Recortes de Zahîr
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Recortes de Zahîr
La noche caía sobre la agitada ciudad, si los cambios de estación pudieran distinguirse, se diría que el verano había llegado a Calimshan. Ya de madrugada el niño respiraba por cuenta propia, su padre Zuhayr, un pescador que había probado la aventura en su juventud, Trisalia, su madre, una elfa que tenía por oficio animar con su música a los notables miembros de cierta posada del Grand Ward. Puerto Calim tenía un nuevo ciudadano.
Grande fue el festejo que se llevó a cabo dos días después, donde el pequeño fue llamado Zahîr, los invitados comieron y bebieron en abundancia mientras el crio dormía junto a su madre, que se recuperaba rápidamente.
Pasaron los años, Zahîr se había convertido en un nervioso muchacho de 6 años, su piel era bronceada y su pelo negro, llamaban la atención sus pequeños ojos grises que siempre estaban examinando algo con curiosidad, sus padres pusieron un maestro al pequeño para que le enseñara matemáticas, la escritura y lectura del Alzhedo y algo de física mientras Trisalia le enseñaba su idioma materno. El muchacho aprendía con facilidad, pero su atención se centraba cada momento en cosas distintas.
Una noche, cuando Zuhayr volvía de amarrar su pequeña barcaza de pesca al muelle, encontró a Trisalia muy preocupada, Zahîr había salido a jugar y no volvía, estuvieron esperando al niño durante un interminable periodo de tiempo, finalmente, el chico llego a casa, su ropa estaba rasgada y sucia, uno de sus pequeños ojos cerrado y amoratado y sangre seca en sus labios. Zuhayr y Trisalia olvidaron su enfado y saltaron a un tiempo a atender a su hijo, las preguntas se amontonaban en la cabeza del pequeño:
-¿Pero que te ha pasado?- Preguntaba su padre.
- Pues es que me he peleado. - Contestaba el pequeño mientras su madre ya lanzaba otra pregunta.
- ¿Te duele, hijo? -
- Ya no pero antes...- No podía acabar sus respuestas.
- ¿Dónde demonios has estado Zahîr? - Arremetía su padre
- Pues mis amigos me llevaron a su distrito, el Khanduq se llama. - Los padres se miraron con cara de espanto y taladraron al chico con la mirada, el cual abrió la mano y haciendo uso de toda su simpatía sonrió mientras decía.
- Mira ya se me calló el diente de leche...- Trisalia y Zuhayr no sabían la cruz que les esperaba...
Sus visitas al Khanduq se hicieron cada vez más habituales, aprendía cosas no muy propicias para su edad, incluso no muy propicias para ninguna edad y ponía en peligro sus integridad física sólo por complacer a esa muchacha rubia con la que cada noche soñaba Cemey. Los juegos con sus amigos eran brutos y siempre tenía algún moratón, aunque el chico era más bien delgaducho, se movía con agilidad y solía juntarse con un mediano que actuaba en el circo, el cual le enseñaba algunos trucos básicos, que, a base de coscorrones lograba aprender.
Un día Zahîr preguntó a su maestro como hacían los magos y hechiceros para leer esos pergaminos tan raros que había visto en algunas tiendas de Puerto Calim, el maestro miró al chico con curiosidad y le dijo que si realmente estaba interesado en el tema traería a un compañero suyo que podría versarle en esas artes. El maestro se lo comentó a sus padres y haciendo un gran esfuerzo, aceptaron a pagar las enseñanzas del nuevo maestro. Como era habitual, Zahîr cogió el tema con mucho interés, aunque, tras unos meses, cuando había aprendido lo básico, dejó de hacer su tarea y atender en clase, perdiendo así la oportunidad de haber progresado en las artes arcanas, pero habiendo adquirido un conocimiento que le sería muy útil en sus venideros años de vida.
Zahîr era ya un habitual en las calles del Khanduq, y como era de esperar, cierto día la guardia se presentó en la casa de Zuhayr, traían al muchacho de mala manera, y se notaba a la legua que le habían propinado ciertos golpes.
- Hemos pillado a su hijo abriendo la cerradura del cobertizo de la señora Adela, su vecina, vosotros sois un matrimonio reconocido como honesto y honorable, así que dejamos en sus manos al chico y confiamos en que muestre las merecidas disculpas a la anciana.- Acto seguido los guardias empujaron al adolescente hacia sus padres. Zuhayr agarró al muchacho por el brazo ejerciendo mucha presión mientras con un tono serio contestaba.
- Bien habéis dicho, aunque yo confío en que si vuelven a traer al muchacho dejen en mis manos la golpiza, y no en las suyas. - Los guardias lanzaron una mirada de desafío y asco al hombre justo antes de marcharse.
Al día siguiente los padres de Zahîr llevaron víveres a la señora Adela y el chico pidió disculpas ante los reproches, insultos y amenazas de la anciana. Su castigo fue la suspensión de sus clases, con lo cual el maestro no estuvo de acuerdo, bien por la perdida de una remuneración económica, bien por que el chico tenía potencial, y una larga temporada encerrado entre las cuatro paredes de su dormitorio.
Para desgracia de sus padres, ésta no sería la última vez que su hijo tuviera disputas con la ley, o con lo que ellos veían como honrado...
Grande fue el festejo que se llevó a cabo dos días después, donde el pequeño fue llamado Zahîr, los invitados comieron y bebieron en abundancia mientras el crio dormía junto a su madre, que se recuperaba rápidamente.
Pasaron los años, Zahîr se había convertido en un nervioso muchacho de 6 años, su piel era bronceada y su pelo negro, llamaban la atención sus pequeños ojos grises que siempre estaban examinando algo con curiosidad, sus padres pusieron un maestro al pequeño para que le enseñara matemáticas, la escritura y lectura del Alzhedo y algo de física mientras Trisalia le enseñaba su idioma materno. El muchacho aprendía con facilidad, pero su atención se centraba cada momento en cosas distintas.
Una noche, cuando Zuhayr volvía de amarrar su pequeña barcaza de pesca al muelle, encontró a Trisalia muy preocupada, Zahîr había salido a jugar y no volvía, estuvieron esperando al niño durante un interminable periodo de tiempo, finalmente, el chico llego a casa, su ropa estaba rasgada y sucia, uno de sus pequeños ojos cerrado y amoratado y sangre seca en sus labios. Zuhayr y Trisalia olvidaron su enfado y saltaron a un tiempo a atender a su hijo, las preguntas se amontonaban en la cabeza del pequeño:
-¿Pero que te ha pasado?- Preguntaba su padre.
