El antifaz de seda

Los trovadores de la región narran la historia de sus héroes. (Historias escritas por los jugadores)

Moderadores: DMs de tramas, DMs

Avatar de Usuario
seba172
Balor
Balor
Mensajes: 471
Registrado: Jue Oct 11, 2007 5:00 am

Re: El antifaz de seda

Mensaje por seba172 »

Menos mal que de vez en cuando reviso este foro, sino me perderia de una joya como esta narracion, la verdad, te felicito. Mientras no dejes de escribir yo no dejare de entrar para leerte.

Un saludo muy grande y segui que talento tenes de sobra.
Alud Kcohs, Finrod Caresir, Anager Bolghar, Sebastian Facheringh, Reise Walker.
Profesor323

Re: El antifaz de seda

Mensaje por Profesor323 »

MOK GUSTAR! aunque a veces Mok perderse
Libelul@

Re: El antifaz de seda

Mensaje por Libelul@ »



//Esto es más bien una especie de borrador del pasado, no tendrá importancia para el resto que no forma parte de la misma, pero para los implicados igual les ayuda a no volverse tan locos :P . Es un relato más simple que el resto, pero espero que os guste ;) .



La señal estaba hecha, el criado abrió y cerró dos veces las cortinas como hablamos, dándonos vía libre. En este caso, resultó algo más complicado, pero todos acaban teniendo un precio.

S– Es la hora- *ss*
R–Subo yo primero- *ss*
Q–No, subiré yo- *ss*

Las miradas furtivas se cruzaron entre ellos.

S – Ni uno ni otro, voy a subir yo-

Era el único escudo que mantenía el peligroso equilibrio entre ambos. Desde que Quarrel entró en la facción, la actitud de Réquiem se había endurecido y los “encantos” de hacer amigos de Quarrel tampoco ayudaban a la causa. Era un tira y afloja constante de machos por intentar liderar la manada.

Me enganché a la enredadera y comencé a trepar hasta la planta superior, más de una vez tuve que echar mano de algún resquicio, pues la sequedad de la misma la hacía ceder y quebrarse en algunos tramos.

Llegué hasta la ventana y la empujé suavemente, el criado ofreció una tímida mano ayudándome a entrar.
C –vamos, daos prisa.
S-tranquilo, nos iremos antes de que vuelvan a doblar las campanas.

Descolgué una fina cuerda enredada en mi espalda hacia mis compañeros y pagué lo acordado al criado para que se cegara con el oro y dejara de temblar.

Se-Guárdalo bien, no deben verte con eso encima al amanecer. Ahora es necesario que parezcas una…-antes de acabar la frase, Réquiem ya lo había noqueado de un puñetazo…

S-victima…- añadí al verlo en el suelo.
R– ¿Qué?...no nos vamos a quedar a tomar el té.

No era la primera vez que Réquiem fastidiaba días de trabajo “diplomático” de un plumazo. Cerré los ojos y solté el aire lentamente, no era el momento y la mente debía permanecer fría. Réquiem recogió la cuerda mientras Quarrel comprobó tras la puerta que todo permanecía tranquilo en la casa.

Desenrollé una vez más el mapa que nos había facilitado el criado y volví a memorizar el lugar.

S-Sólo estas tres estancias deberían estar ocupadas. Y los guardias apostados aquí, aquí y aquí… Solo tenemos una oportunidad antes de que adviertan nuestra presencia.

Una mirada cómplice entre los tres dio el fogonazo de salida hacia nuestro objetivo. Abrimos la puerta lentamente y cada uno fue a ocupar el puesto que le había sido encomendado.

Quarrel y Réquiem se encargaban de los guardias mientras yo debía conseguir la llave que daba acceso al sótano. La llave siempre iba del cuello del Lord. El pago a las sombras porque me cubrieran en tal meta me iba a salir caro.

Me deslicé por sus dependencias hasta llegar al lecho donde reposaba, el colgante asomaba sobre su peludo pecho al descubierto, pero no tuve la suerte de que el cierre asomara de igual modo, quedó oculto en su nuca. Con dos dedos saqué una pluma de un bolsillo externo y la besé a la par que rezaba a Maskhara para que funcionara, la acerqué hacia su rostro y le acaricié suavemente con ella, no tardo mucho en reaccionar arrugando el rostro.

S-(vamos, muévete maldita sea).

