Hazzim Abdiliare

Los trovadores de la región narran la historia de sus héroes. (Historias escritas por los jugadores)

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TanisHAnderson
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Re: Hazzim Abdiliare

Mensaje por TanisHAnderson »

Capitulo 3 Una digestión... eficaz?

Langosta, una pierna de jabalí, filetes de oso, potaje, un filete de salmón, una barra de pan, dos botellas de leche y de postre arroz con leche. Ese era el menú que se desplegaba en la mesa que compartían, y la mayor parte del menú acabaría al final de la cena en el estomago del bardo.
Una cena tranquila y charlando. Como siempre Hazzim, prefería compartir una comida con alguien a comer solo. Y aun más si la compañía mejoraba la cena.

Al terminar de cenar sintió el estomago revuelto, se llevó ambas manos fugazmente al vientre y declinó la proposición de sus acompañantes de un viaje a Felbarr .
Salió tambaleante del salón del Cantor encaminándose a su habitación y se apoyó en la pared, mientras respiraba hondo y emitía un quedo gemido.
Avanzó un par de pasos antes de la primera arcada… Subiendo por la garganta, quemando,…
Echó una breve carrera hacia un lugar apartado del pasillo y apoyó ambas manos en la pared mientras se inclinaba hacia delante.
Un nuevo dolor le previno de la arcada y esta vez, tras cerciorarse rápidamente de que no había nadie mirando, vomitó.
Un pequeño hilo de liquido verde cayó sobre la madera del suelo… y enseguida empezó a sisear ennegreciendola.
Hazz se pasó el dorso de la mano enguantada por los labios, para quitarse cualquier resto.
Durante unos minutos observó el pequeño estropicio. Echó una ojeada al lugar y movió una aparatosa planta con maceta al lugar donde ahora la madera tenía un carácter negruzco.
-Selune... –musitó mientras se alejaba y entraba en su habitación.

“Una buena digestión merece de tres cosas: tiempo, reposo y..” La juguetona voz de Arlissa resonaba con fuerza en su cabeza. En esta ocasión el bardo había intuido la respuesta… pero aun así… no había adivinado como se iba a manifestar… ni el mal sabor de boca que le dejaba.
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Re: Hazzim Abdiliare

Mensaje por TanisHAnderson »

Capitulo 4. Cuestión de medirse.

Pesaba! Mucho! Tal vez incluso demasiado.
Hazz tiró con fuerza tratando de aupar la carga sobre sus hombros. Los músculos restallaban en latigazos de dolor por el esfuerzo y la tensión a la que se estaban sometiendo.
El muchacho resopló una vez más, dejando en el aire una tenue nube verdosa que disipó rápidamente, y reintentó su gesta.
Dejó caer con estrepito el saco, causando un leve estruendo por el cual, un enano y un humano, que trabajaban allí, le dirigieron una recelosa mirada.
Hazz sonrió a ambos como si tal cosa y miró nuevamente el abultado saco. Quizás , y solo quizás, se había excedido un poco cargándolo.
En los últimos minutos había oído un leve susurro entre el enano y el humano, que acabó en una risotada por parte de ambos mientras le miraban de reojo.
Hazz no había entendido muy bien el por qué de esas risas y miradas burlonas. A fin de cuentas… solo estaba llenando un saco con cobre.
Se revolvió el pajizo pelo mientras pensaba en la mejor forma de alzarlo. Tras un largo minuto sonrió tras resolver su propio acertijo. Se frotó las manos, agarró el saco con ambas, flexionó un poco las rodillas y…
- Una...dos… y ….!
Dio un brusco tirón y aupó el saco pasándolo por encima de sus hombros, lo asentó y recobró el equilibrio.
- Buena luna nos de Selune!- dijo despidiéndose de los otros dos trabajadores que habían cesado en su labor de picar las vetas y se alejó tarareando una tonadilla enana que había escuchado recientemente en la taberna del Dragón.