- Pues es que me he peleado. - Contestaba el pequeño mientras su madre ya lanzaba otra pregunta.
- ¿Te duele, hijo? -
- Ya no pero antes...- No podía acabar sus respuestas.
- ¿Dónde demonios has estado Zahîr? - Arremetía su padre
- Pues mis amigos me llevaron a su distrito, el Khanduq se llama. - Los padres se miraron con cara de espanto y taladraron al chico con la mirada, el cual abrió la mano y haciendo uso de toda su simpatía sonrió mientras decía.
- Mira ya se me calló el diente de leche...- Trisalia y Zuhayr no sabían la cruz que les esperaba...
Sus visitas al Khanduq se hicieron cada vez más habituales, aprendía cosas no muy propicias para su edad, incluso no muy propicias para ninguna edad y ponía en peligro sus integridad física sólo por complacer a esa muchacha rubia con la que cada noche soñaba Cemey. Los juegos con sus amigos eran brutos y siempre tenía algún moratón, aunque el chico era más bien delgaducho, se movía con agilidad y solía juntarse con un mediano que actuaba en el circo, el cual le enseñaba algunos trucos básicos, que, a base de coscorrones lograba aprender.
Un día Zahîr preguntó a su maestro como hacían los magos y hechiceros para leer esos pergaminos tan raros que había visto en algunas tiendas de Puerto Calim, el maestro miró al chico con curiosidad y le dijo que si realmente estaba interesado en el tema traería a un compañero suyo que podría versarle en esas artes. El maestro se lo comentó a sus padres y haciendo un gran esfuerzo, aceptaron a pagar las enseñanzas del nuevo maestro. Como era habitual, Zahîr cogió el tema con mucho interés, aunque, tras unos meses, cuando había aprendido lo básico, dejó de hacer su tarea y atender en clase, perdiendo así la oportunidad de haber progresado en las artes arcanas, pero habiendo adquirido un conocimiento que le sería muy útil en sus venideros años de vida.
Zahîr era ya un habitual en las calles del Khanduq, y como era de esperar, cierto día la guardia se presentó en la casa de Zuhayr, traían al muchacho de mala manera, y se notaba a la legua que le habían propinado ciertos golpes.
- Hemos pillado a su hijo abriendo la cerradura del cobertizo de la señora Adela, su vecina, vosotros sois un matrimonio reconocido como honesto y honorable, así que dejamos en sus manos al chico y confiamos en que muestre las merecidas disculpas a la anciana.- Acto seguido los guardias empujaron al adolescente hacia sus padres. Zuhayr agarró al muchacho por el brazo ejerciendo mucha presión mientras con un tono serio contestaba.
- Bien habéis dicho, aunque yo confío en que si vuelven a traer al muchacho dejen en mis manos la golpiza, y no en las suyas. - Los guardias lanzaron una mirada de desafío y asco al hombre justo antes de marcharse.
Al día siguiente los padres de Zahîr llevaron víveres a la señora Adela y el chico pidió disculpas ante los reproches, insultos y amenazas de la anciana. Su castigo fue la suspensión de sus clases, con lo cual el maestro no estuvo de acuerdo, bien por la perdida de una remuneración económica, bien por que el chico tenía potencial, y una larga temporada encerrado entre las cuatro paredes de su dormitorio.
Para desgracia de sus padres, ésta no sería la última vez que su hijo tuviera disputas con la ley, o con lo que ellos veían como honrado...
Última edición por Bryan el Mar Feb 12, 2008 1:57 am, editado 2 veces en total.
Zahîr 14 años, invierno:
Zahîr caminaba de un lado de la calle al otro, estaba impaciente ya que Cemey se retrasaba, como era de esperar.
Pasó un mediano y observó al chico:
-¿Otra vez por aquí?- La voz salía desde debajo de su capucha. - Al final te vas a meter en un lio pequeño-.
El muchacho levantó la cabeza y contestó:
-Buenos días Hubert, ya sabes que no pasará nada.- Contestó apenas sin mirarle.
-Claro que no pasará nada, porque siempre te estoy sacando de problemas, pero un día vas a tener uno grande y no te voy a poder ayudar.- El mediano observaba la intranquila mirada del chico.- ¿Esperando a Cemey de nuevo? Anda que no hay chicas de tu edad que has tenido que escogerla a ella.- Negaba con la cabeza con mirada de reproche.
- !Bueno Hubert que haces tu dandome consejo si vives de engañar a la gente! Por no hablar de tus otros trabajos... -
El mediano se acercó al muchacho y le miro directamente a los ojos, aunque Zahîr era visiblemente más alto, por alguna razón parecía del tamaño de un simple gusano a su lado.
- De engañar a la gente y salvarte el culo estúpido niñato, ¿Dónde crees que estas? ¿En la feria con tu querido papá? No se porque me molesto contigo, solo eres un crio mimado que se divierte haciendo trastadas aquí para crecerse, sinceramente tendría que rebanarte el cuello ahora mismo. - Su voz era dura y amenazante, el chico retrocedió un par de pasos mirando a Hubert e intento decir algo que no pudo salir de su garganta.
El mediano cambio el gesto aunque no dejó de ser severo:
- !Pero que te llevo diciendo toda tu miserable vida! Esa es forma de actuar ante un peligro, casi llorando...no te entra en la mollera eh!, !Nunca vas a aprender!- Paró sus represalias para tomar aire. -Pásate mañana por mi casa renacuajo, a ver si poco a poco te vas valiendo por ti mismo. -
El muchacho turbado y con la rabia y vergüenza a flor de piel simplemente asintió.
- Mañana a la tarde, y mejora esa cara que por ahí viene Cemey.- Dicho esto y con una sonrisilla burlona, Hubert torció una esquina para desaparecer.
La muchacha rubia de cuerpo bien formado se acercó al joven, su diferencia de años era relativamente poca aunque notable en esa edad.
- !Hola Zahîr! Siento el retraso- Y una perfecta sonrisa se dibujó en sus labios.
- Para variar...- Su rostro era serio y su tono duro, se percibía el esfuerzo por mantener esa imagen.
- !Oh venga! ya estas actuando, has estado con el bobo de Hubert ¿eh?, mi padre dice que es un mequetrefe subido de tono, y acierta bastante, no deberías hacer caso a sus consejos y prestarme más atención a mi, ya que yo si que te aprecio ¿Sabes?- Decía esto mientras se acercaba a Zahîr y se agachaba ligeramente para aproximarse a su rostro, el cual se desmoronó y tornó a una bobalicona sonrisa.
- Y ahora vamos, quiero que me consigas un regalo, cielo - Con un susurro y rozando casi sus labios con los del muchacho se dio media vuelta y se alejó.
