Vann Kelten, En busca del destino

Los trovadores de la región narran la historia de sus héroes. (Historias escritas por los jugadores)

Moderadores: DMs de tramas, DMs

elenna

Mensaje por elenna »

*se escarba la nariz hasta tocarce el cerebro* (si es que tiene, pobre erik) :P
erotikus_ahialla

Mensaje por erotikus_ahialla »

Jajajaaj me mandaste al muere ahi XDD
nyxs

Mensaje por nyxs »

Pobre... no le digan asi... pero en fin!!! Che que erik se habra su propio post!....de mi no opinann nada :cry:
XDD
erotikus_ahialla

Mensaje por erotikus_ahialla »

Hasta ahora esta re bien la historia, segui asi :idea:
nyxs

Un nuevo comienzo

Mensaje por nyxs »

Era otoño y una carreta avanzaba lenta y pesada por el bosque haciendo crujir las hojas secas del camino y Hug Greystone azotaba a sus bueyes para que avanzaran por el sinuoso sendero. En su vida como mercader solo los Dioses sabían cuantas veces había recorrido la ruta desde su ciudad natal Adbar, hasta las costas del oeste.
Hug era terco, fastidioso y desconfiado. La guerra le había enseñado a estar siempre alerta y jamás dar la espalda, había pagado cara esta lección que tuvo que aprender de manera difícil cuando años atrás fue emboscado por varios orcos quienes lo dejaron suficientemente malherido antes de ser rescatado como para tener que retirarse, de forma permanente, de la Defensa Enana e iniciar una nueva forma de ganarse la vida como simple mercader ambulante. Quizá fue por todo esto que se sorprendió el doble cuando vio esa mujer para allí… ¡Pero si solo había volteado la cabeza un segundo! ¿Cómo entones podía ser que no lo hubiera visto delante de el, a pocos metros, como se hallaba hora?
Hug tiró de las riendas y los bueyes bufando pararon la carreta casi en seco.
- Pensé que me había visto, caminando aquí junto al camino- dijo Vann.
Ella sabia perfectamente que el enano no la había visto, ni escuchado siquiera aunque lo venía siguiendo ya hacia dos kilómetros. Allí se sentía liviana, no hacia ruido y sus pasos eran como parte misma del suelo. Sabía muy bien que en su entorno era invisible, pero bueno (aunque sus hermanos seguramente lo reprobarían) con algo había que divertirse…
- ¡Claro!, por supuesto- resoplo el enano mientras se recuperaba de la sorpresa. - ¿Qué deseas del viejo Hug eh?- Tomó las riendas y las retrajo un poco para calmar a los bueyes.
La pelirroja avanzo rodeando la carreta hacia el lado donde estaba Hug, acariciando al pasar con su mano el hocico de los animales que parecieron empezar a calmarse.
- Voy camino al Bosque Luna y me preguntaba si tal vez viajabas hacia allí con tu carga… en ese caso, entonces te pediría si tendrías la amabilidad de llevarme…-lo miró a los ojos y sonrió
- Pues…, si… Voy camino rumbo a Costa de la Espada, supongo que puedo alcanzarte.
Hug se quedó en silencio, pensando…miro a esa extraña humana, un poco baja de estatura para su raza, lo que la hacia mas aniñada aún. Vestía ropajes sencillos hecho de cuero y algo de piel, una torera corta y ajustada que dejaba claramente ver un cuerpo esbelto, pantalones sueltos, botas y una capa larga de viaje sobre los hombros que escondía hábilmente de la vista un fajín del cual pendía una empuñadura algo rustica de bronce.
- Esta mujer no tiene nada de niña- Pensó el enano y se sorprendió a si mismo haciéndole señas a Vann para que pasara a la parte posterior de la carreta, pues no era algo para nada común que él, siempre tan precavido, llevara con sigo un viajero.
Pero la pelirroja tenía algo difícil de describir…algo que inspiraba cierta quietud y confianza. Seguramente algún Dios la había favorecido con su gracia…
- ¡Ah!, por cierto, mi nombre es Vann Kelten, para servirle- agrego ella con una leve reverencia
Mientras Hug hacia lugar para Vann en la parte posterior ella observo que tenia un profundo corte en su brazo izquierdo que comenzaba a presentar signos claros de infección, pero Hug se apresuro a taparlo con la manga de su saco ella no dijo nada. Sabía que a veces hay lobos solitarios que prefieren lamer solos sus heridas…

