Retales

Los trovadores de la región narran la historia de sus héroes. (Historias escritas por los jugadores)

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Wantu
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Re: Retales

Mensaje por Wantu »

Retales (XXXVII)


-Mal genio-

De nuevo, un arranque de mal genio, de nuevo perder la compostura y de nuevo el resonar de las palabras de mi Aya regañándome.

Sé que más tarde o más temprano mi carácter me pasará factura pero como evitarlo, ¿como evitar que mi sangre humana, ardiente y corriendo por mis venas no aflore? No lo sé, pero me gustaría no ser así, echo tanto de menos a mi maternal Gwenn y sus consejos que a veces creo que me pierdo en mi propio mundo. A esto, debo sumar la ausencia de mi mitad; por más que quise no llegar a esto no he podido evitarlo y extraño ,como nunca extrañé a nadie, a Humo y la paz tranquila que me aporta.

Humo me pidió olvidar, pero no puedo hacerlo porque el miedo me invade el alma. Todos dicen que dentro de mí hay alguien valeroso, yo no encuentro ese alguien en los momentos en que realmente necesito encontrarlo.

Hace unas deckanas la Villa sufrió una incursión drow, yo no me hallaba en Nevesmortas y realmente pensé que había superado el terror vivido en los dominios de los elfos oscuros, me equivoqué.

Todo se sucedió como suceden las cosas, de improviso.

Allí estaba yo, sorteando los charcos que se forman en el interior de la Villa y ahí estaba el bárbaro de nombre Ardeil, junto a Keila y Beli. Como es característico en mi y como sucedió antes con Yaroth e Izhân una lluvia de puyas iban y venían entre nosotros. Me divierten estas situaciones pero nunca sé el alcance que pueden tener y a lo que pueden llevar. En esta ocasión, me llevaron a una lección que me hizo sentir la mayor de las vergüenzas, mi Aya estaría satisfecha por la lección que me dieron.

Es cierto, que como en otras ocasiones, saqué de quicio a los bárbaros, Ardeil no iba a ser menos que Erik o el mismo Tau…
Poco a poco, las bromas se hicieron más hirientes hasta que el bárbaro tocó lo que nunca consiento que toquen, La música. Que le guste o no es secundario y eso siempre lo he admitido pero no el menosprecio hacia lo que se hacer.

Al definirme como cantamañanas salté como saltaría una gota de agua que cae al fuego. Advertí que pisaba terreno pantanoso pero de igual forma el bárbaro siguió. A estas alturas yo debería conocer como son, no se rigen por los mismos valores que yo, ni conocen lo mismo que conozco yo pero aun así, no medí lo que hacía.

Mi genio, siempre mi genio y sin Gwenn ni Malakai cerca para calmarlo exploté. Deseo que Malakai regrese pronto porque me estoy volviendo loca sin él.

No hice otra cosa que agarrar una piedra del camino, había pensado en asustarle con un flechazo pero afortunadamente no lo hice. Lo habría lamentado durante el resto de mis días. La piedra voló certera a la cabeza del bárbaro, una brecha se abrió en su frente, sangraba y ante la estupefacción y enfado siguió con su retahíla. Yo ya estaba desatada, si no callaba yo no pararía. No lo hizo, sin embargo salió a las afueras mascullando algún improperio. Por supuesto le seguí sin medir las posibles consecuencias.

Keila me llamaba loca, trataba de sujetarme tirando de mi capa, pero sin conseguir pararme.

Llamé la atención del bárbaro de nuevo, y le escupí el porqué de mi reacción, que me insultase a mí, no me causaba estragos pero no iba a consentir un insulto a lo que yo hacía. Ahora, Ardeil dominaba la situación claramente. Aegón y Keila que contemplaban la escena acabaron por intervenir. Entonces me di cuenta de que una vez más el genio me había podido y me había hecho perder la compostura.
El bárbaro giró sobre sus pasos cuando preguntó si me había desahogado ya, aquella situación era absurda, tengo la inteligencia y sabiduría suficientes como para saber donde está mi sitio sin salirme de él, pero mi maldito mal carácter me lleva a perder los papeles.

