Escarlata

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Mystra

Re: Escarlata

Mensaje por Mystra »

//Buenos relatos :). Esta noche a partir de las 20:30 es probable que continuemos.
QM-Oghma

Re: Escarlata

Mensaje por QM-Oghma »

Tatiana habia estado de viaje, pero al aproximarse de nuevo a la villa de Nevesmortas se dio cuenta de algunos cambios. Era extraño, los guardias maltrechos corrian arriba y abajo, en el aire olor a quemado.

Dentro de la ciudad aun era mas espectacular; pilas de cadaveres, aventureros sufriendo las quemaduras en sus carnes, edificios en ruinas y un sinfín de caos, dolor y sufrimiento.

La sacerdotisa de Loviatar se mordio el labio inferior, mientras un hormigueo placentero le invadia.

¡¡Dolor, sangre, sufrimiento, muertes!!

Lastima que no era obra suya o de su diosa... Aun así, en sus pensamientos dio las gracias al bastardo que habia hecho esa obra de arte.

¡¡Gracias seas quien seas!!
Mystra

Re: Escarlata

Mensaje por Mystra »

A Nevesmortas llegan dos carros tirados por caballos apunto de morir. En la entrada norte se detiene y se apea un grupo de gente malherida y destrozada. ¿Qué ha sucedido?
hitman007

Re: Escarlata

Mensaje por hitman007 »

Quería viajar al norte pero me encontré con un montón de personas refugiadas, pensaba seguir derecho pero pare al escuchar que de un Orbe aparecieron criaturas demoníacas, a lo mejor tenia que ver con los ataques en Nevesmortas.

las probabilidades no eran muy altas, pero no se perdía nada, le dije a los refugiados si tenían un mapa para guiarnos y llegar al lugar, ahí apareció ese señor Smith, uno de los refugiados ofreciéndose para llevarnos al castillo, esperamos unas cuantas horas para formar un grupo numeroso y de ahí partir.

Llegamos en carreta hasta bifurcación y de ahí el señor Smith nos guió por medio del bosque hasta una entrada secreta de aquel castillo. Para entrar fue un problema, nadie se ofrecía, ¿todos teníamos el mal presentimiento tal vez?, no lo se, yo solo entre pensando en mi objetivo, averiguar algo.

Al entrar Lany y otra persona se fijaron que nos encontrábamos en medio de un campo anti magia, temblores se sentían por todas partes, las tablas del puente eran débiles al sentir el peso de tantos, por eso mismo cruzamos de a pocos.

Al terminar el camino vi una señorita sentada en el suelo y sangre a su alrededor, un poco tosco la mande a callar antes de pasar frente a ella por temor de que gritara y alertar los demonios que no sabíamos donde se encontraban, aun así grito y nuevamente le mande a callar, cuando vio el resto del grupo noto que eramos de ayuda y no mas demonios.

Esa mujer se presento como la hechicera del Conde Lughoz dueño del Castillo y nos expreso que era su responsabilidad guiarnos atreves del castillo abriendo las defensas y nosotros poder llegar al asunto.

ya los siguientes recuerdos que tengo ahora son borrosos y fraccionados, olvide por que fui durante la batalla, demaciadas cosas extrañas que no había visto si no en libros, solo recuerdo unas runas de protección y luego otras al parecer de un Baatezu, vomite en una fuente, ver unos gordos asquerosos, estar mirando al techo con un dolor inmenso por todo mi cuerpo y luego despertar en Sundabar con el mundo dándome vueltas, Según lo que me dijo Sorfitirth vimos un diablo gigantesco que lanzo una bola infernal, Supongo que estoy vivo de milagro, ahora solo estoy muy molesto por no saber si encontré algo importante, me siento como si fuera a una letrina por algo y luego olvidar que quería hacer.

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Mystra

Re: Escarlata

Mensaje por Mystra »

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Hoar

Re: Escarlata

Mensaje por Hoar »

//Ala ala! que despliegue!! sangre, bichos y tías medio en bolas! quién da más?

(ahora me tocará a mi limpiar el castillo)
Requiem

Re: Escarlata

Mensaje por Requiem »

//Espero que os guste. Mi personaje, Ilfirin Elen, sufrió un ataque que casi la lleva a la muerte, y perdió bastantes recuerdos de la aventura, pero he querido aprobechar para hacer algo distinto. Se que solo el principio se enfoca un poco en la historia pero creo que quedó bien. Si no gusta o creen que está fuera de contexto, pido disculpas.

