Historia de Khellendros (Reescrita)

Los trovadores de la región narran la historia de sus héroes. (Historias escritas por los jugadores)

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Khellendros

Historia de Khellendros (Reescrita)

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DE LOS ORIGENES DE LOS AMROTH

Los Amroth son una Casa elfica los origenes de la cual se remontan a muchisimos siglos atras. Desde que se recuerda todos ellos siempre se han dedicado a las artes arcanas. Al principio vivian en una diminuta aldea nórdica perdida en algun lugar cercano a la Ciudadela de Adbar, llamada Sylon. La aldea fue arrasada por orcos y trasgos en un repentino ataque y los habitantes que quedaban tubieron que huir lejos, escondiendose en las montañas. La magia de los Amroth les permitio distraerles y huir y consiguieron llegar a una explanada elevada en las altas estribaciones del Espinazo del Mundo.

Al descubrir que era un lugar muy facil de defender de los acosos de los orcos y los barbaros y demás, decidieron establecerse alli. Construyeron empalizadas de madera, torres defensivas y sus hogares. Los Amroth se covniertieron en los señores del lugar, defendiendo y enseñando a las generaciones de habitantes y los guardias el arte arcano para defender mejor la ciudadela, llamada Hearthglend.

Con el paso de los años, pasaron a ser recias murallas de piedra y solidas casas de madera y piedra.

DE KHELLENDROS...

Siglos después, nació Khellendros, hijo de Erlund y Lythandas Amroth, que en esos tiempos, vivian en Sundabar. Para gran sorpresa de todos, Khellendros manifesto aptitudes como hechicero, a pesar de que en ninguno de sus antepasados se habia dado ese hecho.

En su juventud, Khellendros se casó con Lyanna Stark, de una Casa de Everlund, y durante años vivieron juntos en Hearthglend, hasta que un dia, una rama de la familia, los Danicen, que siempre había querido tomar las riendas de la ciudadela por su propia cuenta, planeo un perverso plan que destrozaria la vida de Khell y Lyanna. Khellendros y Lyanna iban a ser los futuros señores de Hearthglend, y pensaron, que si quitaban a Lyan del medio, Khell se marcharia y ellos tendrian via libre. Su plan requirio la ayuda de un miembro maldecido de una familia noble noyvernense, Lirdiargur Ashbringer. Le llamaban el milcaras, temible, podia convertirse en marionetas perfectas que imitaban incluso la voz a la perfeccion de quien quisiera. Su reputacion era horrible, pero no menos que la de los Danicen.

Lirdiargur imito a Lyanna durante una epidemia que asolo la ciudadela, interpretando su muerte por enfermedad mientras los Danicen secuestraban a la verdadera Lyann y se la llebaban, lejos de alli, a una casa que tenian muy al sur, en Amn.

La tristeza que embargo a Khellendros fue tal, que penso que no podia seguir alli, entre recuerdos. Viajo a Noyvern, y se establecio alli, al ser aceptado por un gremio de magicos, llamado el Manto de Milestrellas. En una expedicion del gremio, Khellendros quedo sepultado a metros de profundiadad en mitad del Anaurokh, y consiguio escapar llevandose consigo un extraño artefacto, del que aun no sabe nada. Vagando dias por el desierto, encontro por fin una carabana de medianos que lo cruzaban en destino a Cormyr. Alli estubo retenido unos meses y al final consiguio volver a Noyvern.

Allí, el gremio le habia dado por muerto y la noticia habia sido transmitida a su familia. La ciudad de hallaba sumida en el caos por una extraña epidemia y consiguio salir antes de que la pusieran en cuarentena.

Cuando volvió a Hearthglend, la noticia de su vida fue muy grata, pero Khell seguia recordando a Lyanna, asi que no quiso quedarse alli.
Viajo por la Marca Argentea, viviendo en una ciudad unas semanas y luego hacia otra, hasta que su difunto abuelo le dejo en herencia una pequeña torre magica en un pueblo llamado Nevesmortas.

3 años vivio alli en relativa paz, incluso acabo siendo el lider de una Orden de Magos y Hechiceros, y el bibliotecario de la ciudad.

DE LA VIDA DE LYANNA STARK AMROTH...

13 largos años estubo Lyanna retenida por los Danicen. Amargada durante el dia por el recuerdo, atormentada por las noches por la preocupacion por Khell... hasta que llego un dia en que los Danicen fueron encarcelados en Amn, por robo, manipulacion, soborno, asesinato etc... Cuando los guardias entraron en la ciudad, la descubrieron a ella.
En cuanto le fue posible preparo un viaje al norte, necesitaba encontrar a Khellendros.

Salio para el norte, y durante meses estubo viajando, hasta que consiguio llegar a Adbar y de alli, a Hearthglend.

Al principio la noticia no fue creida, pero mas tarde fue considerada y toda la ciudadela suspiro por la tremenda desgracia.

Pero un Danicen que quedaba por ahi, consiguio silenciar magicamente a toda la familia durante un corto viaje de Lyanna. Cuando Khell tubo que aceptar la herencia familiar como señor de la ciudadela (ver historia de lordwill y lirilara ashbringer) nadie le conto nada porque simplemente no lo recordaban. Pero meses mas tarde, llego Lyanna y se reunieron de nuevo, al cabo de casi 15 años separados.

El Danicen que habia silenciado a la familia fue condenado a la soga en la plaza de la ciudadela (algo que nunca habrian hecho, pero la sed de venganza era inmensa).

Por suerte esos 15 años no consiguieron crear el verdadero vacio entre Khellendros y Lyanna...

