Retales

Los trovadores de la región narran la historia de sus héroes. (Historias escritas por los jugadores)

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Wantu
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http://youtu.be/m4CeJ0V1_Vo


-Mirando hacia atrás para aprender-



….Sí, algo más de una década en Nevesmortas y seguía mi camino sin Humo. Me pregunto qué diría de conocer mi nuevo cargo, el de Consejera de la Orden de Caballeros, los mismos que un día le encerraron entre sus muros pero, eso ya quedó atrás. Lady Iruss me ofreció el cargo, acepté el nombramiento sabiendo que conlleva una gran responsabilidad, incluso tengo un aposento entre el de Sir Khay y Lady Dana, curiosa coincidencia; Khay me ayudó en un trabajo para Argyle... sí, hasta yo he trabajado para ese gnomo, era una recien llegada a la Villa y no conocía los alrededores. Me perdí y fue él el que me encontró con unas notas en la mano, desesperada y sola en Nevesmortas Oeste. Siento a cada paso como muchos ojos se clavan en mí, sin duda mi fama crece por las tierras del norte y al fin he logrado que no se me englobe en lo que suele ser la vida de un trovador.
El norte está más abrupto que nunca, los ataques a la villa están siendo frecuentes, mas sin embargo siempre hay tiempo para admirar el firmamento (si es que el clima lo permite, claro). Aquella noche era una de esas pero duró poco, un gran temblor y una vegetación desbocada comenzaron a envolver la zona norte de la Villa. Apenas dio tiempo a desenfundar las armas cuando una nube de arácnidos diminutos llegó. Una ocasión más en la que me hubiese gustado contar con la sabiduría de Malakai pero no, no estaba así que entre todos tuvimos que comenzar el avance entre cadáveres. Seguíamos a un Pastor de árboles, nuestro intermediario no era otro que Mok, sí, el semiorco. No puedo expresar con palabras lo que sentí cuando esa mole se metió en mi terreno sirviendo de intermediario, una mezcla de indignación junto a la risa por lo esperpéntico de la situación me invadieron. No obstante fue útil, si se equivocaba era el semiorco el que lo haría. Como dije, seguimos al Pastor hasta el camino del hospicio para comprobar como parte de éste había desaparecido. Un gran socavón ocupaba parte del camino, tras mucho pensar bajamos hasta el fondo de la grieta y allí el espanto. Millares de criaturas diminutas que nos torturaban con sus picaduras, no recuerdo haberme rascado tanto en la vida, no llegamos al fono de la cuestión pues la grieta era tan inestable que comenzó a caer sobre nosotros. El bosque se consumía pero nosotros no íbamos a cejar en el empeño de encontrar el motivo y su solución. Las investigaciones nos llevaban de un lado a otro del norte mas siempre, al volver, regresábamos al comienzo, a la Bifurcación donde todo empezó.

Gracias a mis “paseos” con Humo, reconocí los lugares donde los portales que se abrían nos conducían. La cripta de Felbar, el Palacio de hielo…
Todos y cada uno de los lugares me eran familiares aunque desde luego no estaba exenta de equivocar la dirección, odio las criptas pero ya no las temo. Afronto mis temores al fin pero lo que vi en el Palacio de Hielo superaba con creces a lo que vi la última vez. No sólo debíamos enfrentar a lo que siempre mora en aquel lugar gélido, también a arañas comandadas por la madre de todas ellas. Sentí por momentos que mis días acabarían allí mismo pero no, aun no es hora de que mi alma vaya hacia el muro de Kelemvor. Aun no sabemos resolver el entuerto pero no cejamos en los intentos.

Todo parece mezclarse, a lo largo de los años ha habido sucesos que me llamaron la atención, como aquel atentado a una carroza con emblemas Zhents al norte de la Villa, también aquel encuentro con un león del desierto y por supuesto el hallazgo de aquel libro que hablaba de un grupo fantasma. Todos estos sucesos parecen volver a la actualidad, Miles de papeles archivados durante estos diez años y todos siendo revisados por mí, tratando de encontrar una razón para las nuevas incursiones orcas, pactos con trasgos cambiantes y demonios. Apenas puedo parar un instante para respirar. Quisiera ir hasta el jardín de Malakai y rendirle el tributo a lo que allí vivimos ambos pero me es imposible. Ya estoy hecha a la idea de su pérdida pero no entraré en llantos que no me lo devolverán, me hizo fuerte, me endureció sin perder mi esencia y así seguiré. En su lugar seguiré investigando, seguiré creciendo en mi mundo musical, seguiré plantada en la posición de poder que ahora disfruto y desde allí, veré como el Rauvin es recuperado de las garras de Malar, veré como se esclarece el asunto Orco, veré como cae el descuartizador de la Rosa blanca, veré como cada misterio se aclara ante mis ojos… veré, veré, veré.
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http://youtu.be/HWzv70M-1h8

-Observar lo que rodea-


…¡Qué espantosa y reconocida visión! Sí, hube de ver nuevamente las marcas de desgarros y heridas sobre el cuerpo de ese semi-elfo, creo que le llamaban Gylan y no sólo las heridas sino el mensaje de su frente escrito en elfico. Aquello me hizo recordar el mensaje que sobre mí había dejado aquel Licántropo. A decir verdad, iban a seguir cazándonos para hacernos claudicar y así, entregarles de una forma u otra a la semilla. Incluso hay quien recuerda el mensaje del que fui, sin quererlo, portadora. Ya se comentó en la plaza que el círculo tenía algo que ellos querían mas como siempre, me tocó sortear las preguntas para alejar a todos de la pequeña. Lo prometí y pienso cumplir mi promesa, velaré por ella como tantos otros están haciendo y mientras tanto, sobreviviré a como de lugar a tanto ataque de las tropas de Malar. Es curioso como todo parece repetirse en círculos viciados, como todo tiende a recomponerse en su lugar y cada quién, va cumpliendo el cometido que los dioses decidieron en su momento.

A pesar de haberle perdido, sigo teniendo en cuenta las palabras de mi amado Humo, siempre me repetía que bajo ningún concepto atravesase el bosque caída la oscuridad, que siempre buscase protección y así lo hago. Tras conocerse la cura para los atacados, todo el mundo enjambró el bosque en busca de belladona, ingrediente principal del remedio, pero claro… desoyen los consejos de prudencia pero yo no, no volveré a caer sin más en las garras de uno de esos puercos sirvientes de la Bestia.

