Retales
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Re: Retales
Retales (X)
…Y sigo jugando con fuego, pero si le demuestro que es una más no comenzará a ejercer presión. Mucho me contaron sobre el culto a Loviatar mientras vivía en Amn y sé lo que son y sé lo que quieren pero si además, unes todo esto a alguien llamado Hana, será una mezcla explosiva.
Tuve mi primer encuentro con ella cuando apenas había llegado a la marca, unos trasgos me alcanzaron con una de sus flechas y ella según dijo tiempo después, aunque no lo creo, introdujo los dedos en la herida sólo para ver la profundidad de la misma. Es algo que he visto hacer a los aventureros que caían en una emboscada, desde Amn hasta la Marca es un largo viaje, duro y terrible para quién ha pasado su vida entre la cómoda Esmeltaran, la Ciudad de la Moneda y Aguas Profundas, para mí lo fue, ví demasiado en aquel viaje.
Así pues no tuve en cuenta ese percance aunque en modo alguno lo olvidé.
Han pasado casi tres años pero Hana sigue llamándome de forma “cariñosa” pero de veras que a mi me espanta. Hace bien poco algunas de mis conocidas se reunieron para denunciarla a las autoridades después de que hiriera en el rostro a Keila, yo ya las había avisado hacía mucho de los percances que podrían pasar con Hana, evidentemente no me escucharon, (siempre se me dijo que era por su debilidad hacia su mismo sexo) Me negué a formalizar una denuncia que no sirvió para nada, a Hana le prohibieron la entrada en la villa pero fuera, era libre de acercarse cuanto quisiera a las denunciantes.
En ocasiones la encuentro en el boticario, es una recolectora y alquimista como yo, pero bastante más avanzada por lo que con frecuencia me regala algunos viales bastante preciados. Me ahorra bastantes monedas, dicho sea de paso. Por el momento sigo siendo cauta con ella, pero no me voy a mostrar como un ratoncillo, nunca más. Usaré los medios a mi alcance para conseguirlo y desde luego son muchos y variados.
Apareció allí al norte de la villa, y me invitó a dar un paseo, bueno, nos invitó pero ni Keila ni Beli quisieron ir. Yo no tuve excusa, y además como ya dije no voy a dejar que me vea con temor porque se crecerá. No supe donde quería que fuésemos, se encargó de protegerme durante todo el camino, de cuando en cuando me preguntaba cosas triviales… nada que no pudiese saber. Tomamos un camino cualquiera en el bosque, ahora sí que sabía donde íbamos, le advertí que si se presentaban problemas para mí, usaría la magia que conozco para desaparecer hasta ponerme a salvo. Esas apariciones hielan la sangre con sólo mirarlas.
Sorteándolas llegamos hasta la entrada…cuentan que allí moran elfos oscuros y mostré mi negativa a seguir. Me miró de una forma peculiar, en su rostro se reflejaba verdadera locura y de esta guisa me confirmó que no eran drows, allí estaban los dominios de Shar. En rotundo me negué a bajar y así se lo dije. Desde lo de Valts y sabiendo lo que puede hacer un Sharita, no iba a entrar en sus dominios nunca, no con alguien que no me daba confianza ciega, mis miedos aun están ahí, mis miedos no se van…
Aún están ahí mis traumas, lo supe cuando pregunté por aquella torre cerrada en el bosque. Unos decían que pertenecía a un mago, otros que era una cripta pero nadie saciaba mi curiosidad. Sea como fuere y tras coincidir con Mía y Shouzen allí en la villa, comenzó de nuevo un rifi- rafe con Mía. No soporto muchas de sus actitudes, odio que me presente como una de “sus” chicas y más aun odio que parezca que estamos en un mercado de carne. Me mantengo prudentemente lejos porque sé que no voy a morderme la lengua mucho tiempo más. Sigamos con lo que nos ocupa…
Mía quiso de nuevo embarcarse en una aventura, no me apetecía en absoluto ir puesto que acababa de regresar de un largo camino, además su aventura era a una cripta, a unas alcantarillas o a cualquier otro aberrante y pestilente lugar. ¡Por los dioses que estoy harta de que vayan en busca de peligros reales! Somos trovadores, nos encargamos de narrar hazañas generalmente de otros, y de ensalzar a las tropas con nuestra voz pero yo, no soy una loca que vaya a poner su vida y su no- vida en riesgo adentrándome en un mausoleo, no después de lo sucedido con Syra, no después de mi tormento en la cripta de la villa con ese esqueleto, y esa especie de liche extraño.