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Recuerdos

…El fuego abrasa mi piel. El brillo de una explosión me hace volar por la habitación lentamente, y caigo al vacio. Despierto. Aparezco en una habitación rodeada de cuerpos descuartizados y mugrientos, parece haberse librado una batalla días atrás, los cuerpos son devorados por ratas que mirándome, mastican los restos de tripas y mutilaciones. Me hace vomitar…, me mareo y caigo en un charco de sangre con media cara sumergida, solo pienso en mi hermana, en Eternoska; una luz deslumbra mis pupilas y… vuelvo a Despertar. ¿Dónde estoy? Me pregunto incesante sin abrir aun los ojos. Hay ruidos a la lejanía, gritos de mujeres y hombre. Inicio a levantar los parpados que paralizados por el terror, pesan… Logro ver un grupo de hombres y mujeres luchar, y entre ellos, mi pequeña hermana. Corro para salvarla pero por más que lo intento, no logro alcanzarlos, mis piernas parecen torpes y la distancia aumenta con cada paso. No los alcanzo y veo morir uno a uno. Lloro, grito, me descompongo. Silivren muere, brotando de mi pecho sangre de su sangre, impregnado el vestido… Despierto. Estoy acompañada, mojada de tierra húmeda y las manos sucias. Veo una mujer, parece desconsolada, meciéndose arrodillada en el suelo. Me acerco.

- ellos vendrán, ellos vendrán… moriremos todos… moriremos… si… - musita entre sus piernas. Me da miedo pero intento tranquilizarla.

- todo saldrá bien… todo saldrá bien señora, pero… ¿a qué teméis? – le susurro agachada junto a ella acariciando su pelo. Su rostro levanta lentamente, la mirada en blanco fijamente parece poder verme.

- Mo…ri...reis….. ahhhhh….- Exhala sus último aliento y sus comisuras se desgarran sangrando por la forzada risa en su rostro. Tiemblo, me caigo del terror, me arrincono en una esquina y contemplo la sala poco iluminada… profunda y con animales muertos colgando de la pared. Estoy sola... Miedo.





Todo un mundo de terror abordaba mi mente, la locura se prolongaba, y no lograba despertar. Pero abrí los ojos… y ahí estaba sonriente a mi lado, Silivren, abrazando mi mano.

– Sabes que siempre estoy para ti, hermana. Ya pasó todo, te pondrás bien. He de irme, volveré con flores. –


Se marchó, abandonando la habitación con una sonrisa. Solo pude mirarla, el cuerpo me pesaba y la cabeza apenas la pude mover, me volví a dormir. Pasaron las horas, la lluvia golpeaba los cristales y la noche dio paso al día. Desperté descansada y relajada, no tuve pesadilla alguna. Me puse de pie para mirar por la ventana. Los hombres y mujeres de la ciudad arreglaban la villa, el martilleo y las maderas serrándose adornaban el sol que por la ventana acariciaba mi rostro; parecía un bonito día. Observé al fondo un espejo y la curiosidad me corroe, ¿qué aspecto tendré? Me cuestionaba. Me dolía la cabeza y contusionado el cuerpo.

Un ojo morado, la frente enrojecida. Levanto un poco el camisón, y la pierna amoratada y cortada. Miro mis brazos y decido dejar de mirar; no entendía nada, pero por algo debió de suceder. Cansada, me tumbé en la cama y miré al techo, intentando recordar, pero parece que la mente se protegiese de esos malos momentos guardándolos de mí. Llamaron a la puerta.

- ¿Sí?

- Señora, el desayuno.


- Pase, pase.

- Ah… buenos días señorita Elen- contestó una amable anciana vestida de sirvienta que entraba con un carrito con comidas y unas jarras calientes - amaneció un buen día en Nevesmortas, ¿no es cierto? Sabía que estaría hoy bien. Los dioses nos premian con su mejor cara por su despertar- Sonreía ampliamente – ¿Desea unas pastas? ¿tal vez algo de pan?


- Unas pastas.