Todos los que me conocen, saben de mi aversión a los semiorcos pero no obstante a pesar de tener que lidiar con la desmesurada actividad (dejémoslo ahí…actividad, será lo mejor) de Mok, reconozco que era el mejor guardián con el que podía contar. Estaba segura de que no dejaría que alguien le arrebatase a su, llamémosle, objetivo. No obstante cada vez que intentaba hacerme oír aparecían las voces discordantes que tildaban de cobardía la prudencia, en efecto, tal como me dijo Amendur y Vildiara, no iba a ser sencilla mi labor y mi implicación en la Llamada. Es por eso que desde mi puesto de Cronista avisé a los que a pesar de no haber nacido en Nevesmortas, traté siempre como compatriotas. Quizá, por mis duros y hasta corrosivos escritos me empecé a ganar enemistades, pero por eso, desde mi llegada a la Villa me he procurado rodear de gentes que en algún momento me guardasen de cualquier percance. Sí, reconozco que no todos son gente clara, pero mi lema siempre fue el mismo: Ten ojos y oídos en cualquier parte, ten amistades hasta en el séptimo infierno, todos tienen su cometido en alguna ocasión.

Es por eso, que no temí jamás a lo que se pudiera interpretar en mis crónicas, ni siquiera cuando Andrés, el arcano de la bola, me aseguró que el mensaje que me habían dejado mientras dormitaba en el teatro, era del Huérfano Lector. La verdad, es que ese embotellado escrito me arrancó no una, sino varias sonrisas, firmaba con un”ya sabes quien soy” Y sí, se quien eres, eres el responsable de que diese un empujón a mi ambición y solicitase el puesto de Cronista. Es verdad, que todo comenzó en aquella fiesta en casa de la Dama, con aquel asesinato. A pesar de que llegamos al fondo del asunto y encontramos el escrito en que confesabas todo, jamás pudimos encontrarte y parece, que aun estás entre nosotros. Francamente, me gustaría poder preguntarte sobre rosas, sobre rosas blancas mi perspicaz huérfano adscrito a la botella, pero supongo que esa es otra historia…



//Me encanta la musiquilla jijijiji :jester:
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-Asfixia-



… Estaba amaneciendo, aun me encontraba echada sobre el lecho con dosel perteneciente a la habitación que en la Orden me habían dado, fue una mala noche en la que apenas pude entrar en un duermevela y las veces que lo hice, mí ansiado sueño se tornaba en imágenes turbias y agobiantes. Sin duda acompañar a Iruss en aquella patrulla con los aspirantes y algún aventurero, no iba a ser buena idea.

Los reflejos de luz se colaban por los ventanales de la habitación conformando un baile con las motas de polvo flotando en el ambiente, el fuego de la chimenea aun crepitaba por lo que se podía incluso caminar descalza por la alcoba, contrastaba con la imagen de algún caballero de guardia tiritando por el frío pasado en su vigilia. Podría estar disfrutando de las mieles de mi esfuerzo, de toda una década de trabajo duro en Nevesmortas pero sin embargo, no era así. Me estaba ahogando.

Me envolví en el extraño atuendo que para mí era el uniforme de alto cargo en la Orden, una cota de malla que me cubriese el torso, brazales metálicos a los que no estaba hecha, botas bajas con algún refuerzo de metal- si algo sé, es lo frágil que resultan los tobillos y las rodillas del enemigo, no importa que su altura supere la tuya, un buen golpe en los tobillos, un corte certero en el tendón de Aquiles o una buena estocada que destroce la rotula son suficientes para hacer caer al oponente- y esa espantosa capa de color amarillo que tan poco me gusta, al menos mi Clave de sol y mi Adagio me recuerdan lo que soy y lo que nunca seré.

De aquella guisa me miré en el espejo, vi una imagen que apenas podía reconocer. Atrás estaba quedando la risa, atrás estaba quedando lo que era, pero el tiempo y los acontecimientos hacían necesario un endurecimiento. No obstante me negaba a que mi esencia se perdiese haciéndome una desconocida en el reflejo.

Nunca fui una cabeza hueca, nunca me gustaron las muestras de risa insulsa y falta de personalidad que muchos enarbolan cual bandera. Por eso me es tan complicado entender algunas actitudes de los susurradores. Con el paso del tiempo, lo que soy es lo que me ha permitido casi adivinar las intenciones de aquel que finge, cada gesto, cada timbre de voz es un dato para conocer al que tienes en frente. Pocos prestan atención a esto. Todo lo que estaba viviendo, todo lo que he vivido me obliga a guardar silencio.

Sabía que estaba acercándose la gran batalla, la semilla ya tenía edad suficiente y la Bestia iba a ir a por ella pronto. Muchos aun no ven la gravedad de la situación y siguen viviendo en un mundo multicolor, apenas han visto la punta del problema cuando han conocido las noticias de algún ataque, ahora todos piensan en la cura y cómo conseguirla.

Hace deckanas que conseguí sin esfuerzo la obtención de la cura, pero no voy a darlo a conocer, ese vial será para mí si los dioses me abandonan y de nuevo la bestia me encuentra, después de tomarla sé bien como desaparecer. Quizá me he vuelto demasiado egoísta pero cuando nadie escucha llega un momento en que dejas de hablar, ahora es mi turno pero… me ahogo.

Me cercioré de lo que me pasaba en aquella patrulla con Iruss y tomé la decisión que debía tomar, aislarme de lo que me ahogaba y buscar un lugar donde volver a ser libre de mi propia existencia.

Recordé un lugar que visité con Humo hacía muchos años, sin dar explicaciones monté a lomos de mi Hipogrifo y surcamos ambos los cielos hasta llegar y entonces volví a respirar y llenar mis pulmones para poder regresar…
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-Yo y yo conmigo-


... Tras mi regreso a Nevesmortas todo había cambiado, la calma había llegado a mi espíritu dándome por fin la posibilidad de aceptar todo lo que los dioses tuvieran a bien depararme.

