Historias de un Mercenario; Hugh D´han

Los trovadores de la región narran la historia de sus héroes. (Historias escritas por los jugadores)

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Desharrapado

Re: Historias de un Mercenario; Hugh D´han

Mensaje por Desharrapado »

Encontrar la casa de Hakatuy no fue dificil. Hugh es muy convincente cuando tiene prisa...

El Mercenario contó seis figuras encapuchadas con capas oscuras y vestidas de frías armaduras de metal, dos de ellas montadas a caballo, y uno que parecía de linaje mas rico, estos susurraban en la entrada y hizo que el guerrero se acercara entre las sombras para poder oír su conversación.

- Pasad a mi humilde casa, Amigos. Nuestro invitado de honor os esta esperando abajo. Comento sonriente el hombrecillo de túnica violeta rematada en hilo de plata. -Por cierto, ¿habéis traído lo convenido? - continuo.

-Si en verdad tenéis a ese perro ladrón, no debéis temer por tu oro...- El hombre que hablaba desde su montura era grande como un oso, de aspecto fiero y grandes bigotes que escondía bajo la capucha.

Hugh centro su mirada en el brazalete de aquel bigotudo, era un brazalete característico de una cofradías de asesinos y espías del este, sin ningún valor para los ojos de los ignorantes, pero Hugh lo había visto antes, aunque ahora no recordaba el lugar ni el momento...en que lió te has metido con esta gente, Aluk...??-Se preguntaba el Mercenario mientras observaba la escena.

Mientras abajo...

Un hombre de cabello enmarañado con ropas sucias y rasgadas descansa bajo su prisión de acero, pero aun habiendo estado días sin comida no ha perdido su sonrisa, una sonrisa confiada y orgullosa, característica de los D´han.

- ¿Ya es la hora Hakatuy?- Pregunta mientras juguetea con un cordón de su pantalón de cuero.

-Prepárate, vas hacer con estos señores un largo viaje. -Respondió Hakatuy

-Cuanto tiempo Perro...- Saludo el enorme hombre.

Mientras, El Athkatlano podría haber engañado a los secuaces de la puerta, haciéndose pasar por siervos de la cofradía de asesinos, por un buscador de fortuna o algo semejante. Pero no, Hugh opta por la opción mas arriesgada para alguien sensato: Un ataque frontal.

De todas formas, ¿Quien no calificaría así a un Mercenario espadachín?

En el pasillo de la entrada solo se escuchaban gritos, chocar de metal y las palabras de Hugh. -¿Huyes para avisar a tu amo, cucaracha Athkatla? - mientras su espada decapitaba a todo el que se le ponía en el camino...

El Mercenario se abrió paso durante largos minutos sin detener su paso hasta llegar a lo mas bajo de la casa.

-¿Quien te crees que eres para atacar mi casa? - Protesto el adinerado dueño.

-Vuestro verdugo. - Se limito a decir hugh mientras cargaba hacia ellos. -¿¿Hugh??- Las palabras de su hermano le resonaron en la cabeza y el combate comenzó....

-¿¡Estas bien!? -Pregunto el Mercenario mientras hacia frente a dos de los asesinos.

- ¡¡Lo bastante como para luchar una vez más por mi vida, hermano!! - Con ambas manos encadenadas golpeo la mandíbula de su captor y este libero las cadenas, pronto la sangre y la oscuridad inundaron la sala...

CONTINUARA.
Desharrapado

Re: Historias de un Mercenario; Hugh D´han

Mensaje por Desharrapado »

En el burdel "la Nalga Plateada" (Athkatla), los hombres y mujeres dan rienda suelta a sus instintos mas reprimidos. Por todos los rincones de la posada surgen bardos que inician pantomimas coreados por las risas de las camareras que se afanan en torno a los asadores, donde la carne chorrean grasa.

Botas de vino circulan de mano en mano o vuelan por los aires, mientras resuenan instrumentos de música que animan aun mas la bebida. Mozas de sonrisa picara y cimbreantes caderas ejecutan sus sensuales danzas, encima de mesas y barriles...

-¡Ya estoy aquí chicas! -. La voz del joven y confiado Aluk sonaba fuerte y nuevamente alegre. - ¡Brilok, tráeme el pedazo de cordero mas grande que tengas en la cocina, y vino, para mi hermano Hugh y para mi! - grito mientras buscaba un lugar donde sentar las posaderas.