- Ah... muy bien, y ¿de beber? ¿leche? ¿algo de té? – Preguntó mientras preparaba unas pastas en forma de margarita.


- Un poco de té con media cucharada de azúcar, por favor.

- Muy bien… - trabajaba alegre y se hacía distraído a la vista -.


- Perdone… sabría cómo he llegado y aun mas importante… ¿cuánto tiempo llevo… aquí?

- Ah… una catástrofe chiquilla, una catástrofe… - me sirvió una bandeja en la cama con lo que había pedido elegantemente y contaba con cara de tristeza – últimamente solo pasan desgracias… ay… que vida esta… Resulta que llegaron por la noche, aporreando la puerta de la casa. La guardia se sobre saltó pero al ver sus cuerpitos todos manchaditos de sangre, y al veros el rostro, rápidamente os trajeron aquí y avisaron a la dama para que ayudase en lo posible con los preparativos. Mi señora estuvo preocupada por vos y su hermana, e incluso y el señor Merlinius también llegó, aunque parecía consciente. Llegaron los médicos y estuvieron limpiando y curando vuestras heridas. De esto hace ya… lo menos… dos dekhanas.


- Llevo catorce días… durmiendo… - Me impactó la noticia -.

- Si si si… sois una elfa muy dormilona señorita Elen… - Sonreía bromista -.


- Si bueno… jeje… ya lo decía madre, Ilfi, que la vida son 4 días y te vas a llevar 3 en la cama.

- Bueno… señorita, descanse. Ahí tenéis la campanita, cualquier cosa llámeme. – Salió del cuarto cerrando suavemente-


Comí algunas pastas, algo de té y terminé llevándome las pastas a la boca ayudada por la magia, me distraía y relajaba un poco. Pasaron las horas, el servicio de la casa me cuidó y ayudó a limpiar el cuarto más tarde, y a medio día decidí sentarme a escribir a la orden de arcanos un escrito sobre lo sucedido. Lo malo es que no recordaba nada, solo las pesadillas y parecían inverosímiles con la realidad. Que contarles, - si miradme, algo muy malo sucedió, mirad que moratones…- se reirían de mi. Estuve un rato intentando escribir algo y me distraje jugando a hacer levitar la pluma con solo un dedo cuando tocaron la puerta muy flojito. Llegó Silivren acompañada de Alba, la pobre chica sin alma, pero llegó radiante, alegre, ¿por qué sonreía? ¿No estaba desalmada?
- ¡Ilfirin!, ¡alegría poder verla y saludarla! – Me comentó Alba alegre.

- Hola hermana.
Me recibieron con un fuerte abrazo las dos, acompañado de besos.
- Hola Alba… veo que recuperasteis la cordura, ¿no es cierto?

- Así es, gracias a vosotros. – Asintió contenta.


- Si, jajaa, gracias a la graaaan ¡Ilfirin Elen!, y su hermana pequeña- Susurró bromista-

- Jajaja… bueno no será para tanto… pero… la verdad… no recuerdo nada chicas.


- ¡¡¿Nooo?!! – Respondieron a dúo.

- Ahá… nada de nada…


Las horas transcurrieron, contándome las aventuras que corrimos ese día. Alba parecía haber captado con gran sutileza, a pesar de su incapacidad, todo lo sucedido y lo contaba con mucho énfasis. Silivren sonreía y remarcaba lo que Alba, con épica soltura, contaba como los bardos cuentan las mejores historias de miedo, y aunque la mente me jugó, mientras dormía, malas pasadas con las pesadillas, la realidad poco difería...


Más de un siglo de vida y tanto mundo que recorrer… Estoy madurando.


* Diario personal de Ilfirin Elen, “Hilos de Mystril” *
chiumanga

Re: Escarlata

Mensaje por chiumanga »

Del diario de Amendur, monje recien llegado a la villa:


Paseaba por el centro de la villa observando las tareas de reconstruccion cuando apareció corriendo Alba Dracopardo:
- Amendur, -dijo recuperando el resuello- una enana acaba de llegar con el aviso de que han atacado la caravana de viveres que traian desde Adbar. Necesitamos formar una partida que pueda ir a ayudarles a marchas forzadas.
- Claro, contad conmigo -respondi al instante-.
- Por favor, ayudadme a encontrar más gente y reunidlos al norte.
Minutos mas tarde, una expedicion variopinta se formaba a las puertas de la villa: tres arcanos (las hermanas Elen y Merlinius), un mercenario contratado sobre la marcha (Astinus), un representante de la orden (Jean) y cuatro miembros más de apoyo (Belawy, Beliovien, Alba y yo).