El chico la seguía como quien sigue a un ángel, aunque le hubiese llevado a la misma infraoscuridad, él, en ese momento, la hubiese acompañado.
Zahîr caminaba de un lado de la calle al otro, estaba impaciente ya que Cemey se retrasaba, como era de esperar.
Pasó un mediano y observó al chico:
-¿Otra vez por aquí?- La voz salía desde debajo de su capucha. - Al final te vas a meter en un lio pequeño-.
El muchacho levantó la cabeza y contestó:
-Buenos días Hubert, ya sabes que no pasará nada.- Contestó apenas sin mirarle.
-Claro que no pasará nada, porque siempre te estoy sacando de problemas, pero un día vas a tener uno grande y no te voy a poder ayudar.- El mediano observaba la intranquila mirada del chico.- ¿Esperando a Cemey de nuevo? Anda que no hay chicas de tu edad que has tenido que escogerla a ella.- Negaba con la cabeza con mirada de reproche.
- !Bueno Hubert que haces tu dandome consejo si vives de engañar a la gente! Por no hablar de tus otros trabajos... -
El mediano se acercó al muchacho y le miro directamente a los ojos, aunque Zahîr era visiblemente más alto, por alguna razón parecía del tamaño de un simple gusano a su lado.
- De engañar a la gente y salvarte el culo estúpido niñato, ¿Dónde crees que estas? ¿En la feria con tu querido papá? No se porque me molesto contigo, solo eres un crio mimado que se divierte haciendo trastadas aquí para crecerse, sinceramente tendría que rebanarte el cuello ahora mismo. - Su voz era dura y amenazante, el chico retrocedió un par de pasos mirando a Hubert e intento decir algo que no pudo salir de su garganta.
El mediano cambio el gesto aunque no dejó de ser severo:
- !Pero que te llevo diciendo toda tu miserable vida! Esa es forma de actuar ante un peligro, casi llorando...no te entra en la mollera eh!, !Nunca vas a aprender!- Paró sus represalias para tomar aire. -Pásate mañana por mi casa renacuajo, a ver si poco a poco te vas valiendo por ti mismo. -
El muchacho turbado y con la rabia y vergüenza a flor de piel simplemente asintió.
- Mañana a la tarde, y mejora esa cara que por ahí viene Cemey.- Dicho esto y con una sonrisilla burlona, Hubert torció una esquina para desaparecer.
La muchacha rubia de cuerpo bien formado se acercó al joven, su diferencia de años era relativamente poca aunque notable en esa edad.
- !Hola Zahîr! Siento el retraso- Y una perfecta sonrisa se dibujó en sus labios.
- Para variar...- Su rostro era serio y su tono duro, se percibía el esfuerzo por mantener esa imagen.
- !Oh venga! ya estas actuando, has estado con el bobo de Hubert ¿eh?, mi padre dice que es un mequetrefe subido de tono, y acierta bastante, no deberías hacer caso a sus consejos y prestarme más atención a mi, ya que yo si que te aprecio ¿Sabes?- Decía esto mientras se acercaba a Zahîr y se agachaba ligeramente para aproximarse a su rostro, el cual se desmoronó y tornó a una bobalicona sonrisa.
- Y ahora vamos, quiero que me consigas un regalo, cielo - Con un susurro y rozando casi sus labios con los del muchacho se dio media vuelta y se alejó.
El chico la seguía como quien sigue a un ángel, aunque le hubiese llevado a la misma infraoscuridad, él, en ese momento, la hubiese acompañado.
Última edición por Bryan el Mar Feb 12, 2008 2:15 am, editado 2 veces en total.
Zahîr 17 años, verano:
Una figura avanzaba entre tropiezos y valiéndose de la pared por una de las infinitas calles de Puerto Calim, de esas abundantes calles sinuosas que tenían como iluminación la tenue luz desprendida por las lámparas de aceite de alguna casa cuyos habitantes apunto estaban de marchar a descansar sus cansados huesos en lo que ellos llamaban cama.
De esa guisa, mano derecha en la pared y mano izquierda en el profundo tajo de su barriga un orgulloso Zahîr, que se había venido a más, acababa de darse un verdadero golpe con la realidad.
En uno de esos maltrechos pasos su mano no se apoyo en la pared sino que fue a dar con el vacio y el cuerpo de Zahîr, al límite de sus fuerzas, fue a parar a un duro suelo en el que un mediano le esperaba para arrastrarlo sin dificultad al interior de la casa cerrando la puerta tras de ellos.
Hubert le miraba con desprecio, se perdió en una de las habitaciones. Al cabo de un rato, en el que Zahîr no se movió ni un centímetro de su posición, Hubert volvió a aparecer con un vial en la mano, las únicas, y últimas, palabras que dijo a Zahîr fueron:
- Mañana estarás fuera de Puerto Calim, eres el medio humano más estúpido que he conocido a lo largo de mi vida, espero que en el futuro seas más inteligente a la hora de guiar tus pasos y no te muevas únicamente por orgullo y prepotencia, seguramente me matarán por esto, no se porque lo hago, no quiero saberlo, tus padres ya marchan rumbo al este. Suerte Zahîr, estúpido muchacho crecido. -
Tras estas palabras y dejando a Zahîr con las ganas de ofrecerle una contestación, derramó el liquido del vial en la boca del joven y, entre toses, todo se volvió negro.
--------------------------------------------------------------------------------
No recuerdo cuantas horas estuve inconsciente, no recuerdo nada de aquella noche después del vial. No se cuántos medianos hicieron falta ni cuantos contactos movió Hubert para conseguir los ropajes, el oro y los utensilios de primera necesidad con los que desperté en mi nueva mochila.
No se quien es el hombre que azuza este carro de mercancías en el que viajo, no se a donde voy. Sólo se que Hubert al fin a conseguido enseñarme la lección y que no morirá como me dijo, ya estará lejos del Khanduq, a saber en que otra ciudad, pueblo o agujero, quizá el destino vuelva a unirnos y pueda demostrarle al hábil mediano que lo he entendido, que soy digno de sus enseñanzas y consejos.
La luz es débil, pronto anochecerá, el cochero no me ha dirigido la palabra, pero sabe que estoy aquí, lo único que me ha dicho es que llegaremos en 4 días y que allí tendré que buscarme la vida.
Me espera una gran huida, la cofradía Asshami no se rendirá tan fácil, espero poder demostrar a Hubert que no soy un estúpido y que mis padres lleguen a buen puerto, espero no morir antes de hacer esto.
