Retales

[Wantu]

Retales (I)

*Daya en sus innumerables horas de pesca comienza a escribir unas memorias. Algún día serán valiosas más aun de lo que puedan ser las de la Perla de Argluna, al menos así lo piensa la trovadora de pelo rojo. Son Retales de su día a día*





…Y como siempre, bromeando con Merlinius por donde quiera que me lo cruzo. Bueno eso si hay suerte y no tiene un momento de misticismo de los que últimamente tiene. Me gusta el Merlinius divertido, eso no lo hace en absoluto menos valioso al contrario.

Tengo varias “vivencias” con Merlinius desde que llegué a la villa, ha llegado a irritarme mucho, a divertirme mucho, a sensibilizarme mucho y a temerle casi en la misma medida dado el poder que encierra en su poco habitual fachada de Archimago.

De todos es sabida mi animadversión a esas alfombras con patas, alimañas temibles que de dejarlas harían caer sociedades enteras, sí…hablo de los tejones. Sea de esta manera y encontrándome al resto de la Compañía de la Pluma Negra en las afueras junto a Merlinius, decidieron gastarme una broma pesada, su finalidad era que superase mi aversión a los tejones pero sólo consiguieron que añadiese una enemistad frontal hacia Serendil. Las bromas mejor dejarlas si no se tiene certeza de cómo pueden concluir.

Reunidos todos como alegres comadres, Keila se acercó a mí habiéndome pedido que cerrase los ojos, confiada los cerré y fue entonces cuando rodeó mi cuello con un collar; lo toqué contenta y oí un clic. De repente todo se dio la vuelta y pasé a ver sólo pies. El collar convertía al portador en un asqueroso y repugnante tejón.

Todos reían viendo como arrastraba mi pelaje y como corría desesperada de aquí para allá, se divertían con mis lamentos. Tras varías horas y creyendo irremediable mi conversión me eché junto al robusto tronco de un árbol, dispuesta a morirme de pena y hambre mientras que las risas continuaban entre el resto de mis adorables amigos.

En un instante, Serendil cruzó el límite. Sacó un mendrugo de pan duro y me lo tiró para que comiese mientras lloraba de risa señalándome. Por los dioses que no obtendrá mi perdón aunque se arrastre ante mí, y por los dioses que encontraré el momento de que sienta lo mismo que sentí yo.

Merlinius se dio cuenta de la mala actuación de mis compañeros de compañía, se plantó y me recogió del suelo llevándome en su regazo y regañando la actitud de Serendil. Todos se dieron cuenta de lo que habían hecho, no era gracioso. Con el esfuerzo de Merlinius conseguí recuperar mi forma, arranqué el collar y lo tiré al suelo. Les miré a todos y me fui. El Archimago había demostrado su sensibilidad, algo tan poco habitual en mis vivencias con otros arcanos.

Corría el tiempo y los momentos, ahora el Merlinius bromista hizo su actuación estelar.

No sé a cuento de qué comencé un buen día a dar saltos cual rana, actuaba como las ranas era una buena interpretación hasta que el Archimago me agarró de la muñeca arrastrándome fuera de la villa. Pues serás rana, me dijo, y así entonó una salmodia arcana; de repente era una Hada. Fue increíble y muy divertido, volaba fastidiándole, le tiraba de las orejas, le retiraba la capucha para coger mechones de su pelo y tirar. Para deshacerse de mí y aprovechando que con mi forma de Hada me hallaba en su cabeza, subió la capucha impidiéndome ver nada aunque el fastidio era el mismo o más.

De pronto la magia acabó su efecto y de golpe todo el peso de mi cuerpo le calló encima. La estampa fue tremenda… Merlinius en el suelo dolorido, yo encima suya sentada y muerta de risa. Evidentemente preferimos no contar nada de esto. El arcano divertido es el que más me gusta.

El poder de Merl es increíble… de un solo hechizo es capaz de acabar con jaurías de lobos, bandas de asesinos y asaltadores, osos hambrientos y vampiros de la cripta más recóndita… sí Merlinius es poderoso y si no fuese lo que soy, seguramente emprendería el aprendizaje de la magia.