Hicieron falta varios intentos antes de que entre medias de algún bufido y ronquido por fin decidiera moverse un poco. No sabía cuánto tiempo podía quedarse en esa postura, tenía que actuar rápido. Coloqué mis finos dedos en el cierre y una vez abierto fui sustituyendo ese colgante por otro parecido para que no echara en falta el peso de su cuello. La calma y frialdad de la operación requerían de una concentración y destreza de varios años de entrenamiento y por qué no decirlo, de golpes en los dedos con un palo por parte de mi instructor.

Salí pitando de ese lugar todo lo que me permitió el caminar silencioso de mis pasos. Ellos ya me esperaban en el sótano cuando llegue.

R-Ya era hora…
S-Si quieres la próxima vez lo intentas tú

Sin duda lo dejó caer con una sonrisa socarrona en sus labios, pero yo no estaba para bromas y menos cuando se subestimaban mis habilidades y lo peor de todo es que lo hacía justo por eso.

Q- Ya hemos desactivado la trampa, era un resorte de aficionados.
S- Entremos- dije mientras hacía girar la llave en la cerradura.

Un halo de polvo que se desprendía desde la puerta de piedra que se abría lentamente fue nuestro primer recibimiento hacia los subterráneos.


Réquiem divisó un soporte para antorcha con la misma en él y se dispuso a cogerlo, de pronto, un fogonazo cruzó mi mente y le sujeté el brazo con fuerza, casi clavando mis uñas en él.

S- Quieto!.

Bajé su brazo lentamente mientras me miraba sin entender.

S- Esa antorcha no tiene pinta de haberse usado en la vida. ¿Es que acaso no te parece extraño?.

Me acerqué y analicé de cerca con la poca luz que entraba desde la escalera. Y allí estaba, un fino hilo de pesca que activaba la trampa unido a la antorcha. Seguí su recorrido hasta dar con el punto donde desactivarla.

S- Estacas, pronuncié cuando cesó el peligro.

La cara de Réquiem era todo un poema de cierto ridículo, pero Quarrel mostró una fugaz mirada de admiración, bastante sutil para la mayoría de los ojos.

Desenrollé un papiro cubierto de runas arcanas y pronuncié la palabra de poder que me había indicado el arcano al que se lo compré, mientras con la otra mano sostenía un shuriken, que al acabar de decir dicha palabreja con mucha precaución de vocalizarla correctamente, se iluminó con una luz discreta pero suficiente para ser testigos de nuestros pasos. Siempre me gustaba tener uno de esos pergaminos a mano, bastaba con esconder el objeto bajo las ropas si querías volver a cubrirte tras las sombras.

Comenzamos a avanzar por el pasillo hasta que se ensanchó lo suficiente para dar entrada a una sala de no más de quince pies de largo.
Y allí estaba…desde nuestra distancia no era más que otro trasto desvencijado en un sótano abandonado, pero cuando sonreímos al verlo, sabíamos que era mucho más, aquel golpe nos iba a hacer ricos y Maskhara iba a mirarnos con otros ojos desde ese día sin duda.
Me acerqué hacia ella mirando a cada rincón de la sala, hasta que sentí el pomo de la espada de Quarrel deteniéndome.

Q- déjame a mí.

Siempre dejaba caer ese tipo de frases con cierto tono despectivo, como si no fuera capaz de hacerlo por mí misma. Pero le pesara o no, y yo sabía que si, siempre podía leerle entre líneas y lo que en realidad pretendía era alejarme de esa sala desconocida hasta conocer los posibles entresijos de la misma. Aunque no llegara a recortar más distancia que la de que me convirtiera en su sombra.

Réquiem preparaba todo para transportar la preciada reliquia, “la vasija de los dioses” la llamaban las leyendas. El agua de su interior estaba llena de las lágrimas que algunos Dioses habían derramado durante la Era de los Trastornos.

Era obvio que ninguno de los presentes veía más allá de una simple vasija llena de agua, pero eso era lo de menos, mientras el comprador si creyera en ello, (y vaya si lo hacía), todos contentos, nos iba a retirar a los tres a la buena vida una larga temporada.

Fuimos desactivando las trampas que asomaban a nuestro paso sin problemas hasta llegar a ella.

R- Psst..Seda, creo que he escuchado algo *ss*
Me giré rápidamente y volví sobre mis pasos hacia él…Y justo ahí…Se derrumbó, se cayó…
El suelo de la sala central comenzó a caer, tragándose a Quarrel y la vasija con él.
S- Quarrel. Grité.
Mientras Réquiem me volvía hacia él agitando mi brazo como si me atizara un latigazo.
S- ¿Qué haces?