Los días pasaron con el sinuoso y lento traqueteo de la carreta. Quizá a pie el viaje hubiera sido más rápido, al menos para una Druida como ella. Por fin toda la Tradición, la meditación, los hechizos; toda aquella sabiduría transmitida por generaciones comenzaba a vivir en ella con mayor intensidad y comenzaba a dar sus frutos, pero Vann no hacia aquello por poder…era su forma de vivir y sentía que aquella senda era la que la vida había preparado para ella. Y de esa manera, en la parte de atrás de la carreta, Vann podía dejar volar sus pensamientos.
Ya solo faltaba un día de marcha para llegar al camino del Bosque Luna, donde había acordado con Hug que se separarían. Esa última noche, Vann miro las estrellas y se dio cuenta de algo que había pasado por alto. Tan inmersa en las preocupaciones sobre los rumores de la plaga que caía sobre Nevesmortas poco después de su partida y las nuevas pistas sobre el paradero de su padre, no había llevado cuenta de los días. La noche siguiente sería la decimotercera luna llena desde que hubiera partido de su bosque natal para realizar la misión que le fue asignada. Doce y una Lunas era lo que dictaba la tradición como plazo para el ritual que decidiría si seguía siendo una simple Iniciada o se convertiría en una verdadera Druida.

Hug era un poco hosco, pero a la vez divertido y amable cuando entraba en confianza como descubrió Vann con el correr de los días, el enano propuso que para esa noche, que sería la ultima que pasarían juntos, le prepararía a su compañera de viaje una vieja receta familiar de conejo a las brazas.
Luego de armar un campamento Hug volvió del bosque visiblemente acalorado por el esfuerzo y con el producto de su caza: dos liebres capturadas vivas
-¡Mmmm!, ¡eso huele muy bien! ¿Qué es?- exclamo el enano
- Es un estofado hecho con raíces, es para acompañar las liebres…
- ¡Bueno, aquí están…! ¿Robustas no?
Vann se acerco pensativa y examino a las dos libres que Hug sostenía por las orejas. Tomo a una y le apoyo la mano sobre el vientre del animal. Susurró unas palabras que a Hug le sonaron más como sonidos guturales, dejo la liebre en el suelo y la liberó
- ¡¿Y eso por qué?!
- Estaba preñada. Así en cambio, siempre habrá liebres…además con el estofado que prepare
veras que una es suficiente.
Vann se dio media vuelta tomando a la liebre restante la encerró en una pequeña jaula que había en la carreta para sacrificarla luego, al momento de cocinarla. A sus espaldas escucho el ruido seco y pesado del cuerpo de Hug que caía en la tierra. Corrió al lado de Hug, toco su frente, se dio cuenta de que volaba de fiebre y supo casi de inmediato la causa; levantando la manga de la chaqueta de aquel terco vio la herida que le ocultara de la vista el día que se conocieron. Presentaba un avanzado grado de infección y a su alrededor había restos de ungüentos y vendajes, obvios intentos fallidos por parte de Hug para curar su herida. El enano comenzó a ponerse pálido, sudoroso y empezó a temblar, Vann se dio cuenta que no había tiempo que perder y silbo en dirección al bosque. A los pocos minutos un gran lobo de lomo plateado salio de entre las sombras y se paró ante ella.
- Cuídalo Ereal, vuelvo en seguida- le dijo al lobo y se perdió rápidamente en la noche cerrada del
del bosque.
Volvió al rato cargada con dos flores de Mystra, algo de aloe y unas cuantas vallas de color rojizo. Se sentó al lado del enfermo y de su morral inseparable de cuero extrajo la cantimplora, vendajes y unas raíces de jengibre. Volvió a la carreta y busco hasta encontrar una botella de Ron que había visto a Hug comprar en el ultimo poblado por el que pasaron, se lavo las manos con el ron y luego hecho algo sobre la herida. El enano, sumido en un sueño agitado y tormentoso comenzó a emitir fuertes quejidos de dolor.
- Lo siento amigo, pero esto me lo agradecerás luego- pensó Vann mientras apretaba con fuerza
herida para drenar lo más posible la infección, lo que provoco más quejas de Hug
Los utensilios iban y venían entre las manos de Druida, finalmente hizo una pasta con las flores, las bayas y las raíces, mezclándola con algo de agua para hacerla mas blanda y así poder untarla sobre la herida. Sello todo con vendajes limpios y un pequeño hechizo.

