Y mi vida fue un sueño... y los sueños, sueños son. Relenar
Moderadores: DMs de tramas, DMs
Y mi vida fue un sueño... y los sueños, sueños son. Relenar
Introducción
"Hay alguien en mi habitación"
Es lo primero que pienso cuando abro los ojos, apenas un momento después de haberme perdido en la profunda meditación tan caracteristica en los elfos. Me incorporo un poco sobre la cama, alerta. Alargo la mano para coger la daga que hay bajo la cama, cerca de la cabecera. Esta demasiado oscuro para ver nada, demasiado silencioso para oír nada, pero se que hay alguien ahi, puedo sentirlo.
-Estoy aqui- Señala amablemente una voz conocida, una voz que me arranca un suspiro de alivio y una sonrisa agradecida.
Enciendo el la lampara de aceite que hay junto a la cama. La lampara emite una luz minima, pero da luz a la estancia, y me permite localizar con facilidad a mi querido hermano sentado sobre el sillón que hay en la esquina de la habitación.
- Menudo susto me has dado- Le digo, mientras salgo de la cama y camino hacia él, rodeandole el cuello con los brazos. Me percato entonces que esta empapado y tiritando por el frio, pero sonrie alegre, transmitiendome la tranquilidad en ese gesto tan caracteristico de él.
Le doy un beso cariñoso en el cuello cuando empiezo a desvertirle. Le quito la capa, las botas... y justo cuando empiezo a quitarle la camiseta murmura. -Lo siento... no pude evitarla.- Un pequeño grito ahogado nace de mi cuando la veo. Una profunda herida se haya en su estomago. La sangre emana de ella con una soltura comparable al agua en un rio, aunque por suerte no en la misma cantidad. Me apresuro a desgarrar la cortina de la habitacion y convertirla en las tiras de tela que taparan la herida esta vez, mientras maldigo en élfico la razón que le propino semejante marca en el cuerpo.
-¿Qué demonios a ocurrido hermanito?-Alzo un poco la voz, preocupada, mientras termino de atender la herida con destreza.
-Fue por culpa de un beso- dice sonriendo de nuevo, mientras alza la mirada al techo y cierra los ojos, recostando su cabeza sobre el respaldo del sillón.
-Si a esa mujer no le gustaba como besas, bastaba con decirlo. ¡No hacia falta que te apuñalase!- Le lanzo una mirada enfadada, mientras apreto quizá un tanto de mas las vendas. Dando por finalizada la intervencion medica.
-No, si ella no puso pegas, fue su marido.- Rie levemente, reincorporandose y caminando hacia la cama, dejandose caer sobre esta, con cuidado. No puedo evitar sonreir.
-Desde luego hermanito, eres todo un caso. Anda quitate los pantalones, que estan empapados, y metete en la cama, que necesitas descansar.- Vuelvo a la cama, junto a él cuando ha terminado de entrar en ella y le rodeo con los brazos, apoyando la cabeza en su pecho.
- Lo conseguí, Irena. 300 monedas de oro nada menos- Me dice en un susurro. -Esta vez tengo bastante para comprarte aquel medicamento tan caro. Eso si, vamos a tener que irnos de este pueblo tras comprarlo.- Inspira hondo y una vez más, vuelve a mostrar su sonrisa, triunfal.
-Anda, descansa. Mañana te sermonearé por haber vuelto tan mal herido. Esta noche te abrazaré fuerte en agradecimiento por cuidar tan bien de mi.- Le miro, esperando respuesta pero ya esta descansando, presa del agotamiento. Sin decir mucho mas, cierro los ojos yo también. Dispuesta a recobrar el sueño que él mismo habia interrumpido.
Re: Y mi vida fue un sueño... y los sueños, sueños son. Relenar
¡Deseando saber cómo sigue! 

Re: Y mi vida fue un sueño... y los sueños, sueños son. Relenar
//Una pequeña anotación: Conforme describe la muchacha el combate, pensad que es una niña que admira a su hermano. Posiblemente el combate seria mucho menos elegante xD
Capítulo 1: Advertencias.
Han pasado tres días desde que mi hermano sufrió esa herida en el estomago. Esta vez el camino se ha hecho largo y aburrido. No para de llover, hace mucho frio y bueno, Relenar está mas callado que de costumbre. Buscando salir de dudas, le pregunto.
- ¿Qué te ocurre, hermano?- Pregunto algo preocupada por él. Mientras le cojo la mano en un gesto de cariño, al que enseguida corresponde.
-¿Eh?, no nada. No te preocupes, tan solo me planteaba que vamos hacer ahora.- Me dirige una mirada triste y vuelve a mirar al frente.
-¿Qué vamos a hacer? Pues viajar, ¿Qué quieres hacer sinó? Tu y yo somos aventureros! Que digo aventureros, ¡heroes!.!Vamos a buscarnos la vida saqueando trasgos y asaltando bandidos bravucones con aires de grandeza, blandiendo espada y verso firme contra el villano en su vil morada, viajando a las cuevas habitadas por dragones donde rescatar a la hija del alcalde de algún poblado olvidado!Y mil y una aventuras más! - Le comento ilusionada, tan solo de pensar la vida que nos deparara ahora que tengo mi medicina. Esa vida llena de aventuras y eternos viajes con las que siempre he soñado.
-Vale ya, Irena. ¿Es que no quieres tener una vida feliz y tranquila? Sin problemas ni preocupaciones. Además, necesitas una educación.- Sin mirarme, en un tono triste y abatido. Como si cada palabra le costase pronunciarla.
-¿Una vida feliz y tranquila? ¿Cómo que una vida feliz y tranquila? ¿A que te atizo? ¡Por los senos de Sune! Me prometiste que si alguna vez conseguiamos algo con lo que curar mi problema con el corazón me llevarías de aventuras, me he pasado 75 años oyendo las historias que me contabas esperando el día en que pudiera vivirlas yo misma y ahora que puedo hacerlo, no vas a negarme lo único que te he pedido en esta vida. ¿Queda claro?- Le dirijo una mirada inquisitiva. El me mira divertido un instante y termina riendo levemente.