Mientras revisabamos el equipo necesario para la empresa se confirmaban las malas noticias. La caravana con suministros para la villa que venia de Adbar estaba sufriendo un ataque en el camino cerca de la bifurcación. La salida se demoraba, nadie parecia ponerse al cargo. No podiamos esperar mas. Partimos lentamente y con escaso orden sin tener claro lo que nos aguardaba.
- Arcanos al frente - dijo Astinus, intentando dar un sentido al caos del avance-. Si no nos organizamos, esto acabará horriblemente mal.
Por su parte, las hermanas tenian otros planes:
- Astinus, Jean...avanzad delante. El resto, detras de nosotras.
El "resto", tras muda deliberacion, decidimos colocarnos donde mejor nos pareciera.
La discrepancia en el liderazgo fue solucionada con un nuevo pago al mercenario por parte de Merlinius, pero eso no mejoro mucho el orden ni la rapidez del grupo.

Al llegar a la posada de la bifurcación descubrimos nubes de humo que se elevaban en la lejanía. Unos pocos enanos que permanecían con vida defendían la caravana en llamas frente a un grupo numeroso de asaltantes. Corrimos en su ayuda, felices de haber llegado a tiempo. La cosa no fue demasiado bien. Pronto perdi el conocimiento bajo los golpes contundentes de los asaltantes.
Desperté en el suelo completamente dolorido rodeado por los quejidos del resto de mis compañeros:
- Maldita sea, esto supera a cualquiera.
- No.... nada bien... mi cabeza....
Resultaba curioso que una de las últimas que quedaban en pie fuera la enana que se suponía veníamos a rescatar.

No quedaba rastro de los atacantes.
- ¡Desgrraciados! - gritaba la enana -. ¡TODOS UNOS DESGRRACIADOS!
La caravana ardía en varios puntos, aseteada de flechas negras, rodeada de cadaveres de enanos y asaltantes. Intentamos apagar los fuegos mientras, ya calmada, la enana visitba a un enano tras otro imponiendoles las manos y musitando plegarias:
- Brrrbrbrb... grracias señorra Thalbanarr...-contestaban los enanos-.
- No puedo hacerr más por los otrros.-se lamentaba la clériga-.
No era un buen momento para averiguaciones, pero no podiamos perder el tiempo. Mientras un grupo registraba los cadaveres de los asaltantes para tratar de obtener respuestas, el resto interrogamos a la enana que, dicho sea de paso, no estaba de muy buen humor tras lo sucedido.

- Perdone...-dijo Ilfirin Elen tocandole el brazo a la enana-
- ¿Qué quierres?
- Ustedes... viajaban con la caravana de Adbar a Nevesmortas cuando fueron atacados aqui, no es cierto?
- Me asombrra lo avispada que erres -contestó la enana de muy mala uva-. ¿Sois gente de Nevesmorrtas?
- Me asombra lo avispada que eres -replicó Astinus tampoco de muy buen humor tras el ataque-.

La enana suspiró largamente y colgando a su espalda el hacha gigante que enarbolaba, decidió concedernos algunas explicaciones:
- Me llamo Garrga Thalbanarr. Sacerrdotisa de Gorgm Gultyn. Sirrviente de Adbarr. ¡Prrotegía la carravana en la que llevabamos merrcancías, arrmas y arrmadurras y comida parra la gente de Nevesmorrtas por orrden del Rey Járbrrom!
- Gracias sean dadas a Adbar por vuestra generosidad. Sentimos vuestras pérdidas -le contestamos de corazón-.

Mientras, los enanos supervivientes comprobaban la carga del carro:
- ¡Esos desgrraciados se han llevado casi todas las arrmas!
- Las arrmadurras... Las arrmaduras han desaparrecido.