DEL BRILLANTE CRISTAL Y LA TORRE DE KHELLEVANDROS AMROTH (proximamente)
Última edición por Khellendros el Sab Nov 11, 2006 10:29 am, editado 1 vez en total.
Clay

Mensaje por Clay »

DEL BRILLANTE CRISTAL Y LA TORRE DE KHELLEVANDROS AMROTH

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Clay caminaba por los bosques cercanos a Nevesmortas ensimismado como siempre sus asuntos. Hacia tiempo que no veia a Aliaris, serguramente la Elfa se debía a sus obligaciones con el circulo Druídico del que formaba parte, pero Clay no podía evitar pensar con claridad acerca de ello.
Estaba preocupado.
Los acontecimientos recientemente vividos en lo que el pensaba era un lugar tranquilo habian despertado la creciente sensacion de que el peligro e incluso la muerte podian acabar de un plumazo con las espectativas de futuro que ante el se habian abierto y que de una manera gustosa y esperanzada habia abrazado.
La sola idea de pensar que Aliaris podia estar muerta en algun recondito lugar de la Marca le asaltaba continuamente, y aunque con gran esfuerzo continuamente desechaba tal posibilidad de su cabeza, cuando queria darse cuenta, de nuevo el nombre de su amada ocupaba su mente y consternaba su corazon.

Los cinco bandidos llevaban un rato observando al Arquero Elfo. Estos mediante un lenguaje de signos para evitar ser descubiertos se prepararon para tenderle una emboscada.
El que parecia el jefe ordeno a tres de ellos que fueran los primeros en atacar el despistado viajero mientras el permanecia en una posicion mas retrasada con el fin de proteger al lanzador de conjuros que debia darles la superioridad en el combate y por lo tanto la victoria.
Obedeciendo las ordenes, tres de los cinco bandidos aparecieron muy cerca de Clay profiriendo extraños gritos y enarbolando sus espadas con gestos muy poco amistosos.

El arquero abrio los ojos de par en par maldiciendo su falta de atención, aunque el mismo juraba y perjuraba que la anterior vez que habia mirado en esa dirección no habia visto a nadie.
Sopeso rapidamente la situacion mientras sus manos inconscientemente ponia una flecha en el arco y la disparaba hacia la cabeza de uno de sus enemigos.
Clay penso que aun podia abatir a otro mas antes de que el tercero se presentara delante suyo complicandole la tarea de defenderse con su arma.
Aunque podia quitarselo de encima cuerpo a cuerpo, decidio que lo mejor era aprovechar la distancia que existia todavia entre el y los dos que aun quedaban en pie. Una distancia suficiente y letal para la habilidad del Elfo.
El segundo bandido cayo al suelo estrepitosamente con la garganta atravesada. Clay vió como el unico que quedaba llegaba hasta el y sin mediar palabra lanzo una estocada a su cabeza. El arquero la evito por los pelos y ganando la posicion por el lado derecho, golpeo su rostro violentamente con el extremo de su arco, obteniendo el tiempo suficente para poder recargar su arco y dispararle a bocajarro.
Murio con los ojos clavados en su rostro.

Clay torcio el gesto en una mueca de dolor. Una flecha habia impactado en su hombro recordandole de inmediato que aquello aun no habia acabado y que si no buscaba una posicion segura, acabaria como sus victimas.
Mientras se dirigia hacia algun arbol buscando cobertura supuso que si no abatia al lanzador de conjuros el resultado de la emboscada podia ser desastroso para el. Estaba seguro de que la fuerza y el coraje de su adversario se incrementaba sobremanera en base a las gesticulaciones y palabras de su compañero.
<No> penso. Tenso la cuerda y una gota de sudor resbalo por su frente. La herida del hombro le ardia dolorosamente.
Cuando por fin estuvo seguro, disparo.
El hombre se atraganto con su propia sangre al recibir el impacto del proyectil, y el ultimo sortilegio se convirtio en un susurro ahogado y efimero que murio en sus labios, aparentemente sin ningun tipo de efecto.
Maldiciendo furiosamente, el unico miembro de la banda que quedaba habia recorrido de una manera sorprendentemente rapida la distancia que los separaba.
Clay habia invertido mucho tiempo en no errar el disparo y aunque consiguio disparar rapidamente otra flecha, no detuvo el avance de su opononente que, cargado de odio y frustracion arremetió contra el Arquero Elfo de una manera espectacularmente violenta.
La sangre broto de la nueva herida y Clay perdio su arco en el embite.
El asesino le lanzo una mirada furibunda.Sus ojos inyectados en sangre le comunicaban que no habia posibilidad de una tregua y que uno de los dos tenia que morir alli mismo.
En una rapida maniobra Clay se alejo y desenvaino su estoque.

-Crees que vas a vencerme con ...eso??- Grito sarcastico el jefe de los bandidos. Acto seguido y con una sadica sonrisa volvio a arremeter contra Clay.

No parecia utilizar ninguna tecnica en concreto con su espada. Sus golpes eran rapidos pero imprecisos y eso era lo peligroso. El elfo estaba desconcertado y si no ponia toda la atencion en el combate era posible que alguna estocada perdida impactara sobre el.
Sin mas opcion que luchar a la defensiva, estudio el caotico estilo tan rapido como pudo hasta que pudo vislumbrar una cinta conocida.
Su enemigo parecia aplicar un estilo particular al manejo de la espada sobre ejercicios que todo espadachin aprendia en los primeros años. Algo mas calmado y sereno, dejo que el bandido se confiase.
Este ultimo lanzo una estocada hacia su pecho. Clay sin vacilar le miro a los ojos y sonrio.
Habilmente se aparto a un lado, giro sobre si mismo y antes de que el bandido pudiera darse cuenta recibio una fuerte patada a la altura de la cintura. Totalmente desequilibrado cayo al suelo pesadamente.
En ese preciso instante, Clay saco la daga de su bota y en un alarde de velocidad la arrojo sin pensarselo dos veces.
El cuerpo de aquel hombre permanecio encima de la hierba mientras esta se teñia de un espeso color rojo.
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El hombro no parecia estar muy mal, sin embargo el corte del pecho necesito de una atencion mas precisa.
Registrando a aquellos hombres esperaba encontrar cualquier cosa menos aquel libro.
Decorado con relieves y tapas de brillante color, se pregunto a que pobre desgraciado habrian matado para arrebatarle lo que ahora tenia en sus manos y, lo mas importante. Si habia merecido la pena.
Suponia que para este tipo de gente el oro contante y sonante era el mejor botin que podian encontrar.
Recogio su arco y le echo un vistazo.
Clay fruncio el ceño. No entendia nada de lo que veia.

