Re: Escarlata
Publicado: Lun Sep 20, 2010 3:36 pm
Tras horas escuchando a la mujer llamada Lamia en una casa gnoma de Sundabar, llegaron a la conclusión de que todos los hechos habían ocurrido en el Bosque Frío.
Yo, Malakai, estaba convencido de que los seres que describía Lamia eran gigantes de hielo. No era el único, una chica a mi lado pensó lo mismo, mientras que mi eterna compañera Vildiara, archidruida de los bosques, no daba respuesta concreta a todo ello.
Al salir, yo estaba decidido a ir a investigar esa cueva. Al fin de al cabo, ya habían estado allí y al menos sabían que podían afrontar el peligro. Por eso insití a Vildiara a encaminarnos hasta allí.
El viaje hasta el Bosque Frío fue muy rápido a través de las montañas Nether, tan sólo tuvimos tropiezos con algunos orcos que pudimos subsanar.
Al llegar al Valle Frío y tener una intensa lucha contra unos elementales de agua, llegamos por fin al Bosque Frío, donde los felinos de las nieves y tigres blancos nos recibieron como amigos.
Tanto Vildi como yo nos encontrabamos bien allí entre animales tan hermosos e inteligentes.
Avanzamos un poco, pero mucho antes de llegar a la cueva que era nuestro objetivo, encontramos un centinela gigante de hielo que por poco nos ve. Nos escondimos y agazapamos entre la nieve. Le dije a mi compañera que me acercaría en forma de kobold sigiloso hacia los gigantes para valorar la situación. Cuando llegué a su altura, me encontré con un panorama desolador, al menos conté 23-24 gigantes en una sola patrulla en el bosque, algo imposible de manejar para dos aventureros como nosotros. Enseguida me replegué y le conté la situación a Vildi.
-"Deberíamoz avizar a la Flezha, o algo..."
Pero ella estaba convencida de que lo importante era hablar con el caballero Khay, cosa en la que no estaba de acuerdo ya que los veo algo lentos en ponerse en marcha. Aún así, teníamos que salir de allí, y antes de pensar cómo, la druida ya había realizado un conjuro para ir al hermoso jardin del Templo de Silvanus.
Yo, Malakai, estaba convencido de que los seres que describía Lamia eran gigantes de hielo. No era el único, una chica a mi lado pensó lo mismo, mientras que mi eterna compañera Vildiara, archidruida de los bosques, no daba respuesta concreta a todo ello.
Al salir, yo estaba decidido a ir a investigar esa cueva. Al fin de al cabo, ya habían estado allí y al menos sabían que podían afrontar el peligro. Por eso insití a Vildiara a encaminarnos hasta allí.
El viaje hasta el Bosque Frío fue muy rápido a través de las montañas Nether, tan sólo tuvimos tropiezos con algunos orcos que pudimos subsanar.
Al llegar al Valle Frío y tener una intensa lucha contra unos elementales de agua, llegamos por fin al Bosque Frío, donde los felinos de las nieves y tigres blancos nos recibieron como amigos.
Tanto Vildi como yo nos encontrabamos bien allí entre animales tan hermosos e inteligentes.
Avanzamos un poco, pero mucho antes de llegar a la cueva que era nuestro objetivo, encontramos un centinela gigante de hielo que por poco nos ve. Nos escondimos y agazapamos entre la nieve. Le dije a mi compañera que me acercaría en forma de kobold sigiloso hacia los gigantes para valorar la situación. Cuando llegué a su altura, me encontré con un panorama desolador, al menos conté 23-24 gigantes en una sola patrulla en el bosque, algo imposible de manejar para dos aventureros como nosotros. Enseguida me replegué y le conté la situación a Vildi.
-"Deberíamoz avizar a la Flezha, o algo..."
Pero ella estaba convencida de que lo importante era hablar con el caballero Khay, cosa en la que no estaba de acuerdo ya que los veo algo lentos en ponerse en marcha. Aún así, teníamos que salir de allí, y antes de pensar cómo, la druida ya había realizado un conjuro para ir al hermoso jardin del Templo de Silvanus.