No me arrepiento de nada, de lo bueno y de lo malo se debe aprender al igual que de la inconsciencia y las necedades, lástima que haya necesitado tanto tiempo para abrir los ojos. El carro ha parado espero que me den algo de comer.
--------------------------------------------------------------------------------
Y así quedó ocupada la primera página del libro que Hubert le había proporcionado, bajo el título "Diario del que fue estúpido".
Una figura avanzaba entre tropiezos y valiéndose de la pared por una de las infinitas calles de Puerto Calim, de esas abundantes calles sinuosas que tenían como iluminación la tenue luz desprendida por las lámparas de aceite de alguna casa cuyos habitantes apunto estaban de marchar a descansar sus cansados huesos en lo que ellos llamaban cama.
De esa guisa, mano derecha en la pared y mano izquierda en el profundo tajo de su barriga un orgulloso Zahîr, que se había venido a más, acababa de darse un verdadero golpe con la realidad.
En uno de esos maltrechos pasos su mano no se apoyo en la pared sino que fue a dar con el vacio y el cuerpo de Zahîr, al límite de sus fuerzas, fue a parar a un duro suelo en el que un mediano le esperaba para arrastrarlo sin dificultad al interior de la casa cerrando la puerta tras de ellos.
Hubert le miraba con desprecio, se perdió en una de las habitaciones. Al cabo de un rato, en el que Zahîr no se movió ni un centímetro de su posición, Hubert volvió a aparecer con un vial en la mano, las únicas, y últimas, palabras que dijo a Zahîr fueron:
- Mañana estarás fuera de Puerto Calim, eres el medio humano más estúpido que he conocido a lo largo de mi vida, espero que en el futuro seas más inteligente a la hora de guiar tus pasos y no te muevas únicamente por orgullo y prepotencia, seguramente me matarán por esto, no se porque lo hago, no quiero saberlo, tus padres ya marchan rumbo al este. Suerte Zahîr, estúpido muchacho crecido. -
Tras estas palabras y dejando a Zahîr con las ganas de ofrecerle una contestación, derramó el liquido del vial en la boca del joven y, entre toses, todo se volvió negro.
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No recuerdo cuantas horas estuve inconsciente, no recuerdo nada de aquella noche después del vial. No se cuántos medianos hicieron falta ni cuantos contactos movió Hubert para conseguir los ropajes, el oro y los utensilios de primera necesidad con los que desperté en mi nueva mochila.
No se quien es el hombre que azuza este carro de mercancías en el que viajo, no se a donde voy. Sólo se que Hubert al fin a conseguido enseñarme la lección y que no morirá como me dijo, ya estará lejos del Khanduq, a saber en que otra ciudad, pueblo o agujero, quizá el destino vuelva a unirnos y pueda demostrarle al hábil mediano que lo he entendido, que soy digno de sus enseñanzas y consejos.
La luz es débil, pronto anochecerá, el cochero no me ha dirigido la palabra, pero sabe que estoy aquí, lo único que me ha dicho es que llegaremos en 4 días y que allí tendré que buscarme la vida.
Me espera una gran huida, la cofradía Asshami no se rendirá tan fácil, espero poder demostrar a Hubert que no soy un estúpido y que mis padres lleguen a buen puerto, espero no morir antes de hacer esto.
No me arrepiento de nada, de lo bueno y de lo malo se debe aprender al igual que de la inconsciencia y las necedades, lástima que haya necesitado tanto tiempo para abrir los ojos. El carro ha parado espero que me den algo de comer.
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Y así quedó ocupada la primera página del libro que Hubert le había proporcionado, bajo el título "Diario del que fue estúpido".
Última edición por Bryan el Mar Feb 12, 2008 2:02 am, editado 1 vez en total.
Zahîr 17 años, verano:
La tinta esta corrida pero legible en las hojas del diario de Zahîr:
------------------
Acabo de llegar a Memnon, el cochero me ha despedido "amablemente" y me ha dicho que si le pasase algo a raíz del favor cumplido por el reciente viaje me buscaría para arrancarme las tripas, luego farfulló algo en otro idioma.
Lo primero que he hecho nada más bajar del carromato ha sido comprar tinta nueva, ya que el "apacible" trayecto hizo que el otro tarro se derramase. Después he buscado un lugar seguro para dormir y ya de paso escribir unas nuevas líneas.
Tengo que buscarme un modo de sobreviv
------------------
Un manchurrón de tinta pone punto final a estas líneas que continúan de la siguiente manera:
----------------
Perfecto, estoy en un "seguro" barco, un extraño irrumpió en mi habitación, me llamó por mi nombre y sin más explicación me llevó con él, creía que algún mandado de los Asshami acababa de darme caza, no me volvió el corazón al pecho hasta que me metieron en esta "lujosa" nave. La madrugada está en su máximo esplendor y tenemos días tormentos para las próximas jornadas, que no serán pocas, muy "apropiado" para el calor. El rumbo por lo visto es Atkatla, no se cuanto tardaré ni si haremos paradas intermedias, sólo se que me encuentro rodeado de gente que no conozco y me dan ordenes que me suenan lo mismo que el idioma drow. Sin más dilación me retiro a dormir.
-------------------
Zahîr cerró su librillo y cuando fue a levantarse se topó con alguien que acechaba tras de él. Su mano, movida por acto reflejo buscó el estoque y topo con su funda, giró con rapidez. Un elfo oscuro le miraba con una burlona sonrisa y el joven cayó de espaldas sobre el pupitre como si hubiese sido golpeado por una inmensa maza gigante, su cara era el mismo retrato del miedo.
El elfo rió con ganas y habló con claridad:
- Mi nombre es Viershalee, estoy a tu cargo en este viaje, Athkatla se escribe con "hache" entre la "te" y la "ka", haremos paradas según nos mire la suerte, mañana a las 7 quiero verte en la cubierta y si no respondes bien a las órdenes quizá tenga que enseñarte infracomún para que las entiendas mejor, eso o tirarte por la borda. Por cierto, para mi gusto, escribes con demasiadas comillas. -
La cara de Zahîr era un poema y las palabras habían huido al más lejano lugar que podía albergar su cuerpo.
El elfo oscuro se giró, dejando ver su estoque y daga, la cual irradiaba una extraña luz, sus ropajes eran blancos y grisáceos y su larga melena reposaba sobre los hombros, justo antes de salir por la puerta se giró y arrojó algo a Zahîr el cual lo agarró, no sin esfuerzo, debido al nerviosismo, miedo, cansancio y demás estados mezclados.
- Se te derramó la tinta al caer sobre la mesa -
Y así dejó al joven, estupefacto y con un nuevo tarro de tinta entre las manos.