Así pues, Mía volvía a cizañarnos con nuestra falta de espíritu aventurero. Allá ella…
…Y sigo jugando con fuego, pero si le demuestro que es una más no comenzará a ejercer presión. Mucho me contaron sobre el culto a Loviatar mientras vivía en Amn y sé lo que son y sé lo que quieren pero si además, unes todo esto a alguien llamado Hana, será una mezcla explosiva.
Tuve mi primer encuentro con ella cuando apenas había llegado a la marca, unos trasgos me alcanzaron con una de sus flechas y ella según dijo tiempo después, aunque no lo creo, introdujo los dedos en la herida sólo para ver la profundidad de la misma. Es algo que he visto hacer a los aventureros que caían en una emboscada, desde Amn hasta la Marca es un largo viaje, duro y terrible para quién ha pasado su vida entre la cómoda Esmeltaran, la Ciudad de la Moneda y Aguas Profundas, para mí lo fue, ví demasiado en aquel viaje.
Así pues no tuve en cuenta ese percance aunque en modo alguno lo olvidé.
Han pasado casi tres años pero Hana sigue llamándome de forma “cariñosa” pero de veras que a mi me espanta. Hace bien poco algunas de mis conocidas se reunieron para denunciarla a las autoridades después de que hiriera en el rostro a Keila, yo ya las había avisado hacía mucho de los percances que podrían pasar con Hana, evidentemente no me escucharon, (siempre se me dijo que era por su debilidad hacia su mismo sexo) Me negué a formalizar una denuncia que no sirvió para nada, a Hana le prohibieron la entrada en la villa pero fuera, era libre de acercarse cuanto quisiera a las denunciantes.
En ocasiones la encuentro en el boticario, es una recolectora y alquimista como yo, pero bastante más avanzada por lo que con frecuencia me regala algunos viales bastante preciados. Me ahorra bastantes monedas, dicho sea de paso. Por el momento sigo siendo cauta con ella, pero no me voy a mostrar como un ratoncillo, nunca más. Usaré los medios a mi alcance para conseguirlo y desde luego son muchos y variados.
Apareció allí al norte de la villa, y me invitó a dar un paseo, bueno, nos invitó pero ni Keila ni Beli quisieron ir. Yo no tuve excusa, y además como ya dije no voy a dejar que me vea con temor porque se crecerá. No supe donde quería que fuésemos, se encargó de protegerme durante todo el camino, de cuando en cuando me preguntaba cosas triviales… nada que no pudiese saber. Tomamos un camino cualquiera en el bosque, ahora sí que sabía donde íbamos, le advertí que si se presentaban problemas para mí, usaría la magia que conozco para desaparecer hasta ponerme a salvo. Esas apariciones hielan la sangre con sólo mirarlas.
Sorteándolas llegamos hasta la entrada…cuentan que allí moran elfos oscuros y mostré mi negativa a seguir. Me miró de una forma peculiar, en su rostro se reflejaba verdadera locura y de esta guisa me confirmó que no eran drows, allí estaban los dominios de Shar. En rotundo me negué a bajar y así se lo dije. Desde lo de Valts y sabiendo lo que puede hacer un Sharita, no iba a entrar en sus dominios nunca, no con alguien que no me daba confianza ciega, mis miedos aun están ahí, mis miedos no se van…
Aún están ahí mis traumas, lo supe cuando pregunté por aquella torre cerrada en el bosque. Unos decían que pertenecía a un mago, otros que era una cripta pero nadie saciaba mi curiosidad. Sea como fuere y tras coincidir con Mía y Shouzen allí en la villa, comenzó de nuevo un rifi- rafe con Mía. No soporto muchas de sus actitudes, odio que me presente como una de “sus” chicas y más aun odio que parezca que estamos en un mercado de carne. Me mantengo prudentemente lejos porque sé que no voy a morderme la lengua mucho tiempo más. Sigamos con lo que nos ocupa…
Mía quiso de nuevo embarcarse en una aventura, no me apetecía en absoluto ir puesto que acababa de regresar de un largo camino, además su aventura era a una cripta, a unas alcantarillas o a cualquier otro aberrante y pestilente lugar. ¡Por los dioses que estoy harta de que vayan en busca de peligros reales! Somos trovadores, nos encargamos de narrar hazañas generalmente de otros, y de ensalzar a las tropas con nuestra voz pero yo, no soy una loca que vaya a poner su vida y su no- vida en riesgo adentrándome en un mausoleo, no después de lo sucedido con Syra, no después de mi tormento en la cripta de la villa con ese esqueleto, y esa especie de liche extraño.