Penso en alguien que pudiera ayudarle pues tenia bastante claro que sin una oportuna traducciona un lenguaje que pudiera entender el libro no tenia ningun sentido.
Penso sonriendo que incluso en el caso de que en sus paginas indicara el paradero de algun tesoro o riqueza, cosa que dudaba, nunca lo sabria si no podia entender sus pasajes.

<Khellendros>. El nombre del Mago invadio de manera subita sus pensamientos de la misma forma en la que un relampago parte el cielo de una noche tormentosa.

Apenas si lo conocia, pero dadas las otras posibilidades, Phandaal parecia un tipo demasiado excentrico e imprevisible y Hoerath Almallameante le inspiraba respeto y algo de temor, penso que Khel se tornaba como la mas acertada de todas.
Habia visto al Mago en otras ocasiones y aunque en ningun momento habian intercambiado muchas palabras, Clay mantenia en sus pensamientos que el representante de la Orden Arcana de Nevesmortas era un tipo estudioso y cabal.
Era la opcion adecuada, y sin perder mas tiempo se dirigio a buscarlo en la villa.

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Mejor de sus heridas y algo mas descansado, Clay ojeaba las amarillentas paginas del tomo sentado en la fuente de la plaza de Nevesmortas. No esperaba que Khellendros apareciera por alli, pero los designios de los dioses parecian estar de su parte, y el mago con una sombrilla para evitar los rayos del sol hizo acto de aparicion. Al parecer estaba interesado en algun anuncio del tablon.

Apresuradamente y con todos los respetos que un alto Mago pueda merecer, exactamente Clay no sabia cual era el protocolo mas adecuado para saludar a un Mago pero penso que una reverencia lo libraria de ser convertido en Goblin o algo peor, se acerco a el.

-Hola Clay- Dijo el Mago sin mirarle.

Clay se quedo con la boca abierta. Parecia un tipo normal, paseando con su sombrilla, y sin embargo era el encargado de la orden de magos y probablemente alguien poderoso y con contactos. Y recordaba su nombre!
El elfo sonrio.

-Saludos Khellendros de Amroth, precisamente os estaba buscando-

Fue entonces cuando el Mago se dio la vuelta lentamente.

-A mi? Habeis tenido suerte-

Clay sonrio de nuevo. Miro al mago y atisbo cierto sentido del humor en sus palabras. No esta mal para alguien que enfadado puede amenizarte el dia a base de bailes de bolas de fuego.
El elfo saco el libro de su zurron.

-Unos bandidos me asaltaron esta mañana. Encontre esto en uno de los cuerpos- dijo mientras extendia el libro para que Khellendros pudiera cogerlo.

El rostro del mago cambio por momentos. En ese instante Khellendros de Amroth era como un niño con un artilugio del que no comprendia el significado. Paso los dedos varias veces por las tapas del volumen, abrio sus paginas, las olio y una amplia sonrisa se dibujo en su cara.

-Vamos Clay- dijo mientras agarraba mi brazo -Tenemos que ir a mi torre, esto requiere de cierto tiempo!

Casi sin darse cuenta Clay era arrastrado por el ansia de conocimiento del mago. Alli en su torre de hechiceria estaba seguro de que Khellendros no tardaria en desvelarme los misterios del tomo.
Por supuesto el Elfo le siguio.