El enano miró un instante su saco, a su buey y finalmente al humano, quien había hecho exactamente lo mismo.
- Oye.¿ Cuánto crees que había metido en ese saco?
- ¿Mil libras?
-¿Tantas? No, por Moradin. Yo calculo que eran sobre 800.
- Bueno ahora que lo dices quizás…

Y así, minutos despues, mientras el bardo fundía el cobre, enano y humano llegaron a la cifra de que el joven había cargado como mucho unas 300 libras.
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Re: Hazzim Abdiliare

Mensaje por TanisHAnderson »

// Bueno deuda que tenia pendiente con Marcemar. Con el tiempo ha estado guardado el doc en mi carpeta de "pendientes" y no recuerdo ni al 90% de los participantes (y eso que eramos bastantes, asi que mis disculpas)


Interludio: El relato de las 8 patas

Sentado en el Cantor una figura permanecía sentada en una mesa apartada y tranquila. Un largo pergamino, un tintero y una pluma reposaban sobre la mesa a la espera de su uso. La mano de la figura cogió la pluma, empapó la punta en el tintero abierto y corrió veloz sobre el pergamino.

“El rugido. Sonoro, contundente, atroz…
El joven bardo suspiró resignado mientras se llevaba una mano al rugiente estomago al cruzar el puente hacia el ascenso a Sundabar.
Un nutrido grupo de personas aguardaban alrededor del pequeño campamento de Cold. Todos permanecían como inquietos, aguardando.
Hazz sacudió las alas cobrizas y las plegó a la espalda mientras se acercaba a saludar… y a ver que sucedía.
Entre charla y charla se fue desgranando el hecho de la reunión improvisada. Al parecer un grupo de aventureros había partido hace dekhanas, a un lugar en lo profundo del desierto, y solo dos habían regresado en busca de ayuda para rescatar al resto del grupo, presuntamente petrificado.
Ahora el nuevo grupo se había reunido en Sundabar para emprender la marcha bajo la guía de los dos supervivientes.
Con idea de ir veloces decidieron partir en caravana a Nevesmortas y desde allí hacer trasbordo a Bifurcación.
Con uno o dos escasos problemas, el viaje transcurrió medianamente raudo y descansado, hasta que finalmente todos los viajeros se encontraron nuevamente reunidos frente al Descanso de los Paramos.
Ahora era el momento de que los nervios aflorasen, de que el temor diese su punzada.
Si el viaje debia proseguir todo el camino marcado señalaba cruzar un único emplazamiento: Ascore. Ciudad de Umbras, ciudad de sombras, de antiguos y malos presagios.
- Ah, no. Yo conozco otro camino por lo profundo del bosque. – dijo el mediano que guiaba junto con el humano la expedición de rescate.
- Otra vez por ese camino? Ah, no. – protestó el humano
- Un camino a través del bosque? Seguramente sea mejor que cruzar esa ciudad.
- Oh, si! Solo hay arañas. Aunque muchas! Venid!

El grupo avanzó a través de arboles que se apretujaban entre si cortando el paso. Con esfuerzos de unos y apoyo de otros, se fueron internando poco a poco en la espesura del bosque.
Hebras y hebras de hilo de araña comenzaron a aparecer por doquier. Telarañas que iban de árbol a árbol. Inmensas redes, dignas de los barcos pesqueros.
Finalmente el bosque dio paso a un amplio claro igualmente atestado de telarañas y restos de lo que en algún momento habían sido animales u alguna otra criatura que había caído presa de una de esas pringosas redes.
Al poco de comenzar cruzar el claro, la quietud se evaporó. Cientos de arañas pequeñas y grandes comenzaron a aparecer de todas partes. Del suelo, de los troncos de los árboles, descolgándose desde el elevado ramaje…
La batalla se inició. Acero y magia se combinaron para dar fin a la mayor parte de las ponzoñosas criaturas. Y tras unos largos minutos la contienda finalizó al retirarse los aracnidos tras sufrir numerosas bajas.
- Están todos bien? – preguntó la clériga de Lathander.
Unos y otros respondieron con sus más y sus menos mientras se atendían las heridas de algunos y se proporcionaban los alivios para la ponzoña de algunas heridas.
Sin embargo, de repente y sin previo aviso, algo tapó el Sol durante unos segundos.
Hazz alzó la vista al cielo mientras desajustaba la cincha y fugazmente la posibilidad de un dragón surcaba su mente. No, no había notado ese cosquilleo a lo largo de la espalda, sea lo que fuese no era un dragón.
Era…
- Atrás! Cuidado!
Ocho enormes y largas patas de dura quitina tocaron el suelo. Aun alzando la vista, a duras penas se podía discernir donde acababa la monstruosa araña que acababa de aparecer desde las alturas.
Enorme, con colmillos que bien podían competir con el largo de Esmeralda, arma que fue nuevamente sacada de su vaina para hacer frente al horror arácnido.
Golpes, conjuros, gritos de horror, auxilio y ánimos. Todos se entremezclaron en una ardua lucha contra la colosal araña. Las armas de unos rebotaban contra la dura quitina, las de otros apenas si hacían arañazos. Quizás Selene quiso que ese día el grupo fuese salvaguardado por los esfuerzos de Dana, la clériga de lathander. Con su arma e imbuida por la gracia de su deidad parecía la única capaz de hacer el suficiente daño a tal monstruoso adversario.
Finalmente la araña se retiró tras sufrir múltiples daños y pese a todo fue lo suficiente fuerte y ágil como para dejar atrás el suelo y encaramarse nuevamente a las alturas.
- Vamos, vamos! Sigamos y salgamos de aquí.

