Historias de un Mercenario; Hugh D´han

Los trovadores de la región narran la historia de sus héroes. (Historias escritas por los jugadores)

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Desharrapado

Historias de un Mercenario; Hugh D´han

Mensaje por Desharrapado »

Nación: Amn

Ciudad: Athkatla

Cualquier cosa esta en Athkatla. Lo que es considerado ilegal, inmoral o despreciable en cualquier otro lugar pasa sin ningún tipo de comentario en la llamada ciudad del pecado, siempre y cuando si el precio es adecuado...
Lascivia, esclavitud e incluso actos mucho menos limpios como el asesinato tienen lugar, como en cualquier otra ciudad grande. Pero en Athkatla, la ley permite casi cualquier cosa. La única cosa ilegal es hablar contra las casas de mercaderes...

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Las abrupta costa azotada por los vientos que circunda las colinas de los picos de las nubes situadas al Oeste en la nación de Amn...Donde las desnudas rocas barridas sin cesar por las olas, hieden a penetrante salmuera...y también a sangre...agonía y...muerte...Donde solo los carroñeros esperan para regocijarse en medio del silencio...

- ¡¿Donde esta ahora tu salvador?¡VAMOS! ¡llámalo y haz que me impida arrancarte tus miserables tripas! - La espuma se le acumulaba en la boca mientras sacaba la espada de las entrañas de aquel miserable hombre apresado por otros dos supuestos camaradas del agresor y guardias de la ciudad. ¿Su delito? muy posiblemente ser extranjero y ganar a los dados a cualquier líder de las casas de mercaderes en alguna concurrida posada de la ciudad. ¿Su final? La muerte en las castigadas costas de Athkatla.
Hugh continuo su camino a lomos de un corcel oscuro como la misma noche y dejo que el sonido de los gritos de auxilio de aquel infeliz los ahogara las olas y las risas de los guardias, observo la escena desde la distancia sin aminorar el paso de su montura y continuo hacia las puertas de la ciudad.

Antes de llegar a las puertas de la ciudad perdió la cuenta de los cuerpos sin vida que encontró por el camino, la gran mayoría, esclavos.

El sonido de una garganta atragantada saco al mercenario de sus pensamientos y lo hizo parar la montura a la altura de un cuerpo con graves heridas.

- ¡Piedad, hermano...!¡Por favor...que alguien me ayude...!,- Demasiado tarde, ya estas muerto,- Hugh golpeo levemente el costado de su montura para continuar el viaje.

- ¿Quien...quien es? te lo suplico pon fin a mi agonía...! te...dare...!,- las palabras se le atravesaron en la boca mientras la sangre le brotaba. Hugh detuvo nuevamente su corcel ¿...Qué?,- las palabras salieron frías de la boca del mercenario mientras volvía la cabeza para ver el maltrecho cuerpo de su interlocutor.

- Te diré lo que se sobre el tesoro de Umir....,- aquellas palabras llamaron la atención de Hugh he hizo volver su montura y acercarse al maltrecho humano.

- ¿El tesoro de Umir?,- Repitió el mercenario escupiendo las palabras.- Una vez al año, al amanecer del día de la cosecha de Lazhander...los monjes del alma solar ponen una reliquia sagrada sobre un altar de piedra en una fuente...los rayos del sol alcanzan la reliquia...y se dice que de la fuente brota oro liquido...¡Es todo lo que sé...! ¡por favor!...¡hazlo!...matame...- con cada palabra la voz del hombre sonaba con mas agonía.

- Que duermas bien...- fueron las ultimas palabras que le dedico el mercenario antes de atravesarle el pecho con su espada.

Tras atravesar las puertas de la ciudad los comentarios y las miradas de los ciudadanos se centraban en el corpulento guerrero, comentarios de todo tipo le llenaban los oídos mientras continuaba su andadura a traves de la concurrida plaza.

-¿Quien es este?,- preguntaba una mujer de vestiduras livianas a un viejo baboso, - Otro extranjero con una espada,- contesto el hombrecillo de arrugas profundas.

Hugh pensó que aquel viejo tenia razón, aunque nació entre aquellos muros se sentía como un extranjero, hacia muchos años que no visitaba su ciudad, los largos años que paso entre los remos de una galera de esclavos lo retiraron rápido de aquellas estrechas calles.

- No le prestéis ayuda y tal vez se marche pronto...

CONTINUARA...
Desharrapado

Re: Historias de un Mercenario; Hugh D´han

Mensaje por Desharrapado »

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Hugh D´han

Meses antes a la llegada a Athkatla...

...Mazmorras de Caer Calidyrr, capital de Alaron, islas Moonshaes situadas en el Mar de Lunshae, al Oeste del Mar de las espadas. Un hombre de rostro severo mordisquea un trozo de pan duro y rancio, los grilletes de sus manos tintinean con cada movimiento que realiza, las ratas intentan tomar las pocas migas que el mercenario deja caer al suelo y la oscuridad baña las paredes con un frió intenso y húmedo...Los pensamientos de Hugh le asfixiaban y quizás lo que mas le torturaba era el que lo hubieran capturado por...

¡...Una mujer, Maldita su alma traidora!-. El trozo de pan impacto sobre una rata la cual grito en retirada.

...Pero, a la vez que piensa en su captura por culpa de la traición de su antigua compañera Thalara, traza planes para recobrar la libertad, eso planes pronto son interrumpidos por el resonar de pisadas en el corredor...