Me tranquilicé al fin, el bárbaro y Aegón marcharon justo cuando salía de la ciudad Eves. Keila le habló del ataque drow, yo sentía apenas unas palpitaciones cada vez que escuchaba la palabra drow, pero las superaba. No fue así cuando Eves nombró a Loth.

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Todo empezó a darme vueltas, un miedo atroz se estaba apoderando de mí... estaba perdiéndome en el camino del terror. Comencé a temblar mientras traspasaba los portones de la Villa. No sé explicar la sensación que me inundó, pero todo lo que viví en aquel maldito lugar volvió mientras yo caminaba vagando sin saber donde ir. Estaba realmente mal, pálida, mareada, asustada, con el corazón palpitando desbocado. Me dirigí al último rincón apartado de la Villa y allí me acurruqué en un rincón, muerta de miedo, delirando entre susurros, llorando amargamente por estar sola.

No ví a nadie seguirme, pero allí apareció el bárbaro. Me vio en aquél estado, y dado mi arranque de hacia unas horas, le chocó. Yo ni le reconocí, estaba demasiado nublada susurrando cosas incongruentes. Ardeil parece ser un ser noble, porque a pesar de mi ataque quedó allí conmigo, intentando dar a mi alma el valor que en ese instante yo no encontraba. Sus palabras me fueron tranquilizando, poco a poco pude reconocerle y sentir la mayor de las vergüenzas. A pesar de mi trato hacia él, su ayuda sin rencor era dada sin condiciones. Sin duda estaba recibiendo una lección que no olvidaré.

Me habló de mi valor, comparte con los demás la teoría sobre mi corazón valiente, dijo que el animal que llevo dentro es valeroso (no entiendo en demasía a los bárbaros).

No sabía que decir, tan sólo una pregunta -¿No me odias?-No entendía en ese momento que no me tuviese ningún rencor. Ahora no me hablaba como el joven bárbaro que era sino como alguien sabio. Arrancó el amuleto de ámbar de su cuello poniéndolo en mi mano. Era su amuleto, y me lo entregaba a mí. Esto hizo que de nuevo sintiese una lección de actitud digna de Gwenn o de mi Aya.

Lo colgué de mi cuello pero no sin antes darle algo que significó mucho para mí y que ahora quería que portase él. Desenganché del interior de mi capa el amuleto que me regaló Erik, no lamenté desprenderme de él porque lo hacía de corazón y a alguien sin maldad alguna, alguien como él, uno de su raza, alguien que era digno de portar el amuleto protector de los sueños y estaba segura de que Erik lo aprobaría allá donde estuviese. Ardeil lo asió a su cuello y me tendió la mano para levantarme de mi escondite.

Una mano amiga, inesperada, aleccionadora y que jamás podré olvidar.



La verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicidad.
Wantu
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Re: Retales

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http://www.youtube.com/watch?v=6TNgA1Jb_C0



Retales (XXXVIII)

-Porque la ausencia me quema-


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… ¿Cuánto había pasado? ¿Cuánto hace que marcharon? Mucho sin duda. Me había sentido guardada siempre, primero por mi querida Aya, a la que extrañaba tanto como extrañaba mi hogar, sí, Amn. Cada vez que salía al exterior y veía llover, nevar y ventiscar se me clavaba una pequeña espina en mi corazón, a eso se añadían los problemas, los ataques y todo el torbellino de sucesos propios de una tierra dura, muy dura. Nunca antes y a pesar de mis constantes viajes por Esmeltarán, la Ciudad de la Moneda, Crimor, AguasProfundas sentí tal morriña de mi lugar.

Han pasado cinco largos años desde que llegué a la Marca, he conseguido metas, he olvidado las funestas palabras de Valts, he olvidado el miedo que me calaba los huesos en los caminos desde el sur hasta este gélido norte, he compuesto, me he superado pero sin embargo cada vez con más frecuencia miro hacia atrás, imaginándome de nuevo en las playas cercanas a la costa norte de Atkclata.