Cansados y malheridos el grupo llegó al desierto. Del húmedo bosque al sofocante calor. Quiso la fortuna que el viaje a través del desierto hasta el Oasis bedin fue rápido, liviano y seguro.
Y hasta aquí es donde este bardo sabe la historia pues como prosiguió el rescate es algo que solo Selune sabe”

- Ya-ha! – exclamó mientras levantaba la pluma del papiro. – Quizás debería preguntarle a Dana por como siguió todo. Hm.
Un carraspeó hizo que el joven bardo alzase la vista del pergamino. Varios de los reunidos en el Cantor le miraban tras su grito de euforia.
- Perdón, perdón! – Alzó una mano mientras con la otra se afanaba en enrollar el pergamino – La cena! Lo de siempre!
Minutos después el joven bardo iniciaba su cena y el pergamino con la historia permanecía guardado junto con otros muchos… y más que estarían aún por escribirse.
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Re: Hazzim Abdiliare

Mensaje por egbertus »

uff te felicito por la historia, muy bien la verdad me ha encantado.
dana patson

Re: Hazzim Abdiliare

Mensaje por dana patson »

Hu ! Gracias esta muy Bueno tu Relato ^_^
:mrgreen:
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Re: Hazzim Abdiliare

Mensaje por TanisHAnderson »

Capitulo 5: Cosas de escamas, colmillos, garras… y alas.

Las dekaanas pasaban veloces, los meses transcurrían con fluidez… y los viajes aquí y allá no cesaban.
Había visitado a Arlissa en innumerables ocasiones en los últimos tiempos.
Suhaila se había ido de viaje y el resto del grupo seguía con la firme determinación de crear un grupo de aventuras… no era mala idea, pero habría más líos que aventuras seguramente.
Quizás por eso, quizás no, Hazz había preferido ausentarse cada cierto intervalo de tiempo, para emprender la marcha. Estela, Tensei, Hidan, Suhaila,… Todos quedaban atrás cuando el bardo iniciaba su viaje.
Fueron meses de entrenamiento, conocimiento y meditación… meditación en la medida de lo posible para el inquieto bardo.
Junto a Arlissa había ido conociendo historias, leyendas, a ella y a si mismo.
La memoria de Hazz le llevaba a menudo a tiempos pasados, cuando solo los sueños semejantes a enigmas envueltos en pesadillas le atenazaban.
Los viajes y el tiempo le habían ido abriendo los ojos, le habían enseñado.
Escamas cada vez más recias y consistentes cubrían su piel, los colmillos se habían vuelto en pocos meses más largos y afilados. Y ya había cejado en el intentó de mantener cortas sus duras uñas.
El entrenamiento y el tiempo, quizás los viajes, habían fortalecido el cuerpo del muchacho. Había ganado peso y si bien no destacaba por su corpulencia, sus músculos se habían endurecido sobremanera. Lo que no cambiaba en la última dekhana y media era el dolor. El punzante y lacerante dolor que le recorría la espalda. Parecía agarrotada en ocasiones, pulsante en otras.
Cuando le preguntó a Arlissa sobre ello, la dragona simplemente le miró con picardía antes de dar su enigmática respuesta…
- Deberás ver las cosas desde otra perspectiva para comprender ese dolor.
El joven se revolvió el pelo pajizo ante la nueva respuesta incomprensible.