La figura de Hugh era distante a su hermano y sigilosa en el lugar, encapuchado y envuelto en una oscura capa, el enorme guerrero fruncía el ceño.

- Hace tiempo que renuncie a ese nombre en esta ciudad.- le advirtió el Mercenario con sequedad mientras tomaba asiento y observaba las agraciadas mujeres de su alrededor. - Y quiero cerveza, el vino aguado es cosa de afeminados, y mejor aun si me traes el aguardiente que destiláis en este lugar.

-¡Tus deseos son ordenes, hermano! ¡Ya le has oído Brilok, aguardiente para el grandullón! ah y no te preocupes, aquí estas seguro. - El guiño que le brindo enfureció aun mas a Hugh. - Claro ya vi lo seguro que estabas hace unas horas...- Le reprocho mientras se descubría el rostro y escudriñaba el lugar.

La bebida, comida y mujeres desfilaron durante horas mientras los hermanos conversaron largo y tendido para ponerse al día uno del otro, aunque el rostro del Mercenario continuaba siendo de piedra.

Poco a poco las llamas de las antorchas fueron consumidas por la oscuridad, sobreviviendo solo algunas tímidas lamparas de aceite y Hugh comenzaba a notar la engañosa sensación de la embriaguez, entonces el Mercenario se dio cuenta de que era el momento de terminar con esto.

- Me marcho, Aluk. Me marcho para no volver y por supuesto no me are cargo mas ni de ti, ni de tus supuestos "Hermanos".- El rostro del Joven pícaro palideció ante las palabras del guerrero.

- ¿Por que? ¿Llevabas años sin aparecer y ahora te marchas nuevamente...? ¡Y que yo sepa he sabido llevar la situación perfectamente!- Los ojos de Aluk brillaban por el alcohol ingerido y su rostro se tornaba cada vez mas rojo.

-Si, has llevado perfectamente la situación, gastando el oro que te he mandado durante tanto tiempo, ahora estarás solo, hermano. Espero que sepas al menos sobrevivir.- El Mercenario se puso en pie y camino hacia la salida del burdel bajo la mirada sorprendida del joven pícaro.

-¡Al menos dime donde vas!. - Grito airado desde el fondo del burdel.

-Al Norte.- Susurro Hugh mientras cerraba la puerta de la posada y la de su pasado....
Desharrapado

Re: Historias de un Mercenario; Hugh D´han

Mensaje por Desharrapado »

Dejo la mini-historia de la ausencia de Hugh en este tiempo que desapareció de la marca, un saludete.


El mercenario leyó tres veces el pergamino escrito en lengua común antes de destruir la piel estirada en el cual habían redactado su contenido, mientras lo rompía entre sus manos aun no estaba convencido de que fuera cierto lo que estaba escrito en aquel pergamino que llego a el días atrás de mano de un explorador Athkatlano.

Aun así, sabia que debía comprobarlo en persona y debería ser cauto y rápido, debería ser solitario como un lobo y listo como un cuervo, pero sobretodo debería ser solitario... Echo un ultimo vistazo a la sala donde horas antes había estado sentado junto a sus camaradas de la cofradía y la ultima palabra que se le vino a la cabeza antes de abandonar el lugar fue un nombre...Drum...Sabia que no le perdonaría, pero debía marchar, al fin al cabo la mujer sabia como era, aunque esta vez marchaba contra su voluntad, en su pensamiento se convencía de que quizás fuera lo mejor para ella, no eres un buen tipo...aunque su corazón le decía otra cosa, ve con ella...La puerta se cerro detrás de el.

Seis semanas de viaje mas tarde, al sur de la marca surcando la costa de la espada en una coca sureña...

- Jahaja, cuando subiste abordo pensé que eras otro extranjero idiota.- la risa del viejo lobo de mar dejaba ver los escasos dientes podridos de su boca.- Pero ya has pasado algún tiempo en estas aguas. Tienes piernas para esto y el estomago de un marinero.- Continuo diciendo mientras daba tragos a un pellejo de vino.- Eres un forastero con mundo bajo los pies, verdad...??

- ¿Cuanto falta? -. Fueron las únicas palabras de Hugh.

- Mira.-El viejo señalo un grupo de aves que se movían en la lejanía. - Aves de tierra. Cerca de ahí. A pocas horas. ¿A donde te diriges entonces?

- Mi destino es Azhkatla, busco a un miembro de la familia Lurraxol.-Las palabra salieron de la boca del mercenario como si se las dijera al viento.