Volví a mis quehaceres tanto en la Compañía de teatro como en la Orden, así pues tuvo lugar aquella reunión en los Pináculos. A tenor de la experiencia que había adquirido durante la duración del conflicto con la Bestia sabía que no iba a esclarecer nada, salvo escuchar lo que tenían que decir los organizadores, los extraños elfos Taden y Shiga. Siempre, a lo largo de la guerra hubo voces que exponían sus planes pero sólo eran voces que a buen seguro no conocían la profundidad de la cuestión como la conocía yo. Dudé que los planes que querían realizar diesen fruto pero insistieron en intentarlo, no sería yo la que lo impidiera.

Si alguno hubiese sabido que conocía lo que quería la Bestia, no hubiesen dudado en ponerme en la picota y entregar a la semilla con la creencia errónea de que la guerra concluiría por eso, era de vital importancia que no lo supiesen por el momento, así como lo era que Vildiara conociese al detalle la reunión.
Fue muy extraño estar de nuevo en los Pináculos, la última vez que estuve allí fue acompañada por Malakai, defendiendo el reducto que nos aislaba de los licántropos, luchábamos por nuestras vidas entre la sangría realizada por las bestias y por nosotros al defendernos. En último instante, las trompetas y los ruidos de armas y armaduras anunciaban la llegada de los caballeros. Rompieron el sitio a base de sangre y acero pero la compañía artesana había pagado un alto precio del que tardaría en recuperarse.
Fue casi insultante que se me preguntase qué había hecho en el conflicto la Orden de caballeros, curioso cuando son hechos conocidos, son los que mantienen las ciudades de Cumbre, Yalanzhar y Puntaulven fuera de la dominación de la Bestia, sirviendo de trinchera previa a Eterlund. Así mismo, si no hubiese sido por los caballeros, hoy estaríamos engrosando las filas de la Bestia o quizá muertos. Tal como me dijo Amendur hacía mucho, sería una tarea ingrata la mía y muy fuerte habría de mostrarme ante lo que se avecinaba.

La reunión se mantuvo en secreto a petición de los organizadores, yo no hablé de ella pero a pesar de no estar citada acudí gracias a mi posición en la Orden de Caballeros, así mismo tendría la posibilidad de representar lo que quedaba del Círculo, tan esquilmado por las huestes de Malar.

A pesar de ser secreta, posiblemente alguien más conocería su celebración como tuve constancia. Alguien oculto fue sorprendido espiando, no supe quien era porque estaba escribiendo mis notas para el informe pero el elfo extraño si que lo vio.

Al perseguir la sombra, supimos que se trataba de una mujer. No tardaría mucho en saber de quien se trataba, la condenada no usó el perfume habitual de vainilla.

Los días pasaron y cuando la encontré tenía un gesto reprobatorio hacia mi, a solas alcanzó a preguntarme porqué no confiaba en ella pero, hace demasiado que no confío plenamente en nadie; No supe de qué me hablaba hasta que me habló de la reunión y de cómo había tenido que llegar a hurtadillas a fisgar. Me sorprendió a pesar de conocer su don, sé lo que es y sé de su carácter. No es difícil averiguar lo que quiero sabiendo tocar en los botones correspondientes.

Mi siguiente pregunta fue la más obvia. ¿Por qué estaba fisgoneando? Su respuesta, impulsiva, le pierde la ofuscación y su lengua se desata. Quarrel le había dicho que acudiese a cierto lugar a cierta hora y fisgonease. ¿Por qué Quarrel le pidió tal cosa? Es una pregunta con respuesta casi obvia pero, sigo en mi lema de ver, escuchar y permanecer en silencio hasta que éste deba ser roto.

Nuestra conversación posterior acerca de posibles jugadas de ambas en relación a la guerra se vio interrumpida de golpe. Una punzada aguda me hizo doblar. No estaba enferma, no había tomado nada que pudiese haberme envenenado pero el dolor fue intenso, caí de rodillas con la respiración contenida, pasaba el tiempo y el dolor se hacía más intenso. A medida que fue pasando, sentí como me partía en dos mitades. Mi mitad elfica y mi mitad humana, era como si una fuese independiente de la otra por momentos, como si jamás hubiesen estado unidas. Mi sangre gentil se negaba a unirse con la humana dejando un vacío oscuro en mi ser. Sé que esto es algo imposible pero no encuentro ninguna forma de expresarlo mejor. Mi mitad más ardiente, mi mitad menos metódica, mi mitad menos analítica campaban a sus anchas siendo observadas, ceñudas, por mi sangre ancestral del pueblo elfo…



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Wantu
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-Maya-



"Un paquete muy importante ha llegado para vos, querida cronista. Está bajo custodia de Rosa". Nunca, ni en mis mejores pesadillas me hubiese imaginado algo así pero sin duda, ese paquete iba a ser importante. Se trataba de una niñita, de unos cinco años, de cabello largo y rojo, ojos grandes, los propios de una personita ávida por conocer el mundo extraño al que llegó, Maya era su nombre.

Tenía algo que me hacía su persona muy familiar a primera vista, después supe el porqué y fue entonces cuando lo comprendí todo.

No me preocupó el momento en que tras haberle dado el golpe que le causó la muerte el cuerpo inerte de Karen se volatilizase en una humareda, estaba demasiado absorta mirándome las manos llenas de sangre; era la primera vez que había matado por pura prevención a alguien. Alguien que desde luego había sido importante para Malak, era una como él, una cambiante. Escogió el camino del engaño, escogió el acabar conmigo para que Malakai fuese de ella, pero a pesar de las dudas, Humo supo que nunca sería yo por mucho que escogiese mi apariencia, aquella vez no logró engañarle.

Días antes Karen se había encontrado con él pero seguramente llevase tiempo acechándonos buscando el hueco para conseguir lo que quería.

Posiblemente mediante el engaño habría llevado a Malakai a yacer con ella y conseguir a un ser completo como ella se denominaba. Humo jamás supo que no era yo, yo jamás supe de aquel suceso porque en verdad, Malakai no me engañaba, el engañado era él a manos de karen.

Ha pasado tiempo desde aquello, nunca me arrepentí de dar el último golpe a la cambiaformas y ahora sé, que no la maté y que de nuevo, su engaño, me llevó a tener un cargo en mi conciencia que no debía existir. Ahora sé que mis manos siguen inmaculadas. Ahora sé que la que venció a Karen de verdad fui yo.