-Esta bien esta bien, conste que te lo advertí. La vida del aventurero es dura, pasaremos dias sin dormir, comeremos verdur- El quebrar de una rama silencia a mi hermano por completo. Durante unos segundos que parecen años no se oye nada salvo la lluvia incansable repiquetear contra el suelo. Al poco, 3 hombres vestidos con ropajes oscuros salen de entre los arboles que custodian ambos lados del camino.
El primero en salir es bajito y gordo como un enano, porta en sus manos un garrote enorme y viste con unos malolientes arapos que dejan mucho que desear encuanto a higiene y salud. El segundo en salir es un hombre alto, humano seguramente. Muestra una cara de pocos amigos, una mirada fría junto con un pelo perfectamente cuidado y recogido detrás. Porta una armadura de cuero por encima de unos ropajes holgados y naciendo de detrás de uno de sus hombros, un arco largo que se dispone a descolgar de inmediato. El último en aparecer parece el líder, empuña una espada larga en una mano, con sangre reseca a lo largo de la hoja. Viste con una armadura de cuero y unas botas gruesas. Luce una cicatriz que le cruza la cara de lado a lado, oculta levemente por los largos y desastrosos mechones de pelo que caen por delante. De pronto, nos dedica una sonrisa vil, mostrando una dentadura sucia, con la ausencia de un par de dientes.
Al ver a los 3 bandidos yo doy un paso hacía atrás, algo intimidada. Mi hermano le devuelve una sonrisa divertida al bandido a la par que desenvaina.
-Vaya vaya, que coincidencia... Si es el cantamañanas que anoche tonteaba con la mujer del jefe, curiosa coincidencia, ¿no creeis amigos?- Ninguno de sus sicarios le contesta por lo que el continua. -¿Dónde vas tan deprisa Relenar? ¿Es que no vas a enseñarnos a enamorar como tu a las mujeres de otros?- Da un paso hacia nosotros.
- Soy trovador, no sacerdote. Y lo que me pides es un milagro...- Responde mi hermano, propinandole una sonrisa burlona. - ¿Habeis venido a ajusticiarme? Lo digo por que deberiais ir a buscar ayuda, no creo que seais suficientes. Además, ¿Es que no veis que voy acompañado? Podriais tener un poco de educación y esperar al menos a que ella no esté. Si mi espada ya es tenaz cuando estoy solo, cuando debo proteger a una mujercita en apuros no hay galán, gigante o dragón que pueda hacerme frente. Así que aprobechad que estoy generoso y largaros por donde habeis venido.- Mi hermano avanza un paso, demostrando una seguridad tan firme que provoca una duda en el bandido durante un instante.
-Maldito cantamañanas, ¿Es que no eres consciente de tu situación? El señor Monteiro no va consentir que salgas de Cormyr sin haber pagado por lo que hicistes. Si por alguna de aquellas consiguieses vencernos, lo cual dudo mucho, serán otros los que vengan a por ti. Si vences a 3 serán 30 los que vengan, si vences a 30, 300. Tarde o temprano terminarás muerto y bueno, tu acompañante... - Se lamió el labio inferior dirigiendome una mirada obscena- Tu acompañante se convertirá en toda una mujercita con nuestra ayuda... Voy a disfrutar mucho con esto...
- Espero que vuestro acero sea tan mordaz como vuestra lengua... Por que os aseguro, que me vais a pagar con creces está ofensa. Basta ya de tanta palabrería barata, ¿Vais a venir uno a uno? ¿O mejor venis todos a la vez? Así quizá sea interesante.- La seriedad que se habia dibujado en mi hermano me hacia temblar incluso a mi. Me aparto unos cuantos pasos, procurando no molestarle mientras se duela con esos bandidos.
Cuando por fin cruzan espadas, mi hermano empieza a recitar un verso a compás. Instantes después, sus estocadas se vuelven certeras y mortíferas. Sus pies parecen danzar al compas de una melodía que solo él escucha, como si estuviese en algun extraño trace, desenvocando en una danza de acero que pronto pondrá fin al duelo. ¿Aunque eso hubiese sido demasiado fácil, no?
Cuando el lider de esos malditos cae al suelo por una estocada sostenida, el gordinflón carga hacia él en un ataque de rabia. A la par, el arquero tensa el arco y apunta, impasible. El duelo continua, aunque esta vez es mucho menos elegante que el anterior, las armas no brindan en el aire. pues es tan cierto como que mi hermano es rubío que no hay forma de bloquear una garrote del tamaño de un martillo enano con un ligero estoque.
-Veo que tu eres rápido y presto esquivando golpes, veamos si la doncella lo es tanto como tu...- Abro los ojos de par en par mientras dirijo mi mirada al emisor de esas palabras. El arquero me está apuntando y por primera vez desde que apareció mostraba una sonrisa triunfal.- Muere...- Dice, liberando la flecha. Durante unos segundos veo toda mi vida pasar por delante de mi, durante unos segundos me doy cuenta de lo poco que ha durado mi vida de aventurera. Durante unos instantes...
Y entonces una sombra se interpone entre la flecha y yo, acompañado de un leve grito de dolor. Es Relenar, como no, salvandome la vida de nuevo. Mi hermano a vuelto a evitar que mi vida termine tan pronto... Y ahora, por mi culpa le han hecho clavar una rodilla en el suelo. Corro a socorrerle sin pensarlo dos veces, pero cuando llego a él me aparta con la diestra con esa sutileza que solo el conoce a la par que susurra- Ya casi he terminado, dame un momento...- Y tosiendo sangre se vuelve a poner en pié.
El arquero carga una segunda flecha mientras que el otro alza el garrote buscando poner fin al combate. Relenar baja la mirada y sonríe, victorioso. Le miro sin comprender y al poco, veo como la flecha de ese malnacido se hunde en las carnes de su compañero, el cual no termina el golpe. Conforme se desploma, inerte, mi hermano lanza el estoque en un movimiento rápido poniendo fin a la canción y a la vida del bandido arquero, el cual cambiaba la mirada de asombro por una mueca de dolor.
