Nora

Los trovadores de la región narran la historia de sus héroes. (Historias escritas por los jugadores)

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Suz

Nora

Mensaje por Suz »

Jonás removía el fuego de la hoguera con un palo. Era un hombre mayor, pero vigoroso, alto y delgado, con las manos grandes y hábiles y el cabello entrecano. Vestía unos pantalones teñidos de azul y una chaqueta azul y roja, al estilo de los bardos, con un sombrerito en forma de cuña del que salía una pluma amarilla.

A pesar de su aspecto, el bardo no era un hombre alegre. Cuando llegaba a los pueblos se deshacía en sonrisas, en historias, en música y en juegos para ganarse los garbanzos, pero el resto del tiempo era un hombre huraño y difícil, con un pasado doloroso que le daba un halo de melancolía y amargura.

Muy poca gente sabía que antes de ser bardo había sido un gran hechicero al servicio de un Rey, y un consejero valorado. Pero un mal consejo que dio le costó una orden real para su captura y ajusticiamiento. Desde entonces había tomado la vida de Jonás el bardo, viajando aquí y allá.

La noche era fría junto al camino, pero la hoguera calentaba los huesos, e iluminaba el contorno de su compañera dormida. Cuando ya tenía casi cincuenta años, Jonás había encontrado a un bebé abandonado a un lado del camino. Se acercó por curiosidad, y descubrió que era una niña. La hubiera dejado morir allí si no hubiera sido porque cuando la vio sintió el poder de la magia que salía del bebé: era una hechicera.

La había criado durante quince años, y le había enseñado mucho de lo que sabía: cuando él tocaba ella bailaba, cuando él contaba historias, ella las acompañaba con movimiento, y cuando él descansaba en la posada a ella la mandaba a sacarse un dinero extra haciendo peinados a las campesinas y dando masajes a los cansados granjeros. A cambio del dinero que le proporcionaba, Jonás había investigado conjuros para ella, para hacerla más hermosa, de forma que pudiera llamar más la atención del público.

Cuando tenía siete años le cambió el color del cabello, y lo había teñido de plata. Y hacía poco había accedido a su petición de usar magia para evitar que tuviera que depilarse, menos trabajo para ella. Otros conjuros, que lanzaba de cuando en cuando, la hacían gradualmente más alta y más esbelta, o torneaban sus formas. No todo había salido bien; desde su última metedura de pata, la joven humillada le había pedido que dejara su magia para los espectáculos.

Ahora, mientras dormía en el suelo a su lado, Jonás decidió que era hora de dejarla sola. Le había enseñado y la había ayudado, pero alguna vez también había perdido la paciencia con ella y la había tratado mal, y en una ocasión incluso la había pegado. Ahora ella tenía que aprender a desenvolverse sola. Él era un experto en herbalismo, y con la cena de aquella noche había una buena cantidad de somnífero; Nora no se levantaría hasta la tarde siguiente. Levantándose en silencio recogió sus cosas, alimentó el fuego para que ella no pasara frío, y se puso en marcha…
Mitacys

Mensaje por Mitacys »

La gran pregunta es.... ¿y de dónde sacó Nora su alegría y buen humor? ¿Se debe también a un hechizo o es de natural así, pese al cascarrabias de Jonás? No tiene vergüenza el tipo ese ¡Mira que dejar a una criatura así a merced de cualquier orco en medio del bosque! :wink:
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