Daya

Los trovadores de la región narran la historia de sus héroes. (Historias escritas por los jugadores)

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Wantu
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Daya

Mensaje por Wantu »

http://www.goear.com/listen/69615e1/lik ... vanescence //escuchad mientras leéis.

*Una agotada Daya cierra la puerta de la habitación prestada por la Dama Lanzagélida, analiza lo ocurrido y el porqué de tal suceso. Toma pluma, tinta y pergamino comenzando a escribir. Si escribe su vida pasada quizá comprenda y sepa como combatir todo lo que pueda acontecer*


Corría el invierno en la Ciudad de la Moneda, allí la compañía de mis padres había llegado para celebrar junto a los trovadores de la región un “concilio” todos se apresuraban a mostrar su arte.

Mi madre estaba ya en un avanzado estado de gestación, aunque no parecía inminente el alumbramiento. Era una trovadora con cierto renombre, una elfa acogida a las tradiciones de su pueblo pero que sin embargo sólo las seguía en algunas cosas, una elfa libre que había partido de Eternoska hacía ya largo tiempo, tiempo en el que conocería a mi padre.

Entrecruzaron sus vidas y fruto de esa pasión nací yo.

No sé porqué escogieron el nombre de Daya, quizá les sonase cantarín quien sabe.

Saqué parte de los rasgos elficos de mi madre, el color de sus ojos, azules casi grises y el cabello rojo como el de mi padre así como su destreza a la hora de manejar ciertas cuestiones, también la bendición de Sune en forma de belleza. Fui educada por una aya elfa durante los primeros años, dado que la profesión de mis padres no les permitiría hacerlo ellos, siempre me hablaba en el más puro elfico, me daba a conocer las historias de su pueblo sabiendo que no era parte de él, al menos no completamente. Era una mestiza, la sangre humana corría ardiente por mis venas con todo lo que suponía.

Pronto destaqué en la música, tenía un dominio de la flauta bastante avanzado algo que no pasó inadvertido para mi madre. Al tener edad suficiente se me apartó de las faldas de de mi aya para ser parte integral de la compañía de mis padres.

Cuando no estábamos de gira, permanecíamos en la ciudad de Esmeltarán allí en el ir y venir de gentes comencé a entender otras lenguas, de forma increíble la lengua enana.

Mi Aya me había inculcado la poca simpatía por los enanos y celebró el que pudiese entenderles cualquier improperio que pudiesen dedicarnos para así poder contrarrestarlo. Fue muy divertido compartir años con Aikânaro, mi aya.


Los años pasaban de forma lenta, siempre siguiendo la misma impronta; meses en Esmeltarán y meses viajando por toda Amn y fue en uno de esos descansos cuando conocí a Gwenn. Se me acercó una mañana mientras en una de las plazas de la ciudad tocaba la flauta y cantaba algunas notas, charlamos durante unas horas y la invité a conocer la compañía.

Mi madre, elfa de sangre pura, celebró abiertamente mi amistad con otra pura de sangre, no le molestaba que tuviese entre mis amistades a cualquier raza, pero nunca la vi contentarse más que cuando apareció Gwenn. Ésta pasaría a formar parte del elenco de trovadores, mi madre jamás permitiría que una “pura sangre” se dedicase a otros menesteres.

Un par de años antes había comenzado mi historia de amor con Valts, era un arcano con mucha habilidad en el manejo de la urdimbre, era un humano que supo envolverme en su esfera y muy pronto nos vimos arrastrados al torbellino encendido de nuestra sangre.

Éramos deseo, pasión y amor. Le escribía canciones y versos sólo para él, versos que el leía mientras me rodeaba con sus brazos después de algún encuentro furtivo. Por su parte él me hacía saber su presencia de algún modo, sabía como encontrarme así estuviese en otro plano.

Disfruté de él y él disfrutó de mi, durante el tiempo que duró nuestra relación fuimos la felicidad completa, nos compenetrábamos, éramos compañeros en igualdad… al menos eso pensé yo siempre.