- Guíanos, carcelero. Quiero ver de nuevo a ese perro de Athkatla que aterrorizo desde Bosque Dernall, nuestras tranquilas tierras.- El jorobado carcelero guió al capitán de la guardia y sus soldados a través de los serpenteantes pasillos. El capitán hincho su pecho de orgullo.-¡...Yo le derrote..Yo, el capitan Akif...!

...Hugh escuchaba los ecos de sus palabras, y sabia que el capitán de la guardia de Caer Calindyrr mentía...y que solo siguió las ordenes de la mujer que le traiciono, Thalara, jefa de los bandidos de Bosque Dernall...Pero no le convenía enfrentar a ese perro por ahora...

-¡Shapur! ¡Tú y Vardan, maniatad al asesino y ponedle una soga al cuello!-.los gritos del capitán inundaron la pequeña celda donde aguardaba Hugh en silencio.
-¡Los arqueros, vigilad que no haga nada raro!
-Si, capitan Akif -.Los arqueros se armaron con sus arcos y flechas.

¡No hagas nada raro sabandija, si no quieres que mis arqueros te atraviesen el corazón! ¡Como me gustaría matarte pero eres botín del Rey y la Reina!

...Mientras los soldados lo ataban a un enorme madero, sus ojos gélidos azules contemplaban sin emoción al rabioso oficial...

-Tarde o temprano tendrás lo que mereces, perro Moonshaes...ya lo veras-. El odio del mercenario le hicieron escupir las palabras, mientras tensaba los músculos de los brazos para que alcanzaran su máximo volumen en el momento que lo ataron.

-¡ y tú... lo que mereces, sanguinario forajido! Ninguna tortura ideada por el hombre le parecerá demasiado cruel al verdugo del Rey! ¡Basta de charlas!...Seguidme, oh señor de la podrida Athkatla....-La sonrisa del Capitán se dibujo en su rostro y oscureciendo la mirada de Hugh.

Al andar en medio de los guardias, el maniatado mercenario no pensaba en las escasísimas posibilidades de supervivencia. parecía un lobo en una trampa, alerta a toda ocasión que se presentara...

Al no haberle cubierto el rostro, sus agudos ojos registran todos los detalles de la escalera de caracol hechas de piedra que suben de las mazmorras del Rey. Escucha el murmullo del Mar de Lunshae tras los muros de piedra. Y se maravilla de la enormidad del palacio de la capital de Alaron, Una poderosa isla tomada hace siglos por aventureros...

Llegaron ante unas enormes puertas ciclópeas guarnecidas con oro, el capitán de la guardia se adelanto y las hizo retumbar con el puño de su espada, y el inmenso portal se abrió lentamente.

La sala del trono empequeñecía a cualquier otra que Hugh hubiera visto antes, incluida la del propio palacio de Athkatla. La sala estaba poblada por una deslumbrante compañía, no solo formadas por hombres de las islas Moonshaes, también había gente de Cormyr, de la lejana tierra de Estagund,de Zhesk y de alguna tierra del Norte que no podía recordar en esos momentos. El mercenario tenia ya motivos para suponer que la Alta Reina Alicia Kéndrick y su consorte, el Alto Rey Kene, siempre insatisfechos con su creciente imperio, intrigarían con cualquiera que le ayudara a engrandecerlo aun mas.

Entonces, al son de las trompetas de oro, se abrió una avenida entre el confuso gentío. Mientras caminaba entre las miradas curiosas, Hugh se sumergió en reflexiones, y no se fijo en el solitario guerrero enano, claramente norteño, que estaba dispuesto al pie de la multitud. Ni en como se entreabren sus ojos grises, con súbito reconocimiento, y luego se domina y recobra la apariencia de imperturbabilidad.

Por primera vez en tres largos años, los ojos de Hugh se encuentran con los del Rey Kane en una gélida mirada.

- Y bien...Has llegado muy alto desde que nos vimos, tan sólo para volver a caer, aún más bajo que cuando eras mi mercenario en la orilla sur del Mar de las Espadas.

CONTINUARA...
Silvanus

Re: Historias de un Mercenario; Hugh D´han

Mensaje por Silvanus »

Muy bien... estoy deseando saber qué pasará.
Desharrapado

Re: Historias de un Mercenario; Hugh D´han

Mensaje por Desharrapado »

-¿Si he llegado Alto? Solo con el deseo de la venganza, aún esperamos los barcos que nos prometiste que cubrirían nuestra retirada en la costa de la espada, muchos hombres valientes murieron allí después de cumplir tus ordenes, nos abandonaste a una muerte segura, y aun así tuvimos éxito... Pero que eramos para el Rey Kane, solo un grupo de apestosos Mercenarios, terminamos el trabajo y recibimos como recompensa la muerte!,- Las palabras fluyeron con odio por la boca de Hugh.

Los Cortesanos y aduladores sofocaron un grito ante las osadas palabras del Mercenario cautivo...Pero el rey respondió con una risa burlona.

-Tú has cometido durante los últimos tres años los crímenes mas atroces contra las Islas Moonshaes y sus habitantes, como líder de esa banda de bandidos desharrapados.¡Has asesinado, secuestrado y robado, por ello sufrirás como ningún hombre ha sufrido antes!

-Pero primero quiero que dobles la rodilla ante mi. ¡Postrate ante Kane, Rey de Caer Calidyrr!