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Clay nunca habia visitado antes la torre de un mago. Los majestuosos ribetes, las gargolas de aspecto amenazador y las vidrieras convertian la casa de Khellendros en una siniestra aguja que se alzaba allende los cielos y escupia sombras oscuras al atardecer.
Los bloques grises le otorgaban un aspecto lugubre e invitaban a los curiosos a desestimar cualquier intento de hurto.
Sin duda alguna , La torre era majestuosa.
El interior fascino al Arquero. Cuatro portales, no habia puertas, llevaban a las diferentes estancias que formaban la casa del mago.
Khellendros se dio cuenta de que Clay lo miraba todo con una curiosidad insaciable.
-Vamos a mi estudio Clay. Por aqui-
El mago extendio una mano indicandole el portal adecuado para acceder al estudio.
El uso de los portales no incomodo al Elfo ya que casi de una manera instantanea se encontro en una habitacion llena de estanterias de libros, una calida chimenea encendida y un gran atril donde depositar aquellos volumenes que necesitaban ser estudiados.
Khellendros demostro tener una amabilidad excepcional, a diferencia de otros magos.
Con el libro en la mano, miro a Clay.
-Escuchadme. Necesito algo de tiempo y de silencio. Si quereis podeis daros una vuelta por el resto de la torre, pero os lo advierto. No toqueis nada, entendido? En cuanto este listo os avisare.
Clay asintio firmemente.
Sin otra cosa que hacer, el elfo comenzo su particular exploracion de la torre del mago.
El primer lugar que visito fue la sala de estar. Sin poder evitarlo al ver un piano comenzo a poner de manifiesto su nefasta aptitud musical y en un momento que duro tres notas que juntas sonaron como un lamento, penso que podia estar perturbando la concentracion de Khel.
Tambien habia un arpa, pero ni se acerco.
Cruzo rapidamente otro portal (El hormigueo que sentia en el cuerpo cuando era transportado empezo a ser un vicio para el) y accedio al laboratorio.
Alli Clay se quedo con la boca abierta, estupefacto de todo lo que veia y de la gran cantidad de cosas que no entendia.
Luces azules, rojas estraños haces, y olores a alquimia confirmaban que Khellendros estaba continuamente experimentando.
Habia prometido no tocar nada, pero ya habia comenzado por el piano, asi que penso que aquellos botes tan raros situados en la mesa del fondo no podian quedarse sin ser investigados.
La etiqueta lo decia bien claro: "Glandulas de Trácnido"
Que diablos era una glandula de tracnido? que era un tracnido?, estaba Khel loco? Muchas preguntas sin contestar.
Clay invadido por la curiosidad miro hacia todos los lados. Khellendros estaria probablmente demasiado absorto en el estudio del tomo, asi que no se daria cuenta si abria el bote y lo estudiaba un poco.
El olor que desprendio al quitar la tapa era horrible . Clay aturdido comenzo a balancearse mientras hacia lo posible para que el bote de las glandulas no llegara al suelo, y en un ultimo esfuerzo, fue el quien cayo vertiendose el contenido encima de la capa.
La sustancia era realmente asquerosa. Olia mal y clay empezo a tener ganas de vomitar. Con un gesto de total repugnancia, comenzo a poner de nuevo en su lugar cada una de las glandulas que se habian salido.
Cerro el bote y lo dejo en su sitio con la esperanza de que Khellendros jamas se diera cuenta del estropicio.
El resto de su exploracion lo llevo hasta la parte mas alta de la torre donde descubrio a una pantera que aunque pacifica, cuando miro a Clay, este no pudo evitar quedarse un rato sin moverse.
Observo que el animal no podria ser peligroso con su amo, pero a lo mejor no le gustaba la presencia del Elfo, sin embargo y contra todo pronostico, la pantera bostezo languidamente y se recosto sin hacerle caso.
Clay respiro tranquilo y volvio a maravillarse con el espectaculo que tenia ante sus ojos. Era como un laboratorio pero solo de cristales. Las estancias no poseian techo, como en la que estaba ahora mismo. En su lugar el cielo era proyectado y era como estar sirmpe durmiendo bajo las estrellas. Suponia que aquel artilugio tenia algo que ver con aquello pero era la torre de un Mago, y era posible que tambien hubiera algo de magia.
Nevesmortas se podia ver perfectamente, iluminada al anochecer. Era hremoso y por un momento Clay sintio envidia de Khellendros.

La voz del mago resono por toda la torre. No habia transcurrido mucho tiempo y parecia que ya habia dado con algo.
El elfo regreso al estudio, sin lugar a dudas el lugar mas calido y acogedor de la torre y pudo ver su rostro.
El mago rebosaba felicidad. Sabia que lo habia conseguido y se enorgullecia de su merito. Ahi estaba Clay para disfrutar con el de su logro.
- Os agradezco que me dierais esta oportunidad Clay. Creo que tengo algo. Con razon no entendiais nada- dijo mientras reia alegremente.

-Magia?- respondio Clay.

El mago asintio. -y muy poderosa- añadio.

Khellendros relato al elfo que el tomo habia sido escrito por Tulrun un poderoso hechicero y que indicaba la forma de llegar a un lugar especial si todos los factores estaban en su sitio. hablo de horas, fechas, lunas y estrellas, sin embargo clay seguia sin enteder nada.
Acepto el hecho de que el libro donde mejor iba a estar era en poder del mago y asi se lo hizo saber.
Khellendros sonrio. Agradecido guardo el libro en sus estantes y al poco rato clay se dio cuenta de que animadamente estaba conversando con el mago como nunca hubiera imaginado.
Le hablo de los malos tiempos que parecian avecinarse, ya que mientras Khel estaba de viaje, Nevesmortas habia sido asediada por una oscuridad poco natural de la que seres maleficos surgian atacando cuanto se movia.
Clay le relato como el y otros mas defendieron las posiciones aun con el fuerte asedio.
El final, triste y agrio cambio el rostro de Khel. Aquel nigromante acabo matando a Tisell aunque conseguimos frustrar sus planes.
Sin embargo , y a pesar de todo lo que Clay le contaba, Khellendros iba a hacer participe aquella noche al Elfo de un asunto que jamas olvidaria.


La torre segun explicaba Khellendros habia pertenecido a su abuelo. Heredada legalmente y con lejitimidad, Khel era el unico propietario pero habia algo que lo perturbaba.
Le explico al elfo que no hacia mucho habia estado observando que algunos ruidos y sonidos extraños se manifestaban por el lugar.
Clay no pudo por menos que pensar que la magia de Khel estaba por el aire y que eso podia ser la causa, sin embargo pronto desestimo esa idea.
El mago no parecia tan convencido con una explicacion tan simple.

-Insinuas que pierdo magia como un grifo agua , Clay?.

-Oh no, no, no quise decir eso Khellendros. Es solo que aqui a mi todos los ruidos me parecen extraños, pense...
-Identifico mi magia amigo. Sin embargo creo que aqui hay algo mas.

Clay estaba asustado. Fantasmas? Apariciones como las del bosque encantado quizas? era demasiado. Habia escuchado la explicacion de lo que habia descbierto del tomo y queria irse, sin embargo el mago no dejaba de hablarle y explicarle acerca de lo que en la torre ocurria, y cuanto mas avanzaba en la historia, Clay mas ganas tenia de salir corriendo.

-Khel...perdona, Khellendros. Estas seguro de que todo figura en los planos? Podria existir algun pasaje que no figurara en ellos y que nadie lo supiera?