Cuando termina el combate, mi hermano cae inconsciente al suelo. Corro, apurada y intento socorrerle con el poco material que tengo. Mientras lo hago le miro el rostro un instante y para mi sorpresa me doy cuenta que sonrie, feliz. - Cuando te despiertes me vas a oir...- Suspiro, negando con la cabeza.
¿Quien demonios eran esos bandidos? ¿Y por que conocían a mi hermano? ¿Quien demonios era ese tal Monteiro? ¿Y por que demonios siempre que mi hermano intenta hacer algo termina inconsciente en mis brazos?Supongo que cuando despierte tenemos que hablar largo y tendido. Y encima lloviendo... Supongo que Tymora no nos puede sonreír todos los dias.
Capítulo 1: Advertencias.
Han pasado tres días desde que mi hermano sufrió esa herida en el estomago. Esta vez el camino se ha hecho largo y aburrido. No para de llover, hace mucho frio y bueno, Relenar está mas callado que de costumbre. Buscando salir de dudas, le pregunto.
- ¿Qué te ocurre, hermano?- Pregunto algo preocupada por él. Mientras le cojo la mano en un gesto de cariño, al que enseguida corresponde.
-¿Eh?, no nada. No te preocupes, tan solo me planteaba que vamos hacer ahora.- Me dirige una mirada triste y vuelve a mirar al frente.
-¿Qué vamos a hacer? Pues viajar, ¿Qué quieres hacer sinó? Tu y yo somos aventureros! Que digo aventureros, ¡heroes!.!Vamos a buscarnos la vida saqueando trasgos y asaltando bandidos bravucones con aires de grandeza, blandiendo espada y verso firme contra el villano en su vil morada, viajando a las cuevas habitadas por dragones donde rescatar a la hija del alcalde de algún poblado olvidado!Y mil y una aventuras más! - Le comento ilusionada, tan solo de pensar la vida que nos deparara ahora que tengo mi medicina. Esa vida llena de aventuras y eternos viajes con las que siempre he soñado.
-Vale ya, Irena. ¿Es que no quieres tener una vida feliz y tranquila? Sin problemas ni preocupaciones. Además, necesitas una educación.- Sin mirarme, en un tono triste y abatido. Como si cada palabra le costase pronunciarla.
-¿Una vida feliz y tranquila? ¿Cómo que una vida feliz y tranquila? ¿A que te atizo? ¡Por los senos de Sune! Me prometiste que si alguna vez conseguiamos algo con lo que curar mi problema con el corazón me llevarías de aventuras, me he pasado 75 años oyendo las historias que me contabas esperando el día en que pudiera vivirlas yo misma y ahora que puedo hacerlo, no vas a negarme lo único que te he pedido en esta vida. ¿Queda claro?- Le dirijo una mirada inquisitiva. El me mira divertido un instante y termina riendo levemente.
-Esta bien esta bien, conste que te lo advertí. La vida del aventurero es dura, pasaremos dias sin dormir, comeremos verdur- El quebrar de una rama silencia a mi hermano por completo. Durante unos segundos que parecen años no se oye nada salvo la lluvia incansable repiquetear contra el suelo. Al poco, 3 hombres vestidos con ropajes oscuros salen de entre los arboles que custodian ambos lados del camino.
El primero en salir es bajito y gordo como un enano, porta en sus manos un garrote enorme y viste con unos malolientes arapos que dejan mucho que desear encuanto a higiene y salud. El segundo en salir es un hombre alto, humano seguramente. Muestra una cara de pocos amigos, una mirada fría junto con un pelo perfectamente cuidado y recogido detrás. Porta una armadura de cuero por encima de unos ropajes holgados y naciendo de detrás de uno de sus hombros, un arco largo que se dispone a descolgar de inmediato. El último en aparecer parece el líder, empuña una espada larga en una mano, con sangre reseca a lo largo de la hoja. Viste con una armadura de cuero y unas botas gruesas. Luce una cicatriz que le cruza la cara de lado a lado, oculta levemente por los largos y desastrosos mechones de pelo que caen por delante. De pronto, nos dedica una sonrisa vil, mostrando una dentadura sucia, con la ausencia de un par de dientes.
Al ver a los 3 bandidos yo doy un paso hacía atrás, algo intimidada. Mi hermano le devuelve una sonrisa divertida al bandido a la par que desenvaina.
-Vaya vaya, que coincidencia... Si es el cantamañanas que anoche tonteaba con la mujer del jefe, curiosa coincidencia, ¿no creeis amigos?- Ninguno de sus sicarios le contesta por lo que el continua. -¿Dónde vas tan deprisa Relenar? ¿Es que no vas a enseñarnos a enamorar como tu a las mujeres de otros?- Da un paso hacia nosotros.
- Soy trovador, no sacerdote. Y lo que me pides es un milagro...- Responde mi hermano, propinandole una sonrisa burlona. - ¿Habeis venido a ajusticiarme? Lo digo por que deberiais ir a buscar ayuda, no creo que seais suficientes. Además, ¿Es que no veis que voy acompañado? Podriais tener un poco de educación y esperar al menos a que ella no esté. Si mi espada ya es tenaz cuando estoy solo, cuando debo proteger a una mujercita en apuros no hay galán, gigante o dragón que pueda hacerme frente. Así que aprobechad que estoy generoso y largaros por donde habeis venido.- Mi hermano avanza un paso, demostrando una seguridad tan firme que provoca una duda en el bandido durante un instante.
-Maldito cantamañanas, ¿Es que no eres consciente de tu situación? El señor Monteiro no va consentir que salgas de Cormyr sin haber pagado por lo que hicistes. Si por alguna de aquellas consiguieses vencernos, lo cual dudo mucho, serán otros los que vengan a por ti. Si vences a 3 serán 30 los que vengan, si vences a 30, 300. Tarde o temprano terminarás muerto y bueno, tu acompañante... - Se lamió el labio inferior dirigiendome una mirada obscena- Tu acompañante se convertirá en toda una mujercita con nuestra ayuda... Voy a disfrutar mucho con esto...