El capitán y los soldados que rodean al prisionero caen de rodillas al escuchar las palabras de su rey, pero no su maniatado cautivo. El capitán Akif, al sentir la tirantez en la cuerda que sujeta lanza una fulminante mirada al musculoso Mercenario.

-¡Postrate, loco! ¡Postrate ante el Rey!-,El capitán usa la fuerza de sus brazos para postrar al terco Mercenario, pero sus intentos son nulos.

-¡Postrate tú como un perro bajo la mesa! Yo no...El cuello de Hugh se tensa ante la presión de la soga y los tirones del desesperado capitán de la guardia.

¡Abajo te digo!-,la voz del capitán resonaba cada vez mas nerviosa y el sudor corría por las cicatrices de su rostro -Mil perdones,magnifico Kane,pero es que tengo que enseñarle modales a est....

-¡NO SABRÍAS ENSEÑARLE A UN PERRO SENTARSE, MOONSHAR!-.El Mercenario tiro hacia tras con todo el peso de su cuerpo desestabilizando al furioso Akif.

- ¡No pienso honrar a un cerdo Moonshar que lucha con tretas ocultas!¿Sabes manejar un arma tú solo, Akif, mejor que cuando te dibuje ese mapa en la cara, hace años? ¡Toma un arma y verás luchar a un hombre de verdad! A despecho de su breve y apasionado discurso, Hugh relaja los tensos músculos de ambos brazos y la cuerda que los ata le queda holgada. Sin embargo, no fue a base de aceptar retos singulares como el Rey Kane de Moonshaes ensanchó notablemente su imperio y pierde la paciencia ante tal escena.

-Veo que no sacaré nada de esta sabandija hasta que se derrumbe en el potro. ¡Lleváoslo...y que empiece su infierno en vida!

-¡No Kane! ¡Voy a empezar el tuyo!-, Los gruesos brazos de Hugh pueden ejercer mas fuerza ahora tras aflojar levemente sus ataduras, el Mercenario dobla los músculos y encuentra un punto débil que había sentido ya en el leño que le cruza la espalda, y el crujir seco de la madera retumba en la gran sala...

-¡Sangre de Talos! ¡El perro se ha liberado, MATADLO!-, El grito del capitán se elevo por encima del escándalo que se formo entre los aduladores del Rey al presenciar la escena.

-¡Los Moonshar, desde el rey al capitán, sois buenos para dar órdenes! ¿por que no vienes a matarme tu mismo, Akif?-,Hugh se armo con los dos trozos restantes del madero que colgaban aun atados de sus manos y los hizo oscilar alrededor de su cuerpo, mientras observaba al capitán y sus soldados.

-¡Por Tyr, que lo haré!-,El capitán avanzo espada en mano y grito en boca.

El golpe alcanzo al oficial en la mandíbula, y lo hizo dar vueltas como un muñeco de trapo. Mientras el gentio quedo helado durante medio segundo, como una única masa inmóvil. Para cuando los guardias enfrentaron al corpulento Mercenario, este estaba listo nuevamente, con las dos mitades del pesado y roto leño.

Sin embargo, al Rey de las Islas Moonshaes no le faltan guardias dispuestos a enzarzase en una refriega por él, y la lucha se complicaba por momentos para el prisionero, poco a poco sus improvisadas armas fueron melladas por las afiladas espadas de los soldados y la sangre comenzaba a brotar de cortes en sus extremidades.

-Vamos...Es un solo hombre!-,Los soldados se alentaban unos a otros,-...Y ya soy mas que vosotros!-, fue la respuesta de Hugh después de lanzar el ultimo trozo de madero astillado que le quedaba, rodó por el suelo y tomo una de las espadas de un soldado caído...

La espada hurtada por Hugh traza una red de muerte en un cerco a su alrededor, el Mercenario sabe que no ganara, pero aun así lucha con la vitalidad de una pantera acorralada.

Los soldados avanzan por todos lados, y en la cabeza de Hugh ronda la posibilidad de que los arqueros tensen sus arcos, un hombre solo no va a poder con este ejército. Su propia muerte apenas le turba. Entonces, le llega desde otro lugar el entrechoque de acero contra acero.

El gélido fulgor de un hacha de guerra enana norteña tiñe de rojo la sala del Rey Kane y por la espada de Tempus el Mercenario reconoce al enano que porta tal arma.

-¡Obryn! ¡Obryn Escudo de Piedra! ¡¿Que haces aquí, pequeño Oso polar?!-,Las palabras del Mercenario salieron de su boca aun sin creer lo que estaba contemplando.

-¡Luego te lo digo Athkatlano... si vivimos! ¡Mientras toma esto!-, El fornido enano lanzo un escudo pequeño al Mercenario, mientras hacia descender golpes y los soldados caían ante su hacha.

El imprevisto y formidable aliado eleva aún mas el animo de Hugh, pero a la larga ellos dos tampoco derrotarán a tantos. Poco a poco fueron retrocediendo hacia un hueco sin salida, donde un gran ventanal cerrado por una cristalera decorada de hermosos colores les cubría la espalda.

-¡Ya nos tienen, Hugh!-,Grito Obryn. ¡Ah...fue divertido mientras duro...Burp! Brurp!...

-¡Esto no ha terminado! ¡A las ventanas, rápido!-.Hugh avanzo diestro hacia ellas. Pero, ¿que hay tras ellas, Hugh? Pregunto el confundido enano mientras corría hacia ellas.