Gwenn, hacía tiempo que la notaba ausente, suspirando su seriedad por los rincones, extrañando su hogar tanto como yo el mío pero sin embargo me acompañó a pesar de ella. Ahora no estaba; Rosa me había dado una nota suya donde me contaba su ausencia. Sin remedio, las lágrimas me salían a borbotones, ahogándome. Mi hermana, mi Gwenn, dejaría de estar por un tiempo. Escuché un chasquido en mi corazón pero aguanté escondiendo mi pena en mi aposento. Se marchó casi a la par que Humo. Ahora tendría que valerme sola, sin los consejos de los dos seres que más amaba aparte de mis padres y mi Aya.

Malakai, Humo, amor…cada día al despertar en la posada de Rosa miro el camino por la ventana, espero ver tu figura caminando hacía la plaza, con tus cabellos descansando sobre los hombros, fuerte como eres tú, sonriéndome como sólo tú sabes hacerlo esperando que te narre de forma atropellada y difícil de entender cualquier cosa que me he haya sucedido, pero al parpadear solo veo a Clari con su negro paraguas, a Dick con su eterna amante, la botella. A Frido… a los guardias…pero no a quien quiero ver llegar.

Extraño verles, extraño su olor pero sé que volverán. Os espero, sentada en el alfeizar de la ventana dibujando notas en los cristales empañados, cantando melodías y surcando el arco iris con el recuerdo.
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JRJ

Re: Retales

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:cry: :cry: ¡Qué bonito! :cry: :cry:
Wantu
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Re: Retales

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Retales (IXL)


*Y llegó el día en que debía compartir la maestría, debía mostrar a otros lo que desde siempre decidió ser. Una nota en mitad de un pentagrama. Un instante bajo la copa de un gran árbol*


Haz que tus dedos se deslicen

Como caricias dulces,

Haz que acaricien despacio

Haz que acaricien lento

Haz que arranque de sus cuerdas

Un suspiro.


En caricias sus notas

En tu garganta su forma

En el aire melodías

que dibujas sobre el Arpa.


Te muestro el camino

Te muestro el mapa

Ahora has aprendido

Como hacer sonar tu Arpa.

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*Y fue así, que Daya enseñó a quien quiso aprender. Dell*


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Wantu
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Re: Retales

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Retales (XL)


http://www.youtube.com/watch?v=SWfUmcBgOm8


-Un día cualquiera con el viento a favor-


….Sí, era como un día cualquiera. Nublado, lluvioso, nevado…frío, seguía la tónica climática de siempre. Cuando no llueve es porque nieva y cuando no nieva es porque va a llover, es tan simple como eso. Sinceramente prefiero la nieve a la lluvia, pero a fin de cuentas ¿Qué más da si no termino de acostumbrarme? . De mal talante al despertar, me vestí con la ropa de lana y piel gruesa, en esta ocasión elegí la de color negro, calcé las botas rojas, comprobé el carcaj y colgué el arco a la espalda, un arma manejable y el pequeño escudete se unieron al conjunto.

No iba a parar para desayunar, le di la llave a Rosa dándole el encargo de decir a mis conocidos hacia donde me dirigía. En el mostrador compré raciones de viaje y eché a andar hacia la zona norte.

Caminaba sorteando los charcos que se habían formado durante la noche por la plaza y el camino hacia las puertas, allí estaban ya los de siempre. Dick y su amante, la botella. Clarie pidiendo ayuda para limpiar su casa de roedores, Frido corriendo de aquí para allá , de cuando en cuando molestaba a la pequeña que deambula jugando por la plaza tirándole del pelo. Nada nuevo.

Por una vez, está bien que todo sea tedioso, últimamente además de la incursión drow, hemos sufrido un ataque orco, envenenado nuestras aguas… bueno, nadie podrá decir que en Nevesmortas jamás ocurre nada.