- Espero que vuestro acero sea tan mordaz como vuestra lengua... Por que os aseguro, que me vais a pagar con creces está ofensa. Basta ya de tanta palabrería barata, ¿Vais a venir uno a uno? ¿O mejor venis todos a la vez? Así quizá sea interesante.- La seriedad que se habia dibujado en mi hermano me hacia temblar incluso a mi. Me aparto unos cuantos pasos, procurando no molestarle mientras se duela con esos bandidos.
Cuando por fin cruzan espadas, mi hermano empieza a recitar un verso a compás. Instantes después, sus estocadas se vuelven certeras y mortíferas. Sus pies parecen danzar al compas de una melodía que solo él escucha, como si estuviese en algun extraño trace, desenvocando en una danza de acero que pronto pondrá fin al duelo. ¿Aunque eso hubiese sido demasiado fácil, no?
Cuando el lider de esos malditos cae al suelo por una estocada sostenida, el gordinflón carga hacia él en un ataque de rabia. A la par, el arquero tensa el arco y apunta, impasible. El duelo continua, aunque esta vez es mucho menos elegante que el anterior, las armas no brindan en el aire. pues es tan cierto como que mi hermano es rubío que no hay forma de bloquear una garrote del tamaño de un martillo enano con un ligero estoque.
-Veo que tu eres rápido y presto esquivando golpes, veamos si la doncella lo es tanto como tu...- Abro los ojos de par en par mientras dirijo mi mirada al emisor de esas palabras. El arquero me está apuntando y por primera vez desde que apareció mostraba una sonrisa triunfal.- Muere...- Dice, liberando la flecha. Durante unos segundos veo toda mi vida pasar por delante de mi, durante unos segundos me doy cuenta de lo poco que ha durado mi vida de aventurera. Durante unos instantes...
Y entonces una sombra se interpone entre la flecha y yo, acompañado de un leve grito de dolor. Es Relenar, como no, salvandome la vida de nuevo. Mi hermano a vuelto a evitar que mi vida termine tan pronto... Y ahora, por mi culpa le han hecho clavar una rodilla en el suelo. Corro a socorrerle sin pensarlo dos veces, pero cuando llego a él me aparta con la diestra con esa sutileza que solo el conoce a la par que susurra- Ya casi he terminado, dame un momento...- Y tosiendo sangre se vuelve a poner en pié.
El arquero carga una segunda flecha mientras que el otro alza el garrote buscando poner fin al combate. Relenar baja la mirada y sonríe, victorioso. Le miro sin comprender y al poco, veo como la flecha de ese malnacido se hunde en las carnes de su compañero, el cual no termina el golpe. Conforme se desploma, inerte, mi hermano lanza el estoque en un movimiento rápido poniendo fin a la canción y a la vida del bandido arquero, el cual cambiaba la mirada de asombro por una mueca de dolor.
Cuando termina el combate, mi hermano cae inconsciente al suelo. Corro, apurada y intento socorrerle con el poco material que tengo. Mientras lo hago le miro el rostro un instante y para mi sorpresa me doy cuenta que sonrie, feliz. - Cuando te despiertes me vas a oir...- Suspiro, negando con la cabeza.
¿Quien demonios eran esos bandidos? ¿Y por que conocían a mi hermano? ¿Quien demonios era ese tal Monteiro? ¿Y por que demonios siempre que mi hermano intenta hacer algo termina inconsciente en mis brazos?Supongo que cuando despierte tenemos que hablar largo y tendido. Y encima lloviendo... Supongo que Tymora no nos puede sonreír todos los dias.
Re: Y mi vida fue un sueño... y los sueños, sueños son. Relenar
*siguiendo la historia* ^^
Re: Y mi vida fue un sueño... y los sueños, sueños son. Relenar
Gran historia!
Espero que el resto siga a este nivel. xD
Espero que el resto siga a este nivel. xD
Re: Y mi vida fue un sueño... y los sueños, sueños son. Relenar
//PD: siento el retraso, pero últimamente he tenido poco tiempo o pocas ganas... a veces incluso ambas! xD un saludo
Capítulo 2: Viejos amigos
Tras una semana caminando, por fin hemos llegado a Arabel. Es la primera ciudad que piso en años, por lo que todo me parece tan grande y deslumbrante que temo cerrar los ojos por si me pierdo algún detalle. Por la forma de andar, mi hermano ya ha estado en esta ciudad antes. Desde que llegamos no se le ha borrado una sonrisa un tanto estúpida de la cara y yo, pecando de curiosa le preguntó sin rodeos:
- Hermano, ¿Por que sonries como un niño al que le regalan un jugete nuevo?- Lo miro divertida mientras tiro de su mano, haciendo que se detenga y me devuelva la mirada.
-Ehhh... - ¡Por todos los dioses! ¡Se ha sonrojado!- Yo... si bueno, estuve aqui hace ya algún tiempo y dado que descanse en estas calles 3 largos años de mi vida, tengo muchos amigos.- Ya claro, y por tus amigos te sonrojas.
- ¿Amigos solo?¿O amigos y amigas?- Pregunto, divertida. Se le ve venir a una milla y no voy a quedarme con la curiosidad.
- Vamos vamos, debemos darnos prisa. Hay que llegar a la "Bota vieja" antes de que anochezca, y esta ciudad puede ser un autentico laberinto si se lo propone. Una vez allí, el viejo Timy "Trol" nos procurará una cama caliente donde dormir. Y si le ayudo con un par de asuntos, quizá incluso gratuitamente.- Me deshace el pelo en un gesto cariñoso y cogiendome de la mano tira de mi de nuevo para renovar la marcha. Para no variar, a eludido mi pregunta de una forma magistral. Podria insistirle, pero no parece muy resuelto a hablar de su "amiga" así por las buenas.
Ni un par de horas después, tras haber cruzado los mas lujosos barrios, pasado por las mas elegantes zonas y descendido hasta los barrios mas bajos de Arabel, nos plantamos ante la puerta de una posada tan andrajosa, sucia y maloliente que de ir con los ojos cerrados hubiese confundido sin mucho problema con un alcantarillado. Cuando la puerta se abre ante nosotros, un olor a alcohol, grasa y sudor casí me derriba. Por todos los dioses, ¿Desde cuando no limpian?. Miro a mi hermano, el cual entra con un aire divertido en el establecimiento.