-¡¿Y que importa eso ahora?!-.El crujido de mil cristales rotos inundaron los oídos del Mercenario al lanzarse sobre las ventanas y se perdió ante la vista del enano, el cual no dudo en seguir a su loco camarada.-BRUPPPP!!!!!

...La risa del enano levantaron ecos aun después de saltar mas de cien pies....

CONTINUARA...
Zborze
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Re: Historias de un Mercenario; Hugh D´han

Mensaje por Zborze »

A Richard le gusta la historia, sigue así.
Searching... Seek & Destroy.
Si no puedes remediarlo, por lo menos ¡FLIPALO!
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Desharrapado

Re: Historias de un Mercenario; Hugh D´han

Mensaje por Desharrapado »

A cierta distancia de Caer Calidyrr un pescador tira con todas sus fuerzas de la red desde su barca, mientras, ruega a Úmberli que no se le rompa. Porque no solo tiene que mantener a su familia, sino que, ademas, debe pagar onerosos tributos al Rey, para hacer la guerra en sitios cuyo nombre él no sabría pronunciar... Pero entonces, el balandro se ladea y unas poderosas manos se aferran a la barca desde el mar...

-¡Por el trono de Helmo!...¡Un Tritón!-,La red escapa de las manos del pescador y su rostro palidece-, ¡N-no..no me mates por favor! No he hecho nada...

-No temas, No soy un Tritón.-El asentó Athkatlano del Mercenario tranquiliza un poco al pescador, pero aún tiempla su cuerpo. Mientras, el corpulento Mercenario asoma la cabeza a la barca y otea su interior.

Dos figuras suben a la barca, una es casi un gigante, la otra es todo un enano de espaldas anchas.

-No queremos tu sangre, solo tu barca.- Los ojos fríos de Hugh se clavan en el viejo pescador-, ¿M-mi barca?¡Pero yo la necesito! sin ella ¿como voy a comer?...los ojos del pescador se turbaron en lagrimas.

-Toma, pescador es mas que suficiente. Podrás comprar diez barcas como ésta.- La voz ronca de Obryn rompio el leve silencio en la barca. ¿Te basta...?- En las manos del pescador cae una bolsa de cuero maltrecha.

-Si basta, generosos señores. ¡Oh, sí...sí!-, el rostro del pescador se ilumino en un tono dorado por unos instantes.

Los extraños compradores no pierden tiempo y al poco, las velas se hinchan con la refrescante brisa marina, y la embarcación cobra velocidad al tiempo que vira hacia el Este. Y sólo las monedas de oro que agarra con la mano en un pequeño bote le garantizan al pescador que todo esto ha sucedido de verdad.

Unas veinte horas mas tarde...

Mientras Obryn acaba el largo relato de los viajes que le llevaron hasta Alaron, Hugh da gracias a los dioses por la fuerte brisa que los ha alejado de las galeras que les persiguen.

- ...Y ahora me veo fugitivo tanto de la Bahía del Dragón de Fuego como de las islas Moonshaes, Brup, Brup!.-En el rostro del enano se dibuja una torcida sonrisa mientras termina de comer un trozo de pescado en salazón.
- ¿Por que me ayudaste, Obryn? Estabas muy bien instalado en la corte del Rey Kane. Hugh escudriño el rostro de su camarada enano.

- En verdad, Canijo...¿Crees que he olvidado nuestras batallas y enfrentamientos con los Trolls de Bosque Khondal? ¿Los asedios a campamentos Gnolls en las Colinas Rázhgont? Eso nos marca y nos une, camarada.- Obryn se ladeo un poco y dejo escapar un pedo mientras se rascaba la frondosa barba.

- ¿Lo hicimos? ¡Después de tantas luchas, lo había olvidado!-. Los dos camaradas se echaron a reír en medio del mar.

-Ese capitán Akif nos seguirá. No olvidara este escarnio.- El rostro del Mercenario se oscureció. Si...Espero que este viento persista. si no...- Obryn negó con la cabeza mientras oteo el Oeste en busca de indicios de sus perseguidores.

- Sabes que, quizás tengamos una oportunidad de escapar. En los tiempos que serví al Rey Kane como mercenario estuvimos un tiempo luchando contra piratas que atacaban a gordos mercaderes que intentaban comerciar con las islas. Durante ese tiempo descubrimos rutas que tomaban los piratas, rutas secretas incluso para los soldados del Rey. Podemos tomar el estrecho de Nevâda y llegar hasta las costas de Murann.-Hugh comenzó a explicar el plan a su compañero de viaje mientras guiaba la nave hacia el Este.

- Bien, me gusta el plan canijo, pero donde esta el problema, de seguro hay alguno, ¿no es verdad? ¡Brup,brup,brup...!- El enano se puso en pie y estiro los poderosos brazos y las cortas piernas.

- El problema esta en que no logramos limpiar el estrecho de piratas...-Continuo el Mercenario.

CONTINUARA...
Desharrapado

Re: Historias de un Mercenario; Hugh D´han

Mensaje por Desharrapado »

Estrecho de Nevâda...

- Tenemos compañía, Obryn. ¡Mira! - Oteo Hugh - Si. Esa vela amarilla solo puede querer decir una cosa... ¡Piratas! - Se quejo el andrajoso enano.

- Bien, mejor que bajemos la vela y los aguardemos. Nos darán alcance de todos modos. Comento el Mercenario al tiempo que comenzaba a trabajar en ello.

- ¡Ojala no encontremos a ninguno con memoria o tendremos problemas!.- Se quejo Hugh mientras clavaba los ojos en la gran embarcación que se acercaba a ellos.- Aun así intentare engañarlos...