Por mi parte, he decidido no lamentarme más, ni por lo sucedido hace meses en la infraoscuridad, ni por el cuando regresarán. Lo harán cuando lo hagan, les llevo conmigo pero no puedo dejar que la apatía se adueñe de mí, si esto sucede estaré perdida.

Con el viento moviendo mis cabellos, enmarañándolos y poniéndome las mejillas rojas por el frío, crucé el puente de madera sobre el Lanzagélida. Allí paré un instante, el justo para abrigarme con una capa de piel de oso con capucha, seguí avanzando por los caminos, seguí alejándome de la Villa y sorprendentemente la sensación de encierro se había ido. Como pasó cuando me fui de Esmeltarán, tuve una mezcla de sensaciones, y esta vez no fue menos aunque era cierto que yo iba a regresar a la Villa en una deckana, tal vez dos.

Me desvié una vez más hasta la casa de Humo, seguía sin regresar pero aun así dejé una nota bajo la puerta, me las ingenié para dejar comida a Bola de Pelo, aunque estaba segura de que el tejón que guardaba la casa, tenía mil maneras de salir de ella para cualquier cosa que se le antojase. En mi nota, le dije a Malak hacia donde iba, le escribí unas palabras íntimas y doblé la nota para pasarla bajo la puerta. Ya estaba lista.


Ante mí, se abría Sundabar, pero esta vez no crucé su puente. Tomé el camino hacia la derecha, avancé despacio y cauta. No era la primera vez que iba por allí, puesto que me había adentrado algunas veces hasta la mismísima Felbar pero de nuevo, tomé decisiones diferentes, ni Sundabar, ni Felbar. Seguiría porque estaba convencida de lo que quería demostrarme.

Crucé las primeras colinas, la verdad es que a pesar de lo inclemente, estas tierras son hermosas, no tienen nada que ver con la ciudad esplendor que es Aguas, ni con la bulliciosa y febril Atkclata, ni siquiera con Esmeltarán pero están haciéndome componer letras y melodías, me traen la inspiración. Así pues, con mi avance entre las colinas pude ver un nutrido grupo de osos lechuza. No tenía idea de cómo proseguir, sabía con certeza que eran un enemigo invencible para mi, al menos todos juntos sería imposible y moriría desmembrada por ellos. Tymora quiso que dos se alejasen, lo suficiente para poder hacerles frente. Primero uno, después el otro. Estaba exhausta, me dolía mucho la mano por la fuerza al golpearles pero sin embargo me sonreía a mí misma, orgullosa por haberles hecho frente. Tenía que moverme rápido, se escucharon los rugidos de los demás osos lechuza, avanzaban atraídos seguramente por el olor de la sangre. Fue entonces cuando lo vi claro. Entoné una suave melodía, y la magia hizo su aparición, a medida que las notas volaban hacia el aire, mi cuerpo se desvanecía a la vista. Si los dioses querían, pasaría desapercibida de los osos, el aire iba en dirección contraria y no tendrían facilidad para rastrearme. Lo conseguí, pero las cosas no iban a ser tan fáciles.

Estaba tomando ya el camino a la Perla del Norte, sí, iba a ir por el paso hacia Argluna.

Recordaba el sendero con claridad, aunque hacía años que lo había tomado, era de los pocos que se habían logrado grabar en mi mente a la primera. Tal vez fuese porque mi curiosidad se despertó en aquel lugar, fue el primer día que vi a Malakai en la forma Kobold, y como digo, quizá ese fue el detonante para que yo imprimiese el recuerdo del camino en mi memoria.

Pero antes de tomar el paso entre las montañas, atisbé algo a lo que no me atreví a hacer frente. Mucho tiempo atrás Merlinius nos había dicho a Gwenn y a mí, lo terribles que podían llegar a ser los elementales ancianos de agua, y allí, delante mía no había uno no… había la convención de elementales de agua del año. Dioses, me imaginé por un instante entre brazos y brazos de agua, luchando por salir y no poder. Con esta visión tan grata, nótese la ironía, di unos pasos atrás, volví a concentrarme y susurrando mejoré mi canto de ocultación, ahora sólo quedaba pasar aprisa sin acercarme mucho a ellos. Lo conseguí una vez más.