- Recuerdame por que venimos a este lugar.- Le digo, mientras noto el tiron de su calida mano que me obliga a seguirle.-Recuerdame por que no dormimos en cualquier otro lugar de Faerûm, recuerdame por tenemos que terminar en el peor. Puede que tu no lo notes, Relenar, pero huele como el culo de un trol!- La única respuesta que me dedica es una jovial carcajada.
Una vez dentro, observo con detenimiento el lugar. Es un establecimiento pequeño, con 4 o 5 mesas a lo largo de él, todas ellas ocupadas por gente jugando a cartas y a dados, haciendo apuestas y bebiendo cerveza. A mi derecha, unas escaleras con dos dedos de alguna extraña sustancia cubren lo que quizá antaño fueron unas escaleras lustrosas de color madera. Al fondo, se puede observar una barra bastante ancha, con los bordes de un color metalico brillante, quizá lo único brillante del lugar. Presidiendo dicha barra, se puede observar a un hombre humano de unos 50 años. Lo que mas destaca en él, salvo el olor que se camufla con una facilidad sorprendente en el ambiente, son los dientes enegrecidos y el cabello grasoso. Tiene unos cuantos kilos de más, aunque parece bastante fuerte. Una vez delante de el, fijandose un poco, se puede apreciar que tiene el ojo derecho completamente blanco.
-¡Por los senos de la dama de la Fortuna!- Dice el hombre al percatarse de nuestra presencia, mostrando una sonrisa de oreja a oreja. - ¡Mira quien está aqui! ¡El cantamañanas más feliz que he conocido nunca!- Tras ello me mira fugazmente de arriba a abajo y tras una sonora carcajada, añade – Y mira que bien acompañado va! No pierdes el tiempo, ¿eh?-
-Me has echado de menos, ¿eh Timy?- dice mi hermano, estrechandole la mano y sonriendole.
-¿Cómo va el negocio? ¿Aún funciona sin mi música? Mira "Trol", te presento a mi hermana pequeña, Irena.- Dice señalandome un instante y tan solo se me ocurre que sonreir intentando ocultar la mueca de asco que tenia apenas unos instantes atras.
El grandullón me mira y me ofrece la mano. - Hola pequeña! Mi nombre es Timy "Trol", un placer conocer a la hermana de uno de mis mejores amigos.- Le aferro la mano y puedo notar el calor que esta desprende, junto con el sudor y algunos otros liquidos que mejor no quiero saber que son.
- Pasad, pasad! Sentaos.- Se dirige a una de las mesas donde estaban jugando a cartas y mirando mal a los presentes, les dice – Vosotros tres,llevais 3 horas en esa mesa y solo habeis tomado 4 cervezas cada uno. Me estais empezando a tocar las narices, ¡largo de aqui!- Uno de ellos parece querer decir algo, pero el golpe de Timy sobre la mesa lo hace callar. Acto seguido lo dejan todo y echan a correr como si les fuera la vida en ello. - Por favor, sentaos.- Nos indica con un gesto considerado.
30 minutos después estan mi hermano y él hablando de los viejos tiempos, de como eran las cosas antes y por primera vez en mi vida, estoy aburrida como pocas veces he estado en ningún lugar. Es extraño que en todas esas aventuras que me ha contado mi hermano, jamás haya nombrado un lugar que visto lo visto, fue tan especial para él. -¿Puedo ver la posada?- Pregunto con un hilito de voz y Timy me mira, descargando sobre mi una sonora carcajada y algun que otro proyectil de saliva. - ¡Faltaría más!- Me dice, riendo de nuevo. No se que demonios ve tan gracioso en mi, pero bueno, ¿Qué le vamos a hacer?.
Me reincorporo y empiezo a caminar por el establecimiento, observando con curiosidad cada esquina, cada recoveco. Algo me resulta familiar en este lugar, y no encuentro el qué. Cuanto más miro, mas calido y tierno me parece. Todo está colocado de forma que consige transmitir un sensación humilde y tranquila, no se bien como explicarlo. Y luego está el viejo Timy: La primera impresión que te llevas de él es la de un gordo y seboso hombre que seguramente pase tardes enteras urgandose la nariz y luego con el mismo dedo te da la mano. Pero cuando empieza a hablarte y a hablarte, consige que estes agusto a su lado, no se anda con rodeos ni con bobadas de ningun tipo, tiene lo que mi hermano tacharia de una "sinceridad aplastante". Pese a vivir en la miseria que vive, el hombre parece feliz y eso es algo que no se puede conseguir con dinero.
Cojo la llave de una de las habitaciones y indicando con un gesto a mi hermano donde voy, empiezo a andar escaleras arriba. Cuando llego arriba, observo el pasillo que se extiende cruzando de lado a lado la posada. Hay 10 puertas de habitaciones repartidas a lo largo de los lados del pasillo y una poniendo fin a este. Todas las puertas son bastante clónicas menos la última y como era de esperar, todas estan abiertas menos la última. Mientras avanzo por el pasilo voy fijandome en todas las habitaciones, todas las habitaciones estan bastante limpias a comparación con la parte de abajo de la posada y sin duda, todo está mejor colocado y incluso diria que está mimado con un calido roce femenino, lo cuál, me extraña bastante ya que abajo no vi a ninguna mujer y por supuesto, el "Trol" no tenia ningun anillo de compromiso que indicase su estado.
Peco de curiosa, así que me pongo a trabajar en la cerradura de la última puerta. Mi hermano es un "hombre para todo" por lo que algo me ha enseñado sobre cerrojos y este, no era precisamente uno complejo. Al poco rato, sobre unos 5 minutos, el sonido de un chasquido pone fin a mi intento de abrir la puerta, brindandome victoriosa sobre esta. Me deslizo silenciosa dentro de la habitacion y puedo ver que esta no tiene el mismo brillo y orden que las anteriores. Es una habitación amplia, con una ventana acotada por dos cortinas moradas que da al callejon de la posada, a un lado, varios sillones agrupados, uno de ellos en el suelo. Al otro, varios muebles con dedos y dedos de polvo amontonado, unos pocos candelabros con velas rotas y muchos retratos dibujados por un artista pesimo que vislumbran el mismo local, al parecer, en sus mejores días. En el centro de la sala, una gran mesa rectangular recubierta por cientos de papeles que desbordan por los lados, manteniendo un equilibrio que tienta al mismo viento a que los esparza por el suelo. Toda la estancia, por si no lo comenté ya, oculta por varias sombras que danzan gibosas alrededor de la poca luz que entra por la ventana.