Si a Vann le hubieran dicho que aquel incidente cambiaria luego por completo la vida de aquel que intentaba ayudar no lo hubiera creído… pero eso ya es parte de otra historia

Casi amanecía cuando finalmente la fiebre abandono al enano y este pudo dormir en paz. Vann tomo al lobo Ereal por la cabeza y lo acariciaba.
- Quédate junto a él y cuídalo. Es tiempo de volver a casa y más vale partir ahora mismo…. ¡Una cosa más!... ¡NO TE COMAS MI ESTOFADO!
Ereal lanzo unos pequeños gruñidos y lamió la cara de Vann, finalmente antes de perderse en el camino ella vio como el lobo se sentaba montando guardia al lado del enano.

Unos cuantos kilómetros más adelante un leñador solitario vio que una mujer pelirroja se adentraba en el añoso Bosque Luna. Quiso advertirle que tenga cuidado, últimamente las criaturas que lo moraban estaban algo agitadas, pero al pestañear no vio a la mujer si no una cola negra desaparecer en la espesura.
El leñador, asombrado, busco rápidamente una cantimplora y apuro un largo y generoso trago. Cando volvió a mirar se encontraba solo de nuevo.
- ¡Como siempre digo!- pensó el hombre – ¡Todo se arregla con un buen trago de cerveza negra!- y luego de un fuerte hipido volvió a su labor.

//para todos los que soportaron mis faltas de ortografía ahora esta revisado por Word. Les prometo que se pone bueno asi que lean! XDD
Última edición por nyxs el Mié Ene 20, 2010 6:10 am, editado 1 vez en total.
nyxs

Re: Vann Kelten, En busca del destino

Mensaje por nyxs »