Así pues, Mía volvía a cizañarnos con nuestra falta de espíritu aventurero. Allá ella…
La verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicidad.
Re: Retales
ohh jeje, gracias por incluir a mi socio/psicopatita loviatarita en un relato. Muy buenos los retales por cierto



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Re: Retales
http://www.youtube.com/watch?v=RIHGam5daRY
Retales (XI)
… Y sigo haciendo amigos, en esta ocasión un bárbaro inculto y basto como él solo.
Desde que los bárbaros montaron ese campamento he pasado junto a él sin molestar, ni siquiera con una palabra, ni siquiera con mi presencia más cercana de lo necesario, ni siquiera cuando de la mano de “Humo” llegamos hasta allí justo antes del ataque de los gigantes, en el que presté mi ayuda hasta donde mi límite supo. Esto va a cambiar, si me llamas cotorra cotorreo tendrás, si insultas mi canto mi insulto tendrás.
Así fue como a un lado del camino entre el campamento y la zona de trabajo de Pather nos reunimos casualmente Keila, Gwenn, Beli, Rael y yo. Una charla trivial hasta que comenzamos Gwenn y yo a regalarles a nuestras amigas unos sonetos sin estridencias, sólo unos versos recitados en voz suave acompañada de la persistente lluvia que nos atormenta cada día en esta zona.
Rael, ahora conozco el motivo, se acercó hasta el campamento a presentar sus “respetos”, el bárbaro al que llamaba Erik pareció molestarle su presencia, incluso la nuestra por lo que recriminó nuestro parloteo ¡llamó parloteo a mi trabajo! ¡¿Nos dijo cotorras?! ¿Acaso no estaba allí de prestado? ¿Acaso el bosque y los caminos eran suyos? Si me acusas de parlotear, parloteo tendrás. Si mi voz te molesta el doble tendrás.
Respeto a quien no le guste mi voz, respeto a quien mi canto desagrade pero no que lo insulten, eso si que no. Sí, reconozco que soy una toca-narices, pero sólo si lo mereces y por más que en un volunto tengas ganas de matarme sabré dar la vuelta a la situación, más pierdes tú, bárbaro prestado, que yo.
Sea como fuere y recordando que Malakai se acercó en varias ocasiones estando conmigo a saludarle, me dirigí al campamento. Con intención de importunar, lo reconozco, comencé a hablar. Me interesé por su causa, y como respuesta “¿Quién demonios eres tú, mujer? “ Me presenté con nombre y hasta apellido, algo que generalmente no suelo hacer y en la charla pareció que lograba sacarle de quicio, tanto que me echó de su campamento. ¿Te desagrada el caldo? Pues ahí tienes dos tazas más. Estaba consiguiendo hacer lo mismo que él bárbaro hizo conmigo, molestarle.
Giré sobre mis pasos cuando hube conseguido lo que pretendía, hice la mejor de las reverencias, la más teatral. Al bárbaro sólo le faltaba bufar cual minotauro siendo depilado. Sí, conseguí lo que quería aunque espero sinceramente que no se conozca demasiado este hecho porque podría traerme problemas. ¿Y “Humo” es amigo de ese energúmeno? Mejor no meterle, cada cual escoge a sus amistades y yo no soy quien para juzgar las de Malakai…
Una vez más he visitado el santuario druídico que Malak me mostró pero acompañando a Rael. Hemos charlado y he tomado gracias a ella una gran decisión. Despojarme entre las llamas del único recuerdo material que me quedaba guardado y olvidado, en el más recóndito lugar de mi equipaje… mi anillo de compromiso con Valts. Hasta nunca…
//Erik, lo dicho.. si me vas a lanzar el hacha a la frente por favor que quede mona... Muerta pero con glamour
.
Si queréis podéis escuchar mientras leéis, ejem..."Si molesto, me quedo"
Retales (XI)
… Y sigo haciendo amigos, en esta ocasión un bárbaro inculto y basto como él solo.