Hay veces que me irrita hasta el extremo…como aquella ocasión en la que sin previo aviso me teleportó a un bosque, allí encontré a Gwenn, Keila y otra arcana más. Al parecer quería probarnos, pero no sé de qué forma porque yo desde luego no sabía ni de qué hablaban mis compañeras de experiencia. Un cúmulo de cosas sucedieron hasta que el bueno de Merlinius tuvo a bien aparecer, desternillándose de risa, eso sí.
No pude contenerme así que quité mi bota la cual sufrió un “percance”, y se la arrojé con todas mis fuerzas. Afortunadamente logró esquivarla pero de nuevo “nos sacó” de allí, dejando mi bota perdida en vaya vos a saber donde. A la pata coja entré en la villa enfadadísima, tanto así que me llevó de regreso a encontrar mi bota. Allí, a solas, aprovechó para preguntarme algo que por ningún momento se me había pasado por la cabeza, menos teniendo en mí haber a Valts ¿Amores a un arcano? Una y no más, mejor sola que con arcano acompañando.

También en esta ocasión, decidimos no decir nada, bueno… yo se lo conté a Gwenn mi vigilante amiga Gwenn que no sé que aversión le tiene a Malak, sólo por ser cambiante… ni que no lo supiese yo.* Deja la pluma y el cuaderno cuando dos barbos pican el mismo anzuelo*

[JRJ]

Muy buen relato, Daya, seguro que el ego del Maestro sube unos enteros


PD: ¡Y que quede claro que lo del collar era por su bien, pero salió mal! ( )

[Gineu]

Muy chulo el relato

[Wantu]

Retales (II)

… Si supiesen, si se molestasen en ver más allá de su apariencia cambiante y en su desafortunado percance con Merlinius, tal vez entendiesen porque me gusta pasear con Malak o Humo, como me gusta llamarle. Siempre he mantenido una cabeza fría no dejándome arrastrar por lo que otros cuenten ni por lo que a otros guste , siempre pienso en lo que me hace sentir agusto y esta ocasión no iba a ser diferente. A veces bastaría con no intervenir ni para bien ni para mal en los conflictos, seguro se resolverían pasado un prudencial tiempo, al menos eso noté yo.

Humo sabe quien soy, pero no por mi apariencia sino por mi olor, en su forma animal me podría reconocer entre mil Dayas idénticas y en verdad, me tranquiliza saberlo, más aun desde que pasó lo que pasó con la parte más oscura y temible de mí.

A menudo nos encontramos en el bosque que transito buscando plantas, vela por mí cuando está cerca y sé que no dejaría que nada me sucediese. Pocos me han demostrado esa entrega pocos me han dado su compañía sin esperar una recompensa y pocos me ayudan a comprender la vida animal sin lecciones.

Humo, intenta ponerme en sintonía con las criaturas de la espesura, entender cómo actúan y cómo pasar por su camino sin entrar en una lucha mortal de necesidad. Creo que piensa que puede desterrar mi miedo a los tejones, sí…a los tejones.

En una de nuestras excursiones fue que me habló de él, sé que se siente rechazado por todos o casi todos, y aunque es fuerte eso le daña; tanto como no saber en realidad quien es, cual fue su apariencia de nacimiento ¿no es bastante dolor eso?¿ No es suficiente pago por sus delitos? ¿No merece por su condición de cambiante, ni siquiera una mano acompañante?

Estoy segura de que muy pocos podrán presumir de conocer a Malak yo apenas estoy descubriéndole.

Fue así como me habló de ella, de su compañera y de lo que la anhelaba, poco podría imaginar yo, que pronto podría conocerla por uno de esos caminos retorcidos de la Bifurcación.
A la par que Humo (Malak) me contaba sobre su vida, yo le contaba sobre la mía, de lo que buscaba, de lo que quería…de mis odios, de mis fobias… En esos días me llevó al Refugio.

Ya conocía la antesala de aquel lugar, la entrada que había más allá siempre permaneció cerrada hasta aquél día.

Malak y yo entramos en el refugio, él sacó una llave que usó, me invitó a pasar.

Descubrí ante mí un lugar hermoso, un hogar repleto de las cosas diarias de un hogar donde una comunidad las usaría. Todo rebosaba verdor, numerosas enredaderas, maderas nobles y vivas, roca dura y agua cantarina terminaban de darle el toque a lo que las gentes del bosque pueden llamar hogar.

Comimos frugalmente en el comedor cercano a la entrada, la mesa estaba repleta de fruta exquisita, después me mostró todo el lugar, sin secretos.
Sé lo quisquillosos que son los druidas para abrirse a otros, al menos los que conocí hasta ahora por eso valoro tanto que Humo, me enseñase el lugar y más aun, que me contase la historia del mismo.

Junto a la biblioteca inmensa nos sentamos pero no antes de descansar. Mediante un acertijo me mostró la entrada a lo que podría llamarse sala de descanso, era muy parecido a un establo pero limpio y muy cuidado. Salimos después y comenzó su relato.