Tras decirlo, me negué a aceptar la respuesta que me estaban otorgando sus ojos…


Continuará...






Hoar

Re: El antifaz de seda

Mensaje por Hoar »

Bueno bueno, bendita piratería, ya he encontrado la continuacion del texto (que aún no ha escrito ni siquiera). Ofrezco link por 1.99€ :P
Libelul@

Re: El antifaz de seda

Mensaje por Libelul@ »




Por lo poco que pude descifrar de su caída, cayó en el agua, o en algún liquido, un pozo subterráneo tal vez, podía estar aun consciente si la distancia no fue muy profunda.

S- ¿Qué demonios te pasa?. La pregunta ya iba acompañada de daga en mano apuntando a su garganta. Pero por desgracia no paso de ahí, quede cual estatua viendo aparecer la figura culpable de tal brujería sin poder hacer nada.

M- Vas a hacer que nos descubran inepto.


Réquiem se aparto un par de pasos de mi daga impertérrita y se acercó al desconocido.

Su figura era un ir y venir de luces que le dejaban un semblante borroso, pero conseguí distinguir que iba con los ropajes similares al criado que nos abrió la puerta y la vasija en un brazo.

¿Era un arcano infiltrado? ¿Y qué han urdido estos dos bastardos?


Mientras estaba allí paralizada, no pude más que recordar el día en que Quarrel y yo nos conocimos.

El cruce de espadas era un vaivén frenético, cada estocada acababa enfrentada con el chirriar metálico de la suya. Parecía como si ambas hojas estuvieran predestinadas a unirse una y otra vez, sin poder alimentar su sed de sangre.

Las miradas entre ambos podrían haber helado la estancia, bien sabíamos que de allí sólo saldría uno de nosotros con vida. Por fin, una pirueta hacia un tablón más alto me dejó en una buena posición para lanzarle un par de dagas, poco tardó en saltar al tablón y ponerse a mi altura, aprovechó el impulso para intentar que perdiera el equilibrio, tuve que alzar los brazos y aferrarme a un saliente del techo, juntar ambas piernas en el aire y asestarle una patada. Su pérdida de la situación con tremendo golpe le iba a costar la vida mientras sacudía la cabeza, si no llega a ser porque el saliente que me sostenía tenía otros planes para mí, haciéndome caer estrepitosamente, ni tiempo tuve para escupir el polvo que había levantado con la caída, cuando ya tenía mi yugular casi en el otro barrio.

Q- Para quién trabajas chico. Dijo entre jadeos y sin duda con el sabor amargo de su propia sangre en los labios.


No, no se había equivocado, yo era un chico a sus ojos y a los de muchos desde hacía años, no me quedaba otra por el gremio que me movía si quería hacerme respetar, no son muy bien bienvenidas las elfas de antiguo linaje y ciudades ya enterradas casi en el olvido para ciertos “menesteres”. Con el paso del tiempo, mi reputación ya consiguió hablar por si sola y pude ser Seda sin tapujos.

Nunca he estado tan segura de que las palabras que pronunciara en ese momento iban a ser la sentencia de mi vida o mi muerte, en esa fracción tan ínfima de segundo se me paso de todo por la cabeza, y estoy segura de que a él también. ¿Por qué no me ha matado directamente?...El combate fue la respuesta, ambos habíamos empujado al otro a los brazos de la muerte, un baile simultaneo con ella tras cada estocada, cada uno había acabado con sangre del otro en su piel, y eso quieras que no, había creado un vinculo mezclado entre el respeto y la curiosidad a la que creo que nunca nos habíamos enfrentado, hasta ese día.

S-Para el tuerto. Conseguí decir no sin esfuerzo y sin dejar de sentir como mi nuez rozaba su espada afilada. Arriesgarme con una mentira en esa situación sería una muerte aun más asegurada, con la distancia que separaba nuestras miradas, y el cariño que me había cogido su afilada espada, era igual que si yo misma me hubiera degollado.

La suerte estaba echada, todo a una carta, ahora solo faltaba ver si mi mano era suficiente para apostar mi vida.

El silencio que precedió antes de que viera reacción alguna fue eterno, le hubiera maldecido de mil maneras distintas por ello si hubiera podido…

Q-¿ese hijo de mala madre aun sigue vivo?, exclamó mientras separaba mi daga lentamente y yo notaba como el aire penetraba de nuevo en mí por fin.