El rostro del mago se torno pensativo.
Rapidamente se dispueso a sacar los planos apartando libros, pergaminos y demas artilugios propios de su trabajo. Incluida alguna que otra telaraña con araña incluida.
Puso los planos donde antes ocupaba el lugar el libro que le habia entregado.

-No estoy seguro de ello. Para poder averiguarlo deberia hablar con mi abuela. Necesito las lentes y no estan aqui!! maldicion!.
Khellendros miro al Elfo.

-Necesito hacer ese viaje. Cuando regrese, odremos resolver mas acerca de este misterio Clay, ahora vete.-
La voz del mago resonó solemne en la estancia.

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Habian transcurrido algunos dias desde el viaje de Khellendros. Clay no habia vuelto a tener noticias suyas, sin embargo, todavia se sentia algo culpable por haber derramado aquellas glandulas tan extrañas y no haberle dicho nada al mago.
Es posible que fueran el ingrediente necesario para algun tipo de conjuro y que con su torpeza, lo hubiera estropeado.
Estaba decidido a contarle lo que habia pasado aun a riesgo de su colera.

Clay aquel dia se acerco hasta la majestuosa torre del mago. Se dirigio a llamar a la puerta y su sorpresa fue mayuscula cuando se la encontro abierta.
- Khellendros...? estais ahi? ya habeis regresado??
Clay creyo escuchar la voz del mago desde el interior. Con paso decidio empujo la puerta y entro.
Los cuatro portales iluminaban siniestramente la estancia principal, cuando de pronto la puerta se cerro a sus espaldas.
Clay dio un respingo y rapidamente intento abrila de nuevo siendo el esfuerzo inutil.
Maldijo el lio en el que se habia metido. Si llegasen a pensar que estaba robando podria ser que las cosas acabaran mucho peor.
Sin embargo pronto olvido esas nimiedades y empezo a pensar en el difunto familiar del mago.
Que habia escuchado? o mejor, a quien?
Asustado y sin saber que hacer volvio a intentar forzar la puerta consiguiendo el mismo resultado.
Debia tranquilizarse. Como si de su casa se tratase, y con el maximo respeto que las posesiones de un mago se merecen, intento que el tiempo pasara lo mas rapido posible.
Se dedico a leer los libros que Khellendros conservaba en sus estanterias, a fumar, y sobre todo a intentar entender como podia vivir alguien rodeado de un libro que vuela, olores a glandulas tracnidas y luces de colores que podian dejarte casi ciego.
Al final no pdo mas y el miedo se apodero de el . Necesitaba salir de alli.
Ascendio hata la parte mas alta de la torre. Khel le habia indicado una trampilla al exterior que no se conservaba en buen estado, sin embargo estaba tan obcecado en salir de la torre que penso que valia la pena correr el riesgo de dar con sus huesos en el suelo, antes que volverse loco con el fantasma de su abuelo por alli rondando.
Se encaramo a la cornisa y durante un buen rato estuvo estudiando las posibilidades de una caida desde esa altura.
Nefastas por supuesto.
Observo los bloques de negra piedra que formaban la torre y diviso como en algunas de las filas, unos sobresalian mas que otros. Tras un largo periodo, se decidio al final y penso que aunque tuviera que permanecer mucho tiempo en una posicion encaramado a la pared para poder dar los pasos seguros, seria preferible a estar dentro con toda aquella locura en la que Khellendros o su abuelo lo habian involucrado.
El descenso fue lento y doloroso. Las manos se quedaron agarratodas y las piernas le dolian hasta limites insospechados.
No penso en haber dejado el equipo dentro de la torre. No pudo pensar en nada mas cuando tras estar a mitad de recorrido uno de sus pies perdio apoyo y, aunque la altura ya no era la misma, el golpe fue bastante terrible.
Amanecio al dia siguiente en la puerta de la torre con un gran chichon y algo de sangre en la cabeza. Pero habia salido.

Al regreso del Mago, Clay quiso disculparse por todo sin embargo Khellendros estaba extasiado, habia descubierto algo, pero cuando el elfo le comento que la puerta de s torre estaba abierta.....el mago penso que su difunto familiar requeria a ambos para algo.
Clay estaba atonito.
Pero Khellendros tenia las lentes y estaba dispuesto a llegar al final del asunto. Estaba a punto de descubrir que lo que siempre habia sido una bodega, no era ni mas ni menos que la camara en la que su abuelo efectuaba las convocaciones.
Khellendros

Mensaje por Khellendros »

Khellendros fue a buscar de nuevo los planos de la Torre. Los extendió sobre el escritorio, encendió unas velas, se puso las extrañas lentes y los examinó.

Clay esperaba una respuesta del hechicero, algo que le indicara que podía irse y que no tenia nada que ver con toda esa siniestra historia. Sin embargo, no ocurrió nada parecido; al cabo de unos minutos, el arcanista contestó:
-No nos equivocábamos, esa sala inundada no es una simple bodega de vino. Es la vieja sala de convocaciones de mi abuelo, Khellevandros Amroth.

Clay no daba cuenta de sí mismo, ahora estaba metido en la torre de un mago con fantasmas, y tenian que descubrir algo sobre una sala de convocaciones. ¿Cómo se metia siempre en estos líos?

-Tenemos que ver que hay ahí abajo.- Respondió Khell tras unos instantes de deliberación.
-Pero... ¿cómo? Espera… yo bajare.-
Clay se sentía en deuda con el mago, además se sentía aún culpable por los pequeños incidentes de su primera visita a la torre.
-Oye, es peligroso que bajes ahí sin saber que hay. Está inundado, no sabemos que podemos encontrar ahí.-
-Cojeré una antorcha y bajaré a ver si no cubre del todo.