Desde que los bárbaros montaron ese campamento he pasado junto a él sin molestar, ni siquiera con una palabra, ni siquiera con mi presencia más cercana de lo necesario, ni siquiera cuando de la mano de “Humo” llegamos hasta allí justo antes del ataque de los gigantes, en el que presté mi ayuda hasta donde mi límite supo. Esto va a cambiar, si me llamas cotorra cotorreo tendrás, si insultas mi canto mi insulto tendrás.
Así fue como a un lado del camino entre el campamento y la zona de trabajo de Pather nos reunimos casualmente Keila, Gwenn, Beli, Rael y yo. Una charla trivial hasta que comenzamos Gwenn y yo a regalarles a nuestras amigas unos sonetos sin estridencias, sólo unos versos recitados en voz suave acompañada de la persistente lluvia que nos atormenta cada día en esta zona.
Rael, ahora conozco el motivo, se acercó hasta el campamento a presentar sus “respetos”, el bárbaro al que llamaba Erik pareció molestarle su presencia, incluso la nuestra por lo que recriminó nuestro parloteo ¡llamó parloteo a mi trabajo! ¡¿Nos dijo cotorras?! ¿Acaso no estaba allí de prestado? ¿Acaso el bosque y los caminos eran suyos? Si me acusas de parlotear, parloteo tendrás. Si mi voz te molesta el doble tendrás.
Respeto a quien no le guste mi voz, respeto a quien mi canto desagrade pero no que lo insulten, eso si que no. Sí, reconozco que soy una toca-narices, pero sólo si lo mereces y por más que en un volunto tengas ganas de matarme sabré dar la vuelta a la situación, más pierdes tú, bárbaro prestado, que yo.
Sea como fuere y recordando que Malakai se acercó en varias ocasiones estando conmigo a saludarle, me dirigí al campamento. Con intención de importunar, lo reconozco, comencé a hablar. Me interesé por su causa, y como respuesta “¿Quién demonios eres tú, mujer? “ Me presenté con nombre y hasta apellido, algo que generalmente no suelo hacer y en la charla pareció que lograba sacarle de quicio, tanto que me echó de su campamento. ¿Te desagrada el caldo? Pues ahí tienes dos tazas más. Estaba consiguiendo hacer lo mismo que él bárbaro hizo conmigo, molestarle.
Giré sobre mis pasos cuando hube conseguido lo que pretendía, hice la mejor de las reverencias, la más teatral. Al bárbaro sólo le faltaba bufar cual minotauro siendo depilado. Sí, conseguí lo que quería aunque espero sinceramente que no se conozca demasiado este hecho porque podría traerme problemas. ¿Y “Humo” es amigo de ese energúmeno? Mejor no meterle, cada cual escoge a sus amistades y yo no soy quien para juzgar las de Malakai…
Una vez más he visitado el santuario druídico que Malak me mostró pero acompañando a Rael. Hemos charlado y he tomado gracias a ella una gran decisión. Despojarme entre las llamas del único recuerdo material que me quedaba guardado y olvidado, en el más recóndito lugar de mi equipaje… mi anillo de compromiso con Valts. Hasta nunca…
//Erik, lo dicho.. si me vas a lanzar el hacha a la frente por favor que quede mona... Muerta pero con glamour


Si queréis podéis escuchar mientras leéis, ejem..."Si molesto, me quedo"

La verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicidad.
Re: Retales
// Jajaja, buenisima la descripcion de la situacion xDD Igual ahora ya sabes por que se comporto asi
Muy bueno el relato, segui escribiendo n.n

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Re: Retales
http://www.youtube.com/watch?v=hu_URP_Sr4A
Retales (XII)
… Y como me gusta insistir hasta quedar por encima. Evidentemente tal como prometí, el bárbaro tendría trovas y cantos hasta aburrirse, era probable que su enorme hacha viniese cortando el aire hacia mi cabeza, pero la situación no iba a quedar así o yo dejaba de llamarme Daya Lovendil y ser hija de mi padre, la sangre humana y su ardiente correr por mis venas (últimamente parezco más humana que nunca, me sorprendo a mí misma) sobresalían por encima de mi educación puramente elfica y el saber estar inculcado por mi Aya.
A propósito tomaba el camino de regreso por la zona Sur del bosque de Nevesmortas mi plan apenas comenzaba y en verdad, iba a disfrutarlo más que ninguna otra trastada que hubiese hecho.