Q- Pues dile que esta vez llega tarde. Mientras limpiaba su espada con el cuero de su pierna.

S- No puedo volver con las manos vacías, si conoces al tuerto sabrás cual es el castigo

Q- Y a partir de ahora tú sabrás otra cosa nueva…lo poco que me importa. Dijo con la más fría indiferencia

Hasta casi sonrío por dicho comentario si no llega a estar mi pellejo en juego…

S- En tu estado no vas a poder salir de aquí solo, ya habrán alertado a mas mercenarios y apenas puedes tenerte en pie. Hagamos un trato, salgamos juntos de aquí y repartamos los beneficios a medias.

Otra vez el dichoso silencio de respuesta que me quemaba por dentro…

Q- Con una condición… Quítate la máscara. Quiero ver el rostro de quien me ha dejado en este estado.

S-…

Ahora la del silencio era yo…Podría acabar por revelar mi identidad, conocía al maldito tuerto y podría tirar por la borda todo lo que había conseguido...y debía sopesar eso en una balanza donde al otro lado podría estar mi propia vida nuevamente…

S- ¿Y tengo tu palabra de que no saldrá de aquí?

Q- Si mi palabra te vale de algo, la tienes. Y date prisa, pocas deformidades van a asustarme ya.

Empecé desenrollado el pañuelo de la cabeza, lentamente, dando una y otra vuelta sobre mí, me sentía tan extraña, me desvelaba ante él tal y como era, me inundaba una inseguridad inevitable, pero no dejé que traspasara a mi rostro, y le miré fijamente cuando toda la mascara había caído al suelo…

El chico había dejado paso a una elfa de pura sangre, larga melena azabache con destellos azulados, le seguían sus ojos de un azul cristalino casi transparente, como si la luna llena la hubiera poseído para que fuera sus ojos allá donde fuera. Y su tez, su tez era el mar en calma, en una noche clara.

Ambos nos miramos en silencio, no podría determinar por cuanto tiempo, lo que sí sé, es que, desde ese día, no volvimos a separarnos.
Desde ese día fuimos una misma sombra en la oscuridad, y ahora, esa unión pendía de un hilo.



Volvía a estar paralizada frente a Réquiem y con Quarrel en paradero desconocido.

R-¿Puede respirar?

M- ¿Qué más da?

R- Quedamos en que ella viviría

M- Lo de asesino a sangre fría no es más que una frase hecha ¿no? Tranquilo, tendrás a tu gatita.Miro una vez más hacia el fondo de la sala destrozada,

M- va a ser una pena no ver la cara del gordo ese cuando vea su amada vasija falsa hecha trizas


-Deseo concedido….-


Esas dos palabras, esas dos únicas palabras, me sonaron a cantico divino, a gloria, arrgghh…deseé con todas mis fuerzas salir de esa maldita cárcel invisible y volver a ser su sombra mientras corría la sangre…

Quarrel tenía contra las cuerdas al arcano, bendita las sombras que lo habían sacado del cubil donde lo habían intentado sepultar.
Le hizo un gesto intimidatorio para que le diera la vasija y una vez en su poder sabia que aun podía tener más el control de la situación.

Q- Deshaz el hechizo, y como uses tu lengua para algo distinto hare trizas la vasija y te dividiré en los mismos trozos que se rompa.

R-¿Estás seguro? Dijo Réquiem dejando su daga en mi estomago, -a esto sabemos jugar todos Quarrel-.

Q-No te vas a atrever

R- Tengo más potestad de atravesarle esta daga hasta tocar su espalda que tú de poseerla.

Q- Ella eligió Réquiem, supéralo.


Los cristales cayeron en miles de trozos, y el filo plateado sesgo el viento como si lo abriera en canal para abrirse paso entre la distancia que los separaba, el hechizo que me apresaba se desvanecía por fin dejando ese efecto en escena.

Y las lágrimas carmesí brotaron de él…uniéndose a las del arcano, que ya no pintaba nada en escena, un poco más tardo la adrenalina y mis músculos adormilados a causa del conjuro en hacerme ver que yo también había colaborado al cuadro sanguinolento.