La tinta esta corrida pero legible en las hojas del diario de Zahîr:
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Acabo de llegar a Memnon, el cochero me ha despedido "amablemente" y me ha dicho que si le pasase algo a raíz del favor cumplido por el reciente viaje me buscaría para arrancarme las tripas, luego farfulló algo en otro idioma.
Lo primero que he hecho nada más bajar del carromato ha sido comprar tinta nueva, ya que el "apacible" trayecto hizo que el otro tarro se derramase. Después he buscado un lugar seguro para dormir y ya de paso escribir unas nuevas líneas.
Tengo que buscarme un modo de sobreviv
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Un manchurrón de tinta pone punto final a estas líneas que continúan de la siguiente manera:
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Perfecto, estoy en un "seguro" barco, un extraño irrumpió en mi habitación, me llamó por mi nombre y sin más explicación me llevó con él, creía que algún mandado de los Asshami acababa de darme caza, no me volvió el corazón al pecho hasta que me metieron en esta "lujosa" nave. La madrugada está en su máximo esplendor y tenemos días tormentos para las próximas jornadas, que no serán pocas, muy "apropiado" para el calor. El rumbo por lo visto es Atkatla, no se cuanto tardaré ni si haremos paradas intermedias, sólo se que me encuentro rodeado de gente que no conozco y me dan ordenes que me suenan lo mismo que el idioma drow. Sin más dilación me retiro a dormir.
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Zahîr cerró su librillo y cuando fue a levantarse se topó con alguien que acechaba tras de él. Su mano, movida por acto reflejo buscó el estoque y topo con su funda, giró con rapidez. Un elfo oscuro le miraba con una burlona sonrisa y el joven cayó de espaldas sobre el pupitre como si hubiese sido golpeado por una inmensa maza gigante, su cara era el mismo retrato del miedo.
El elfo rió con ganas y habló con claridad:
- Mi nombre es Viershalee, estoy a tu cargo en este viaje, Athkatla se escribe con "hache" entre la "te" y la "ka", haremos paradas según nos mire la suerte, mañana a las 7 quiero verte en la cubierta y si no respondes bien a las órdenes quizá tenga que enseñarte infracomún para que las entiendas mejor, eso o tirarte por la borda. Por cierto, para mi gusto, escribes con demasiadas comillas. -
La cara de Zahîr era un poema y las palabras habían huido al más lejano lugar que podía albergar su cuerpo.
El elfo oscuro se giró, dejando ver su estoque y daga, la cual irradiaba una extraña luz, sus ropajes eran blancos y grisáceos y su larga melena reposaba sobre los hombros, justo antes de salir por la puerta se giró y arrojó algo a Zahîr el cual lo agarró, no sin esfuerzo, debido al nerviosismo, miedo, cansancio y demás estados mezclados.
- Se te derramó la tinta al caer sobre la mesa -
Y así dejó al joven, estupefacto y con un nuevo tarro de tinta entre las manos.
Última edición por Bryan el Mar Feb 12, 2008 2:17 am, editado 2 veces en total.
Zahîr, 18 años. Principio de la otoño.
Una nave rompía la apacible tranquilidad de las heladas aguas. El cielo lucía escampado, las oscuras nubes habían quedado atrás, muy atrás, y el sol estaba apunto de morir en su rutinaria tumba, al oeste.
Un muchacho joven atardecía tumbado boca abajo en la cubierta, sobre una pila de cajas cubiertas con una lona, sus piernas se balanceaban de un lado a otro articulando las rodillas. El muchacho parecía concentrado en su escritura.
Una alargada figura se acercó al joven de piel tostada:
- ¿Que pasa Zahîr? ¿Es que las patatas se van a pelar solas? -
El joven levantó la cabeza, retante.
- Las patatas están tan podridas que corroen el cuchillo. - El elfo oscuro recibió su respuesta, el cual ofreció la suya con una sonrisilla en los labios, y así fue como Zahîr se vio mirando al lado contrario con un intenso dolor en la mandíbula, cuando giró la cabeza el elfo estaba agarrándose el puño con la otra mano.
-Ufff chico no sabes lo feliz que haces a la gente a veces, que a gusto me he quedado, te lo ganas a pulso eeh.-
Zahîr con el orgullo más herido que la cara arrojó al elfo una manzana de las cajas que tenía abajo, el cual, agradecido, tomó al vuelo y le dio un bocado.
- Bien, ¿Y se puede saber porque no has ido a la cocina? -
El muchacho con los dientes apretados no tenía más opción que tragarse, de nuevo, el doloroso sabor del orgullo pisado.
Mirándole de mala manera y casi hablándose a si mismo más que al drow el joven se explico:
-Hoy hace 18 años que mis padres me trajeron al mundo.-
-Vaaaya ¿si? ¿y te parece mucho? A mi hará unos 578 lustro arriba, lustro abajo -
Zahîr chasqueo la lengua.
- Vale Viershalee, termino de escribir esto, me coloco la mandíbula y voy a pelar patatas.-
-Anda mocoso tomate el resto del día libre, las hemos tirado al agua, no valían para comer.-
El joven sentía por el elfo escuro un peculiar sentimiento de aprecio con cierto deje a divinizarlo, combinado con una clara antipatía mezclada en grandes proporciones con envidia.
-Vale...gracias por el regalo, muy útil y bonito por tu parte- Dijo con ironía el joven.
- Oh, no era un regalo inberbe, solo tengo que asegurar tu vida, no tu buena vida.-
-Si Viershalee, si, buena día tengas.-
-Oye chico, no me juzgues como a cualquier otro asqueroso pirata, yo doy a cada cual lo que merece.-
El elfo oscuro se giró y comenzó a andar. A unos pocos pasos, Zahîr notó un golpe en la cabeza, y vio rodar una mordisqueada manzana.
- Y devuelvo los favores, amigo.-
------------------------------
Esta confirmado, Viershalee es un sucio bastardo que merecería caer al agua.
-------------------------------
El resto del día pasó rápidamente, y el joven, agotado de sus trabajos durante mañana y tarde calló pronto en sueño. Sueño que a altas horas de la noche fue interrumpido.
Su puerta se abrió de golpe y dos sombras aparecieron de la nada, un hombre y una mujer aparecieron tras el umbral de la puerta. El hombre portaba un arco corto y una brillante flecha apuntaba hacia él, la mujer, de aspecto noble y cuerpo grácil se acercaba lentamente, espada en mano.