Allí estaba el Bárbaro, sentado en el suelo frente al fuego, los moradores del campamento iban y venían en sus quehaceres sin atreverse apenas a abandonar lo que ahora tenían por hogar. Me aseguré de no pisar el terreno del campamento, me quedé en la linde junto a un árbol cuyo tronco me sirvió de asiento; no podría echarme de nuevo… estaba fuera. Miré al cielo, había amanecido ya por lo que tampoco podría acusarme de molestar el descanso de su gente. En mi cabeza rondaban formas innumerables de cómo fastidiar a un bárbaro y no morir en el intento.
Saque mi flauta, entorné los ojos y sonreí maquiavélicamente al dar con la forma adecuada con que hacerle beber todo el caldero de caldo, me reí entre dientes.
Comencé pues a tocar, era una melodía que escuché alguna vez mientras huía de mi pasado, sonaban notas evocadoras de prados y montes, de juegos y aprendizaje de los varones, de amistad y camaradería. Sí, por supuesto eso le hizo reaccionar.
No arrancó en gritos y berridos hacia mí, en su lugar su expresión se volvió triste, apagada y llena de melancolía. El resto del poblado se acercó a escuchar también, danzaron algunos como antaño lo habrían hecho en su lugar de origen.
La música prosiguió y al terminar el mismo bárbaro me invitó a sentarme junto a él, frente a la hoguera. Mi intención fue batirle y vencerle de la única forma en la que ostento poder, la música. Le había ganado y ahora estaba contenta. Si en verdad la música amansa las fieras, ésta lo hizo de buena gana.
Intercambiamos algunas palabras, él reconoció que no había actuado bien, que sus actos no le acercaban a las tradiciones de su pueblo sino al contrario, las estaba llevando al olvido con su actitud. Así se lo hicieron ver los ancianos y él, ahora, si estaba dispuesto a volver a ellas.
No sólo compartimos casi toda una noche de charla frente al fuego, sino que compartimos presentes. Le regalé mi flauta, aquella que había servido para sellar un pacto mudo entre nosotros y él me entregó una pluma de una gran ave en la cual se podían ver algunas runas, era un amuleto protector de los sueños y atrayente de la suerte.
Nos despedimos al alba, después de que incluso invitase y charlase con Keila mi compañera trovadora, fue un gran día.
Una vez más queda patente el poder de la música, el poder de la pluma y la voz es el más poderoso que los dioses nos otorgan…
//La música es de Carlos Nuñez ^^
Retales (XII)
… Y como me gusta insistir hasta quedar por encima. Evidentemente tal como prometí, el bárbaro tendría trovas y cantos hasta aburrirse, era probable que su enorme hacha viniese cortando el aire hacia mi cabeza, pero la situación no iba a quedar así o yo dejaba de llamarme Daya Lovendil y ser hija de mi padre, la sangre humana y su ardiente correr por mis venas (últimamente parezco más humana que nunca, me sorprendo a mí misma) sobresalían por encima de mi educación puramente elfica y el saber estar inculcado por mi Aya.
A propósito tomaba el camino de regreso por la zona Sur del bosque de Nevesmortas mi plan apenas comenzaba y en verdad, iba a disfrutarlo más que ninguna otra trastada que hubiese hecho.
Allí estaba el Bárbaro, sentado en el suelo frente al fuego, los moradores del campamento iban y venían en sus quehaceres sin atreverse apenas a abandonar lo que ahora tenían por hogar. Me aseguré de no pisar el terreno del campamento, me quedé en la linde junto a un árbol cuyo tronco me sirvió de asiento; no podría echarme de nuevo… estaba fuera. Miré al cielo, había amanecido ya por lo que tampoco podría acusarme de molestar el descanso de su gente. En mi cabeza rondaban formas innumerables de cómo fastidiar a un bárbaro y no morir en el intento.
Saque mi flauta, entorné los ojos y sonreí maquiavélicamente al dar con la forma adecuada con que hacerle beber todo el caldero de caldo, me reí entre dientes.
Comencé pues a tocar, era una melodía que escuché alguna vez mientras huía de mi pasado, sonaban notas evocadoras de prados y montes, de juegos y aprendizaje de los varones, de amistad y camaradería. Sí, por supuesto eso le hizo reaccionar.
No arrancó en gritos y berridos hacia mí, en su lugar su expresión se volvió triste, apagada y llena de melancolía. El resto del poblado se acercó a escuchar también, danzaron algunos como antaño lo habrían hecho en su lugar de origen.