Días después emprendió el viaje regreso a la Marca. Un viaje eterno… cada pocas horas tenía que reposar, dado que andar le conllevaba un dolor en la espalda, que con el esfuerzo acababa siendo insufrible.
Pero finalmente regresó. Regresó para llevarse un par de sorpresas.
La primera fue el encuentro con Tensei y Estela. La siguiente el obtener la dolorosa respuesta a su dolor.
Como una explosión interna, la piel de la espalda del bardo se rasgó y este emitió un profundo alarido de dolor.
- Tensei, sujétalo!
Ambos elfos aferraron al joven, ya hincado de rodillas, de los brazos con el fin de tranquilizarlo y aferrarlo.
Un brusco movimiento, catapultó a Tensei por los aires, al llegar una nueva ráfaga de dolor al cuerpo de Hazz. El rasgar de una tela al ceder se escuchó entre los gruñidos de dolor. Por primera vez, dos alas de matices cobrizos, reflejaron la luz del sol de aquella tarde.
Dos alas cobrizas, débiles aún, brotaban ahora a través de una ropa rota y ensangrentada. Y Hazz se desplomó como un fardo sobre el suelo.
-Llevémoslo al Hospicio. Necesita descansar. – creyó entreoír las palabras de Estela poco antes de que perdiese completamente el conocimiento.

Unas buenas horas después…
… Hazz se incorporaba del camastro, vestido con una corta y raída ropa, cortada por la espalda, por la cual emergían dos alas de gran envergadura.
Con algo de esfuerzo el joven bardo las trató de mover con pocos resultados.
Miró a su alrededor y un enano le observaba entre temeroso y compasivo.
Hazz sonrió y el enano le tendió un pergamino, mientras murmuraba que sus cosas estaban en el cofre.
La caligrafía elfica, elegante a la par que fuerte, era de Estela. Leyó las líneas del escueto mensaje y suspiró.
- Todo en su momento. – dijo mientras pasaba la mano por la improvisada vestimenta- Antes necesito ropa adecuada.
Bajó de un salto del camastro, recogió sus cosas, cuidadosamente guardadas en el cofre, y emprendió el camino hacia Sundabar despacio. Y no por que le doliese la espalda, si no por que ahora… Andar no sería seguramente la única forma de ver con perspectiva el camino.
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Re: Hazzim Abdiliare

Mensaje por TanisHAnderson »

Intervalo- Razonamientos, Narrativa y Espada.