-...Ah, Azhkatla.- Se rasco la barba enmarañada mientras observaba a Huhg.

- ¿La conoces?.- Pregunto el mercenario sin apartar la vista del mar.

- No.- Dijo el viejo y Luego le dio la espalda como si fuera un hombre muerto...


CONTINUARA.
Desharrapado

Re: Historias de un Mercenario; Hugh D´han

Mensaje por Desharrapado »

Horas mas tarde en las cercanías del mercado de Azhkatla...

Solo un leve escudriñamiento y Hugh se dio cuenta de que la situación estaba peor de lo que recordaba...El enorme mercado de la ciudad siempre había estado rodeado por sutiles miembros de los ladrones de las sombras, pero cada vez tenían mas poder y eran menos sutiles...Continuo su camino bajo la protección de su capucha.

Mientras fumaba de su pipa el silencioso mercenario serpenteo entre las estrechas calles de la metrópolis camino al barrio rico. Hasta que por fin topo con lo que buscaba, una gran mansión de piedra y mármol antigua y rica, de las primeras construcciones de la ciudad. Oteo la zona y aguardo tranquilamente en las inmediaciones de los jardines mientras disfrutaba de tabaco de Amn.

- El comité de bienvenida...y he estado aquí por cinco minutos. Impresionante.- Asintió el Mercenario.

Tres hombres de hombros anchos y fuertes lo observaban desde cierta distancia ceñudos y con los brazos cruzados, armados y protegidos por cotas de escamas. Todo está en calma, solo el viento, hasta los perros dejaron de ladrar.

- Tu! - la voz ronca provenía de uno de los flancos del Mercenario.- Tendrías que estar muerto. Debería partir tu cabeza en dos y dejar tu cuerpo para los perros, como el traidor que eres, Sevil nunca olvida una traición.- El enorme semiorco dio unos pasos hacia Hugh. - Tu tiempo aquí termino hace mucho. Nunca deberías haber regresado.

(Sabe quien soy y que vendría. No debería aguantar las idioteces de este tipo, debería destrozarle la mandíbula y cortarle la cabeza. Me he enfrentado a muchos guerreros mejores que este sin duda. Pero no soy estúpido, nunca lo he sido, si comienzo una lucha no conseguiría lo que he venido a buscar...)

- Y bien, hazlo. Mis espadas están envainadas, podrías despedazarme ¿Que te lo impide? -.La sonrisa del mercenario se dibujo en su rostro mientras sostenía la pipa entre los dientes y clavaba la mirada en el Semiorco.- Ah..si, la correa de Sevil. Atando a tus manos y alrededor de tu cuello. Continuo diciendo.

El golpe llego rápido y fuerte al rostro del Mercenario y lanzo la pipa de su boca unos cuantos pasos atrás. - Llévenlo al salón.- Grito a los tres hombres que lo acompañaban, mientras el semiorco se frotaba el puño con el que le había golpeado y observaba como Hugh recogía su pipa del suelo en silencio y con los labios ensangrentados.

Minutos después se encontraba atado de manos y en una lujosa sala.

- Saludos Hugh.- El rostro sonriente de Sevil estaba mas gordo que la ultima vez que hugh lo había contemplado.

- Saludos Sevil.- Asintió el Mercenario atado de manos y desarmado.

El mercenario observo el desfile de personas que había al fondo de la sala, entre las sombras.(La hermandad de mi hermano.
Los ha sacado para mi, los tiene como trofeos, los ha abatido y están aterrados, no pueden ni mirarme. Pero ella...¿La conozco? ¿Azthaira? ¿y el niño que esta junto a ella? no tiene mas de tres años...Era cierto, los ha esclavizado para el, a todos menos a mi hermano...)La oscuridad no le dejaba ver bien.

- Hugh. La voz de Sevil era fría, como la hoja de una daga. - Dime. ¿Que es lo que quieres? ¿Quieres a la hermandad de tu hermano? ¿Quieres a tu hermano? Dime.

- Quiero a mi hermana Azthaira y a su hijo. - Contesto el Mercenario con tono seco.

- ...Así que quieres a tu hermana y a su hijo... ¿Y que hay de los hombres y mujeres de tu hermano? ¿Que hay de toda esta gente? Una vez fue tu familia, tus camaradas ¿verdad?.