-Cuentan las leyendas que hace mucho tiempo vivía en estos bosques una Archidruida, de nombre Aranel. Ella contaba con el favor del mismísimo Sylvanus y con todo el amor que le tenía al bosque, fue capaz de construir una casa. Una casa que no dañase el bosque, además se le unirían exploradores y druidas de todo tipo con los cuales formar un círculo druídico que dominó el bosque durante años, lo llamaron El Círculo de La Garra Custodia. Y este era el lugar donde se reunían, donde vivían…donde celebraban sus ritos, reían, descansaban…

Este lugar está colmado del recuerdo de sus moradores, de esos hombres y mujeres.-

Humo hizo una pausa, respiró y me miró para después seguir hablándome con su peculiar deje reptiliano.

-Pero un buen día, los caballeros decidieron tomar el mando del bosque arrebatando el privilegio a la Garra Custodia.
Fue así como los antiguos Custodios se disolvieron, sumidos en la tristeza, en la apatía, todos partieron alejándose del lugar para no volver nunca más. La Garra Custodia fue desmembrada y este lugar fue olvidado por muchos años. Sin ver la Luz poco a poco se dejó de hablar de él ni de los componentes de la Garra.

Y ésta, Daya, es la historia pasada de este lugar ...*De repente Daya deja de escribir, una lubina ha tirado con tanta fuerza de la caña de pescar que ésta ha corrido caudal adelante *


Retales (III)



…. ¿De dónde habrá salido ese elfo tan peculiar? Dardo dijo llamarse, Dardo”el enano”

Sí, tuve que esforzarme mucho para no reír pero lo conseguí.

Iba camino al bosque, harta ya de una rabieta más de nuestro adorable Merlinius. No iba a quedarme ni un minuto más o acabaría poniéndole sobre mis rodillas para darle la azotaina de su vida.
Cerca del puente que lleva al bosque vi dos figuras, una era un elfo, otra era uno de los innumerables viajeros que pasan por la zona. Como bien me dijeron de pequeñita siempre hay que saludar cuando se ve a alguien por los caminos, quizá puedan aportarte algo y más vale mostrarse educada y amable aunque también cauta (dicho sea de paso, a veces me olvido de esto último).

El elfo dio un salto, preguntándome si por casualidad iba al bosque, dudé si contestarle con la verdad o soltarle una trola tan grande como la casa de la Dama, opté por lo primero.

Se presentó y casi me da un algo cuando se auto-apodó “el enano” ¡Un elfo! Nombrándose así, si mi Aya hubiese estado delante hubiese montado en cólera bárbara.

No obstante, reprimí mis pensamientos y me presenté también. En principio me llamó encanto, mal empezábamos aunque la cosa se enderezó.

Preguntó si por casualidad iba a llevar un Buey, le dije que no tenía intención, ¡que aburrido! Dijo. Tengo algunos aprietos económicos y la verdad es que si contaba con su digamos...escolta enana * aquí se ve un borrón, seguramente por la risa de Daya al recordarlo* tal vez lo consiguiese, repartiríamos ganancias y en paz. Un buen negocio.

Recogí el buey del establo de Pather y pusimos rumbo al bosque.

Hizo mención de ir delante, le dejé. Escoltada y tirando de vaca, tal y como llamamos al buey, fuimos avanzando entre la hojarasca del bosque.
En principio sin apenas problemas, unos Osgos acampados por la zona, éstos fueron abatidos entre Dardo y yo… cuando concluyó el enfrentamiento, dijo que no se manejaba con armas cuerpo a cuerpo, entonces sacó un arco.

Maravillada me quedé de cómo manejaba el arco, como lo tensaba como apuntaba y como acertaba en cada blanco elegido. Pocas veces me impresiona algo pero pardiez que esta vez me quedé con la boca abierta.

Sin duda era un arquero experimentado, me gustaría verle de nuevo, quizá pueda enseñarme algo más.

Llegamos entre bromas y puyas hasta el puesto del enano *ríe* ¡Como me gusta enterarme de lo que los enanos hablan entre sí sin que lo sepan!
Si supiesen la fluidez con la que hablo y comprendo el idioma enanil…otro gallo les cantaría. Tras los saludos pertinentes seguimos por el camino hasta Sundabar. Me iba dejando cada vez más perpleja y admirada, apenas tuve que tensar mi arco, fue un camino relativamente tranquilo gracias a Dardo.