Al poco la bandera negra del barco pirata ondeaba en el mástil y la esbelta galera se pone al pairo, y multitud de rostros se asoman a la borda, entre ellos rostros de mujeres que Hugh no paso por alto.

En uno de los laterales de la galera se podía leer "El Arpón Ennegrecido" en un tosco común.

- ¡Ah, de la Cofradía!.- La voz del Mercenario se mostraba fuerte y su mirada segura. ¡Uno...No dos de vosotros os saludan y solicitan bienvenida!.- Continuo mientras tomaba con una de sus fuertes manos el cabo de cuerda que le habían lanzado desde la galera.

- ¿si?¿Que vas a hacer, si no?.-El murmullo procedía del interior de la embarcación.- ¡Si no lleváis monedas, os echaremos a los tiburones!.- Grito un pirata sin pelo y de rostro huesudo, que decoraba su cara con un fino bigote.

- ¿A los tiburones? Te abriré en canal antes de que pienses en ponerme una mano encima, Perro. - Tanto las palabras como la saliva salieron disparadas de la boca del enano con rabia cuando este termino de trepar por el cabo que sobresalía por la borda.-¡Brup, brup!

¡Que insolente!¡Destripemoslo y arroguemos su cadáver a los peces!.- Los ánimos se cargaron en un segundo.

- ¡Tranquilos, pertenecemos a la Cofradía del Velo Amarillento! Fuimos asaltados por los soldados del Rey y perdimos nuestro barco...solo nosotros salimos vivos del encuentro.- Mintió Hugh. <<En su cabeza intentaba recordar todo lo que podía sobre esta Cofradía, a la cual se había enfrentado sus camaradas y él años atrás, bajo las ordenes del Rey Kane>>

- ¿Que ocurre? ¿Quienes son estos perros?.- La voz provenía de atrás de la aglomeración de hombres que rodeaban a ambos Mercenarios, era una voz firme y denotaba liderazgo. Os dije que los trajerais en seguida ante mí. O por los dioses sois una banda de ineptos...

- Dicen que son de la Cofradía, señor...Que fueron atacados. La rata salada que hablaba le faltaban tres dedos de una mano y un ojo en el rostro.

El rostro de la tripulación reflejaba claro desprecio por el capitán que los guiaba y Hugh no tardo en aprovecharlo. Los ojos fríos y azules del Mercenario se clavaron en el capitán, un hombre de hombros amplios y fuertes, cabeza plana y sin pelo, ojos pequeños y juntos, boca agrietada por la sal del mar y resguardada por una barba anudada y lo que mas destacaba de aquel corpulento humano era un enorme tatuaje que mostraba los tentáculos de un kraken rodeando sus extremidades.

Hugh conocía aquel hombre, sabia que era uno de los importantes de la Cofradía, pero por lo que había oído de prisioneros tomados en años pasados, también era un hombre odiado por su tripulación, pues era tan cruel y duro con sus enemigos como con sus hombres.

- ¡Malos días debe de vivir la Cofradía para que aun continúes como capitán!.- El tono de Hugh era provocador. ¡Por decir eso, gusano, haré que te cuelguen de los talones y te asen con fuego! - El rostro del Capitán se puso rojo de ira en pocos segundos, mientras que una sonrisa se dibujo en el rostro del Mercenario.

- Quizá... Pero aún pertenezco a la Cofradía, Yanak, y exijo mis derechos...<<Hugh no dudo en usar el conocimiento que saco de aquellos pobres piratas que torturo en su día, y gracias a ello quizás tendría una posibilidad de salvar el cuello>>

- ¡El derecho a batirme por la capitanía con el capitán del barco!.- Continuo diciendo mientras ninguno de los tripulantes trato de negarselo.

Los hombres hicieron un pasillo entre el Mercenario y Yanak.

El sonido de un filo desenvainado rompió el silencio del momento. Me encargare personalmente de tí, gusano. - Los Ojos desencajados de Yanak se clavaron en Hugh mientras blandía un sable enjoyado y avanzaba para limpiar la ofensa ante sus hombres.

- ¡Si hay que hacerlo, lo aremos según la tradición! - La voz de una hermosa mujer de piel bronceada por el sol y vestiduras dispares se alzo ante los murmullos de los piratas con liderazgo en sus palabras y el mando de ser la segunda de abordo.

Siguiendo los instintos de gentes de su jaez, los piratas dejan un claro en torno al mástil y Yanak se acerca con siniestra sonrisa y una cimitarra frente a la daga que le han ofrecido a Hugh.

Las reglas del duelo son simples, los guerreros deban luchar dentro del circulo de hombres, todo esta permitido. Y el duelo es a muerte.

Hugh esquiva con agilidad los tajos del capitán del barco, mientras se mueve rápido a su alrededor, poco a poco saca de sus casillas a Yanak el cual le lanza estocadas y tajos mas fuertes y desesperados, Hugh aguarda sin atacar se concentra en la defensa y el movimiento...

- ¡Detente y lucha, Perro!.- La voz de Yanak se alzo con fuerza mientra lanzo un tajo tremendo directo a la cabeza del Mercenario, que esquivo justo en el ultimo momento.

- Si voy a luchar, Yanak...

El sonido del fuerte golpe en madera sorprendió al capitán y noto como su hoja se había clavado en un lateral del mástil dejándola atrapada en la gruesa madera después de haber lanzado su ultima embestida a Hugh.