Ajenos a la conversacion, el resto de nuestro grupo encontraba una moneda de los zhentarims entre los cuerpos de los asaltantes.
La cosa no pintaba bien. Los asaltantes de la caravana, los mismos que de Nevesmortas a juzgar por las señales, ahora poseian suministros de armas y armaduras de excelente calidad, si la mitad de lo que se contaba de las habilidades de los herreros de Abdar era cierto.

Decidimos ponernos en movimiento, era importante saber por donde habian venido los asaltantes, cuantos eran y mas importante aun por donde habian marchado con todo lo robado: los enanos comenzaron a reparar los destrozos de la caravana, Merlinius ordenó a su hada que buscara personas extrañas desde el cielo, Beliovien y Astinus revisaron las huellas de la carreta, las pisadas de combate y los movimientos alrededor del lugar.
- Hay muchas huellas -dijo Beli-. Pero es extraño. Todas están solamente alrededor del carro. No hay ninguna que ni del norte ni del este.. Como si hubieran aparecido sin más.
Cuando los enanos quitaron el mantón que cubría las mercancías, cayeron al suelo cientos de gusanos que habian devorado las provisiones:
- Han salido de la comida... Maldicion...envenenaron los suministros.

Garga Thalbanar apretó con fuerza el mango del hacha descomunal, la levantó con rabia en un suspiro y comenzó a destrozar el carro con vigorosos hachazos, gritando:
- ¡GRAWGHRGHAAAA!
Las astillas de madera volaban y aterrizaban sobre nosotros como una lluvia de agujas. Finalmente, una vez descargada su furia con el carro y su contenido que ya no servían para nada, se gira y nos mira. Eso ya no es un carro. Son dos tablas en llamas. Con un gesto rápido, clava el hacha en el suelo, abriendo una herida en la tierra. Esta claro que esta enana está acostumbrada a que le escuchen y le obedezcan y sabe como llamar nuestra atención.
- Este ataque tiene que serr culpa de los zhentarrims, de la Rred negrra... -explica aun furiosa- Si quierren diverrsión tendrrán diversión. ¡Que vuelvan! ¡Prrotegerré a los míos y a los vuestrros y reventaré cabezas con mi hacha!. Debo inforrmarr directamente a mi rrey. Segurramente mandarremos otra carravana. Perro no irré sola esta vez...Gracias por vuestrra ayuda.

Y se marchó sin aceptar mas ayuda, escolta o compañia. Como si no la necesitase, cosa que posiblemente y visto lo visto fuese la verdad.
nyxs

Re: Escarlata

Mensaje por nyxs »

Los Heraldos del Caos (la vision de los hechos segun Vann)