Me acerco a la mesa y oteo por encima los papeles que hay sobre la misma. Amontonadas como si fuesen dibujos de un mismo artista hay varias cartas de avisos de la guardia advirtiendo al viejo Timmy que salde una deuda que al parecer tiene pendiente. Sobre el lateral izquierdo, algunas cartas sobre nobles de alta cuna que debieron pernoctar en el establecimiento pero no fue del todo de su agrado y justo bajo estas, como si de una rata escondida en una cueva se tratase, una ultima carta arrugada que llama mi atención. La tomo, la desdoblo y puedo apreciar que, aunque el papel parece haber viajado mucho, esta escrita con una letra impecable, sin más la leo. Dice así:
Saludos mi querido Timy "Trol"
Hace mucho que nos conocemos, pero no esta vez no es tu sucia alcantarilla la que me interesa, sino un motivo mucho más... personal, por llamarlo de algun modo.
Somos conocedores de que hace mucho, entablaste amistad con un elfo con el que practicamente te has criado, "Relenar" ¿Lo recuerdas?, ese mismo elfo se dirije hacia Arabel y dado que fuisteis viejos amigos seguro pasa a saludarte. Lo único que pido es que le retengas ahi un par de días, la segunda noche que pase allí indicarás a unos amigos que irán a verte en que habitación descansa y dejarás que se lo lleven. A cambio, yo perdonaré la vida de la niñata que trabaja a tu servicio cuya sangre adorna ahora mismo el borde de esta carta. Espero no me falles, por que te aseguro que cada error que cometas ella lo pagará con creces.
Un cordial saludo.
Cuando termino de leerla, se me cae al suelo. No se bien como reaccionar y algo asustada, salgo de la estancia bastante rápido, cerrando a mi espalda de un portazo. Corro a avisar a mi hermano pero el pasillo se me hace eterno. Cuando doy con la boca de las escaleras, bajo sin pensarmelo dos veces, algo mas precavida y al llegar abajo no veo a mi hermano. Mi mirada recorre toda la instancia hasta dar con el viejo Timy que me dirige una mirada cálida, sonriente. Con la diestra me hace un gesto para que me acerque y yo sin saber muy bien por que, obedezco.
-Tu hermano a salido un momento a hacer un par de negocios con noseque familia. No te preocupes, volverá enseguida. Mientras tanto, ¿Quieres algo para beber?- Me dice, riendo levemente a la par que me ofrece una jarra con leche.
-Gra-Gracias...- Me tiembla la voz, estoy asustada y por su expresión, se ha dado cuenta. Tomo la jarra con ambas manos, bebiendo levemente, me siento en el taburete y evito su mirada a toda costa. -No me encuentro muy bien, ¿dónde puedo descansar?- le pregunto, intentando sacar un tema de conversación.-
-Desde luego no pones buena cara, pequeña.- Se rasca la garganta un instante sin apartar la vista de mi. Como si analizase cada gesto que hago con los ojos de un experto. -Arriba mismo puedes descansar, toma la habitación que desees me aseguraré que nadie te moleste. Conforme venga tu hermano, te avisaré, ¿si?- Me da dos palmaditas en la cabeza y me ofrece una llave.
-Gracias por todo, Timy. Hace varias lunas ya que no descanso en una buena cama caliente y que no como comida de verdad. Además que necesito tomarme un buen baño y azicalarme un poco, jeje- Suelo una risita nerviosa, tomo la llave y me dirijo hacia arriba. Cuando la voz del pintoresco posadero me detiene en seco.
-¡Pequeña!- Me giro, dirigiendole una mirada inquieta. El me devuelve una seria y de repente la quiebra con una encantadora sonrisa "Acordaos de cerrar la puerta al terminar, no me gustaría que nadie os viese bañandos y tener que darle una paliza.- Y una sonora carcajada es su última palabra mientras vuelve a su lugar tras la barra y se pone a escupir y fregar el fondo de las jarras.
Cuando de nuevo subo arriba, me dirijo a la habitación de la cual me dió llave. Entro en la misma y cerrando a mis espaldas me tumbo sobre la cama. No dejo de darle vueltas a la carta, ¿quién es el remitente? Maldita sea... ¿Dónde demonios esta mi hermano?¿por que se fue sin avisar?¿Y si le ha ocurrido algo...? Una y otra vez, las preguntas continuan acosandome privandome del placentero lujo del sueño incluso entre elfos... De momento, solo queda esperar, me temo.
Capítulo 2: Viejos amigos
Tras una semana caminando, por fin hemos llegado a Arabel. Es la primera ciudad que piso en años, por lo que todo me parece tan grande y deslumbrante que temo cerrar los ojos por si me pierdo algún detalle. Por la forma de andar, mi hermano ya ha estado en esta ciudad antes. Desde que llegamos no se le ha borrado una sonrisa un tanto estúpida de la cara y yo, pecando de curiosa le preguntó sin rodeos:
- Hermano, ¿Por que sonries como un niño al que le regalan un jugete nuevo?- Lo miro divertida mientras tiro de su mano, haciendo que se detenga y me devuelva la mirada.
-Ehhh... - ¡Por todos los dioses! ¡Se ha sonrojado!- Yo... si bueno, estuve aqui hace ya algún tiempo y dado que descanse en estas calles 3 largos años de mi vida, tengo muchos amigos.- Ya claro, y por tus amigos te sonrojas.
- ¿Amigos solo?¿O amigos y amigas?- Pregunto, divertida. Se le ve venir a una milla y no voy a quedarme con la curiosidad.