Volví de una de las giras que cada temporada hacíamos en el teatro y corrí a su encuentro, pronto a pesar de su juventud le nombrarían Archimago. Hablamos y nos amamos, nada podía hacerme más dichosa que ser una trovadora de renombre y fundar mi propia compañía además de tenerle a él en cuerpo y alma, todo era perfecto.

Decidimos al fin unirnos en matrimonio, fue entonces mi prometido.

Empezaron los preparativos para la unión, por una parte estaban las tradiciones que mi madre y mi Aya querían mantener, por otra parte mi padre y Valts con sus humanas costumbres, era muy divertido verles a los cuatro y muchas veces me reí de ellos con Gwenn.

Faltaban apenas tres días para la boda, todo estaba preparado y no sé porqué sentí ganas de huir, algo no estaba bien así que corrí al encuentro de Valts, bastaría un beso, una caricia y un susurro y mis dudas se desvanecerían. Fue lo peor que pude hacer.

Llegué hasta la torre que compartiríamos caminé despacio, en silencio, sólo se escuchaba el roce del aire con mi contoneo al andar, subí y le vi de espaldas.

Algo dentro de mí se rompió esa noche cuando le escuché

“Serás sólo mía, tu voz será sólo para mí. Me perteneces al igual que yo a ti. No te irás, no partirás, no querrás ser libre, no querrás cantar. Sólo yo…sólo tú, sólo yo, sólo para mí”

Era una salmodia para poseer lo único que no poseía de mi, mi voluntad. Preparaba un hechizo que sin duda recitaría cuando mis sentidos estuviesen centrados en otra parte, me traicionó.

Traicionó lo que sabía que más podría dolerme, le amaba más que mi propia existencia y hubiese podido ser diferente, pero eligió hechizarme, poseerme mágicamente además de hacerlo como ya lo hacía contando con mi beneplácito, no lo soporté.

Me dí media vuelta hasta la casa de mis padres, subí las escaleras engalanadas ya para el enlace y tras de mí, cerré la puerta de mis aposentos. Comencé a escribir para él la canción más bella que nunca le había escrito, sería la última y en ella reflejaba lo que sentía. Poseía todo de mí, más quería con artimañas poseer lo único que no quería darle, reflejaba cómo le quería y cuánto perdería.

“Déjame imaginar como podría haber sido…

Déjame que imagine como será tu boca y la mía…

Déjame que no te quiera, sólo un poquito…

Déjame que imagine…como sería.

Déjame volverte muy loco, quiéreme sólo un poco

Déjame ir, déjame marchar… mi amor se ha roto ya

Déjame ser libre déjame volar…

Deja mi cuerpo ser libre, deja mi voluntad

Vuelo en libertad donde tus redes no me alcancen

Vuelo sola y te dejo atrás con la vileza de tus actos…

Vuelo rota a través del mundo

Vuelo sin corazón.

Déjame imaginar, una vez más como habría sido… déjame “


Hice llegar la canción hasta la torre, pero yo había partido ya. Quería sanar mis heridas, quería dejar de sentir la necesidad de verle, de tenerle.

Conseguía esto último de cuando en cuando, en fugaces escarceos fruto de una atracción puntual, pero nada más. Me había robado a mí misma la posibilidad de sentir, me había envuelto en mi halo de frescura, de espontaneidad y descaro que tanto enloquecía.

Por otra parte tiempo después Gwenn logró encontrarme, estaba ya en la Marca, el lugar donde van los que huyen, los que expían sus culpas y me contó.

Valts había recibido mi canción, una canción que resultó ser maldita para él, una canción que escribí con mi sangre, con mis lágrimas y con mi dolor.

Me maldijo, maldijo mi nombre y maldijo mi voz allá donde empezase a despuntar, tenía poder para hacerlo y como antaño, me sabía rastrear.

No creí en maldiciones, pensé que eran fruto de mi abandono y no hice caso hasta hace dos días.

Caminaba buscando plantas cerca de la Villa, unos trasgos molestos como siempre trataban de fastidiar y fue entonces cuando con una de las flechas de mi carcaj apareció esa nota…

No sé como pudo llegar ahí, no sé cuando fue escrita pero en ella con una letra más que reconocida se me conminaba a ir a Fuerte Nuevo norte, pues allí aguardaba parte de mi.