El destino esta vez jugó en contra de Karen pues supongo que en su definitiva muerte pensó en hacer suyo para siempre a Malakai, sí, Humo siempre quiso tener hijos y tener una criatura como Maya habría hecho quizá las cosas diferentes entre el y yo pero Malak se encuentra perdido en la inmensidad del Rauvin, quizá muerto desde hace mucho `por lo que la pequeña sólo me tendría a mí como su guardiana, cuidadora y porqué no decirlo, madre.

Se lo debo a Humo, yo acabé o así lo pensé, con la única posibilidad que había tenido de conocer a alguien como él, alguien igualmente poderoso por eso Maya será a partir de ahora mi hija y la de Malakai. Al fin he encontrado la explicación del porqué ambos vimos nuestros nombres grabados y entrecruzados en el dosel del lecho que compartíamos en su jardín, en nuestro particular jardín.
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Gineu

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8O 8O
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-Dragones. Los reinos del cielo-



Qué espanto, qué espanto… ¡dragones negros! Sí, digo bien mis convecinos y ocasionales lectores pues de repente una nube de crías de dragón negro sobrevoló la zona norte, justo a la altura del Hospicio de Marzhamor. Todo ocurrió, según me dijo la señorita Arilyn muy amablemente, tras el hallazgo de una cría de dragón de bronce a manos de uno de los moradores de dicha abadía. La cría estaba herida y según se supo, fue atraída por algo tan básico como un trozo de salmón. De repente el cielo se tornó negro debido a la presencia de multitud de crías de dragón negro, los que allí casualmente se encontraban lograron valerosamente reducirlas. Creyendo todo acabado acudieron a la villa tan solo para ver como una nueva embestida draconiana tenía lugar.; pero he aquí que en la villa ya se habían apresurado a montar las defensas y menos mal, porque esta vez el enjambre no sólo era de crías sino de dragones adultos y uno venerable. Gracias a los dioses se logró derribar al más anciano de los negros pero ya se hallaba el hospicio lleno de lamentos y destruido en gran mayoría. Según las palabras de la señorita Wend y posterior confirmación a manos de la escudero de la Orden de Caballeros, la dama Moira, del cuerpo del dragón negro más viejo se desprendió una nota escrita en la lengua usada por éstos. La nota hablaba según la traducción de la arcana Cefira, de una especie de venganza para con los humanos, pues tal parece que los dragones de bronce han ayudado en alguna ocasión a éstos. Su misión era acabar con la cría, y se deducía que parte de su familia aun se encontraba con vida.

Con esas líneas comencé una de mis crónicas, poco podría imaginar yo cuando me contaron aquel suceso lo que vendría después. Guerras entre reinos que nos afectarían a los simples caminantes del norte, una experiencia más en mi mar de vida, cada día más completa. Los hechos siguientes acontecieron así...

Tras el correr de los días logramos encontrar al enano que se había llevado a la cría de dragón. Fue una tarea ardua, sobre todo porque el tiempo corría en nuestra contra y los ataques desde los cielos caían como una pesadilla sobre nosotros. Las pesquisas nos llevaron hasta las cercanías de Fuerte Nuevo, allí dimos con un atemorizado enano del hospicio pero no con la cría que estábamos buscando. El enano había vendido a alguien la cría, ahora se complicaba todo y debíamos comenzar una nueva andadura en pos de hallar las respuestas oportunas. En Fuerte Nuevo logramos la información que necesitábamos a manos de la pareja que acampaba allí. Todo apuntaba al paso de Argluna. Por si fuese poco con los temibles gigantes que guardan el paso, ahora teníamos dragones atacándonos desde los cielos.

No sé cuantos días estuvimos entre aquellos muros enormes de piedra ni logro saber como sobrevivimos pero dimos con la cría. Algunos pensaron que todo había concluido pero lejos de tal hecho nos encontrábamos pues lo peor aun estaba por llegar.

El gran dragón de bronce, cuyo reino daba las últimas bocanadas antes de morir, nos explicó el porqué su hijo era buscado. Su sangre era la llave para salvar o destruir el reino, tanto el suyo como el de sus enemigos, los dragones negros. Bajo ningún concepto la cría debía caer en las manos de alguien inadecuado, por eso, nos pidió un último esfuerzo.
Debíamos dividirnos; unos cuidarían de la cría, poniéndola a salvo sin que ni siquiera el resto del grupo supiese donde iban a resguardarla. El resto debíamos ir al reino del Dragón de bronce e impedir que el desastre tuviese lugar.

Cuando pusimos pie en tierra, solo vimos desolación y muerte. Sobre nuestras cabezas una cúpula que impedía aun a los dragones negros acabar con todo aquello y con nosotros. Fue entonces cuando tomando forma de elfo, el broncíneo dragón nos habló de nuevo.

Ambos reinos tenían una parte de un cetro único. Cada parte del cetro era la llave de la destrucción del reino, ellos jamás habían osado tocarlo. Tanto una parte como la otra se hallaban dentro de un cofre cerrado, encima de éste, un cristal mágico imbuido de magia divina pues ninguna otra podía darse allí. Había que destruir el cristal y aprisa coger la mitad del cetro y regresar con vida.

Decidimos pues, encomendándonos a los dioses, partir en su busca. Mi voz se alzaría en una nota capaz de romper en mil pedazos el cristal mientras otros tomarían en contenido del cofre. Pero no pudo ser así. Una figura conocida nos había seguido a lomos de un hipogrifo y fue éste el que con decisión hizo el cristal añicos dándose paso al cetro.

Tras este hecho, todo empezó a derrumbarse, en el reino del dragón Negro. A duras penas salvamos el cuello llegando hasta el reino de los Broncíneos.

La cúpula que nos envolvía cedió en ese instante dejando caer sobre nosotros un colosal ataque que aun me pregunto como superamos. Fue entonces cuando el cetro fue roto haciendo caer el reino en llamas sobre nuestro norte.
Teníamos aun una dura tarea por realizar, había que dar con el grupo que guardaba a la cría y entregársela a su progenitor.

A pesar de los problemas, dimos con el lugar donde se guarecían. La habían llevado cerca del Paso Brillante. En ese lugar tuvo lugar la última batalla contra el Gran Negro.

Con las heridas sangrando aun, mojados por la intensa lluvia que nos bautizaba entregamos a la pequeña cría a su padre, era tiempo ya de irse y como bien dijo el Gran Broncíneo…La mejor de las ayudas que podría prestarnos era el desaparecer de nuestras vidas, para siempre.