Una pantera se adentraba en el Bosque Luna, zigzagueaba ágilmente entre las hierbas a paso veloz y decidid. Olfateaba de tanto en tanto ahí y allá y a veces corregía su rumbo. Después de algunas horas llego aun pequeño claro. Restos de una o dos fogatas indicaban que estaba cerca. Se acerco a un árbol para descansar un poco antes de seguir y para distraerse jugueteo un poco con su propia cola cuando de repente le pareció escuchar un pequeño sonido a lo lejos.
Si bien estaba en su bosque natal ya hacia mas de dos años que no estaba sola por allí, no podía ser desprevenida… se gazapo, preparándose y en ese instante una flecha fue a dar donde antes hubiera estado su cabeza, silbando y clavándose en la madera limpiamente. La pantera se pego todavía mas al suelo y con las orejas hacia atrás, los dientes al iré y gruñiendo de forma aterradora vio como casi mágicamente del bosque salían cinco elfos que la apuntaban con los arcos tensos.
Todos vestían cueros y pieles, tenía el cabello trenzado y con pequeños abalorios o plumas; algunos tenían la piel pálida como la nieve pero otros poseían un aire más salvaje y una pequeña pero visible tonalidad verde, parecían ser jóvenes. Uno de ellos, coronado con hojas de Fhandar entrelazadas sobre su cien se adelanto hacia la agazapada y amenazante pantera que no paraba de gruñir a los recién llegados, saco las garras pero no ataco… unos breves segundos de incomodo silencio reinaron hasta que el elfo coronado guardo su arco, se quedo en cuclillas a un escaso metro de la pantera hasta quedar a su altura y la miro directo a los ojos. Los ojos celestes de Vann se cruzaron con los suyos y casi al instante dejo de gruñir. El la miro y dijo –Estos no son los ojos de una pantera- y en un rugido que parecía una amenaza, pero que Vann entendio muy bien, agrego -¡Revélate!-
En una pequeña aureola de luz y entre huesos que chasqueaban a los pocos minutos la humana pelirroja estaba agachada junto al elfo.
En Druídico, (un lenguaje tan secreto y antiguo como el Toril mismo) se dirigió a su interlocutor. Sabia que a partir de ahora el común era como una lengua olvidada de otro mundo… ¡estaba otra vez en el bosque de su infancia! – Aleedrin, ¡que bueno verte!, Hermano… ¿ya te olvidaste de mi?-.
El elfo respiro un instante haciendo memoria – ¿Vann?- Dijo no muy seguro – ¡Vann!, si… ¡eres tu!, pero como has crecido… ¡Por Silvanus, Vann! Que alegría verte otra vez... disculpa la flecha pero el Bosque no es lo que hace un tiempo –hizo una seña a los demas de que todo estaba bien y la abrazo.
-Bueno, nunca puede engañarte Aleedrin…- se incorporo luego del abrazo.
Ante ella estaba su amigo de toda la vida, y su amor durante la infancia… (y la no tan infancia). Estaba igual como si lo hubiera dejado ayer, pero claro… así había sido casi siempre. Mientras Vann cambiaba a un ritmo de vértigo su estatura, su rasgos y su cuerpo al pasar los años el elfo como era de esperar lo hacia muy lentamente. Esto era una charla constante entre Vann y su segunda madre Galandriel quien no se oponía a sus sentimientos pero siempre trato de advertirle el problema que tendrían que afrontar, sobre todo al ver a una enamorada Vann de 16 años seguir como embobada al Aleedrin, y lo decía por experiencia… nunca mas se volvió a casar después de perder a su gran amor por la gracia del ciclo de la vida. Un humano llamado Thalos, padre de sus dos hijos, y aunque los dos sabían muy bien lo que pasaría la tristeza tomo para siempre un pequeño pedazo del corazón de Galandriel.
Se sabe que, de todos modos el amor sucede y que Aleedrin y Vann estuvieron juntos, casi se comprometen, pero luego del misterioso silencio en correspondencia de su padre, Vann entendió que su destino la llevaba lejos, que seria una relación muy difícil... y así como sucede la primara al otoño, lenta pero inexorablemente, ambos cayeron en cuenta de que siempre se querrían, pero que deberían liberar al otro.
Aleedrin presento al resto de la patrulla y dándose la nuevas noticias se dirigieron hacia el campamento de las Arboleda del Bosque Luna. Caminaron entre pequeños arroyuelos y enmarañados pasos con gran destreza, aunque era un grupo mas o menos numeroso no hubieran llamado al atención (al menos no de un entendido) las botas de piel daban un leve zumbido al caminar casi sin ruido y sin dejar huellas.
