Raza: Humana
Edad: 26 años
Procedencia: Sembia
Clase: Pícara
Oficio: Agenciadora/ Agente solitaria
Alineamiento: Caótico Bueno
Descripción Física

Clarice es una mujer de complexión media, midiendo apróximadamente 1, 67 cm. de altura. Su cabello está recortado de forma a que no llegue más allá de su nuca, con sus puntas tintadas en un color violáceo. Su tez es clara, con ojos rasgados y sombreados, añadiendo exotismo a una expresión de casi constante picardía, confiada. Su nariz posee una curvatura aguileña, siendo sus facciones afiladas y delgadas. Se mueve con elegancia y expresividad, gustando de entablar conversación con un pronunciado lenguaje corporal, movimiento de manos y sus habituales enarcamientos de cejas ante un comentário que le parezca absurdo o gracioso.
Gusta de vestir ropas extravagantes, sobretodo aquellas que llaman en público la atención. Unas ropas ceñidas, de un rojo teñido intenso, de corte masculino y sombrero de pluma es una de sus prendas favoritas (aunque no la más extraña). Una cadena plateada pende de su cuello, ocultandose bajo su camisa.
Apenas perceptible a simple vista, una cicatriz de un corte adorna su mejilla izquierda, casi siempre cubierta por el maquillaje.
Su cuerpo luce una serie de tatuajes rojizos, de escrita élfica, un extravagante regalo recibido en Cormanthor.
Personalidad
Combina una fuerte pasión con una curiosidad innata que le mete en más problemas de lo que desearía, pero es una persona audaz y valiente, con un corazón noble y sincero. A veces peca de orgullo, bajando la guardia lo suficiente como para cometer un fallo en sus actos, lo cual le duele más que la más sangrienta herida. No le gusta frivolizar con la etiqueta ni discutir. Es muy inteligente, traduciéndose esto en un vocabulario mordaz que roza (pero nunca traspasa) la grosería cuando se encara con una persona que le disgusta.
Sin embargo, en público muestra una cara afable, simpática y servil, tal y cual haría un gaballero romántico. Sus modales son impecables.
Muy leal a quienes llama amigos, también es bastante rencorosa con aquellos que la decepcionan o la traicionan. Sigue a perfección el ejemplo de "justicia poética", robando más una vez a un astuto Zhentárim para repartir su botín a los villanos del siguiente pueblo de paso. Es una loba solitaria, con un fuerte carácter individualista.
Entre sus mayores defectos, conviene realzar su orgullo e irreflexibilidad al encarar un problema, que no siempre puede resolverse por medio de la acción directa. Le cuesta planificar, prefiriendo improvisar en todo momento, confiando su suerte a Tymora.
Habilidades
Como miembro solitario de los Arpistas, Clarice ha aprendido en sus numerosos viajes el sigilo de los elfos, la talla y extración de gemas junto a los enanos de la Gran Brecha, técnicas de supervivencia de los bedines del Anaurokh y la afilada etiqueta de los nobles sembianos y agundinos. Es capaz de sorprender con el más variado y rocambolesco truco para evadir una situación, siendo capaz de ejecutar todo tipo de tareas. Domina algo de trampería junto con la apertura de mecanismos, cierto conocimiento mágico y habilidad con el estoque, aunque la batalla no es propiamente su especialidad. Es ágil como un gato y se mueve como un felino. Sus volteretas y acrobacias han dejado pasmados a más de un observador. Se defiende bastante bien con una sola arma, pero ha centrado tanto sus habilidades de agente sigilosa, que no tiene tiempo para disciplinar su método de combate, tal como lo haría un duelista.
Es conocedora de mundo y lugares, una estupenda tasadora gracias a los conocimientos adquiridos de su familia mercantil. Ha estado en la Gran Brecha, Cormanthor, ruinas nezherinas y huyendo de un dragón en la Costa de la Espada. Ha conocido a herreros, druidas, exploradores solitarios y mercenarios valientes, aunque también se las ha visto con Zhentarim, drows y cultistas de las más diversas cábalas. Su adiestramiento en los Arpistas la ha especializado en el combate contra los drows y Zhentharim, pues son estos últimos con los que más se ha enfrentado, casi siempre en solitario (y retirándose, más que emboscar).
Historia
Clarice nació en el seno de una acomodada familia mercantil de Sembia, cuyo padre era miembro de los Cuervos Argénteos y un particular hombre de negocios, con un espíritu noble, poco común en la aristrocracia sembiana. Recibió una formación académica en las letras y artes, además de aprender el lenguaje de la etiqueta formal. A la edad de los diecisiete años, decidió abandonar a su familia, con poco más que unas doscientas monedas de oro (hurtadas de los fondos de su padre), dos mudas de viaje y un sueño en el horizonte.
Quería conocer mundo.

En viaje la condujo a las Tierras de los Valles, conocidas por la gran cantidad de aventuras que aguardan, además de las muertes prematuras. Se unió a una compañia de aventureros y destacó por su capacidad de improvisación y habilidades de chalaneo. Mejoró su pericia en el combate y su valor, templada por los enfrentamientos a los que su compañia tuvo que afrontar. No tardó mucho tiempo en llamar la atención de uno de sus compañeros, un explorador de Mielikki llamado Sven Vallas.
Éste le habló sobre una organización que defendía el equilibrio de la naturaleza y la civilización, la conservación del conocimiento y una constante cruzada contra la corrupción y el mal en todas sus formas. La llevó al Valle de la Sombra, donde conoció a Tormenta Manargentea, aunque sólo fuera el verla a una larga distancia, junto a una patrulla de Arpistas. Fue sometida a prueba por la organización que la acogió tras comprobar su potencial, convirtiendose en una agente al servicio de éstos.

Clarice decidió marcharse a conocer mundo, destacando entre sus aventuras, una breve incursión desde la Gran Brecha a la Infraoscuridad, el asalto de un dragón verde en la Costa de la Espada (cerca de Luskan), su breve estancia en Cormanthor y una visita al Enclave Esmeralda. Comerció mucho, aprendió más y se convirtió en una experimentada aventurera que usaba como armas, poco más que su estoque, labia y lo que tuviera a mano.
Finalmente, al conocer las noticias de la formación de un nuevo estado, la Marca Argéntea, ha decidido establecerse una temporada allí y colaborar para que no surjan problemas en la nueva confederación, véanse cultistas y alianzas malignas que seguras estarían de desear su caída. Permanecerá atenta sobre las noticias de avistamientos de drows y la actividad de los plebeyos Zhentarim de la región.
Objetivos
Siendo una persona idealista y soñadora, Clarice desea obrar por su mano una visión real de un Faerun más justo y mejorado, dejándoselo mejor de cuando se lo encontró. Para ello usará los más variados métodos, aprovechando su tapadera como comerciante para enterarse de los más variados sucesos y actuar en consecuencia. Quiere convertirse en una figura pública conocida y respetada para así granjearse una mayor influencia y capacidad de obra.
Así mismo, cuando finalmente consiga mejorar a Faerun, se retirará discretamente para enfrentarse a sus propios demonios internos.