Siempre he sido curiosa, en la misma medida que miedosa pero aun así, me dirigí a donde me citaban.

Allí algo se notaba antinatural, una oscuridad siniestra y un silencio sepulcral, sólo mis pasos en la hierba y de repente un susurro envolviéndolo todo, un susurro con una voz familiar. Me acerqué al lago y entre en él, los susurros se apagaron así que giré sobre mis pasos.

Una vez más los susurros llegaron

“Sabíamos que acudirías” No entendía nada pero el corazón se me salía del pecho mientras el cabello se me erizaba, al fondo una figura se comenzó a dibujar, figura sensual, esbelto caminar… cerré los ojos para volver a abrirlos de nuevo, mientras la figura repetía “Sabíamos que vendrías porque… somos Daya, todas somos tú y sólo una de nosotras saldrá de este lago, la otra se pudrirá en las aguas hasta el fin de los días”

Era parte de mí, era mi yo más oscuro, el que había hecho daño, el que había llenado de oscuridad un alma rompiéndola en mil pedazos, Era la Daya oscura.

Fue como verme en el espejo, mi forma de luchar, mis movimientos, mis conjuros… todo era como verme a mí misma, la lucha fue encarnizada. Vencí y mi yo se fue hundiendo en las aguas hasta quedar sólo una muñeca fetiche envuelta en el fango del fondo. Algún poder oscuro me quería muerta, ahora y sinceramente pienso que es cosa de Valts, allá donde tu voz despunte yo te maldigo Daya, fue su sentencia.

Gwenn quiere que pida consejo y ayuda al maestro Merlinius, Keila me oyó decir acerca de las maldiciones pero…¿Cómo explicar todo esto sin dar a conocer mi vida pasada y el mal que dejé en ella? No hay nada más peligroso que una misma, no hay nada más aterrador que la culpa y yo tengo sobre mí culpas que no quise, las peores sin duda.


*Poco a poco y agotada por las dos jornadas sin descanso, Daya queda sumida en el sueño, tendrá pesadillas y soñará con su amor perdido por voluntad propia*
Última edición por Wantu el Mié Oct 27, 2010 8:05 am, editado 2 veces en total.
La verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicidad.
JRJ

Re: Daya

Mensaje por JRJ »

Ma ha encantado, si es que esta Daya tiene arte hasta cuando huye y deja colgado al novio XD

:rock: :rock:


PD: *Voz en off a lo programa de cotilleo televisivo* "El pasado siempre vuelve..." :twisted:
Gineu

Re: Daya

Mensaje por Gineu »

Que chula la historia!!! :jester: :jester:

Pobre Dayita..a ver como termina todo ;)
Torzai

Re: Daya

Mensaje por Torzai »

Bravo tata, muy chula la historia, me gusto mucho xD a ver si sigue .D
QM-Oghma

Re: Daya

Mensaje por QM-Oghma »

Gran relato de lo vivido. Intentaremos que Daya siga adelante y se enfrente a sus fantasmas del pasado ;)
Silvanus

Re: Daya

Mensaje por Silvanus »

Gran relato.

La música es un cuidado detalle.
Wantu
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Re: Daya

Mensaje por Wantu »

-Temores-






Transcurrieron varios días hasta que al fin, decidí buscar consejo. A todos podría extrañarles mi cambio de humor, pero ni estaba para bromas ni para arrebatos, estaba asustada porque una y otra vez regresaban a mí cabeza las palabras de Valts, era incesante como la eterna lluvia de Nevesmortas.
Viajamos a Argluna junto a Merlinius y de una vez, pude hablar con él y contarle lo que tan inquieta me mantenía. Me escuchó con atención sin hacerme una de sus bromas, cosa que agradezco enormemente porque en verdad, el asunto me causaba una inquietud constante y mis sentidos empezaban a estar demasiado alertas. Ganaba por ahora mi sangre humana.
Relaté lo que con tanto esmero guardé sólo para mí, mi vida en Amn, mi pasado funesto y mi huida cobarde. Merlinius aseguró que debía haber un remedio, pero que también podía resultar fallido, todo dependía de mí y del poder oscuro que me atormentaba.