La música prosiguió y al terminar el mismo bárbaro me invitó a sentarme junto a él, frente a la hoguera. Mi intención fue batirle y vencerle de la única forma en la que ostento poder, la música. Le había ganado y ahora estaba contenta. Si en verdad la música amansa las fieras, ésta lo hizo de buena gana.
Intercambiamos algunas palabras, él reconoció que no había actuado bien, que sus actos no le acercaban a las tradiciones de su pueblo sino al contrario, las estaba llevando al olvido con su actitud. Así se lo hicieron ver los ancianos y él, ahora, si estaba dispuesto a volver a ellas.
No sólo compartimos casi toda una noche de charla frente al fuego, sino que compartimos presentes. Le regalé mi flauta, aquella que había servido para sellar un pacto mudo entre nosotros y él me entregó una pluma de una gran ave en la cual se podían ver algunas runas, era un amuleto protector de los sueños y atrayente de la suerte.
Nos despedimos al alba, después de que incluso invitase y charlase con Keila mi compañera trovadora, fue un gran día.
Una vez más queda patente el poder de la música, el poder de la pluma y la voz es el más poderoso que los dioses nos otorgan…
//La música es de Carlos Nuñez ^^
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Re: Retales
Retales (XIII)
Entre Oasis y Dracoliches-
…Una vez más encontré a Rael entre un grupo de algunos conocidos. Ella a la que casi me atrevería a llamar amiga sabe de mis ansias por conocer, por mis ansias de volar y comerme todo el saber. Siendo así entre susurros me propuso algo que no pude rechazar, conocer el Oasis del desierto de Anarouch.
Nuestra compañía fue escasa aunque no menos valiosa. Partimos los seis Ankh, Zechs , Calendor, Yulion, Rael y yo hacia la bifurcación y de allí, atravesando uno de los peores lugares de este mundo, llegamos a las puertas del desierto. Las dunas lo cubrían todo, seres poderosos las moraban saliendo por arte de magia de la arena. Dicen y ahora puedo confirmarlo que es sumamente fácil perderse para siempre en el desierto y yo por una ley extraña, me perdí.
Avanzábamos por las arenas, con paso lento protegiéndonos del sol y del frío nocturno todos juntos, yo, al lado de Rael quien parece velar por mí más allá de su deber, cuando de repente la perdí de vista. Se había perdido y yo empecé a tener de nuevo miedo real.
Ninguna de las partidas de búsqueda daba fruto, no aparecía y bien parece que los dioses no estaban sonriéndonos porque sus salvadores se perdieron igualmente.
Quedé largo tiempo con Yulion al que desesperé con mis miedos. Pronto decidió que debíamos encontrar el oasis o nos perderíamos también nosotros.
Anduvimos entre las dunas, él delante…yo tras él cuando encontramos a la partida que fue a buscar a Rael, no habían dado con ella. Seguimos avanzando entre el mar de arena y polvo.
El desierto es caprichoso y por capricho de los dioses una nube de arena me rodeó, me perdí. Estaba sola, con mis temores, sin saber hacia donde ir cuando de repente recordé las palabras de Rael indicándome qué camino tomar. No soy fuerte, mi poder radica en las notas que como la magia fluyen de mí pero que no son nada efectivas con algunas criaturas de este mundo. Aun conservaba fuerza para entonar las notas que me permitían recitar el conjuro de ocultación y así lo hice. Caminé durante un día, quizá menos, una eternidad sin duda hasta que allí, ante mis ojos apareció el vergel.
Ella estaba allí y cuando me vio corrió a abrazarme, las dos nos fundimos en un abrazo alegrándonos de vernos con vida. Conté lo sucedido y esperamos.
Es posible que encontrasen el camino de regreso, así lo espero pero cuando Rael decidió ir en busca de nuestros acompañantes extraviados, yo, me quedé sola en el Oasis, hasta que llegó. Mi salvador, mi amigo, mi compañero, mi amante, Malakai.
Pudo encontrarme gracias a su compenetración con el mundo animal. Según me contó llevaba cinco días tratando de encontrarme, un ave le permitió conocer mi ubicación y así emprender el camino hasta donde estaba.
Llegó con una de sus más temibles apariencias pero sabía que era él. Mi fino oído me permitió escuchar gritos y lucha más allá del campamento de los nómadas y salí. Le vi frente a mí y corrí a abrazar a la figura esquelética que se acercaba. Sin duda si alguien pudo ver aquello me habría acusado de Nigromancia y trato con los muertos pero nunca he prestado atención a eso, para mí no es un peligro, es parte de él y ahora de mi. De nuevo volvimos al campamento y entre su abrazo frente a una fogata le relaté el porqué de mi estancia allí, así como algunos hechos pasados con anterioridad, éstos hicieron que de sus labios saliese una carcajada. Por fin estaba totalmente segura en aquel lugar.