- Vamos vamos, debemos darnos prisa. Hay que llegar a la "Bota vieja" antes de que anochezca, y esta ciudad puede ser un autentico laberinto si se lo propone. Una vez allí, el viejo Timy "Trol" nos procurará una cama caliente donde dormir. Y si le ayudo con un par de asuntos, quizá incluso gratuitamente.- Me deshace el pelo en un gesto cariñoso y cogiendome de la mano tira de mi de nuevo para renovar la marcha. Para no variar, a eludido mi pregunta de una forma magistral. Podria insistirle, pero no parece muy resuelto a hablar de su "amiga" así por las buenas.
Ni un par de horas después, tras haber cruzado los mas lujosos barrios, pasado por las mas elegantes zonas y descendido hasta los barrios mas bajos de Arabel, nos plantamos ante la puerta de una posada tan andrajosa, sucia y maloliente que de ir con los ojos cerrados hubiese confundido sin mucho problema con un alcantarillado. Cuando la puerta se abre ante nosotros, un olor a alcohol, grasa y sudor casí me derriba. Por todos los dioses, ¿Desde cuando no limpian?. Miro a mi hermano, el cual entra con un aire divertido en el establecimiento.
- Recuerdame por que venimos a este lugar.- Le digo, mientras noto el tiron de su calida mano que me obliga a seguirle.-Recuerdame por que no dormimos en cualquier otro lugar de Faerûm, recuerdame por tenemos que terminar en el peor. Puede que tu no lo notes, Relenar, pero huele como el culo de un trol!- La única respuesta que me dedica es una jovial carcajada.
Una vez dentro, observo con detenimiento el lugar. Es un establecimiento pequeño, con 4 o 5 mesas a lo largo de él, todas ellas ocupadas por gente jugando a cartas y a dados, haciendo apuestas y bebiendo cerveza. A mi derecha, unas escaleras con dos dedos de alguna extraña sustancia cubren lo que quizá antaño fueron unas escaleras lustrosas de color madera. Al fondo, se puede observar una barra bastante ancha, con los bordes de un color metalico brillante, quizá lo único brillante del lugar. Presidiendo dicha barra, se puede observar a un hombre humano de unos 50 años. Lo que mas destaca en él, salvo el olor que se camufla con una facilidad sorprendente en el ambiente, son los dientes enegrecidos y el cabello grasoso. Tiene unos cuantos kilos de más, aunque parece bastante fuerte. Una vez delante de el, fijandose un poco, se puede apreciar que tiene el ojo derecho completamente blanco.
-¡Por los senos de la dama de la Fortuna!- Dice el hombre al percatarse de nuestra presencia, mostrando una sonrisa de oreja a oreja. - ¡Mira quien está aqui! ¡El cantamañanas más feliz que he conocido nunca!- Tras ello me mira fugazmente de arriba a abajo y tras una sonora carcajada, añade – Y mira que bien acompañado va! No pierdes el tiempo, ¿eh?-
-Me has echado de menos, ¿eh Timy?- dice mi hermano, estrechandole la mano y sonriendole.
-¿Cómo va el negocio? ¿Aún funciona sin mi música? Mira "Trol", te presento a mi hermana pequeña, Irena.- Dice señalandome un instante y tan solo se me ocurre que sonreir intentando ocultar la mueca de asco que tenia apenas unos instantes atras.
El grandullón me mira y me ofrece la mano. - Hola pequeña! Mi nombre es Timy "Trol", un placer conocer a la hermana de uno de mis mejores amigos.- Le aferro la mano y puedo notar el calor que esta desprende, junto con el sudor y algunos otros liquidos que mejor no quiero saber que son.
- Pasad, pasad! Sentaos.- Se dirige a una de las mesas donde estaban jugando a cartas y mirando mal a los presentes, les dice – Vosotros tres,llevais 3 horas en esa mesa y solo habeis tomado 4 cervezas cada uno. Me estais empezando a tocar las narices, ¡largo de aqui!- Uno de ellos parece querer decir algo, pero el golpe de Timy sobre la mesa lo hace callar. Acto seguido lo dejan todo y echan a correr como si les fuera la vida en ello. - Por favor, sentaos.- Nos indica con un gesto considerado.
30 minutos después estan mi hermano y él hablando de los viejos tiempos, de como eran las cosas antes y por primera vez en mi vida, estoy aburrida como pocas veces he estado en ningún lugar. Es extraño que en todas esas aventuras que me ha contado mi hermano, jamás haya nombrado un lugar que visto lo visto, fue tan especial para él. -¿Puedo ver la posada?- Pregunto con un hilito de voz y Timy me mira, descargando sobre mi una sonora carcajada y algun que otro proyectil de saliva. - ¡Faltaría más!- Me dice, riendo de nuevo. No se que demonios ve tan gracioso en mi, pero bueno, ¿Qué le vamos a hacer?.
Me reincorporo y empiezo a caminar por el establecimiento, observando con curiosidad cada esquina, cada recoveco. Algo me resulta familiar en este lugar, y no encuentro el qué. Cuanto más miro, mas calido y tierno me parece. Todo está colocado de forma que consige transmitir un sensación humilde y tranquila, no se bien como explicarlo. Y luego está el viejo Timy: La primera impresión que te llevas de él es la de un gordo y seboso hombre que seguramente pase tardes enteras urgandose la nariz y luego con el mismo dedo te da la mano. Pero cuando empieza a hablarte y a hablarte, consige que estes agusto a su lado, no se anda con rodeos ni con bobadas de ningun tipo, tiene lo que mi hermano tacharia de una "sinceridad aplastante". Pese a vivir en la miseria que vive, el hombre parece feliz y eso es algo que no se puede conseguir con dinero.
Cojo la llave de una de las habitaciones y indicando con un gesto a mi hermano donde voy, empiezo a andar escaleras arriba. Cuando llego arriba, observo el pasillo que se extiende cruzando de lado a lado la posada. Hay 10 puertas de habitaciones repartidas a lo largo de los lados del pasillo y una poniendo fin a este. Todas las puertas son bastante clónicas menos la última y como era de esperar, todas estan abiertas menos la última. Mientras avanzo por el pasilo voy fijandome en todas las habitaciones, todas las habitaciones estan bastante limpias a comparación con la parte de abajo de la posada y sin duda, todo está mejor colocado y incluso diria que está mimado con un calido roce femenino, lo cuál, me extraña bastante ya que abajo no vi a ninguna mujer y por supuesto, el "Trol" no tenia ningun anillo de compromiso que indicase su estado.