-Vaya vaya, así que tú eres el joven y revoltoso Zahîr, el joven que pronto ingresará en la lista de caídos de la cofradía Asshami por ese exceso de prepotencia que te caracteriza, y nuestros 6 ojos serán testigo de ello.-
En ese momento Viershalee apareció justo detrás del arquero, llevaba puesta la capucha, sus manos reposaban sobre las vainas de sus armas y una sonrisilla lucía en la oscuridad.
-¿Tu? Tu!, !Al menos tus ojos no serán testigos de mi muerte!-
El joven se incorporo y acto seguido una daga estaba volando en dirección al elfo oscuro, para asombro de todos, no obstante en un ágil movimiento, Viershalee interpuso entre la daga y su cráneo a un sorprendido arquero que recibió un tajo letal bajo la nuez, una flecha salió disparada para ir a dar al techo.
- Mal, mal, imprevisible, pero lento.- El elfo soltó al antiguo pelele de los Asshami que calló como el peso muerto que era contra el suelo. - Adelante Eanndra.-
La afilada punta del estoque pareció recibir una orden directa y se precipitó contra la cara del joven que sólo pudo cerrar los ojos...
Algo se estrelló contra la cara de Zahîr, algo líquido, y caliente, al momento que su oído escuchó el silbido de un estoque y el sonido que produjo al clavarse contra la pared de madera.
Abrió los ojos lentamente y se encontró con la escena de una mujer con cara de asombro y una hoja de estoque atravesándola el cuello. El rostro serio de un elfo oscuro asomó tras ella al tiempo que liberaba su arma y el cuerpo de Eanndra caía a los pies de Zahîr.
-Que sea la última, repito, la última vez que vuelves a arrojar un arma contra mi cuerpo.- El estoque bailaba delante de los labios de Zahîr. Y el frio tono de Viershalee hacía temblar los huesos.
El elfo oscuro arrancó el proyectil del techo y cogiendo por los pies a ambos cadáveres se los llevó con él escaleras arriba, un siniestro silencio reinaba en el barco, el cual solo era desacatado por las olas del mar y alguna ráfaga de aire.
-Limpia la sangre, esta noche han caído dos de nuestros marineros por la borda debido a un fuerte oleaje. Feliz cumpleaños Zahîr.-
El sol volvió a brillar al este, como cada mañana, el joven habría pensado que todo había sido un mal sueño de no haber sido por que en su diario podía leerse claramente:
--------------------------------
Esta confirmado, Viershalee ······································te debo la vida, amigo.
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Una nave rompía la apacible tranquilidad de las heladas aguas. El cielo lucía escampado, las oscuras nubes habían quedado atrás, muy atrás, y el sol estaba apunto de morir en su rutinaria tumba, al oeste.
Un muchacho joven atardecía tumbado boca abajo en la cubierta, sobre una pila de cajas cubiertas con una lona, sus piernas se balanceaban de un lado a otro articulando las rodillas. El muchacho parecía concentrado en su escritura.
Una alargada figura se acercó al joven de piel tostada:
- ¿Que pasa Zahîr? ¿Es que las patatas se van a pelar solas? -
El joven levantó la cabeza, retante.
- Las patatas están tan podridas que corroen el cuchillo. - El elfo oscuro recibió su respuesta, el cual ofreció la suya con una sonrisilla en los labios, y así fue como Zahîr se vio mirando al lado contrario con un intenso dolor en la mandíbula, cuando giró la cabeza el elfo estaba agarrándose el puño con la otra mano.
-Ufff chico no sabes lo feliz que haces a la gente a veces, que a gusto me he quedado, te lo ganas a pulso eeh.-
Zahîr con el orgullo más herido que la cara arrojó al elfo una manzana de las cajas que tenía abajo, el cual, agradecido, tomó al vuelo y le dio un bocado.
- Bien, ¿Y se puede saber porque no has ido a la cocina? -
El muchacho con los dientes apretados no tenía más opción que tragarse, de nuevo, el doloroso sabor del orgullo pisado.
Mirándole de mala manera y casi hablándose a si mismo más que al drow el joven se explico:
-Hoy hace 18 años que mis padres me trajeron al mundo.-
-Vaaaya ¿si? ¿y te parece mucho? A mi hará unos 578 lustro arriba, lustro abajo -
Zahîr chasqueo la lengua.
- Vale Viershalee, termino de escribir esto, me coloco la mandíbula y voy a pelar patatas.-
-Anda mocoso tomate el resto del día libre, las hemos tirado al agua, no valían para comer.-
El joven sentía por el elfo escuro un peculiar sentimiento de aprecio con cierto deje a divinizarlo, combinado con una clara antipatía mezclada en grandes proporciones con envidia.
-Vale...gracias por el regalo, muy útil y bonito por tu parte- Dijo con ironía el joven.
- Oh, no era un regalo inberbe, solo tengo que asegurar tu vida, no tu buena vida.-
-Si Viershalee, si, buena día tengas.-
-Oye chico, no me juzgues como a cualquier otro asqueroso pirata, yo doy a cada cual lo que merece.-
El elfo oscuro se giró y comenzó a andar. A unos pocos pasos, Zahîr notó un golpe en la cabeza, y vio rodar una mordisqueada manzana.
- Y devuelvo los favores, amigo.-
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Esta confirmado, Viershalee es un sucio bastardo que merecería caer al agua.
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El resto del día pasó rápidamente, y el joven, agotado de sus trabajos durante mañana y tarde calló pronto en sueño. Sueño que a altas horas de la noche fue interrumpido.
Su puerta se abrió de golpe y dos sombras aparecieron de la nada, un hombre y una mujer aparecieron tras el umbral de la puerta. El hombre portaba un arco corto y una brillante flecha apuntaba hacia él, la mujer, de aspecto noble y cuerpo grácil se acercaba lentamente, espada en mano.
-Vaya vaya, así que tú eres el joven y revoltoso Zahîr, el joven que pronto ingresará en la lista de caídos de la cofradía Asshami por ese exceso de prepotencia que te caracteriza, y nuestros 6 ojos serán testigo de ello.-
En ese momento Viershalee apareció justo detrás del arquero, llevaba puesta la capucha, sus manos reposaban sobre las vainas de sus armas y una sonrisilla lucía en la oscuridad.
-¿Tu? Tu!, !Al menos tus ojos no serán testigos de mi muerte!-
El joven se incorporo y acto seguido una daga estaba volando en dirección al elfo oscuro, para asombro de todos, no obstante en un ágil movimiento, Viershalee interpuso entre la daga y su cráneo a un sorprendido arquero que recibió un tajo letal bajo la nuez, una flecha salió disparada para ir a dar al techo.