Podría haber permanecido allí con él por siempre pero los dos sabíamos que debíamos volver y así pusimos rumbo a casa.
Miedo, por él y por mí, miedo por el lugar, miedo a las Umbras. Aquello estaba siendo mucho para mí por lo que la presión hizo que llegando a lugar seguro me derrumbase en un mar de lágrimas. Estaba llorando después de casi cinco años. Ahora sé que este lugar me ha devuelto de mi muerte en vida.
Volvimos ambos al lugar donde nos encontramos los dos más allá de la amistad. Fuimos uno.
Días después de camino a la Villa me encontró de nuevo mi Humo, en esta ocasión iba acompañado de alguien como él, Nelor. Alguien se había perdido en el fuerte Ghorin y había que rescatarle. Por supuesto no me negué a ir con ellos puesto que cada minuto pasado juntos es valioso para mí. Llegamos y allí estaban los pobres incautos encerrados. Era ese elfo al que llaman Aikânaro (como mi Aya) y esa chica aspirante a miembro de la Orden de caballeros. Es un misterio lo que buscaban allí pero nuestro trabajo nos costó que no volviese a adentrarse de nuevo en el lugar de donde se la había rescatado. En esas llegó, atraída por la necesidad de ayudar, Gwenn.
Todos juntos salimos de aquella cripta aberrante y en el espeso bosque cayeron dos aventureros de los que fuimos a rescatar. Decidimos llevarles a la ciudad enana de Abdar, la más cercana. Allí podrían hacer algo por ellos.
Por nuestra parte y con el deber cumplido, nos dirigimos a la posada de la ciudadela. Nos sentamos a la mesa y compartimos charlas distendidas durante horas.
Quiso la casualidad que Estela (la semidragona) y Tensei llegasen a la posada también, y al verles, Malakai se dirigió a saludarles, al cabo del rato se sentaron con nosotros.
El curioso de Tensei quiso saber como alguien como Malak estaba conmigo, no se creía una relación así supongo. Quería pruebas y saber como pasó. No iba a dar ninguna prueba palpable pero entre mi Gwenn y yo, cantamos como empezó todo para Humo y para mí.
Entre medias de nuestra distendida charla, Gwenn hizo mención al embarazo de la semidragona… y entre risas siguió la conversación, a veces yendo hacia un camino que podría terminar abrasando a más de uno.
Tensei compartió con Malak su decisión de ir a cazar al Dracoliche de Felbar y con suerte encontrar su filactelia y destruirla para siempre. Por supuesto podía contar con Humo.
Nos retiramos a descansar, Malak y yo a una de las austeras pero confortable habitación de la posada, lo que allí aconteció lo guardaré para mí y para Malakai. A la mañana salimos los dos de nuevo a reunirnos con los demás. Partimos a Felbar sin demora.
Horas más tarde llegamos hasta los pasadizos que nos llevarían hasta el lugar donde esa aberración no muerta se encontraba. Fue muy duro, fue cruenta la batalla hasta derrotar al Dracoliche. Malakai era formidablemente fuerte, Tensei era un luchador diestro, Estela… Estela era increíble y mi Gwenn estaba demostrando que manejaba el arco mágico perfectamente. Sin duda mi madre supo lo que hacía cuando la mandó en mi búsqueda. Mi amada Gwenn, que importante es que dos de los seres más valiosos para mí se lleven bien…
Yo... yo soy solo yo, producto de mis desventuras y miedos; poderosa a mi manera, valiosa por lo que soy. Otros dicen que soy valiente aunque no lo vea ¿Qué soy?
Solo Daya
//Si alguien me recuerda el nombre de los que fuimos al desierto ...

Última edición por Wantu el Lun Nov 29, 2010 2:03 pm, editado 2 veces en total.
La verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicidad.
Re: Retales
//Fuimos, Ankh, Zechs (Thorsteinn), Calendor, Yulion, Tú (Daya) y yo (Rael). ^^
Mu' buena historia, al final me engancharé a tus mini aventuras
Mu' buena historia, al final me engancharé a tus mini aventuras

Re: Retales
Desde el principio hasta el final, qué agusto me he tomado el cafelito leyéndote.