Se adelantó a las puertas de Sundabar mientras yo tiraba de Vaca que a su vez había decidido probar la hierba del camino, cuando quise darme cuenta, Dardo no estaba, ¿me había acompañado solo por diversión? ¿No quería su parte? Supongo que de haber estado a disgusto se habría marchado bastante antes. Espero volverle a ver, me tiene intrigada y quiero saber más acerca de él, bueno también quisiera saber qué le sucede a Syra, tan pronto es el amor de siempre como tan pronto está rarísima. Los acontecimientos de los últimos días me preocupan mucho, a mí y a todos porque ese caballero parecía igual de preocupado por ella que yo…

[JRJ]

*Piensa en lo bien que le quedaría a Daya una cálida piel de lobo/cambiante alrededor del cuello*

Qué amigos más raros haces...

[Wantu]

Retales (IV)





…¿Cuántas cosas inexplicables suceden a mi alrededor? A mi entender, demasiadas.

Syra es una de las que padecen hechos que se escaparían a cualquier persona medianamente cuerda, me preocupa muchísimo que acabe malherida en algún camino en cualquier bosque de la región. Aún recuerdo cuando me invitó sin apenas conocerme a su boda con el arcano… se la veía tan radiante que por un momento despertó la envidia en mí, envidia sana y desechable, porque no pretendo ocupar mi corazón y menos aún mi cabeza con ningún sentimiento amoroso aunque, sin embargo, me sorprendo a veces mirándole a escondidas; afortunadamente le veo tan poco que no corro peligro de enamoramiento. Pero sigamos con lo que nos ocupa.

Syra me sorprendió mucho cuando la escuché decir que quería ir en busca de vampiros, su voluntad era según creí, demostrar que no todos esos engendros podrían tener un corazón oscuro ¿acaso ha perdido la cordura? esos seres perdieron todo atisbo de humanidad el día que fueron convertidos en lo que son. No iba a seguirla en su locura y así se lo hice saber a ella y a Gwenn, que al igual que yo no daba crédito a lo que escuchaba. Partió y entonces mi vigilante amiga quiso seguirla de lejos y quizá aun podríamos hacerla entrar en razón. No logramos alcanzarla y después de dos días desistimos del intento.

Volvía a la villa cuando ví la familiar figura de Syra.

Fui a su encuentro y para mi sorpresa hacía ver que no me conocía. Se comportaba de forma tan extraña que pensé que alguien podría haber dominado su mente y voluntades.
Al aire hablaba a veces, sin contestar a mis preguntas, sin dejar que me acercase…

En un momento del rifirrafe surgió de nuevo esa palabra “vampiros” y su gesto cambió para pasar a reflejar un notable pavor, algo grave estaba pasando pero pensé que por muy loca que fuese no habría sido capaz de ir a buscarles.
Recordé entonces una historia sucedida en Amn, entre las ciudades de Amnagua y Crimoor, allí acontecieron los sucesos que nombraban una caravana escoltada por aventureros y caballeros, sorprendiéndose cuando comprobaron que escoltaban el féretro de un no muerto. La fortuna quiso que una sacerdotisa del Alba acabase con él y esa historia no hizo otra cosa que confirmar que en efecto Syra los había buscado y encontrado. Algo extraño pasaba, ese hecho no explicaba su comportamiento hacia mí porque si estaba allí, significaba que había logrado vencerles o esquivarles. ¡Cuán equivocada estaba!

Y así corrieron los días, hasta que antes del amanecer alguien llamó mi atención.
Era un caballero, decía ser amigo de Syra e imprudentemente yo entablé conversación con él citándole en el Blasón. Estaba preocupado por ella, estaba preocupado por su hija y yo, creyendo a Sylvia una nueva adoptada por ella, le conté mi desazón por el comportamiento de mi amiga. Hizo ver mi confusión, no era hija suya pero bien era cierto que tenía una. Yo no recordaba su nombre pero los dioses quisieron que Gwenn y Keila, a las que había dicho donde iba, fuesen a buscarme para acudir a la llamada de Tiloseva. Así fue que les pregunté como se llamaba la hija adoptada de Syra… Main.

Nos despedimos y pasados los días narré a la misma Syra el interés del caballero.
Sólo entonces y por algo que quizá le habría pasado me dijo algo que me atravesó por completo. Había hablado a su asesino dándole datos de suma importancia. Ahora y sabiendo lo que le sucedió en su totalidad, no se que hacer… dice Rael que soy más fuerte de lo que creo y que sabré como enfrentar todo.
Pero Rael no conoce mis miedos a no ser que se los contase Humo…

[Wantu]

Retales (V)




… Nos conocimos, como no, cuando estaba recogiendo unas plantas en el laberinto bifurcado, me ayudó a ahuyentar a una de las criaturas que lo moran; es una excelente arquera.