Clay descendía por una escalerilla oxidada, hacia una oscuridad siniestra. Lo único que podia verse abajo era el reflejo de la luz de la antorcha sobre el agua.
Khellendros miraba hacia abajo, preocupado. Constantemente repetía que sí cubría, no bajase más.

El sonido de un cuerpo sumergirse en el agua.
Resonando por las paredes, se oyó la voz de Clay, quejándose de la fría temperatura del agua. Durante un rato, no se oyó nada más que el dificultoso avanze a través del agua, aunque cada vez más lejano.
-AY!!!-
-¡¿Qué ocurre?!-
-¡Khell! ¡Te juro que algo me ha rozado los pies!
-¡Vuelve!-
Pero no hubo respuesta. Ni siquiera un sonido que notificara la vuelta de Clay. El silencio era total.
-¡Clay!¿Me oyes?!-
Khell bajó por la escalerilla, resuelto a salvar a su amigo de lo que fuera que había allá abajo. El agua le llegaba a la barbilla, apenas podía sostener la antorcha sin que tocara la superficie del agua. Avanzó dificultosamente y al fin, encontró a Clay.

Se hallaba echado –probablemente desmayado- en un hueco en la pared, sobre un sarcófago de piedra, sin adornos ni inscripciones. Entre sus brazos había un libro empapado, pero extraordinariamente bien conservado, de cuero azul, con unas arcaicas letras ribeteadas de plata en la portada.
De detrás de la cabeza de Clay, salió una rata enorme que se perdió enseguida en la oscuridad, asustada por la luz de la antorcha.

Khell sacudió a Clay. Al fin, este despertó de su desmayo. Estaba asustado pero al ver al hechicero se tranquilizó un poco.
-¡Khell! ¡Vi a tu abuelo!
-Vamos arriba Clay, si no salimos de aquí, nos llebarán las fiebres.-


Cuándo estubieron en el vestíbulo, Khell cerró la trampilla de golpe, cómo un niño que quiere encerrar a los monstruos de sus pesadillas en su armario. Pasaron el portal que conducía a la biblioteca, y se sentarón junto al fuego, tiritando.

-¿Que ocurrió ahí abajo?-
-Algo me rozó los pies Khell, estaba tan asustado... que creo que me desmayé...-
-Era una rata-
-Me desmaye... ¡y habría muerto ahogado si no hubiera sido por tu abuelo, Khell!-
-¿Mi abuelo?-
-¿Ví a un elfo alto, vestido de blanco, con un halo azulado a su alrededor. Tenía los brazos abiertos. No se por qué, corrí hacia el. Cuándo lo alcancé... todo terminó. No sé que ocurrió. Me despertaste tú.
-Mi abuelo te debió dar ese libro...-
-¿Qué libro?-
-Cuándo te encontré tenías un libro entre tus brazos... seguramente el quiere que lo veamos. ¡En el tiene que estar la clave de todo esto!
-¿Entonces a que esperas?¡Ábrelo!-
Khellendros examinó el tomo, lo abrió y leyó un poco.
-Clay, voy a necesitar tiempo para esto. Es un éfico muy antiguo. Tendre que estudiarlo bien.

-Claro, claro!-Clay, contento al ver que podía salir de la Torre.
-Cuándo lo haya descubierto, te buscaré, si el te lo dio a ti, es por algo...
Desesperanzado, Clay asintió, ahora sabía que nada le iba a hacer separarse de Khell, su torre y el espírituo de su abuelo.
Khellendros

Mensaje por Khellendros »

Imagen
caito

Mensaje por caito »

// Soberbio dibujo Khel. Bravo. :D
Clay

Mensaje por Clay »

// Estoy de acuerdo.
Clay

La Infraoscuridad llamada por Khellevandros?

Mensaje por Clay »

DEL BRILLANTE CRISTAL Y LA TORRE DE KHELLEVANDROS AMROTH.

(Sueños son, y solo el destino conoce su relevancia.)


El poder sin descanso del abuelo de Khellendros habia transportado los sueños cercanos de Clay hasta lo mas profundo de la tierra.
Alli en la infraoscuridad, un mago sentado cerca de una fuente cavilaba sobre sus escritos junto a una de sus convocaciones.
El arquero no entendia nada de lo que veia, las imágenes se sucedian como relámpagos pero si pudo distinguir una ciudad, o al menos algo construido en la roca, edificios y formas que se movian, hasta llegar a ella.
La araña se estremeció subitamente e Isifel con ella. Al fin y al cabo el lazo magico que mantenia la creación aun estaba vigente, y asi seria hasta que esta fuese desconvocada.
El mago se puso en pie y miro a su alrededor.
Algo habia perturbado a la araña y en consecuencia a el.
Las razones se disparaban su mente. Por un momento sintio miedo.
Recordo con nitidez la sensación tan nefasta que le produjo la magia de la muerte en la superficie. No podia haber sido en otro sitio, puesto que de alguna manera en la Antípoda no ocurrio nada. Estaba seguro de haber sentido el poder de alguna entiedad sobrenatural eclipsando incluso el haz de luz mas distante que pudiera existir. Miles de almas gritaron y el pudo escuchar claramente aquel lamento.
Se habia llamado a algo, o algo habia acudido por voluntad propia al plano que tanto su tierra como la de la superficie compartian, sin embargo, era posible que la mgia fuera de los limites de la Antípoda oscura fuera diferente? O tuviera los mismos efectos? Podria ser posible que en su obsesion llamada Nevesmortas existieran magos con tal poder?
Aquello acrecentó la avidez de Isifel a la hora de querer comprobar si aquel puesto avanzado del que habia leido en los libros y habia situado en sus notas y mapas, poseia una ubicación real en la superificie, y tal y como esperaba, cerca de la salida al exterior. Llevaba demasiado tiempo estudiando todo ese asunto, y poseia demasiada información como para equivocarse y aunque en su primera incursión en la superifice no habia obtenido datos mas reveladores acerca del paradero de dicho lugar, si habia observado el extraño temor que invadia a aquellos que contemplaban a los Elfos Oscuros y penso que podia aprovecharse de ello.
Sonrió cuando se dio cuenta de que si le temian, podia contar con una ventaja nada despreciable. Si los magos no querian compartir el conocimiento de sus secretos, bien podian serles arrancados por otros caminos menos diplomaticos, pero mas efectivos.