- Pero no me detendré...

Hugh deslizo la daga con un movimiento poderoso que desgarro las entrañas del capitán del barco.

- ¡GGKKKKKKGG...! El sonido de la muerte se escapaba de la boca de Yanak...

El Mercenario alzo con fuerza al malherido Yanak por encima de su cabeza y lo acerco a la borda.

- Y bien...-Gruño Hugh.

Con un giro de brazos y acompañadolo con la cintura lanzo con fuerza al antiguo capitán del barco hacia el mar que lo trago al instante, la mirada incrédula de la tripulación observaba en silencio al semidesnudo Mercenario que se volvía hacia ellos con una sonrisa en los labios.

¿...Quien es el capitán de esta bañera? - Pregunto irónico.

El silencio fue roto por las carcajadas del enano norteño...

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Hugh y la tripulacion del Arpón ennegrecido.

CONTINUARA...
Desharrapado

Re: Historias de un Mercenario; Hugh D´han

Mensaje por Desharrapado »

...Al poco, el navío pirata navega hacia el sudeste, la vela desplegada contra la brisa y los hombres tiran de las maromas y cantan canciones procaces del mar...

-¿...Así que me crees loco, Yarely...? - Hugh miraba con una sonrisa picara a la segunda de a bordo, una mujer isleña de caderas anchas y pechos firmes, de piel morena y labios generosos.

-No, loco no, Hugh. Pero lanzarse de cabeza a las fauces del Capitán de la guardia del Rey Kane... - La mujer guió uno de sus dedos por la espalda musculada del Mercenario mientras caminaba tras el y se colocaba en uno de sus laterales. El Mercenario continuaba sentado ante una mesa con un mapa desplegado ante sus ojos

-Mira mujer, hará cuatro días que el capitán de la guardia salio de Caer Calidyrr...y tiene que hallarse en esta zona. -Hugh señalo en el mapa con el dedo.

- Tenemos que salirle al encuentro cerca del archipielago de Ioma. - Confirmo sin apartar la vista del mapa.

- ¿El Mar impenetrable, Almirante? Son aguas peligrosas... Sin nombres en las cartas de Navegación.- La mujer bajo el rostro hasta la altura de los ojos del Mercenario y busco su mirada con curiosidad, intentando encontrar en ella algo mas que en sus palabras.

- Algunos dicen que las pueblan demonios y que quien navega por ellas esta perdido...- Continuo.

- Al diablo tu perdición. - El Athkatlano reposo su espalda contra el respaldar de su sillón haciéndose sitio para ver mejor a Yarely - Pasé dos semanas en esas islas tras un naufragio y solo me tope con una tribu de salvajes sureños que vivían en sus peñascos...Y bueno quitando que intentaron sacrificarme a su dios lagarto...No vi ningún demonio...- Tras dedicarle una sonrisa, esta sabia claramente las intenciones del Mercenario hacia ella.

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- Como dices, Yarely...No aparecen nombres en esta carta, que es la misma que utilizara nuestro perseguidor. - Yarely se deslizo entre la mesa y Hugh con un movimiento rápido, elegante y sensual terminando en el regazo de este - Esa será nuestra ventaja - Termino la frase Yarely.

Hugh por su parte no se digna a dar más explicaciones y la toma entre sus brazos...La noche les sera placentera...

...Días mas tarde, en aguas del Mar Impenetrable, los remos suben y bajan con ritmo constante y empujan sobre las olas el barcos de guerra de Akif, Capitan de la guardia del Rey Kane. Los remeros reciben un trato cruel.

-¡Tenemos hasta el viento en contra y debemos remar...¡Por Akadia, bendícenos con tu velocidad, pues parecemos caracoles!- El rostro del capitán mostraba la rabia y frustracion del momento.

- Mi señor Nos encontramos en las cercanías del archipielago Ioma - Le recordó su segundo. - No conocemos estas aguas, pero pienso buscar trazas de su bote por la costa y...¡Mire, mi señor! ¡Ahí tenemos una presa para nosotros! ¡Piratas! ¡Los hemos sorprendido...! - La voz venia de las alturas... del vigía.

...Mientras, en el bando pirata...

- Esa alimaña nos cree desprevenidos...pero hace mucho que preparamos una batalla que dar a Tempus. - Hugh y Obrym observaban la maniobra lejana de acercamiento del "Mandoble" El barco de guerra de Akif.

- ¿Doy la orden de ataque, Hugh? - Se acerco Yarely sable en mano. - No. Yarely

¡No, disponeos a virar! - Grito a sus hombres mientras ignoraba a la mujer. - ¿Que? ¿Huiremos?¿ Como conejos asustados? -La mandíbula de la mujer estaba tan tensa que parecía que le saltarían los dientes.

-"¡Ataquemos, y daremos buena cuenta de ellos!" "¡Rajemos a esos malditos soldados!" - Los hombres se agitaban y gritaban cada vez mas.

-¡Yo soy el capitán, perros sarnosos. Daos prisa si no queréis que os despelleje...- Grito el Mercenario mientras clavaba la mirada en la tripulación. ¡Descuidad, habrá un festín de espadas sobre estas aguas...Ahora obedecer! - Atizado el entusiasmo, y el temor, los hombres corren trabajo...Y poco después el barco se dirige hacia el interior del archipiélago.

...Mientras, abordo del Mandoble...