Cautamente acudía a casa de la dama Lanzagélida a descansar, siendo una mujer poderosa que evidentemente debe tener enemigos palpables y otros no tanto, debería tener su morada protegida contra ataques mágicos, así que allí me encontraba tranquila por el momento.

Salía como cada mañana a la Villa, pero sin la alegría que antes lo hacía a pesar de la lluvia, era más un conejillo desvalido que está a punto de ser cazado, ni siquiera me apetecía tocar. Una de éstas, vi a Merlinius de nuevo, me acerqué a él y le dije que estaba lista.
Viajamos a través de los portales mágicos hasta un pasaje en la montaña de Felbar, se sentó frente a mí tras encender una hoguera y comenzó a preguntar acerca de mí y de Valts.
Sin dudar aseveró que con toda probabilidad debía tratarse de mi prometido, su odio a mí, se tornaba ahora en una losa –Si eres capaz de olvidarle, no podrá encontrarte ni hacerte daño Daya- era muy fácil recomendar el olvido, pero Valts fue mi primer y único amor hasta la fecha, su recuerdo me acompañaba sin yo quererlo, sin duda ejercía sobre mi una gran influencia y realmente yo vibraba con sólo recordar su figura. Estaba aterrada, ahora lo sabía. Temía sorprenderme a mí misma reconociendo que aun estaba enamorada de él, me lo negué hasta la saciedad; era querer y no poder ni deber.

Transcurrieron los días en aparente calma, me relajaba con la pesca y me evadía sorteando los peligros que encontraba mientras buscaba plantas. Manteniendo mi tiempo y mi mente ocupada no le atraería hasta mí y permanecería a salvo de mis propios sentimientos. Pensando en esto me dediqué a buscar el ejemplar perdido del librero de Sundabar. Las pistas me llevaron de nuevo a Fuerte Nuevo y allí me topé con “Humo” mi amigo de las mil caras y formas.

Gwenn siempre muestra su desagrado por el cambiante, bueno…todos lo muestran pero ¿y qué? Yo estoy agusto con Malak y sus distintas formas, sé que no es un perro ni un oso, ni un tigre ni un kobold pero sin duda ya le duele bastante no saber quien es realmente y yo afortunadamente tengo la mente libre de prejuicios, algunos desplantes por mi condición de mestiza lograron que los desechase.

Juego con Humo, nos divertimos ambos y me conoce. Ahora que ha hecho aparición la Daya oscura me es imprescindible que alguien sepa reconocerme más allá de mi apariencia. Malak sabe lo que me gusta su forma canida y por eso la adopta siempre cuando está conmigo. Le mostré el lugar donde sumida en el lodo estaba el resto del fetiche pudriéndose, pudo verlo y supo arroparme.

Adoptó pues una forma que le permitiese hablar, lo hizo delante mía y eso es un signo evidente de que confía en mi. Quiso saber todo y aseguró que me protegería y que llegaríamos a una solución pero que jamás permitiría que me hiciesen daño.

Durante días anduvimos por los laberintos de la bifurcación, jugábamos, hablábamos y nos contábamos cosas del uno y del otro. No hay nada sensual, ni erótico ni de amor lo que hay es el sentir de dos personas que huyen hasta de sí mismas, dos personas que están bien juntas, se llama amistad.

De nuevo, la soledad entre el bullicio. Iba y venía por la villa cansada de estar alerta, cansada de estar asustada y cansada de tener los nervios a flor de piel ¿pero qué podía hacer? Nada era la respuesta.

En una de esas jornadas entré en la tienda del Gnomo Riam, había dos personas delante así que esperé mi turno pacientemente. Charlaba con el Gnomo cuando la puerta se abrió, giré la cara para mirar y entonces quise volverme aire y escapar.

Allí apareció Valts, delante de mí y sentí que me rompía, el rubor volvió a mis mejillas con sólo verle y el cosquilleo del estómago surgió con sólo escucharle hablar. No supe que decir, quise gritar a todos que por los dioses no me dejasen sola con él pero todos salían sin que yo pudiese hacer nada, estaba paralizada viendo como mis peores temores se hacían realidad.