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Re: Retales
Jajaja ¿Estaba bueno el café?, pues aquí tienes para el de mañana
. ¡Muchas gracias por leer!
Retales (XIV)
Sólo para chicas-
… Y allí, estábamos las tres, solas con nuestras cosas contándonos nuestros secretos más íntimos en la habitación de la posada de la Rosa y el Martillo.
Todo empezó cuando Gwenn y yo nos fuimos a descansar y como tantas veces compartiríamos habitación, pronto comenzamos nuestra charla a solas las dos. Hablábamos de Amn, de nuestras aventuras allá en las lomas que recorrían el territorio, de los baños Esmeltarianos, de la ropa mucho más liviana y fresca que nos vestía, de las túnicas suaves para las tardes de paseo, sí, las dos extrañábamos nuestro hogar.
Quizá he sido una egoísta dejando que Gwenn corra en mi auxilio pero me arrancaría un trozo de mi alma si me dejase. Ella es diferente a mí, es fría como la raza sella en su sangre, es una elfa de Eternoska aun así la quiero como la hermana que no tuve.
Entre confesiones y risas por mi lecho surcaba una peluda y repugnante araña, lejos de gritar seguí hablando con mi amiga mientras con la diestra cogía mi bota. Las vísceras del insecto quedaron pegadas a la suela, nada quedó salvo un manchurrón, tiré la bota a un lado hasta que volviese a tener que calzarme. En esas Keila llamaba a la puerta, Rosa le había dicho que estábamos arriba, se nos unió a la charla mientras me entregaba un bonito vestido a juego con el de ellas.
Tras las pruebas decidimos entre Gwenn y yo enfrentar a Keila al peligro, sinceramente se menosprecia. Cogimos Rumbo al bosque, cerca de la cueva morada por ogros.
Tras de unos consejos nimios entramos entre la roca por la gran oquedad, la dejamos hacer, sólo intervendríamos si corría peligro.
Al terminar entre la algarabía nuestra y su risa dimos por terminada nuestra pequeña excursión aleccionadora… Sólo para chicas, las chicas somos guerreras.

Retales (XIV)
Sólo para chicas-
… Y allí, estábamos las tres, solas con nuestras cosas contándonos nuestros secretos más íntimos en la habitación de la posada de la Rosa y el Martillo.
Todo empezó cuando Gwenn y yo nos fuimos a descansar y como tantas veces compartiríamos habitación, pronto comenzamos nuestra charla a solas las dos. Hablábamos de Amn, de nuestras aventuras allá en las lomas que recorrían el territorio, de los baños Esmeltarianos, de la ropa mucho más liviana y fresca que nos vestía, de las túnicas suaves para las tardes de paseo, sí, las dos extrañábamos nuestro hogar.
Quizá he sido una egoísta dejando que Gwenn corra en mi auxilio pero me arrancaría un trozo de mi alma si me dejase. Ella es diferente a mí, es fría como la raza sella en su sangre, es una elfa de Eternoska aun así la quiero como la hermana que no tuve.
Entre confesiones y risas por mi lecho surcaba una peluda y repugnante araña, lejos de gritar seguí hablando con mi amiga mientras con la diestra cogía mi bota. Las vísceras del insecto quedaron pegadas a la suela, nada quedó salvo un manchurrón, tiré la bota a un lado hasta que volviese a tener que calzarme. En esas Keila llamaba a la puerta, Rosa le había dicho que estábamos arriba, se nos unió a la charla mientras me entregaba un bonito vestido a juego con el de ellas.
Tras las pruebas decidimos entre Gwenn y yo enfrentar a Keila al peligro, sinceramente se menosprecia. Cogimos Rumbo al bosque, cerca de la cueva morada por ogros.
Tras de unos consejos nimios entramos entre la roca por la gran oquedad, la dejamos hacer, sólo intervendríamos si corría peligro.
Al terminar entre la algarabía nuestra y su risa dimos por terminada nuestra pequeña excursión aleccionadora… Sólo para chicas, las chicas somos guerreras.
La verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicidad.
Re: Retales
Estas inspiradísima, ¡así se escribe!

PD: En realidad esa reunión en la posada no fue sólo para chicas, a no ser que un día nos llevemos una sorpresa



PD: En realidad esa reunión en la posada no fue sólo para chicas, a no ser que un día nos llevemos una sorpresa