- ¡Esas hienas cobardes huyen! Esas islas le cortaran el viento y serán presa fácil con nuestros remeros...-La sonrisa malvada de Akif, broto gustosa en su rostro. Y bajo el látigo del capataz, los remeros doblan la espalda y reman con todas sus fuerzas...¡Remad, Puercos!

Poco a poco el "Mandoble" comienza a dar alcance al "Arpón ennegrecido" y, a bordo de este los piratas contemplan con miedo cómo se acerca el armamento preparado de un verdadero barco de guerra...

Susurros se extienden por la cubierta...¿el capitán esta loco...?...Su espolón nos partirá como una cáscara de huevo... Si nos hundimos en estas aguas estamos perdidos...

Mientras Hugh se preocupaba de otra cosa...

- ¿adonde llega la sonda ahora? - Pregunto al marinero que media - Cinco brazas...y crece poco a poco...

- Hemos pasado lo mas difícil - Sonrió el Mercenario. - Yarely mira curioso a Hugh - Me sorprende que no perdiéramos la quilla.
- A mi no, y ahora mirad a nuestros perseguidores. - Repuso señalando.

Cercano a ellos el "Mandoble" se lanza sobre su presa a gran velocidad... y de pronto se detiene, cuando el crujido de maderas y cordajes resuena entre las islas. Se oyen gritos de consternación cuando el mástil se quiebra y cae. Y de nada sirven los remos, por que arenas invisibles retienen al navío Moonshaes cual los tentáculos de un pulpo.

- Ahora daremos la vuelta y terminaremos con esto de una vez por todas...- La espada de Hugh salio de su vaina.

CONTINUARA...
Desharrapado

Re: Historias de un Mercenario; Hugh D´han

Mensaje por Desharrapado »

-¡Que Cyric me arranque las tripas...los piratas vienen hacia aquí como un diablo de los nueve infiernos...!- El gesto del capitán Akif reflejaba tanta incredulidad como sus palabras.

La galera pirata navegaba directamente hacia el navío Moonshaes. Al cabo de unos minutos, los garfios de asalto muerden madera isleña, seguidos de una lluvia de flechas y por una hueste vociferante y asesina que salta sobre la borda.

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Los Moonshaes pelean con bravura, pero no pueden con estos luchadores endurecidos por el mar.

- ¡Hoy habrá tumbas saladas para los soldados del rey!- gritaba el enano norteño asestando golpe tras golpe.

Cuando el teniente a las ordenes del capitán Akif cae sin vida bajo el hacha ensangrentada de Obryn, la soldadesca Moonshae empieza a perder empuje. Entretanto varios piratas han acabado con el capataz del barco y le han quitado las llaves de los esclavos que tiraban de los remos, y cuando las odiadas y herrumbrosas cadenas caen de los tobillos de estos esclavos de muchas naciones y barcos piratas la balanza se inclina en favor de Hugh.


Entonces llega el momento que se había demorado mas de lo que Hugh deseaba...

-¡Prepárate para morir, Akif !- El Mercenario tomo con ambas manos la cimitarra que portaba. - ¡Sabia que esto era obra tuya canalla!- Le acuso el capitán mientras blandía su espada frente a el.

-¡Por Yelmo que vas a recibir tu merecido!- Grito Akif mientras lanzaba estocadas al mercenario.- Quizás algún día lo reciba, perro...- Hugh evito las estocadas con maestría y alzo su sable con ambas manos para descender en un poderoso ataque que partió en dos el escudo pequeño del capitán.- ¡...Pero no por tu mano!

Durante largos minutos ambos intercambiaron golpes y paradas con furia, y piratas y soldados abandonaron la lucha para ver como el curtido Mercenario fuerza al capitán del ejercito del rey a retroceder mas y mas.

El tajo circular de la espada de Hugh separo la cabeza de los hombros de Akif mientra el silencio abordaba el navío y las miradas apuñalaban a ambos.

El jadeante Mercenario dejo caer la espada sobre el cuerpo del capitán. - Bien, le has hecho otra cicatriz...y creo que no habrá pociones que la curen. - Rió el Enano mientras sacudía el hombro del Mercenario.

Tras la muerte del capitán, los últimos soldados dejaron de luchar, pero para su pesar los piratas apenas toman cautivos y los pasan por la espada a todos.

Una semana después la galera pirata llega a costas de Amn...

- Yarely, ahora eres la capitana. Dudo que nadie discuta tus derechos. - La sonrisa del mercenario hacia la mujer era atrevida y claramente aun notaba el sabor de su piel en sus labios.

- Pero...¿adónde vas, Hugh?- Pregunto la pirata intentando retenerlo unos segundos mas. - ¡Al Norte! - El Mercenario no dirá más...

Tras dejar a los piratas en el mar, ambos mercenarios se despiden también, El enano volverá al norte, a su tierra, a la Marca Argentea. Hugh también pasara por su ciudad natal, aun le quedan asuntos que terminar allí, pero promete al fiero enano que marchara a buscarlo algún día y beberán juntos en las frías posadas del Norte...

PRÓXIMAMENTE RETOMO AL PRIMER POST
Desharrapado

Re: Historias de un Mercenario; Hugh D´han

Mensaje por Desharrapado »

Athkatla, un verdadero cruce de caminos comerciales que llegan desde las provincias del sur como Calimshán y los del norte como Aguas Profundas...Todo pasa por aquí. Una ciudad donde cualquier transacción comercial puede tener éxito...

El miedo a perder todas esas riquezas hace templar al gobierno del "Consejo de los Seis". Quizás por eso cuidan de dejar claro la ley de Athkatla, una ley dura y cruel...