-¿Que pasa Aleedrin? ¿Por qué tanto cuidado hace un rato?, Me dijiste que el Bosque no estaba como antes… y se que movimientos extraños están pasando, sobre todo de donde vengo… pero ¿y aquí?-
-Tenemos orcos y bandadas fugaces de sabandijas y bandidos que se mueven al este y que a veces piensan que meterse en el bosque o en los pueblos de alrededor es buena idea…pero nuestros mayores problemas son los Druidas de la Arboleda de La Garra Negra… -al hablar de la Garra Negra todos los presentes sintieron un leve escalofrío en la espina dorsal.
-¿Pero no se había llegado a un pacto con ellos?- replico Vann – ¿O se volvieron ambiciosos y ahora no les alcanza con la parte mas nórdica del bosque?
-Bueno… más o menos, el problema es que cambiaron de líder, por uno mucho más temperamental y cruel que el que ya tenían. Su forma de ser es un martirio y nos crean constantes problemas incluso entre los pobladores de la región. Su nuevo líder, Tanuk “Dientes de Piedra”- meneo la cabeza- es un ser muy peligroso… al parecer un Hombre lobo o algo así, y tiene a todo su clan alborotado de pies a cabeza. ¡Claro! Esos seguidores de la Bestia lo deben ver mas “cercano” a su Dios. Pocos lo han visto, pero quienes lo hicieron dicen que si aparece en el frente de una batalla… no habrá cuartel. Supongo que Galandriel te dirá el resto…
Habían llegado aun claro mucho más abierto y grande que el anterior. Multitud de tiendas de cuero y algunas pequeñas fogatas se sucedían mientras el grupo ingresaba a el asentamiento de la Arboleda. Todos se saludaban amablemente, Vann sonrío al encontrarse con personas que no veía hace mucho tiempo… pronto se había formado una pequeña ronda de gente a su alrededor que quería saber de su viaje, de su búsqueda y de que tenia planeado hacer para la ceremonia de iniciación al día siguiente. Al oír esto Vann cayó en cuenta que no tenía la mas minima idea de lo que iba a hacer…. Normalmente, una Iniciada pasaba un mes de entrenamiento arduo, meditación y soledad antes de la “Conjura De Los Elementales” pero ella no había tenido casi tiempo con todo lo que le había pasado… era casi cosa del destino y no de sus planes estar allí, en su Bosque justo el día anterior de la ceremonia que la consagraría como verdadera Druida. Ella ya había recibido la mayoría de edad, a las 15 primaveras, y con ella comenzó la enseñanza de los secretos de la Tierra, de la búsqueda tanto interior como exterior del Balance pero La Conjura de los Elementales decidiría si su camino seguía por la senda de los varaderos Druidas… si tendría la bendición de los dioses y la sabiduría necesaria para aprender el y vivir bajo la sagrada energía que une desde el ultimo al primero de todos los seres del Toril.
Vann miro a su alrededor mientras avanzaba entre saludos y abrazos… Todas las tiendas estaban decoradas ya para la fiesta con pequeños frutos silvestres, ramas de Roble y Avellano, seguramente mas adelante, un grupo estaría cortando prolijamente y adornado los alrededores de la menhires de piedra cuyas runas gravadas delimitaban el espacio mas sagrado de todo el bosque. En pequeños grupos los jóvenes de la aldea practicaban el fundirse Con los árboles o tomar la piel del roble. Algunos chocaban cimitarras o bastones de a turnos, otros se habían retirado un poco del paso y rezaban en diferentes posiciones…. De cara al sol, apoyados en un árbol, o simplemente cerraban los ojos agudizando sus sentidos. Esta era una época de alegría para todos pero de profundos nervios para quines tenían que atravesarla. De a poco el revuelo que había causado la vuelta de la humana pelirroja comenzó a cesar, el grupo que las escoltaba se retiro junto con el último abrazo de Aleedrin y Vann se quedo por un instante a solas. Fue en ese momento que ella levanto la vista a la gran casa de madera tallada construida sobre la copa de dos enormes árboles que parecía reinar sobre aquel claro. Suspiró, era la morada de la Gran Druida, la casa de la líder de la Arboleda, de la persona que la había educado y criado cuando niña desde aquel día que vio partir a su padre. Había llegado a la casa de Galandriel y para ella su juicio era más sagrado que cualquier Conjura.
Evòn

Re: Vann Kelten, En busca del destino

Mensaje por Evòn »

jo!! muy bueno muy bueno te quedo exelente! ^^ sigue asi...
*sonrie y alza la mano con el pulgar hacia arriba*

saludos mi gente de argentina =)
Responder