Ante mis ojos apareció el paso. Estaba nevando y las montañas se cubrían del blanco manto caído de los cielos. Maravillada ante cada cosa corriente, miré hacia arriba unos instantes. No tuve mucho tiempo para admirar las montañas, el suelo comenzaba a temblar bajo mis pies, piedrecillas caían montaña abajo, los gigantes que poblaban la zona, estaban ya cerca, sin duda arrancando rocas con las que combatir a los intrusos.

Me aseguré bien, hice lo que debía hacer, de forma metódica, todo mi poder canalizado hacia mi voz, canté una y otra vez mientras conseguía moverme entre ellos, golpeé incesante los tobillos, las rodillas y todo lo que podría hacerles caer y no poder levantarse. Sí, conseguí inutilizar a muchos de ellos, a través del paso. A medida que iba avanzando entre las montañas, sorteando gigantes y sus piedras cayendo, la adrenalina fluía en mi sangre. Me sentía muy viva, por unas horas logré centrar mis pensamientos en el momento que estaba viviendo y no, en los días con Humo a mi lado. Le amaba, le extrañaba mucho sí, pero estaba dejando que mis sentimientos me derrotasen y afortunadamente, pude darme cuenta y actuar. Este camino hacia Argluna, estaba convertido ya en un bálsamo para mí. Fueron jornadas intensas, sentía tanto dolor e hinchazón en las manos que varias veces tuve que hacer uso de alguna poción calmante, sin embargo estaba contenta. Descansaba acurrucada en cualquier lugar entre las rocas, continuaba, y volvía a descansar, así crucé las montañas por el paso, así comencé a ver al salir de los picos, a la perla norteña.

Avanzaba por el valle, bajaba y subía pequeñas colinas hasta que apareció.

Ante mis ojos se veía ya Argluna, la puerta de Sundabar, flanqueada por los guardianes, el myrthal haciendo su labor y yo cruzando sus puertas.

Había logrado lo que quería, había conseguido lo que meses antes no me creí capaz, volvía a ser yo, volvía a ser Daya con los vientos a favor…

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Re: Retales

Mensaje por Wantu »

Retales (XLI)


-Bosque Frío-

…Allí estábamos, en la zona norte de la Villa, en mitad de un montón de diálogos cruzados, los que me gustan sin duda, unos querían ir hacia hacía Sundabar, otros se liaban en algunas indicaciones acerca del mastodonte estruja cuerpos al saludar (Mok) y otros nos hallábamos entremedias escuchando y decidiendo a quién acompañar.

Llegaba desde el Norte, unos trasgos me salieron al paso y desde luego no fue difícil acabar con el grupo pero a lo lejos apareció. Mok se llama, es un semiorco que de cuando en cuando se deja ver por la zona y para mi desgracia siempre me ve. En esta ocasión no fue menos, nada grave pensé, mientras movía mis dedos para saludarle resignada, pero no… no se conformó con eso. En su lugar dio varias zancadas dirigiéndose a mí cual buey desbocado. ¡Vaya forma de saludar! Juro por las mejillas sonrosadas de Sune que escuché como me crujían las costillas. Abrió sus enormes brazos y me espachurró entre ellos diciendo con ese vozarrón ¡Yo saludar!..Dioses, ¿porqué siempre me toca a mí? ; Afortunadamente se fue tras eso y yo aproveché para ir ligerita hacia donde hubiese más gente. Quizá así, si me volvía a encontrar distrajese su atención saludando a otros.

Cerca de los muros de Nevesmortas, estaba el campamento que improvisa Ardeil, el joven bárbaro norteño, le acompañaba Lyn, Alba, Beli, un tal Anager, el mago extraño Heathclif y Alassänte, la elfa que le acompaña casi siempre.

Estaban sumidos en sus decisiones, yo y sin que sirva de precedente no estaba interesada en sus conversaciones pero Alba se empeñó una vez más en que tenía que acompañarles. No me iba a oponer de no ser por la repentina aparición del estruja-costillas de Mok. Tenía toda la pinta de acompañarnos así que solté una excusa burda para largarme, aunque no parecía que fuese a funcionar.