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Wantu
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-Las falsas apariencias-




... Y de repente cuando me despertaba de mi frugal sueño en los grandes cojines tras los biombos, escuché una voz. Agarré con fuerza el taburete pequeño que tenía más a mano , no iba a dudar en usarlo si se acercaba el dueño de la voz a mi persona, a buen seguro podría dejarle sordo de por vida con una de mis canciones llenas de notas malditas pero, afortunadamente para mi, no hizo falta.

La voz, susurrante tras el biombo sabía quien era yo, empujó por el suelo un diario, leí lo más aprisa que pude dadas las circunstancias y en el escrito pude ver que se encontraba la indicación que días antes ofrecí acerca de Richard. Pero esa voz no parecía la misma a la que respondí en la zona norte. Con promesas del oro calishita me pidió un nombre, yo pondría el precio si aceptaba el trabajo. La voz, tras recuperar el diario desapareció en medio de una oscuridad mágica y risas.

Anteriormente supe que hubo un asesinato en la posada de Rosa, así como supe por el tablón de la villa que Moira había estado investigando junto con otros. Mi curiosidad y ansia por descifrar entuertos me llevará a la muerte cualquier año de estos, estoy más que segura.

No soy una inconsciente, tampoco trabajo a sabiendas para asesinos ni bajo coacciones pero estaba dispuesta a saber de ese asunto , cuánto más...mejor. Jamás tuve problemas con la guardia, ni siquiera cuando esa piara de enanos Barbayunque formaron parte de ella, así que me dirigí a hablar con Mannock en persona.

Fue una mañana de charla bastante agradable, conseguí una corta entrevista que buscaba hacía tiempo y conseguí saber lo que la sombra buscaba. Así mismo en prevención de sucesos posteriores puse en conocimiento de Mannock todo lo sucedido en el teatro y mi posterior movimiento; a cambio me ofreció cualquier ayuda de la guardia así como de la Orden de caballeros en virtud de la colaboración existente entre ellos. No me equivoqué al hacerlo.

....No tardó en haber respuesta a mi anuncio de venta de carpas, estando junto al cochero en la zona norte Eowaran me preguntó con preocupación si iba a ser su competencia en el comercio de pescado, evidentemente no y así se lo hice saber. Allí estaba Drum o "Drumcita" también comenzamos a hablar de tonterías atmosféricas cuando algo nos puso sobreaviso. Pon el precio, dijo la misma voz del teatro sumiendo en sombras todo a nuestro alrededor. Quinientas mil monedas por un poco de luz, dije a la oscuridad. Iba allegar al fondo de la cuestión, si tantas molestias se tomaba la Sombra, más satisfacción me daría descubrir el entuerto. Comenzaron a llegar vecinos, era la hora de llegada de la caravana.

Sumidos por la oscuridad que de nuevo disipé, Eowaran y Drum, comenzaron a buscar huellas. Era un trabajo de locos pues habría innumerables. El resto de gente se añadió a la comitiva. Desde atrás les seguimos Katy , el tal Arcturus (que por cierto se quedó el pago que rechacé de Sombra) y yo.

Las huellas llevaban hasta el noroeste, a la espesura boscosa que hay justo a las lindes de la Orden de Caballeros. Años de crecimiento entre barro y hojarasca dejaron escondido aquel sendero que hayamos al adentrarnos en él.

Cuando la niebla se levantó, pudimos ver la inmensidad de vegetación avanzamos con dificultad por los caminos llenos de fango, hojas muertas y restos de los dioses sabrán qué. Al menos estaba segura que continuábamos en Neves Norte, muy cerca de la Orden de Caballeros. Alguien vio un camino con alguna piedra sobresaliente, conducía a un alto y largo puente de piedra, era resistente pero tan al aire que muchos tuvieron serias dificultades para cruzarlo. El secreto está en no mirar abajo, dije encabezando la marcha por el puente. Ante nosotros vimos restos de casas y construcciones, parecía que por alguna razón había sido destruida, quizá una de las batallas y ataques librados en la Villa seguíamos estando al Este de Nevesmortas. Encontramos así mismo un cementerio en desuso desde hacía una centena de años al menos , íbamos a marchar ya cuando el viento trajo el olor a hoguera y a comida.

Nos guiamos hacia la luz del fuego que crepitaba, estaba dispuesto en la zona central de un improvisado campamento. Ropa mojada secaba frente a la fogata y como bien dije... cuando nos adentramos en el bosque era el lugar perfecto para esconderse...¿Quién iba a buscar a alguien en un lugar que nadie parece conocer y tan cerca de la Orden de Caballeros?.

De repente apareció él. Sí era un danzante de la oscuridad, ya conocía como lo hacían pues había visto desde hacía años a Norisse hacerlo. Ahora las cosas parecían ir cobrando sentido.

La voz, en efecto nos conocía a muchos, a mí, a Arilyn, a Katy... mientras dirigía con cierto éxito las preguntas a mi persona de forma hábil , contando a todos su encargo del teatro quemaba el diario que según Mannock, habían sustraído en el cuartel. Fue casi inmediato que comenzasen a lanzar acusaciones sobre mí cosa que no es de extrañar por otra parte. Me acusaron de tratar y negociar con un asesino, con mala gente... bobadas, si supiesen con quién tratan ellos a diario sin saberlo medirían sus palabras pero no se les puede culpar. Sombra volvió a ocultarse entre la oscuridad de la maleza, solo supe donde estaba cuando un afilado filo tocó mi cuello. Todos vieron la hoja amenazante, pero ninguno tuvo intención de hacer algo, quizá Eowaran. Una vez más y con la amenaza sobre mi cuello Sombra habló. "Un nombre o una vida, elige Cronista".

Estaba realmente muy interesado en saberlo, pero yo sabía que no tenía idea de cual era, cualquiera serviría si yo lo decía ¿quién va a no decir algo cuando le amenazan de muerte?...