Saludé desde lejos mostrando mi agradecimiento, me acerqué e intercambiamos unas palabras sencillas recogidas del protocolo para una situación así. Me sorprendió que me preguntase por Relenar y más aun que lo hiciese por Malakai, yo prefiero llamarle Humo, pues como el humo lo llena casi todo dispersándose de la misma forma. Me limité a decir que les había visto en alguna ocasión en la villa, no sé el maestro Relenar pero sí sé que Humo no cuenta con las simpatías de muchos por Nevesmortas. Creo que Rael hizo lo mismo conmigo, estudió mi reacción y entonces fue que me dijo lo que quería.

-Dile que le busca Rael, él sabrá que hacer, respecto a Relenar dile que espero entrevistarme con él próximamente.- Cuando me dijo su nombre lo supe, era la compañera hasta entonces de Humo. Él la esperaba y sin duda, iba a ser muy feliz con la noticia.

Quiso saber, tras llegar del bosque Luna, después de una larga ausencia, qué se movía por la villa, grosso modo le conté lo acontecido en el tiempo que llevaba en la región, comprobó que no había demasiados cambios.
Nos despedimos yendo cada una por nuestro sendero, en efecto volveríamos a encontrarnos pronto.
Poco a poco con el pasar de las semanas me he ido acostumbrando a ver a Rael, sus consejos son sabios, casi tanto como los de mi querida Gwenn. Entre nosotras se ha establecido un intercambio de sensaciones y vivencias, ella me cuenta cosas a mí y yo a ella. Ella me aconseja bien en algunos temas, parece que al fin Gwenn se verá descargada de mi “vigilancia”.Siento que le debo una lealtad que con otra gente no tendría, por eso tras pasar aquello fui a buscarla y sin duda me tranquilizó conocer varios detalles. Me está abriendo a otras posibilidades, a otras oportunidades. Como bien dice, a veces los impulsos hay que tomarlos como vienen decidiendo el tiempo qué será de ese arrebato. Estoy pensando demasiado en ese instante, ya debiera haberlo olvidado ¿porqué no lo he hecho? Tocará pronto enfrentarse a esto de frente…

[Wantu]

//Para leer, escuchad esto mientras http://www.youtube.com/watch?v=ILsaYa6-VTg

[JRJ]

Jujujuju estoy deseando enterarme on rol...

[Wantu]

Retales (VI)





… Y qué cosas, vas a un lugar de esos que hacen historia y vuelves con las manos vacías y con cara de "ejem, ejem"... esa cara sí.

Andando por las afueras encontré a Rael de nuevo, se preparaba junto a un nutrido, variopinto y olvidadizo grupo para ir al bosque legendario, toda una aventura para que alguien como yo la narrase para la posteridad, pero mejor que por esta vez me calle mis cantos y cuentos.

Llegamos a las puertas del bosque, todo marchaba bien puesto que la gente de la que me rodeé era aventureros curtidos, mucho. No usé ni tan siquiera una flecha, todo perfecto. Rael experimentada en el trato con los animales, iba calmándolos para que así ninguno de ellos debiese morir. Unas jornadas después llegamos a las puertas del castillo sito en el bosque.

Reconocí en el grupo a Tensei, a Dana, a la dama Xae (no me acordaba del nombre pero de oírselo a los demás logre asociarlo a ella) un enano de rojo chillón que no es que le quedase bien pero el rojo siempre es un valor en alza, ya se sabe. Bien sigamos con lo que nos ocupa sin irme por las ramas… Llegamos a las puertas del castillo, los cerrajeros fueron haciendo su trabajo, todo normal… se interceptaron unos defensores en el primer salón y seguimos.
Aquello era para ir con prisa, no he visto más puertas en la vida y ¡mira que he visto sitios!, de todas formas una a una fueron cediendo, nosotros cruzándolas, resolvimos todo lo necesario y llegamos a la guinda final, ¿Dije final? Nada más lejos de la realidad. Como todo lo bueno, siempre tiene truco. Había que ofrecer algunas ofrendas…

-Vale, tenemos esto… ponedlo- Alguien lo puso en el lugar.
-Y esto otro ¿Quién lo lleva? – Un viento recorrió la sala como respuesta, mal íbamos.
-¿Y lo otro?- Todos nos miramos, negando. -¿Y la dama Xae?- La dama se quedó fuera, lo mismo se confundió de camino, de puerta o vete a saber, un poema vaya.

-¿No era Xae la que tenía las ofrendas?- Un asentimiento generalizado como respuesta.

-Pues nos vamos ¿no?- Otro asentimiento general y a desandar lo andado.

Moraleja, si tienes prisa ve a un lugar sin puertas, si quieres algo, asegúrate de que lo llevas tú porque ya lo dice el refrán ¡Quien no tiene cabeza, tiene pies!…