Peco de curiosa, así que me pongo a trabajar en la cerradura de la última puerta. Mi hermano es un "hombre para todo" por lo que algo me ha enseñado sobre cerrojos y este, no era precisamente uno complejo. Al poco rato, sobre unos 5 minutos, el sonido de un chasquido pone fin a mi intento de abrir la puerta, brindandome victoriosa sobre esta. Me deslizo silenciosa dentro de la habitacion y puedo ver que esta no tiene el mismo brillo y orden que las anteriores. Es una habitación amplia, con una ventana acotada por dos cortinas moradas que da al callejon de la posada, a un lado, varios sillones agrupados, uno de ellos en el suelo. Al otro, varios muebles con dedos y dedos de polvo amontonado, unos pocos candelabros con velas rotas y muchos retratos dibujados por un artista pesimo que vislumbran el mismo local, al parecer, en sus mejores días. En el centro de la sala, una gran mesa rectangular recubierta por cientos de papeles que desbordan por los lados, manteniendo un equilibrio que tienta al mismo viento a que los esparza por el suelo. Toda la estancia, por si no lo comenté ya, oculta por varias sombras que danzan gibosas alrededor de la poca luz que entra por la ventana.
Me acerco a la mesa y oteo por encima los papeles que hay sobre la misma. Amontonadas como si fuesen dibujos de un mismo artista hay varias cartas de avisos de la guardia advirtiendo al viejo Timmy que salde una deuda que al parecer tiene pendiente. Sobre el lateral izquierdo, algunas cartas sobre nobles de alta cuna que debieron pernoctar en el establecimiento pero no fue del todo de su agrado y justo bajo estas, como si de una rata escondida en una cueva se tratase, una ultima carta arrugada que llama mi atención. La tomo, la desdoblo y puedo apreciar que, aunque el papel parece haber viajado mucho, esta escrita con una letra impecable, sin más la leo. Dice así:
Saludos mi querido Timy "Trol"
Hace mucho que nos conocemos, pero no esta vez no es tu sucia alcantarilla la que me interesa, sino un motivo mucho más... personal, por llamarlo de algun modo.
Somos conocedores de que hace mucho, entablaste amistad con un elfo con el que practicamente te has criado, "Relenar" ¿Lo recuerdas?, ese mismo elfo se dirije hacia Arabel y dado que fuisteis viejos amigos seguro pasa a saludarte. Lo único que pido es que le retengas ahi un par de días, la segunda noche que pase allí indicarás a unos amigos que irán a verte en que habitación descansa y dejarás que se lo lleven. A cambio, yo perdonaré la vida de la niñata que trabaja a tu servicio cuya sangre adorna ahora mismo el borde de esta carta. Espero no me falles, por que te aseguro que cada error que cometas ella lo pagará con creces.
Un cordial saludo.
Cuando termino de leerla, se me cae al suelo. No se bien como reaccionar y algo asustada, salgo de la estancia bastante rápido, cerrando a mi espalda de un portazo. Corro a avisar a mi hermano pero el pasillo se me hace eterno. Cuando doy con la boca de las escaleras, bajo sin pensarmelo dos veces, algo mas precavida y al llegar abajo no veo a mi hermano. Mi mirada recorre toda la instancia hasta dar con el viejo Timy que me dirige una mirada cálida, sonriente. Con la diestra me hace un gesto para que me acerque y yo sin saber muy bien por que, obedezco.
-Tu hermano a salido un momento a hacer un par de negocios con noseque familia. No te preocupes, volverá enseguida. Mientras tanto, ¿Quieres algo para beber?- Me dice, riendo levemente a la par que me ofrece una jarra con leche.
-Gra-Gracias...- Me tiembla la voz, estoy asustada y por su expresión, se ha dado cuenta. Tomo la jarra con ambas manos, bebiendo levemente, me siento en el taburete y evito su mirada a toda costa. -No me encuentro muy bien, ¿dónde puedo descansar?- le pregunto, intentando sacar un tema de conversación.-
-Desde luego no pones buena cara, pequeña.- Se rasca la garganta un instante sin apartar la vista de mi. Como si analizase cada gesto que hago con los ojos de un experto. -Arriba mismo puedes descansar, toma la habitación que desees me aseguraré que nadie te moleste. Conforme venga tu hermano, te avisaré, ¿si?- Me da dos palmaditas en la cabeza y me ofrece una llave.
-Gracias por todo, Timy. Hace varias lunas ya que no descanso en una buena cama caliente y que no como comida de verdad. Además que necesito tomarme un buen baño y azicalarme un poco, jeje- Suelo una risita nerviosa, tomo la llave y me dirijo hacia arriba. Cuando la voz del pintoresco posadero me detiene en seco.
-¡Pequeña!- Me giro, dirigiendole una mirada inquieta. El me devuelve una seria y de repente la quiebra con una encantadora sonrisa "Acordaos de cerrar la puerta al terminar, no me gustaría que nadie os viese bañandos y tener que darle una paliza.- Y una sonora carcajada es su última palabra mientras vuelve a su lugar tras la barra y se pone a escupir y fregar el fondo de las jarras.
Cuando de nuevo subo arriba, me dirijo a la habitación de la cual me dió llave. Entro en la misma y cerrando a mis espaldas me tumbo sobre la cama. No dejo de darle vueltas a la carta, ¿quién es el remitente? Maldita sea... ¿Dónde demonios esta mi hermano?¿por que se fue sin avisar?¿Y si le ha ocurrido algo...? Una y otra vez, las preguntas continuan acosandome privandome del placentero lujo del sueño incluso entre elfos... De momento, solo queda esperar, me temo.
Re: Y mi vida fue un sueño... y los sueños, sueños son. Relenar
//Me quito mi invisible sombrero ante la historia, caballero.
Ahora, menos excusas y más continuarla =)
Ahora, menos excusas y más continuarla =)