El mundo subterráneo de los no muertos

Los trovadores de la región narran la historia de sus héroes. (Historias escritas por los jugadores)

Moderadores: DMs de tramas, DMs

Responder
Tacirrano

El mundo subterráneo de los no muertos

Mensaje por Tacirrano »

- Créame, padre Zhóulonzh, es así como pasó.
El sacerdote, ya bregado en mil asuntos como aquel, le echó una mirada condescendiente al joven Raenor. Aunque confiaba en él, no dejaba de pensar que la historia era muy singular y que tal vez pudiera estar exagerándola. Así, le miró fijamente a sus ojos pardos y comenzó el interrogatorio de rigor:
- ¿Dónde dices que oíste hablar de las profanaciones?
- En Nevesmortas, señor. Allí había unos parroquianos de la posada donde me alojo que hablaban de que en Fuerte Nuevo habían amanecido varias tumbas del cementerio vacías. Uno era un guardia del templo de Lathander, y aunque el sacerdote de allí es un prepotente y un mezquino...
El clérigo del Salón de la Vigilancia le detuvo con un gesto de la mano.
- ¿Te refieres a Áshnar "El Humilde"? Tiene fama de lo contrario.
- En efecto, señor, pero el muy canalla se niega a sanar a muchas personas honradas que acuden al templo a pedirle ayuda, ni siquiera a cambio de dinero. A mí mismo me considera indigno de Lathander. ¡A un sacerdote de Helmo!
- ¿A dónde iremos a parar? -el veterano sacerdote negó con la cabeza, indignado-. Pero sigue contando, por favor.
- El caso es que estábamos allí el señor Freyn y yo. El señor Freyn es un elfo bastante aguerrido, y enseguida fuimos los dos para Fuerte Nuevo a investigar. Ya le conté que ayudé a expulsar a un necromante de Nevesmortas, y temía que hubiera huido allí, o que fuera un cómplice de su red.
El joven clérigo hizo una pausa mientras tomaba un poco del vino caliente especiado que le había ofrecido su superior al sentarse frente a él para informarle.
- Y al llegar, tras encomendarnos a la autoridad, fuimos al cementerio. Había varios sepulcros vacíos, y el guardia que allí estaba nos enseñó un agujero que se había abierto esa misma noche al ceder el suelo. Parecía un derrumbe sobre una galería que se veía desde allí, y el señor Freyn y yo bajamos por una cuerda hasta allá. Era una enorme galería, y varios cuerpos semidescompuestos nos atacaron. Había un poco de todo, algunos con carne sobre los huesos y otros simplemente esqueletos. Incluso había algunos mujy pequeños y débiles. Nos abrimos paso entre ellos pese a que mi fe se mostró incapaz de doblegarlos. Confieso mi fallo, padre Zhóulonzh, fui débil.
- Eres un sacerdote de Helmo, muchacho -le consoló el veterano-. Tu fortaleza o debilidad se muestra si abandonas tu cometido o si descuidas tu vigilancia. Siempre encontrarás a alguien más poderoso que tú y entonces se verá realmente la madera de la que estás hecho, y no será el vencer sino la forma en que encares la prueba, la que determinará si eres un hombre de verdadera fe. Pero continúa. ¿Vencisteis a los cadáveres de la cueva?
- Sí, padre. Les derrotamos sin duda, pero simplemente estaban custodiando un portal. Decidimos cruzarlo pese al riesgo que entrañaba, y aparecimos en una galería subterránea aún más grande, y por lo que ocurrió creo que no lejos de la anterior. Allí había un montón de no muertos, mucho más fuertes que los anteriores, luchando por derribar las puertas que les separaban del portal que habíamos cruzado. Comprendimos pronto que las derribarían, y Eowaran, el señor Freyn, lanzó contra ellos una lluvia de flechas mágicas que, al golpear contra sus huesos, los enfriaba de tal forma que los quebraba. Yo no tenía ningún arma similar, y me tuve que conformar con mirar hasta que algunos de aquellos seres se liberaron de su prisión y llegaron hasta nosotros. Había varios gigantescos, como si fueran esqueletos de ogros o incluso gigantes, y otros que llevaban la muerte escrita en los ojos. He de confesar que esa mirada me helaba la sangre en las venas.
El sacerdote hizo un par de anotaciones con la pluma sobre un pergamino mientras Raenor hablaba, para interrumpirle finalmente.
- ¿Y vencisteis a esos esqueletos gigantes?
- Debo admitir -el pesar se reflejó en su semblante mientras hablaba- que no pude con ellos. Por dos veces me derribaron. Una de ellas el señor Freyn logró arrancarme de sus garras, pero la segunda ni sé lo que ocurrió. Uno de los gigantescos esqueletos me golpeó con su puño y perdí el conocimiento mientras intentaba persuadir a mi compañero de que debíamos marcharnos para alertar en el pueblo. Y ya no recuerdo más de lo sucedido en la cueva.
- ¿Entonces? Me interesa mucho lo que me has dicho que pasó después. ¿Dónde despertaste?
- Desperté muy dolorido en un lugar frío, padre. El lugar estaba cubierto de hielo, y el señor Freyn estaba conmigo. Le pregunté qué sitio era ese y me dijo que no lo sabía, que habíamos aparecido allí. Y luego fue cuando le vi.
- ¿Cómo era? -Al fin habían llegado a la parte mollar de la historia, y el sacerdote estaba impaciente.
- Señor, como las estatuas. Un hombre enorme, más grande que cualquier gigante, en una armadura completa. Su semblante era increíblemente sereno, y parecía estar pendiente de todo lo que ocurría, como si todo lo observase. Me sentí inmediatamente bien, y mis heridas y contusiones dejaron de dolerme. Entonces fue cuando la verdad se abrió paso a mis ojos, y lo identifiqué: era mi señor Helmo, estoy seguro. Me arrodillé ante él.
Algo incrédulo, el superior interrumpió a su novicio.
- ¿Cómo estás seguro de que era él?
Sin dudarlo, le contestó con esa mirada de ferviente confianza que había visto tantas veces cuando hablaba desde el púlpito. Era la mirada de la fe, la mirada del que no duda.
- Es algo inefable, como dicen en las clases de teología. Lo sé, no puedo explicarlo con palabras. Era él. Nos felicitó por el esfuerzo y nos devolvió a Fuerte Nuevo. Cuando volvimos al cementerio el agujero se había cerrado solo, parecía haberse colapsado.
El resto del interrogatorio fue breve. Al irse, Raenor dejó a un inquieto clérigo pensando en lo que había oído. Si Helmo intervenía de aquel modo en los asuntos mundanos es que algo estaba a punto de ocurrir. Algo serio. Y por mucho que la crisis de Fuerte nuevo estuviera resuelta, la imagen de los no muertos golpeando las puertas que les contenían no dejaba de asaltar su mente. ¿Qué pasaría ahora?
Yergal

Re: El mundo subterráneo de los no muertos

Mensaje por Yergal »

Muy bien! asi me gusta! gente respondiendo al foro y publicando las historias! sigan asi! :D
Tymora
Vive aquí.
Vive aquí.
Mensajes: 5517
Registrado: Dom Dic 17, 2006 6:00 am
Ubicación: Templo de Argluna

Re: El mundo subterráneo de los no muertos

Mensaje por Tymora »

No vale amenazar con Mp para que lo hagan.....

xD
"Lanzadora profesional de bolas infernales"

LARGA VIDA A MIS ENEMIGOS PARA QUE SUFRAN CON MIS VICTORIAS
Responder