“Balancear el filo. Alzarlo sobre la cabeza. Inclinar la hoja hacia delante. Golpear con un rápido sesgo y retroceder un medio paso para recobrar al defensa.”
Gotas de sudor se deslizaban entre las refulgentes escamas de cobre. Una y otra vez el mismo ejercicio. Una y otra vez el mismo movimiento.
Si, el tiempo había pasado veloz en los últimos meses, fue por el mero hecho de que aquí y allá todo se juntó. Entrenamiento, canciones, estudio, tabernas, aventuras…
Sacudió las alas y las plegó a la espalda. Las gradas de la Arena permanecían desiertas.
Sin duda era un buen lugar para recitar. La conformación oval facilitaba la proyección de la voz.
“Balancear el filo. Alzarlo sobre la cabeza. Inclinar la hoja hacia delante. Golpear con un rápido sesgo y retroceder un medio paso para recobrar al defensa.”
El estomago protestó por la falta de alimento. Sobrepasado en buena hora el momento de la comida, pero pese a ello persistía en sus acometidas.
Era temido por desconocidos y respetado por los contrarios. Si bien la ascendencia del discípulo marcaba su físico, era su jovialidad y carácter lo que remarcaba lo que le rodeaba. Bromista incurable, charlatán cual buhonero…
“Balancear el filo. Alzarlo sobre la cabeza. Inclinar la hoja hacia delante. Golpear con un rápido sesgo y retroceder un medio paso para recobrar al defensa.”
Esmeralda sesgó el aire y la punta se hundió en la Arena.
Jadeos. La fatiga era algo, por muy variopinta que fuera su ascendencia, que lo unía por igual al resto de seres.
La arena se levantó cuando el joven bardo se desplomó sobre ella, tratando de recobrar poco a poco el aliento. Inspiró hondo, o al menos todo lo que pudo y…
-YA-… - el resto de la exclamación, quedo falto de aire para ser expresada.
Una mano aferró nuevamente a Esmeralda. La hoja brillaba con fuerza, la luz verdosa envolvía poco a poco los alrededores cada vez más faltos de luz por el cercano anochecer.
Sonrió sin apartar la vista de la inscripción de la hoja.
- Balancear el filo. Alzarlo sobre la cabeza. Inclinar la hoja hacia delante. Golpear con un rápido sesgo y retroceder un medio paso para recobrar al defensa.
Con un movimiento devolvió el arma a su vaina y bufó, exhalando una pequeña neblina verdosa que se disipó veloz.
Narrativas, aventuras, debates, enfados… y bromas.
Era hora de una buena cena a manos de Eli… y la imagen de la tarta se dibujó con claridad en la mente del joven, borrando el resto de sus pensamientos.
Había que entrenar el cuerpo, pero el alma era algo que se entrenaba mediante la música, la narrativa… y una buena cena compartida con algunas risas por medio de la historia.
Minutos después, los portones se cerraban dejando una Arena medio sumida en la oscuridad… con una pequeña nubecilla verdosa aun disipándose por el tenue viento nocturno.
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Re: Hazzim Abdiliare

Mensaje por TanisHAnderson »

Inspiración y Homenaje.

-Ya-ha! - el bardo extiende las alas y se levanta de un salto para salir corriendo de las dependencias de la Guardia.

Varios compañeros sonríen entre si mientras el Capitán gruñe por lo bajo al ver al joven bardo saliendo a toda prisa y casi atropellandolo.
- No se si preocuparme o salir corriendo tras el ahora mismo. Nunca es bueno cuando sonríe y grita eso. - Musita y niega tras el portazo propiciado por Hazz al cerrar la puerta.

Que decir... a los pocos días una canción suena y resuena en el Teatro, por los caminos y por donde el joven bardo pase...


No importa si eres Mago o Barbaro.
De Argluna o de otro lao.
Aunque seas un guerrero o un picaro
Más de una vez te han liao.

Bastan solo 3 palabras
Para cuestionar tu honor
Sueltas un “mecagoenlaostia”
Y te embriagas de valor

No hay huevos - de poner el culo en pompa ante Tigre Rojo
No hay huevos - de poner el culo en pompa ante unos Umbras
No hay huevos – De comer 6 Amanitas sin echar la pota
No hay huevos – De echar un grito en la Cripta de Adbar

Todos te ven como un tío muy normal
Con capacidad y formal
Que no te llamen gallina ni tejón

Bastan solo 3 palabras
Y una poción de Fuerza de Toro
Te engorilas y ahora eres
Más valiente que un Caballero de la Legión.

No hay huevos - De jugar al Pilla-pilla con los Adeptos
No hay huevos - De ponerte en cueros ante Hoscaluz
No hay huevos – De colgarte de los cuernos de Tulrun
No hay huevos – De robarle el chocolate con bollos a Tuii
No hay huevos - De gritar un Viva la Nigromancia en Nevesmortas.
No hay huevos - De gritar viva la Luz a los Sharitas
No hay huevos - De bañarte en el plano de Fuego.
No hay huevos – De pasear solo con capa por el Palacio.
No hay huevos – De hacerte una visita a Menzoberranza a pelo.
No hay huevos – De saludar los gigantes de hielo
No hay huevos – El camino al Oasis de espaldas y sin mapa.
No hay huevos – De meterte contra un Phaerrim tu solo.



//Por desempolvar y hacer la gracia que hace la de diox que no hago un relato :twisted: y por el Reno!
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Re: Hazzim Abdiliare

Mensaje por Silvanus »

... Tremendamente poético, debo decir. Me has llegado al alma :P
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