- Mal, mal, imprevisible, pero lento.- El elfo soltó al antiguo pelele de los Asshami que calló como el peso muerto que era contra el suelo. - Adelante Eanndra.-
La afilada punta del estoque pareció recibir una orden directa y se precipitó contra la cara del joven que sólo pudo cerrar los ojos...
Algo se estrelló contra la cara de Zahîr, algo líquido, y caliente, al momento que su oído escuchó el silbido de un estoque y el sonido que produjo al clavarse contra la pared de madera.
Abrió los ojos lentamente y se encontró con la escena de una mujer con cara de asombro y una hoja de estoque atravesándola el cuello. El rostro serio de un elfo oscuro asomó tras ella al tiempo que liberaba su arma y el cuerpo de Eanndra caía a los pies de Zahîr.
-Que sea la última, repito, la última vez que vuelves a arrojar un arma contra mi cuerpo.- El estoque bailaba delante de los labios de Zahîr. Y el frio tono de Viershalee hacía temblar los huesos.
El elfo oscuro arrancó el proyectil del techo y cogiendo por los pies a ambos cadáveres se los llevó con él escaleras arriba, un siniestro silencio reinaba en el barco, el cual solo era desacatado por las olas del mar y alguna ráfaga de aire.
-Limpia la sangre, esta noche han caído dos de nuestros marineros por la borda debido a un fuerte oleaje. Feliz cumpleaños Zahîr.-
El sol volvió a brillar al este, como cada mañana, el joven habría pensado que todo había sido un mal sueño de no haber sido por que en su diario podía leerse claramente:
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Esta confirmado, Viershalee ······································te debo la vida, amigo.
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Última edición por Bryan el Mar Feb 12, 2008 2:10 am, editado 1 vez en total.
Zahîr, 18 años, mediados de otoño:
Llevaban varios días cruzándose con más embarcaciones de lo habitual, Athkatla se encontraba cerca, y el grito de "Tierra a la vista" no se hizo esperar demasiado.
La capital de Amn se erguía ante ellos mientras remontaban el río para atracar en el puerto, era el medio día y los muelles estaban tranquilos, sólo unos cuantos marineros descargando y algún que otro mamarracho enviado por la guardia para que observase el movimiento de mercancías.
Viershalee había desaparecido y un escarmentado Zahîr ayudaba a bajar cajas con mucho esfuerzo, mientras otros hablaban con un comerciante local. Muchas de las cajas quedaron a bordo cubiertas por grandes lonas, sin duda se trataba de mercancía nocturna, poco aconsejables a la luz del día.
Cuando terminó la descarga, el que ahora hacía de capataz dio a Zahîr unas cuantas monedas y una carta. Viershalee le esperaba en una posada escondida, sin ser sospechosa por sus lujos ni por sus faltas, un lugar de alojamiento cualquiera.
El joven recogió sus pocas pertenencias y estoque al cinto se echó a las calles, no sin antes despedirse de los que habían sido sus compañeros de viaje, sin saber si su labor fue protectora u hostil; pues muchas cosas se oían tras la muerte de los dos Asshami pero pocas decían algo.
Cuando entró en la posada, las mesas estaban repletas, era la hora de comer y la gente no ponía el menor reparo en gastarse unas cuantas monedas para que el quejar de sus estómagos cesaran, entre la multitud, una joven de aspecto impecable dejó una nota en la mano izquierda del joven, y sin volverse tan siquiera, abandonó el recinto.
-------------------------------
Mocoso. Bajo tus botas. Señor Damilion. Criado.
-------------------------------
- Viershalee sin duda.- Dijo para sí. Acercándose al posadero y sin necesitar demasiada imaginación pidió bajar al sótano, identificándose como el sirviente del Señor Damilion, el posadero acompañó al joven hasta una habitación pequeña, contigua al almacén de comida y licores.
Viershalee, perdón, Damilion, le esperaba sentado en una cómoda butaca mientras disfrutaba de su pipa, llevaba una especie de máscara o maquillaje, y relleno bajo sus ropas, una barba y peluca. Tan camuflado iba que Zahîr dudó entre pasar a la estancia, sacar su estoque o salir corriendo. Pero no hubo tiempo para pensar pues el sonido seco de la madera le indicó que la puerta había sido cerrada.
- ¿Qué tal muchacho?, siéntate. - Ofrecía de palabra y acto, señalándole otra butaca vacía. La mesa que separaba a ambas butacas estaba repleta de frutas y vino.
- ¿Que tal Damilion?, ¿no partirá en su nave? - Interrogaba el joven a la par que tomaba asiento y llevaba la mano a un exquisito racimo de uvas que parecían llamarlo por su nombre.
- La nave partirá en dirección a Puerta Baldur, y allí esperara diez días, el tiempo que tardaremos en alcanzarla. -
El muchacho miró intrigado a su transfigurado compañero de viaje.
- Por si no te habías fijado, bajo tu trasero tienes dos piernas y sobre tu espalda dos hombros. Traduciendo, camino y manta. -
- Será una duda jornada - Se quejaba Zahîr.
- Te equivocas de nuevo mi incompetente amigo, serán 10 duras jornadas, sabia es la frase que afirma que las cosas sólo se repiten a los sordos y a los tontos y que yo sepa tu oído funciona perfectamente. -
Arqueando las cejas y de mala gana respondió el muchacho mirando a la pera que acababa de agarrar.
- Un duro viaje me refería... -
- El lenguaje lo puede ser todo. Bueno, ya puedes instalarte, dormiremos en esta habitación. Uy! dije ¿Dormiremos? Perdón, dormiré en esta habitación, puedes montarte tu "campamento" entre la carne que se seca en el almacén de al lado, mañana al alba partiremos rumbo Puerta de Baldur. -
- Me parece correcto, por cierto, el pelo rubio y media cara azabache no hacen buena combinación, cuestión de gustos. -
Alertado, Viershalee se llevó una mano a la cara con la fuerza justa para que el contacto fuese sonoro. Zahîr se marchaba con una sonrisilla en los labios.
- Vas aprendiendo eh mocoso, pero aun te queda mucho. - El drow, cogido al descuido y poco acostumbrado a ser objeto de burla sólo pudo poner una sonrisa.
La puerta volvió a cerrarse.
-Este Zahîr...que infantil puede ser a veces.- Pensaba Viershalee momentos antes de servirse una copa de vino, que no fue sino un intento, pues la botella ya no contenía su preciado líquido, sino agua, !y sucia!.
Cuando, enojado, acudió a la improvisada habitación contigua no encontró más que carnes, pescados y licores.
- El orgullo sigue superando su coherencia..., esperemos que vuelva sano y salvo a dormir, sino me será bastante difícil pagar la deuda al viejo Hubert...- Y así el elfo abandonó el almacén para ver sus objetos de viaje en el pasillo y la puerta de su cuarto cerrada a cal y canto.