Los ojos de Clay, cegados ante la oscuridad vislumbraron un par de puntos que de pronto lo asustaron, y su cuerpo dormido se estremecio en el banco.

La araña de nuevo volvio a agitarse e Isifel desperto de su abstracción.
Miró a su convocación y pronunció unas palabras.
D´yrdre le habia advertido del uso de la posesión. No era una practica muy realizada y aunque con las conjuraciones menores no solia haber riesgos, intentar poseer a algunas entidades con mas voluntad si podia ser un problema.
La posesion debia usarse en casos muy concretos, e Isifel sopeso que este era uno de ellos.
Necesitaba saber que notaba la araña, o mejor aun, que veia.
Cuando quiso darse cuenta, comenzo a encontrarse algo mal. La sensación de estar totalmente perdido y mareado se apodero de el y por un momento estuvo a punto de caer al suelo.
La situación se torno algo peligrosa cuando un par de sacerdotisas que se dirigian al templo contemplaron la extraña manera de actuar de la araña.
El cuerpo del mago permanecia impasible con la mirada perdida en el infinito.
Ambas drows no perdieron mucho el tiempo con la escena, pero desde luego no les paso inadvertida.
Isifel lucho por desvincular del control a la entidad que dominaba la araña. Necesitaba expandirse alli dentro o de lo contrario no aguantaria mucho mas la posesion.
Durante un breve periodo de tiempo empezo a adaptarse a la forma y sus musculos se relajaron para poder concentrarse de nuevo.
Noto como era un unico ser y si movia una mano, dos patas de la araña lo hacian. Sin duda, habia sido desvinculada de su cuerpo. Esperaria en el plano a que la posesion hubiera terminado.
Quizas lo mas difícil era intentar observar desde el interior. Recordo cuando su padre le enseño a mirar mas alla con Agath, el globo ocular. La cantidad de horrores que Isifel pudo comprobar a traves de aquel ser lo mantuvieron bastante alterado durante algunos dias. Era un pequeño defecto el querer siempre mirar con los ojos aquello que habia que hacerlo con la mente.
La oscuridad cobro una cierta vida mas animada a la que el mago estaba acostumbrada.
Y en aquel momento, las miradas fugaces de Clay Wallenport e Isifel Ma´fer se cruzaron, provocando el repentino despertar del Arquero, y la expulsión del mago del cuerpo de la araña mientras Khellendros viajaba ajeno al poder del que les advertia su abuelo.
Khellendros

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Llovía. Llovía a cántaros. Khellendros estaba asqueado. Sus lujosas ropas se iban enfangando más mientras galopaba salpicando barro a todos lados por los caminos cercanos a Nevesmortas. Al llegar a la ciudad, al crepúsculo, no había un alma en la calle. Dejó el caballo en la cuadra y corrió hacia su torre.
Una anciana vestida con ropas de ama de casa, totalmente de negro, con unos ojos azulisimos pero de mirada dura abrió la puerta. El ama de llaves encendió una hoguera en el hogar de la biblioteca y preparó la cena para su señor. Khellendros se quedó dormido...

Cuándo se despertó, el cielo proyectado sobre el techo abovedado de la sala -gracias a un aparato construido por Lirdiargur Ashbringer* mostraba un montón de nubes negras. Tenía echada encima su bata. Nela entró en la sala con unos bollitos y un chocolate en una bandeja de plata, dejó el almuerzo sobre la mesilla auxiliar casi con un golpe, y salió de la estancia con una reverencia. Khell se levantó, sé puso la bata y decidió que ese día no iba a hacer nada. Estaba desayunando cuándo sonó la campanilla de la puerta. Al instante oyó a Nela abrir la puerta y después, esta apareció por el umbral de la biblioteca.

-Señor, Clay Wallenport desea verle.- Dijo con voz cansina.

Khellendros hizo señas para que le hiciera pasar.
Clay apareció con el arco colgado a la espalda, la ropa y la armadura sucia de barro y con ojos golosos ante el desayuno de Khell.
Nela miraba funestamente como el arquero iba dejando barro por la delicada alfombra.

-Puedes retirarte Nela.-

Con otra reverencia, salió asqueada cerrando la puerta casi con un portazo.

-Khell, me alegro que hayas vuelto. He de contarte algo importante.
-Sientate y coje algo de comer. Dime, ¿que ocurre?

Clay se sentó agradecido junto al fuego y tomó un bollito. Acto seguido le contó el sueño que tubo el otro día cuándo se había quedado dormido en el banco de hierro forjado de detrás de la torre, debajo de los arbotantes.

-Puede que sea una advertencia de mi abuelo... Sin embargo, ahora mismo no podemos saber nada de eso... He descubierto algo sobre el libro que te entregó el espíritu.-
-¿Qué dice?-
-No está escrito. Pero algo en este tomo me ha hecho comprender que hay un testigo ocular más de lo que ocurrió.
-¿Otro espírituo? ¡No más porfavor, Khellendros!
-Se trata de Luarth, el gato, mi familiar. También fué el familiar de mi abuelo.-
-Ah, perfecto, y nos lo va a contar ¿UN GATO?-
-Debes saber que los familiares están unidos telepáticamente con sus amos. Puede contármelo... el problema es que no se si se acordara... era el familiar de otro... cuando dejó de serlo debió haber perdido la memoria...-
-Puede que no, Khell. Si de veras quería a tu abuelo, tamíén lo quería fuera de la relación de familiar.-
-Entonces habrá que intentarlo.-

Durante un rato, Clay estubo comiendo bollitos y chocolate junto al fuego mientras Khellendros y el gato se miraban. Al fin, su extraña conversación finalizó y Khell se dispusó a contarle la historia, aparentemente afectado.