" La elección es bien simple y sencilla ¿queréis un nombre? Pues un nombre tendréis. Todos seguían quietos, mirando como una daga reposaba sobre mi cuello desnudo, valientes, sin duda. Será algo que recordaré siempre. Así pues, como le dije al capitán de la guardia el día de antes, ni quería problemas con la justicia ni morir por nadie, nada más lejos de mi intención, el juego de apariencias había comenzado ya. "Ese nombre que buscas es Ramlen" Me lo hizo repetir dos veces antes de quitar la daga de mi cuello, momento que aprovechó para acercarse a mi despacio, hasta la altura de mi cara, pero mi arco se interpuso mientras yo no me moví ni un ápice. "Quizá un beso habría bajado el precio" Entre carcajadas arrojó una bolsa a mis pies, bolsa que no me molesté en coger pero sí el tal Arcturus. Nos volvió a echar a todos de su campamento bajo amenazas de muerte , yo sonreí triunfal mientras caminaba escuchando algún que otro cuchicheo a mis espaldas.

Si algo sé hacer y muy bien por cierto, es interpretar un papel, ser convincente, cantar y cambiar la perspectiva de la verdad. Sombra se había llevado un nombre sí... pero no el real. Ahora tenía que contar lo que sabía a gente de mi confianza además de a Mannock y encaminarme hasta la Cocatriz...
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-Las falsas apariencias II-

...Había llegado el momento para adelantarse. Katy, Norisse, Ricewen, Drum, Hazzim (guardia mandado por el capitán Mannock) y yo acordamos llegar hasta Yalanzhar. Usaríamos el aire puesto que, de todos es sabida, la situación en el Rauvin. Ricewen viajaría el primero y desde allí, abriría un portal a Nevesmortas por donde el resto, llegaríamos. Lamentablemente, los portales se abren en un lugar indeterminado y es por eso que además, cruzaron las hermanas Wend y un desconocido.
Una vez en Yalanzhar tomamos los primeros contactos para averiguar. Fue allí mismo donde les puse al corriente de lo que realmente íbamos a hacer.

Tanto Drum como Norisse se quedaron acompañando a Danila en la villa, Hazz probablemente se quedó dormido tras la comilona.

El posadero, al que dirigí mis primeras preguntas dijo que en efecto se alojaba allí un tal Melnar, el nombre real del que buscaba aquel que se rodeaba de sombras y que yo, llamé Sombra. Siguiendo las indicaciones de la nota y recomendaciones del posadero, alquilamos varias habitaciones del piso superior. Tal y como el raído escrito que me mostró Mannock, entramos en la última habitación de la izquierda, allí encontramos un pasadizo que ninguno sabíamos donde llevaba. Más de media hora recorriendo ese espacio hasta que por fin, ante nosotros se abrió una especie de mausoleo. La arquitectura parecía Mulhoradina según un apunte de Katy. Caminamos por aquel lugar agobiante, sabíamos que no estábamos solos y pronto comprobamos qué tipo de criaturas moraban en ese lugar. Nos enfrentamos a los primeros, con tan mala fortuna que mi clave de sol se vio seriamente dañada. Tendré que pagar buena cantidad de oro por su arreglo pero es sumamente importante para mí ese estoque, por lo que de mil amores pagaré su restauración.


Continuamos la marcha hasta que por fin descubrimos una puerta que se confundía entre las parees de piedra, a pesar de eso, Katy demostró su estupendo oído. Detrás de ella había alguien. Siguiendo las debidas precauciones cruzamos el umbral y allí, de pie, mirándonos con cara igualmente de sorpresa y pocos amigos una figura.

¿Sería aquél el que buscaba Sombra? No tardaríamos en averiguarlo.

Listo para la carga nos preguntaba quienes éramos, la verdad es que nosotros hacíamos lo mismo deseosos de saber, yo al menos cada día que pasa siento más curiosidad por saber donde llevará esto.

Pregunté directamente si era Melnar
-¿Melnar...? ¿Quién es Melnar? - dijo el hombre.
Reconozco cuando alguien me miente mucho más a menudo de lo que la gente piensa y ese hombre, estaba mintiendo. Katy con su deje particular comentaba lo inadecuado del lugar para una cita mientras que Arilyn era de todo menos prudente así fue como dijo:
-Mira amigo podemos arreglar esto de dos formas, por las buenas o por las menos buenas-.

La reacción de la figura no se hizo esperar
-¿Vienes aquí a amenazarme?-
-¿Por qué últimamente todo el mundo se empeña en tomarme el pelo?- Apostillé yo, tratando de parar el avance de la figura armada, tras lo que mandé callar a Arilyn, ya estábamos en una situación comprometida como para que ella empezase a amenazar. Me puse entre ellos mientras Rice recomendaba a la Wend que me dejase el hablar a mí. Aquel tipo respondió a una brabuconada con otra.
-¡Aparta, y deja que esa se ponga delante, si tiene pelos donde debe tenerlos!- inquirió el desconocido.

Tras ese instante preguntó: -¿Por qué buscáis a Melnar?- .Yo iba contestando haciéndome la dura, algo se aprende de la gente que te rodea, sin duda.
Mirad me duele el chichón que me hice y llevamos mucho tiempo andando, desde la Cocatriz...

-¿Buscarte a ti, Melnar...? Melnar no encontrará a quien no se hace buscar, muchacha y de todas formas la nota decía que llevases una cinta-

Yo, por mi parte iba añadiendo datos sobre la nota que me enseñó Mannock mientras Katy aconsejaba con su deje particular que no era adecuado ir perdiendo notas por donde se pasaba.

-¿Se perdiese? ¿Cómo que se perdiese? -

Fue entonces cuando averigüé el nombre del muerto, Sador. Nuestro obligado anfitrión me preguntaba qué fue lo que me dijo, y que si aceptaría el trabajo. Fue en ese instante cuando decidí contarle la verdad de cómo y porqué llegué hasta ese lugar y lo sucedido días atrás en Nevesmortas, pero no antes de que nos narrase de qué se trataba todo aquello….


...Sabiendo ya el nombre del finado, seguimos con las preguntas retóricas.

En el fuego, esa era la última indicación en la nota. A medida que pasaba el tiempo en aqueñ diminuto habitáculo nuestro anfitrión parecía más cómodo con nosotros cuatro. Continué hablando sobre lo acontecido tiempo atrás en la villa.
-Sador -a partir de entonces le llamé por su nombre- me dijo que buscaba a alguien, algún miembro de cierta organización local.