Los ojos malvados de Sevil brillaron en un tono gris al observar a Hugh. -¿Realmente esperabas llegar aquí y llevártelos como si nada? Ahora me pertenecen cada uno de ellos, incluido tu hermana. Ademas si no recuerdo mal...Te fuiste, no querías saber mas de la hermandad de ladrones y asesinos de tu hermano.

- Tuve que hacerlo. Y ella no tiene nada que ver con los hombres de mi hermano, solo se encontraba en el lugar y a la hora equivocada con ellos, ella tiene una familia y esta limpia de todo lo que mancha a mi hermano y a mi.- Los ojos del mercenario se cargaron de ira.

- Es lo único que quieres, ¿no? ¿Llevarte a tu hermana y a su hijo y volver al lugar de donde viniste?. Continuo Sevil mientras le daba la espalda.

Hugh observo levemente sus armas tiradas en el suelo ante el. ¿habían cometido la estupidez de dejarlas en el suelo frente a el?
Aunque tuviera las manos atadas podría usarlas.

- Según tengo entendido nunca has desempeñado tu rol de hermano protector, siempre has evadido las responsabilidades, como un niño...-Continuaba hablando Sevil mientras caminaba cerca del Mercenario. - Pues bien. No te llevaras nada, tu hermano esta muerto, y tu hermana pronto lo seguirá, yo mismo me encargare de ello y su hermandad me pertenece y a su hijo...es muy joven, pero seguro que les agrada a mis perros de caz...Uh!!?

Todo paso muy rápido, el mercenario se movió rápido como un rayo y silencioso como una sombra, pero la espada choco contra el acero del enorme semiorco que salvo el cuello de su amo. Incluso antes de hacer el movimiento, Hugh sabia lo que pasaría. Estaba atado de manos y el semiorco era rápido, Pero igual lo hizo, estaba furioso.

El golpe le volvió a la mandíbula, pero esta vez mas fuerte y con el sabor a metal del canto del hacha. Cayó de rodillas por el dolor y una ristra de hombres del mercader lo rodearon con espadas apuntando a su cuello.

- Cobardes...Desatame y acabare con todos vosotros. - Gruño el mercenario mientras escupía una flema de sangre.

Sevil negaba con la cabeza. -¿Así es como haces las cosas? Pobre...ellos saben que no les importas una mierda. Conmigo tendrán unas tareas mas dignas, mientras sean buenos y obedientes. - Sevil echo una ojeada al grupo del fondo.

- Lárgate de aquí, Hugh. El mercader hizo una señal a sus hombres.

Y con esas palabras el Mercenario recibió la primera buena noticia del día...Los hombres de Sevil lo arrastran por el suelo hacia la salida, pero antes de salir de la estancia Hugh clavo sus ojos violetas en los de Sevil...Tiene miedo...Me tienen miedo.

Horas de viaje mas tarde, el semiorco quito las pertenencias al atado Mercenario dejando le solo los pantalones de cuero. Luego le dio una patada dejándolo en las dunas cercanas a la costa y al desfiladero, una zona peligrosa y aun mas desarmado y semidesnudo.

- Creo que recuerdas este lugar. Bienvenido a casa. Si tienes suerte morirás devorado por los ogros esta noche, si no morirás de hambre en unos días.

- Vivir en el norte te ha helado los sesos, mira que venir a la casa de un gran señor a pedir cuentas.- El semiorco le golpeo con puños y piernas hasta que lo dejo tendido en la arena, Hugh no grito ni una sola vez.

- Vayámonos. - Dijo al resto de hombres, mientras jadeaba por el esfuerzo.

- ¿Lo dejaremos aquí, vivo?.- cuchicheo uno. - Órdenes del señor Sevil.- Respondió el Semiorco. - No te preocupes ya esta muerto...

Hugh espero una hora antes de levantarse, luego espero tres horas antes de intentar prender un fuego. Los hombre de Sevil podían haber estado mirando. Y aun mucho mas en recuperar su verdadero equipo que había enterrado en la costa en la mañana que llego.

- Creen que soy débil por que me marche de esta ciudad corrupta, yo digo que eso es lo que me hizo fuerte. He recorrido muchos caminos de este mundo y de otros planos, he observado muchas culturas de estas tierras, bebí sus vinos y me acosté con sus mujeres. Y aquí, esta gente se sienta sobre su propia mierda y solo juegan a ver quien tiene mas oro. Sevil te demostrare que ni tu oro te salvara esta vez...

CONTINUARA.
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