- !Zahîr! !Ya está bien la broma! - Viershalee expulsaba humillación por la boca más que gritos. - !Maldito niñato! !Te degollaré por el camino! -
- Lo siento Señor Damilion pero una sabia frase dice: donde las toman las dan. -
/////////////////////////////////////////////////
Bueno, que os está pareciendo la historia, mal, bien? interesante, aburrida? Dadme vuestras opiniones!
Llevaban varios días cruzándose con más embarcaciones de lo habitual, Athkatla se encontraba cerca, y el grito de "Tierra a la vista" no se hizo esperar demasiado.
La capital de Amn se erguía ante ellos mientras remontaban el río para atracar en el puerto, era el medio día y los muelles estaban tranquilos, sólo unos cuantos marineros descargando y algún que otro mamarracho enviado por la guardia para que observase el movimiento de mercancías.
Viershalee había desaparecido y un escarmentado Zahîr ayudaba a bajar cajas con mucho esfuerzo, mientras otros hablaban con un comerciante local. Muchas de las cajas quedaron a bordo cubiertas por grandes lonas, sin duda se trataba de mercancía nocturna, poco aconsejables a la luz del día.
Cuando terminó la descarga, el que ahora hacía de capataz dio a Zahîr unas cuantas monedas y una carta. Viershalee le esperaba en una posada escondida, sin ser sospechosa por sus lujos ni por sus faltas, un lugar de alojamiento cualquiera.
El joven recogió sus pocas pertenencias y estoque al cinto se echó a las calles, no sin antes despedirse de los que habían sido sus compañeros de viaje, sin saber si su labor fue protectora u hostil; pues muchas cosas se oían tras la muerte de los dos Asshami pero pocas decían algo.
Cuando entró en la posada, las mesas estaban repletas, era la hora de comer y la gente no ponía el menor reparo en gastarse unas cuantas monedas para que el quejar de sus estómagos cesaran, entre la multitud, una joven de aspecto impecable dejó una nota en la mano izquierda del joven, y sin volverse tan siquiera, abandonó el recinto.
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Mocoso. Bajo tus botas. Señor Damilion. Criado.
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- Viershalee sin duda.- Dijo para sí. Acercándose al posadero y sin necesitar demasiada imaginación pidió bajar al sótano, identificándose como el sirviente del Señor Damilion, el posadero acompañó al joven hasta una habitación pequeña, contigua al almacén de comida y licores.
Viershalee, perdón, Damilion, le esperaba sentado en una cómoda butaca mientras disfrutaba de su pipa, llevaba una especie de máscara o maquillaje, y relleno bajo sus ropas, una barba y peluca. Tan camuflado iba que Zahîr dudó entre pasar a la estancia, sacar su estoque o salir corriendo. Pero no hubo tiempo para pensar pues el sonido seco de la madera le indicó que la puerta había sido cerrada.
- ¿Qué tal muchacho?, siéntate. - Ofrecía de palabra y acto, señalándole otra butaca vacía. La mesa que separaba a ambas butacas estaba repleta de frutas y vino.
- ¿Que tal Damilion?, ¿no partirá en su nave? - Interrogaba el joven a la par que tomaba asiento y llevaba la mano a un exquisito racimo de uvas que parecían llamarlo por su nombre.
- La nave partirá en dirección a Puerta Baldur, y allí esperara diez días, el tiempo que tardaremos en alcanzarla. -
El muchacho miró intrigado a su transfigurado compañero de viaje.
- Por si no te habías fijado, bajo tu trasero tienes dos piernas y sobre tu espalda dos hombros. Traduciendo, camino y manta. -
- Será una duda jornada - Se quejaba Zahîr.
- Te equivocas de nuevo mi incompetente amigo, serán 10 duras jornadas, sabia es la frase que afirma que las cosas sólo se repiten a los sordos y a los tontos y que yo sepa tu oído funciona perfectamente. -
Arqueando las cejas y de mala gana respondió el muchacho mirando a la pera que acababa de agarrar.
- Un duro viaje me refería... -
- El lenguaje lo puede ser todo. Bueno, ya puedes instalarte, dormiremos en esta habitación. Uy! dije ¿Dormiremos? Perdón, dormiré en esta habitación, puedes montarte tu "campamento" entre la carne que se seca en el almacén de al lado, mañana al alba partiremos rumbo Puerta de Baldur. -
- Me parece correcto, por cierto, el pelo rubio y media cara azabache no hacen buena combinación, cuestión de gustos. -
Alertado, Viershalee se llevó una mano a la cara con la fuerza justa para que el contacto fuese sonoro. Zahîr se marchaba con una sonrisilla en los labios.
- Vas aprendiendo eh mocoso, pero aun te queda mucho. - El drow, cogido al descuido y poco acostumbrado a ser objeto de burla sólo pudo poner una sonrisa.
La puerta volvió a cerrarse.
-Este Zahîr...que infantil puede ser a veces.- Pensaba Viershalee momentos antes de servirse una copa de vino, que no fue sino un intento, pues la botella ya no contenía su preciado líquido, sino agua, !y sucia!.
Cuando, enojado, acudió a la improvisada habitación contigua no encontró más que carnes, pescados y licores.
- El orgullo sigue superando su coherencia..., esperemos que vuelva sano y salvo a dormir, sino me será bastante difícil pagar la deuda al viejo Hubert...- Y así el elfo abandonó el almacén para ver sus objetos de viaje en el pasillo y la puerta de su cuarto cerrada a cal y canto.
- !Zahîr! !Ya está bien la broma! - Viershalee expulsaba humillación por la boca más que gritos. - !Maldito niñato! !Te degollaré por el camino! -
- Lo siento Señor Damilion pero una sabia frase dice: donde las toman las dan. -
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Bueno, que os está pareciendo la historia, mal, bien? interesante, aburrida? Dadme vuestras opiniones!
Última edición por Bryan el Mar Feb 12, 2008 2:15 am, editado 1 vez en total.
//tiuuuuu. que ya va para hacer el mes y aun no la has continuado xd, al final abra que noquearte a ti ademas de a Zahir xDD.
Muy chulap, a ver si la continuas xd.
(xD critico yo de que tarda en continuarla y acabo de ver yo la ultima entrega....xD)
Muy chulap, a ver si la continuas xd.
(xD critico yo de que tarda en continuarla y acabo de ver yo la ultima entrega....xD)
Última edición por rusillo el Lun Feb 18, 2008 5:27 pm, editado 1 vez en total.