado” confirmó Sham.
- “¿Me, me ayudareis? Preguntó el paladín caido.
- “No, a ti no, a tu hija, y ahora lárgate si no quieres que te expulsé a un lugar donde tu tormento sea aun peor” le contesto Sham.
Tan rápido como apareció la niebla desapareció. De nuevo las estrella brillaban sobre las cabezas de nuestros amigos.
- “Bueno Sham, mañana ya tenemos cosas que hacer.., que descanses” dijó Tale antes de empezar a roncar.
- “Sí eso parece amigo, ya tenemos plan, hasta mañana” contestó Sham mientras se acomodaba en su saco para el merecido descanso.
Continuará.....