...El Atlético Mercenario anda por las calles del gran El mercado de Athkatla, llamado Paseo de Waukeen , un mercado que dobla el tamaño del de Aguas Profundas y en el se podía comprar cualquier elemento encontrado en la superficie (y algunos de la Antípoda Oscura...) siempre que se pague su precio.

Continua su camino y termina cursando hasta la zona mas baja de la ciudad. Para sus pasos ante una posada y observa el nombre de la misma escrito en múltiples idiomas entre ellos el común "La Rata jorobada" parece que ha llegado donde quería.

Solo, entre las penumbras de una mesa pequeña y acompañado de un licor, Hugh lleva horas esperando, acechando, observando quien puede ser la presa que le de la información que necesita. Algo que le haga llegar hasta su hermano, Aluk.

A veces es una mirada furtiva, un movimiento esquivo entre cómplices, un exceso de vino, o incluso la soberana inconsciencia de una palabra de mas. Un error que debe pagar el portador de ese mensaje.

-¡¡Ni todos esos cobardes de la Daga de Obsidiana hubieran podido!! - ¡¡...Os digo que ese jodido pulpo se quedo tuerto!! - El hombre ebrio que hablaba era claramente es un extranjero ladrón de puertos y pirata, vestía un peto de cuero gris curtido y descolorido por la sal, el resto de su cuerpo lo cubría con prendas finas y desgastadas, su rostro era feo y lo decoraba con anillas de diferentes tamaños y en diferentes puntos de su cara y lo único que quedaba en su mano derecha era un garfio retorcido y oxidado.

-¿¿Cómo podías coger el arpón con tu garfio??- le preguntaron los hombres cercanos a el entre burlas y risas. ¡¡Tan sólo te sirve para hurgarte la nariz...!!- Comento otro marinero y las risas inundaron el salón de la posada. ¡¡Eres un imbécil , Nelur!! - Sentenciaron.

Nadie ha dicho nada al ladronzuelo bocazas. Lleva rato hablando pestes de la Daga de Obsidiana, un gremio de ladrones de los barrios bajos de Athkatla, En esta ciudad, habitualmente, los extranjeros aprenden a callar ante los comentarios de los residentes. Y la mención a la falta de valentía de esta sociedad no hace nada de gracia aquí.

Aunque sea un gremio de ladrones, su fama y beneficios de transacciones comerciales que han traído a la ciudad de Athkatla les ha dado un lugar de "honor" en los sentimientos de los Athkatlanos de barrio bajo. Nadie cuestiona el honor de esos ladrones. Algo que parece olvidar Nelur. Si estuviera solo, quizás ya estaría muerto.

El Mercenario abandona las penumbras y camina con pasos tranquilos hacia el grupo donde se encuentra Nelur mientras este continua diciendo tonterías.

- ¿¿Me crees un mentiroso, Shan??- continua diciendo a sus camaradas, cuando se percata de la presencia del fuerte Mercenario. - Crees que soy como esos mald...- La cabeza de Nelur se estampa contra la mesa con un fuerte crujir de huesos rotos bajo la mano de Hugh.

- Demos un paseo. Tus amigos no te echarán de menos. - Le comenta al oído mientras lo tiene cogido con una de sus manos por los pelos y observa su rostro ensangrentado y su nariz rota, la otra mano la tiene en el puño de su cimitarra y el filo de esta en la garganta de uno de los camaradas de Nelur sentado en la mesa, que ni pestañea.

La puerta de la posada se abre de par en par cuando el Mercenario patea el culo del ladrón de puertos y este rueda unos metros por el suelo entre quejidos.

- Ahora hablemos - Las palabras de Hugh eran frías y si mirada aun mas.

- ¿¿Estas loco??Puedo hacer que...- las palabras de Nelur se le atravesaron en la garganta cuando el Mercenario coloco el frió filo de una daga en su cuello. - Escucha perro...Hablas mucho de la Daga de Obsidiana. Quiero saber donde esta uno de sus cabecillas...Aluk. - Continuo el Mercenario.

- Yo, yo no... - Nelur se quedo blanco. - Morirás si no me lo dices, Nelur. - Amenazo Hugh.

Y si te lo dice, también. - La voz ronca y masculina provenía de la puerta de la posada. Ante ambos se encontraba el Posadero, un hombre corpulento de bigotes espesos y calva reluciente.

- ¿Te vas a meter en esto, tabernero? - Escupió el Mercenario. - Ayú..dame...- Solicitaba el ladrón que se había meado en los pantalones.

- ¿Sabes?, Ese Aluk que buscas estuvo aquí con algún miembro de su gremio. Querían vender lo robado en las costas del Mar Brillante. Pero se equivocaron al tratar con Hakatuy. Un maldito inepto que jode los negocios y se queda con el botín. - Continuo el posadero mientras se apoyaba en el marco de la puerta.

- Esos hombres de la Daga de obsidiana han sido asesinados y ese Aluk esta encadenado en los sótanos de la casa de Hakatuy, esperando ser vendido a los malditos esclavistas. Quizás esta noche ya lo hagan...- El posadero dio media vuelta con la intención de regresar al interior de la posada, pero antes de entrar paro sus pasos. - Ah, no olvides de matar a este imbécil, es un bocazas que huele mal.

-Eso hace bastante rato que lo he notado. - Termino diciendo el Mercenario.

CONTINUARA.
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