-...Tenía un amigo. Un hechicero de bastante poder, llamado Eldun Fa'lerth. Tramaban algo. Una convocación. Quería traer un bálor a este plano. Defectos que a veces los arcanistas tenemos si estamos demasiado sedientos de poder. Durante semanas estubieron preparando el ritual en las cavernas bajo esta torre. Cuándo al fin estubo todo apunto.... empezaron con el ritual. Cúando el ritual finalizaba.. la criatura ya estaba ante ellos... Eldun cambió algo. El bálor solo obedecía a Eldun. Su nuevo amo le ordenó asesinar inmediatamente a Khellevandros. Este, exhausto y sin comprender, no pudo oponer resistencia. Murió allí mismo... encima de la plataforma de convocación, indefenso. El traidor devolíó al monstruo de vuelta a su plano y acto seguido, en un sarcofago vacio del pequeño mausoleo que había en la torre -algo común en las familias nobles- echó el cadáver. Pero con sus artes nigrománticos, unió al espírituo eternamente a la torre, no sabemos por qué.-
-Lo lamento mucho Khell...-

Khellendros siguió su relato sin prestar atención.

-Cuándo el traidor subió para explorar su nuevo hogar, Luarth, aunque su comunión con su amo había terminado, seguía teniendo una relación con su amo, a secas, y trepó por la espalda de Eldun desgrrandosela, y le arrancó una oreja. Éste salió corriendo, maldeciendo su dolor, el gato y el muerto, asesinando vilmente a cuchillazos a todos los sirvientes y aprendizes de Khellevandros que salián a su paso. En el último momento, un guardia intentando detenerlo, lo mató.
Los cadáveres fueron retirados de la torre y esta sellada. En los ventanales góticos de colores habían tablones de madera y durante años estubo así, hasta que un día, Eselle Amroth, mi abuela, Clay; decidió recuperar la torre para su familia. Allí descubrió el testamento de su marido, que dejaba la torre a su nieto, Khellendros. Naide de la familia me contó la matanza ocurrida en la torre años atrás. Hasta que hoy, yo mismo lo he descubierto.-
-Debió ser horroroso.... lo lamento muchísimo Khell.
-Ya pasó, hace años de eso...-
-Pero ya no podemos saber por qué tu abuelo está ligado a la torre y cómo liberarle.

Estubieron un rato contemplando las llamas del hogar, con el único sonido del crepitar y de las corrientes de aire. Sin embargo, allí se notaba alguna presencia más. Entonces, Luarth el gato, que había estado todo el rato en el regazo de su amo, tras pasar un estado meditabundo, se levantó. saltó, se colocó sobre el globo terráqueo y saltó a una estantería, haciendo tambalearse el tomo animado ayudante de Khell que dormitaba allí. El felino hizo caer una especie de cetro pequeó dorado sobre los cojines que le servían de cama. Bajó de otro salto, y miró a los dos elfos, esperando que reaccionaran.

Khellendros se incorporó, fué hasta los cojines y recogió el objeto.

-¿Que es?- Preguntó Clay.
-Nunca me había fijado en el... quizás estaba guardado, el otro día Nela hizo limpieza aquí a petición de Lyann.-

Era ya pasado el mediodía cuándo Khellendros descubrió como hacerlo servir. Nela hácia rato que había traido una bandeja de plata con una fuente de ensalada, un delicioso pato a la amniana, pan recién horneado y un montón de cubiertos de todo tipo que Clay no sabía para que servían ni cómo usarlos. Ahora, los restos de comida estaban encima de la mesita delante de la chimenea, lleno de migajas y con las copas a medio terminar.

-Ya se que es-
-¿Qué?!-Dijo Clay, que sentía como la calidez de la estancia le quitaba sus ganas de moverse y salir al aire libre.
-Le llaman Encriptador... Sirve para guardar secretos.

Khellendros le iba mostrando como funcionaba el aparato indicandole cada una de sus partes. El aparato estaba formado por una serie de anillos oxidados con letras élficas grabadas. Al otro lado, el objeto se hacía más estrecho y ya no tenía anillos.

-...Cada anilla va formando una combinación de letras con las otras... pueden haber miles de conbinaciones. Leí sobre esto. En el interior hay un frasco con vinagre y a su alrededor, se enrolla el pergamino que quiera encriptarse. Si fallas en la contraseña, un mecanismo rompe el frasco de vinagre, y este acaba con el pergamino, dejando el secreto en el olvido para siempre.-
-Magnífico aparato! Pero.... no podemos fallar... como vamos a saber la combinación exacta?- Preguntó Clay, notando que su entusiasmo se esfumaba para convertirse en desesperanza.-
-Quizás él pueda decirnoslo.- Movió la cabeza señalando a Luarth, que les miraba recostado en la silla tapizada con motivos florales del escritorio.

De inmediato, Khellendros supo la respuesta. Clay no se había dado cuenta de la corta conversación telpática entre amo y familiar y se exaltó cuando vió a Khell hacer giras las anillas del encriptador.
-¿Estás loco?! No pruebes al azar!-

Khellendros iba girando las anillas, perfectamente, formando una palabra elfica, que significaba "Cristal Brillante Azul".
Última edición por Khellendros el Vie Dic 22, 2006 7:03 pm, editado 2 veces en total.
Khellendros

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Clay

Mensaje por Clay »

//Eeeeh, somos tu y yo!!. Genial! :lol:
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