Vann salía del pueblo azotada, vencida, preocupada. A sus espaldas todo era destrucción y caos.
Los magos salidos del pentagrama con aquel misterioso Orbe, el ritual monstruoso que todos presenciaron de un ser que pretendía en su ansia de poder consumir la vida misma de sus camaradas y el fuego de aquellas criaturas infernales.
Estaba agobiada, sobrecogida, eran muchos los muertos y los daños; sin contar el esfuerzo de la batalla y lo que le había costado invocar sus manos al cielo y traer la lluvia que como un bálsamo protector acababa con los últimos fuegos. Los Zentharim estaban atacando ya de cara a cara con despliegue descomunal y cada vez más terrible. Vann no entiende nada de “asuntos arcanos” como ella dice, pero la energía la maldad y la muerte que cubría a aquellos magos y luego a los atacantes de la puerta sur era algo bien claro que nadie debía explicarle pues lo podía sentir en las entrañas.
Desde que empezara a realizar las investigaciones sobre el obtuso mundo de la magia y los extraños Nezherinos ella estaba convencida de que todo le salía de mal en peor… en todo caso no hacía más que confirmar que el destino existe… que cada uno tiene una misión en su existencia… y que la suya se cruzaba con estos seres cegados de corrupción y odio lejos de todo equilibrio.
En el in paz de la batalla todos se preguntaron y aún los mas versados Archimagos que estaban allí por que Nevesmortas era el blanco y un par de palabras llegaron a sus oídos… al parecer habían encontrado entre los cuerpos de uno de los grandes demonios ignífugos una runa….
Runas…Magos, claro! Las imagines se sucedían una tras otras en la mente de la joven avanzando más rápido que sus palabras… los Zentharim! Las Runas!. Si había una runa de fuego precisarían también la runa de hielo que había quedado a cargo de La Flecha del Destino cuando tiempo atrás sus compañeros la había recuperado ¿y ese extraño Orbe? ¿ seria el objeto que descubrieron después, los Zhentarim buscaban en el desierto con un ejército de Gnolls? …¿El mismo que con su poder inestable casi destruye todo convirtiéndolos en estatuas?.
Eran solo conjeturas pero… ¿qué otra cosa podía suponer? ¡Necesitaba saber más! Pero antes de poder siquiera ver la runa se escucharon los gritos del ataque al sur. Ahora los sobrevivientes yacían, los edificios se desmoronaban y reinaba el desconcierto pero ella tenía que actuar. Con un poco de favor divino se cruzaría con el Viejo Elfo Elenthyl y le advertiría… sea como sea era momento de actuar rápido, así lo sintió la pasional Vann… sabia como todo Hijo del Bosque pero con impetuoso corazón de humano… y salió de Nevesmortas.
Advertir a Elenthyl y encontrar a Vethas quien fue el testigo del artefacto que buscaban en el desierto y a los que los libros y el mapa robados a ella misma hacían alusión y volver rápido al pueblo … esa era su misión.
Sin encontrar a ninguno de los dos Vann fue a la Los Pináculos a dejar el mensaje y cuál fue su disgusto al enterarse de una plaga desoladora y más ataques… antes de ofrecer su mano a al Clérigo de Lhatander e inspeccionar posibles enfermos tanto animales como no animales fue el bosque y ante el árbol sagrado rezo en el idioma antiguo
“Dame Padre, fuerza y templanza en esta hora obscura, que si el Ciclo de la Vida tiene que ser defendido por mi sangre te juro que derramare hasta la última gota”
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Khay_Drakanan
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Re: Escarlata

Mensaje por Khay_Drakanan »

El herrero llegó desde Sundabar a la desolada villa, donde reinaba el caos y la destrucción.
Khay, capitán de la Orden de Caballeros, examinaba junto a otros clérigos a un enano que yacía frente a la puerta de la botica.

- No sabemos qué ha ocurrido, podría haber sido envenenado o haber caído enfermo…

Esa fue la respuesta a su pregunta.

Salió por la puerta Norte para encontrarse con un nutrido grupo de gente, que parecía estar en una especie de cuarentena, sin saber si habían sido contagiados o no. Viendo que la situación estaba todo lo controlada que podía estar, se sentó a esperar acontecimientos.
La gente iba y venía y los sacerdotes se afanaban en intentar averiguar si la epidemia había alcanzado o no a los allí reunidos.

Finalmente algo que hacer… Una arcana de cabellos largos y rubios se acercó para dar instrucciones: La guardia necesitaría nuestra ayuda.
Sin más dilación los que allí estábamos nos presentamos ante Mannock, capitán de la Guardia, que rápidamente organizó la defensa de la ciudad ante lo que parecía que era un inminente ataque Zhentarim, aprovechando la debilidad de la villa y sus habitantes.
En las murallas de la ciudad nos preparamos, guardias, guerreros, batidores, clérigos y magos.

Pronto se escucharon caballerías aproximándose, la línea defensiva tensó los músculos, apretando con fuerza las empuñaduras de sus armas.
La primera acometida de la caballería e infantería Zhentarim fue dura, pero los valientes luchadores no flaquearon, sin embargo los arcanos traídos por los atacantes fueron demasiado para la mayoría, envueltos en luces y conjuros fueron cayendo uno tras otro.

Finalmente, los supervivientes terminaron de repeler el ataque, los heridos fueron curados y los caídos llorados. No habían logrado entrar, los aldeanos habían sido protegidos, pero su demostración de fuerza había quedado clara, si quieren, entrarán y destruirán todo a su paso.
La actuación de los Zhentarim deberá ser valorada en su justa medida a la mayor brevedad y la ayuda de otras ciudades cercanas vital para la supervivencia de Nevesmortas.
"Mismo combustible, diferente reacción"

*Andyl Drinth'ein - Elfo undercover*
*Wayd Drakanan - Un caballero "encantador"*
*Luydh'on - tiene un arco*

*Connor Drakanan - al final la guadaña del tiempo venció a la suya, DEP*
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