Me dijo que hablaríamos quisiera yo o no, y que en algún momento estaría sola y entonces iría con él, me llamó traidora y me dijo que era alguien que sabía poder perdonar.

Es curioso, pero aun sabiendo lo que pretendía hacerme el día que huí sentía ganas de correr a sus brazos, de tomar sus labios con los míos y de sentirle una vez más. Estaba hermoso, guardaba ese magnetismo en la voz, estaba realmente desarmada con él.

Afortunadamente mis miedos se reavivaron en la misma medida que mis sentimientos por él, quizá más y es por eso que supe controlar mis deseos.

Sentenció cuando accedí a hablar con él - Estaré en tus sueños Daya, allí nadie podrá protegerte-

Salió de la tienda y yo salí desencajada detrás, buscaba a Gwenn pero no logré encontrarla. Por ventura accedí a contar parte de mi vida y mi tormento a varias de mis amigas, Alba, Amith y María en presencia de Gwenn ya de regreso, se habían interesado por mi situación así que entre todas me ayudaron a decidir enfrentarme a mis temores, a Valts.

No obstante una parte de mí se negaba y por ello me negaba a dormir, no podía más. Mi humor se había agriado, mis sentidos no me respondían y mi cuerpo clamaba a gritos pro un descanso. No tuve otro remedio que claudicar. De mal humor pedí una llave a Rosa, subí y entré en la habitación escogida.

Entre cabeceos y despertares terminé por caer en un profundo sueño. Soñé con el mar, con sus profundidades, me relajé tanto que allí volvía a ser la Daya de siempre, la Daya inmadura de años atrás y a mi sueño llegó María. Ambas jugábamos como dos niñas que juntas van al colegio, que comparten juguetes y que se ayudan. De repente todo se tornó oscuro y amargo. Apareció delante mía Valts, efectivamente aun sabía como llegar a mi.


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Era el momento de enfrentarle, de saber… de los porqués, de todo lo que debí enfrentar hacía tanto tiempo.

Inmersos en las palabras tornó a mi sueño Gwenn, sin duda era la parte que me recordaba mi sangre elfica y la templanza que supone. En mis sueños Gwenn y yo hablábamos el más puro élfico y en nuestra lengua ancestral me cantaba una nana.

María me daba palabras llenas de conocimiento durante todo mi sueño.

Al fin, Valts dijo porqué.

“¿Quieres saber aunque eso te haga más daño Daya?” ante mi respuesta afirmativa siguió.” Ni siquiera habías reparado en ella… pero fuiste lo último que vio antes de morir a manos de su asesino. Clara…. querida Clara”

No conocía a nadie con ese nombre, no sabía de qué hablaba pero pronto iba a salir de mi ignorancia.

“Clara fue mi compañera, la razón de mi existir y tú tenías que ser el cauce por el que la trajese de nuevo conmigo, lo que escuchaste aquella noche era parte de un ritual a Shar para ello… pero lo estropeaste entonces. Ahora te tengo a mi merced y cumplirás aquello por lo que existes, traer a Clara”

Su gesto y su mirada eran de odio hacia mí, me había engañado de la forma más cruel. Su amor siempre fue fingido imaginándose seguro a Clara cuando nos entregábamos, fue una estafa, fue un fraude directo a mi corazón. Ahora sabía que no le debía nada, sabía que había comenzado a olvidarle relegándole al pasado del que nunca debí llevarle a mi presente, aprendí la lección de vida a base de temor.

Armé mis poderes, alcé mi voz cantando en mi lengua materna, sabiendo que odiaba mi canto y le desterré.
Le desterré de mi cuerpo, le desterré de mi mente, le desterré de mi corazón y de mis sentimientos. Maté su recuerdo y maté el sabor de sus besos.

Desperté de golpe en la habitación de la Rosa y el Martillo, sudorosa pero descansada, renovada y llena de calma.

Al fin Daya, al fin Daya Lovendil ha regresado dispuesta a enfrentar la realidad.
La verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicidad.
Gineu

Re: Daya

Mensaje por Gineu »

*plas plas* que guapo!!! y la foto perfecta!!! ;)
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