Quarrel abrió y cerró el plano de las sombras de un portazo para aparecer junto a Réquiem y asestarle un tajo que le marcaria toda la vida, una cicatriz que le cruzaría la cara, no era un golpe improvisado, no, no lo era, era una marca que no quería que olvidara, no pretendía acabar con su vida, no se merecía ese final, ya lo había convertido en personal y pensaba responder a dicha afrenta con la mayor de las humillaciones;

“recuerda, recuerda que pude matarte, que tú vida es mía, y que esa cicatriz que te cruza la cara siempre te va a trasladar a este día”


Se arrodilló ante mí observando el brotar de mi sangre por mi cuerpo, me tomo en brazos y se dirigió hacia la salida a toda prisa…

S- Espera… Ya no hay tiempo

Q- No hables.

S- Mi sombra…susurré buscando su mirada, pero no me concedió ese favor, pensaba que si ignoraba lo obvio no llegaría a pasar.

S- Ahora ya está en mano de los dioses de las sombras mi amado.

Q- Cállate de una vez…masculló tembloroso…

Pero en ese momento, el destello de una alocada idea nos pasó por la mente a ambos, esos pensamientos que solo se te pasan en estas situaciones, como el ateo que practica un rezo por primera vez un segundo antes de ver cómo le acecha la muerte

La vasija…

Era una locura, lo sabíamos, estábamos seguros, pero… ¿y si...?...

Volvió y me acercó a ella, la apoyó sobre mis labios y me hizo beber muy lentamente, tomé lo que mi estado me pudo permitir, antes de verter un poco más de sangre.

Posó su frente con la mía y acarició mi mejilla con su rostro levemente, para acabar en un beso de despedida que dejara fundirnos una vez más en uno antes de que la guadaña tenebrosa nos partiera por la mitad.

Cuando separo sus labios, vio que los míos ya no respondían, mis ojos ya no se abrían, y mi cuerpo caía como una hoja en otoño sobre sus brazos.

Se acabo…


La fina línea que crucé ese día, y lo que vi, producto de delirio o no, me lo guardo para mí, siento miedo, respeto, sobrecogimiento de atreverme siquiera a susurrarlo.


Y los ojos se abrieron, y el pecho volvió a tomar aire y las sombras nos acogieron de nuevo en su oscuro rebaño.

Pero algo cambió…


Nuestra semilla brotaba en mi interior y había estado a punto de perderla ese día, en esta vida, ese tipo de días eran incontables como estrellas hay en el firmamento.

Y la sombras nunca me hubieran perdonado no entregarles tremenda ofrenda, era especial, lo sentía, desde que nos miramos ese día, ellas sabían que esto debía pasar y así será.

Me alejé…perdí mi sombra, perdí mi compañero de baile en la danza sombría…


Aunque yo siempre he creído que lo que se une sin un atisbo de luz, siempre perdura, pues no hay nada más eterno y antaño que la oscuridad...


FIN.

(ya no os torturo más!! :P )



Avatar de Usuario
TanisHAnderson
Mas pesado que Rusillo con los Tejones.
Mensajes: 1280
Registrado: Mar Mar 06, 2007 6:00 am
Ubicación: alli... a la izquierda segun vas a la derecha y retrocediendo todo de frente... es decir... AQUI

Re: El antifaz de seda

Mensaje por TanisHAnderson »

:idea:
Ha molado!
Quarrel Alaounthus
Vildiara Selh,
Hazzim Abdiliare ;
Phineas Deepforest;
Elsara Fieldwhite
RellSham :mago:
Krugall Quiebratempanos
Reinhard Kane
Val Heleanor
Avatar de Usuario
varang
Oso Terrible
Oso Terrible
Mensajes: 239
Registrado: Mar Dic 26, 2006 6:00 am

Re: El antifaz de seda

Mensaje por varang »

Inspirador, muy bien, de verdad que sí :idea:

Aunque ya sabes qué opino de la oscuridad :P
Toda la oscuridad del mundo, jamás podrá apagar la luz de una velita.
Brenn / Elaras Nuelaf / Budd / Vulvayn / Deläggerson / Bakuh
D.E.P. Varang Grey, Naralas Nuelaf, Vulzart Klent, Jarol y Bandy. Víctimas del paso del tiempo.
Tymora
Vive aquí.
Vive aquí.
Mensajes: 5517
Registrado: Dom Dic 17, 2006 6:00 am
Ubicación: Templo de Argluna

Re: El antifaz de seda

Mensaje por Tymora »

Me remito a uno de mis post,

[youtube]f0Lj-1jXPVk[/youtube]
"Lanzadora profesional de bolas infernales"

LARGA VIDA A MIS ENEMIGOS PARA QUE SUFRAN CON MIS VICTORIAS
Responder