-Bien, cuando le vea, te enviaré el lugar donde debes ir. Bueno, debéis... hay que aniquilar el problema de raíz, os contaré lo que me dijo Sador. -

La cara de Ricewen era un poema, no parecía entender nada de nada. En ese instante comencé a anunciar que Sador había fenecido unas deckanas antes en La Posada de la Rosa.

-Me temo que Sador está algo llamémosle... impedido, así que tendréis que decirnos de qué se trata.-
-Loren Nottiams, será vuestro objetivo. No le conocéis, y dudo que hayáis oído hablar de él pero si algo habéis oído, y es bueno, es falso. Ese desgraciado hijo de perra es lo más vil que haya pisado Faerum. Antaño, fue un comerciante, un poderoso mercante asociado a Degor Halast.

Controlaba gran parte de los negocios de Argluna, cuando aun permaneció en la sociedad con Halast.
Degor, siempre buscó la prosperidad para la organización y la familia. Se conocían de muchos años, y sus familias eran uña y carne... eran.
El destino hizo que los hijos de uno y otro, Lhak Halast y Zola Nottiams se enamoraran...-

-Problemas de familia… vaya vayaaa...- dijo Katy con su peculiar deje –

Continuó hablando nuestro anfitrión, narrando el origen de toda la trama.
- Aquello unía más a las familias, y forjaba el futuro de la compañía, pero sin saber por qué, el día de la boda, sucedió lo inesperado.

Cuando todos esperaban en el altar del templo, la familia Nottiams no se presentó... al completo. Ni un miembro asistió al lugar -

¿Ni ni la novia? – quiso saber Ricewen-
-¿Por qué? Aún no lo sabemos, pero estamos en ello... ni la novia.
Al cabo de dos semanas, los almacenes de la empresa ardieron en un gran fuego, y cuando fueron al lugar donde almacenaban el oro, estaba vacío.-

Fue entonces cuando acabé de explicarle el motivo de nuestra presencia allí.

-Es posible que alguien esté interesado en que no se sepa… hay cierto tipo por ahí que pregunta demasiado... se hace rodear de sombras.- .

-De un día para otro, los Nottiams se esfumaron del lugar...- continuaba nuestro anfitrión-
-¿No lo conocerás, ¿eeeh?-interrogaba Katy al anfitrión mientras confirmaba mis palabras- Y las utiliza cariñito...¡se esfuma en eellas!-

Sobresaltado, el anfitrión saltó con aire vengativo...
-Los has visto. ¡¿Dónde?!
-En Nevesmortas, justo en un improvisado campamento al este, junto a la Orden de caballeros-

-Nevesmortas... ¿Sundabar? – preguntó.

Ricewen parecía bastante perdido en todo aquello, quizá debiera explicarle con calma todo esto, mientras tanto Katy contestaba al anfitrión.-
Cerrcaaa...cerca. Al oeste de Sundabar, siguiendo el camino de la Bifurcación.-

-Buscaban a Sador, le buscaban-susurraba el anfitrión pensativo.
Rice acertó a preguntar si en efecto le buscaban, en plural. Nuestro anfitrión le sacó de dudas.


-Sombraoscura, aquellos que ha contratado Loren Nottiam para aniquilar a los Halast.
Una horda asesina, sanguinaria, cruel... solo podrían juntarse con ellos los Nottiams...
Pero los Nottiams no saben lo que hemos averiguado: que su hija escapó, entre la duda del amor a la familia o a Lhak... y se mudó a un villorrio, Puntalhuven, cerca de Argluna.
Os buscarán a vosotros, antes o después de dar con los Halast.

-Por eso, no pueden encontrarnos- apunté de inmediato mientras que el anfitrión seguía hablándonos.

-Aún hay que encontrar su guarida, y acabar con ellos. No estamos solos. Si queréis defenderos, tendréis que uniros. Si Sador os manda aqui, cuento con ello.-


-Sabed, que aquel que os busca, no conoce el dato más importante- dije yo.
-¿Cuál? ¿Quién me busca?¿Quién es?¿Vendrá aquí?-

-Tu nombre, querido... no sabe tu nooombre- respondió Katy .
Tras narrarle lo acontecido en aquel bosquecillo del este de la villa, él siguió hablando. Le comuniqué que había logrado mentir a ese tipo que se rodeaba de sombras y que bajo ningún concepto debía encontrarme.

-¿Alguien que no sois vosotros me busca? perp...¿qué pasó con la nota?¿Quién os la entregó?-



-El portador de esa nota está muerto- anuncié al fin.
-¡¿Qué...!?¡Mientes...!-
-Y el que se rodea de oscuridad, me buscó para averiguar un nombre...-

- Repite eso, Sador Halast... Sador, hijo de Degor Halast... ¿Muerto?-

¡¡Nottiaaaammmms!! - gritó desesperándose, derrumbándose.

-¡Escuchadme bien!- Pedí todo lo enérgica que fui capaz esperando que reaccionase y no se dejase llevar por la ira y el dolor.
-¡Loren... Loren Nottiams! – repetía una y otra vez desesperado.
-No creo que ese tipo tarde en saber que le mentí y cuando lo sepa, os buscará y de paso me matará o mejor dicho...nos matará- Debía hacerle ver nuestra situación a como diese lugar.

-Primero deshonras al hijo que iba a ser tu yerno... luego abandonas al padre, tu amigo, y quemas su futuro. No contento con eso, matas a su otro hijo... -

-Se lo pondremos difícil- dijo Arilyn tratando de otorgarle consuelo.

-Lo único que tenemos, es la ventaja, así que dejaos de lamentos y pensad- jamás imaginé que me hubiese vuelto así de insensible al dolor , francamente me sorprendía la poca mella que el sufrimiento ajeno me imponía, era ya suficiente con mi propio dolor por todo lo que tuve y ya no tenía.-

-Juro por todo lo sagrado, juro ante vosotros, y ante este lugar... que Loren Nottiams morderá el polvo delante mio, antes de rogar por su vida... y mi estoque le arrancará su último aliento... Sombraoscura… ¿caerán? Sador contaba contigo. Realmente, no era a ellos a quienes iba a dar la nota, sino a alguien del Puño. ¡Pensad, el tiempo apremia. ¿Si?¿No? No aceptaré otra respuesta-
Parecía nuestro anfitrión estar atando cabos con lo que le habíamos contado, proseguía haciendo planes sobre un ajuste de cuentas entre dos bandos.

Aclaré como, cuando y quién le dijo a Sador donde encontrar a los mercenarios que buscaba, es decir, a Richard. Katy por su parte aclaró que era un anciano retirado en Nevesmortas y que antaño había liderado una compañía de mercenarios.

-No sé quién es Richard y si es un anciano, menos aún. Contadme si lo haréis ¿si o no?-



A las alturas en las que estábamos no habría sido yo si hubiese dado un paso atrás sin descubrir lo que ocultaba todo aquello, así que mi respuesta fue que si, Mannock me proporcionaba cierta cobertura legal.

- Te buscaré en una dekhana, en Nevesmortas. Buscaré ese lugar más allá de Sundabar-
-¡Gira al sur aantes de llegar a la Posada del Descanso de los Páramos...!- indicó Katy antes de que se escuchase jaleo fuera de aquel lugar.

-¡Rápido, salid de aquí!-
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Wantu
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Re: Retales

Mensaje por Wantu »

-Las falsas apariencias III. Clave de Sol-



-Clave de sol-

Realmente no puedo decir cuán importante es ese estoque de titanio engarzado (con dos preciosas gemas), para mí. Hace tiempo que encargué forjarlo a los herreros del clan Barbayunque, no fue precisamente barato pero su calidad bien mereció el desembolso de oro. Cuando lo tuve entre mis manos supe que debía tener un nombre propio y como no podía ser menos le dí el nombre de una nota musical, Clave de Sol.

No pocas desventuras ha sufrido mi estoque, apenas lo había estrenado cuando lo perdí por primera vez. En una incursión al Palacio de hielo, una de las gigantescas moles heladas que lo protegen logró arrancármelo de las manos antes que yo, cruzase el portal de huida hasta Cumbre. Hubiera sido la pérdida de un arma sin más pero, tras perseguirme por el portal, el gigante sembró el caos y la destrucción en la aldea, hasta que pudimos darle muerte. Las autoridades de la villa, encontraron entre los restos del gigante de hielo mi estoque, empezando la investigación que llevase al propietario. Tardamos un tiempo en deshacer el entuerto y que al fin me devolviesen mi Clave de Sol.

En esos días, tras recuperarlo, mandé engarzar otra valiosa gema, una gema planar. Ésta daba aun más valor a mi arma aunque de forma temporal, así pues se convirtió en mi compañera en tantos y tantos viajes difíciles.

Uno de ellos fue sin duda el que hicimos tratando de esclarecer una muerte en Nevesmortas, la muerte de un desconocido.

Se había convertido la investigación en un desafío, ni siquiera las autoridades acertaban a descubrir quién era el difunto asesinado a vista de todos en la Posada de la Rosa. Nosotros, los que quedábamos en la investigación estábamos ya seguros de su identidad pero en el camino de encontrarla, mi Clave de Sol sufrió un nuevo revés del que quizá no podría recuperarse.

Caminábamos adentrándonos en la ciudad de Abdar, en la zona abandonada de ésta llegando desde allí a un lugar desconocido, igual que desconocidas eran las criaturas que allí aguardaban.

A través de la oscuridad, con la única luz que nos daban nuestros objetos imbuidos con la magia avanzábamos por las galerías de aquel lugar lleno de mausoleos. Algo se movía, casi reptaba hasta nosotros y al fin le vimos.

Parecía una masa informe, pero con una fuerza y poder sobre el que nada podíamos hacer salvo alejarnos y defendernos con la seguridad que da un buen arco. No obstante, uno de ellos se acercó demasiado a mi haciéndome comprobar cual era el verdadero peligro del ser. Su sangre y su tacto corroían el metal de forma inmediata y mi Clave de Sol fue mi primer escudo, me salvó la vida.

Tras acabar con la criatura, puede ver los daños producidos en mi estoque de Titanio. Apesadumbrada comprobé que el metal de la hoja estaba seriamente dañado, al menos lo que quedaba de él en el cuerpo del arma. El potente ácido había corroído todo lo que tocó a su paso dejando solo la empuñadura y una de las gemas, aunque posiblemente habría que retirarla.

Envolví mi arma en un paño, al volver a casa ya me encargaría de buscar quién pudiese forjarla de nuevo.

Así fue que de buena mañana me dirigí al tablón de la plaza de Nevesmortas, me aseguré de quienes eran los maestros artesanos que conocía y con esta información me dispuse a poner un anuncio. Es posible que Tymora me sonriese pues en ese preciso instante me crucé con Jerdrhum, el artesano de la Flecha. Éste era un afamado fundidor, y yo aun disponía de la oferta especial que nos aseguramos tras firmar el contrato publicitario con la compañía artesana. Maese Jerdhrun se encargaría de unir los pedazos de un estoque con historia y gran valor sentimental. Pero no iba a ser todo tan sencillo, había que buscar el mineral, titanio, y eso conllevaba gran riesgo para todos pues habría que adentrarse en lugares que me prometí no volver a pisar jamás. Recordé entonces las palabras de Malakai, “Lo que sientes ahora se suavizará, el odio que sientes hacia ellos te hará más fuerte y llegará el día en que debas regresar allí” no se equivocaba, ese día había llegado y yo, estaba más que preparada.

En el mismísimo corazón de la infraoscuridad conseguimos el ansiado mineral, no sin antes sortear innumerables riesgos, muchos de ellos nos hubiesen llevado a la muerte o algo infinitamente peor como es la sumisión sin voluntad a los azotamentes.

Una vez teníamos el mineral, llegaba la hora de la forja. Para eso tendría que acudir a Hazzim, quien comenzaba a trabajar el titanio. Así mismo para concluir con la recuperación de Clave de Sol, contaría contra todo pronóstico con Tuii, el gnomo arcano. Supongo que sería por curiosidad innata y ganas de aventuras por lo que desde un principio se ofreció a acompañarme en la búsqueda.

Todos los pasos que debía dar estaban dados, ahora solo faltaban ellos…

Titanio para forjar
Tu estilizada hoja
Valor para hallar el
Preciado metal

Fuerza para de nuevo
Su hoja formar
Destellos y música
Para su brillo
Otorgar
Manos maestras
Para recuperar
Arma estandarte
Para la voz
De esta Trovadora
De música y canción.
La verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicidad.
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