Tymora quiso que apareciese el amigo de Beli, Zak. Éste quería viajar hacia el bosque frío y Beli iría con él. Vi los cielos abrirse cuando Beli dijo que si iba con ellos.
¿Por un lado Mok y por otro el Bosque frío? Sin dudar me decanté por el menos peligroso para mi integridad, el bosque.

Viajamos en caravana hasta las cercanías de Abdar. Desde allí tomamos el sendero que se acerca al bosque helado. Zak, daba algunas instrucciones, las seguiríamos claro y mientras las daba, charlábamos acerca de cosas triviales. Fue así como descubrí que algo le sucede a su brazo, no sé que es pero lo sabré, supe que es un maestro en las armas o al menos dice que conoce su manejo. Esto es lo que ando buscando, alguien que me muestre los entresijos del estoque. Estoy más que decidida a hacer mi “ópera prima” una danza marcial con dos estoques, pero para eso, debo hacer que sean parte de mí.

Era una zona curiosa, había restos de caravanas asaltadas y restos de construcciones así como perros bípedos con gran maestría en el arco, algunos animales, mágicos sin duda. Los tigres desprendían un aliento desgarrador, se sucumbía fácilmente si te encontrabas dentro de su aura de efecto. Yo, me mantuve alejada y tal como pidió Zak, le dejé hacer. Beli hizo lo mismo ya que no eran susceptibles de empalizarles. Las colinas heladas se sucedían, así como se sucedían los resbalones. Comencé yo, resbalando colina abajo dándome un doloroso golpe en el trasero, el muy cretino se atrevió a reirse haciendo un comentario sin hacerlo “Haría un comentario acerca del estado de tu trasero, pero me lo callaré” Si las miradas congelasen, le habría congelado con la mía. No obstante no lo hice para mi mayor disfrute. Los dioses son como son, y quisieron que en la colina siguiente el que aterrizase en el hielo fuese su trasero, evidentemente hice el mismo comentario malicioso que me hizo. Donde las dan, las toman.

Proseguimos nuestro camino, ya nos habíamos lanzado varios puñales entre sonrisillas maliciosas y ahora tocaba hacer lo que nos trajo al bosque. Zak pretendía batirse con uno de los bárbaros de Uthgard, no tuvo demasiada suerte así que nos pidió que regresásemos. Abrí uno de os portales mágicos que compré y cruzamos Beli y yo, él quedó buscando su ansiado duelo de honor.




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Re: Retales

Mensaje por Wantu »

Retales (XLII)



-Thanderil-

… Y ahora era mío. Hasta el momento, había estado usando el arco que Gwenn hizo para mí, pero sin duda el uso estaba haciendo mella en su madera, las manos de Gwenn lo habrían podido arreglar pero no estaba. Hacía ya mucho tiempo que había encargado uno a los miembros de la Flecha, dicen y sé de mano de Malakai que son excelentes artesanos, y no hay nadie en quién confíe tanto como en Humo. Pero el problema es que mi petición se veía relegada seguramente por otros encargos anteriores y ya me había decidido a no esperar más. He pasado más de lo que debiera esperando.

Pedí permiso al escriba de la plaza para poner un anuncio con mi demanda y desde luego no tardó mucho en obtener respuesta.

Hidan, sí… es el mismo elfo que enseñó a Gwenn, me preguntó acerca de mi anuncio y le respondí sobre lo que quería adquirir; su respuesta me dejó algo descolocada pero entendiéndola no pude más que asentir. Quiso saber para qué necesitaba un arco de ese calibre, él llamaba al arco por su nombre, Thanderil, con él mantenía conversaciones enteras puesto que como me dijo, había sido no sólo su compañero sino su amigo. Es difícil entender esto si no se hace algo parecido. Yo, desde siempre siento un especial apego por mi antigua flauta travesera, la llamo Música en la intimidad de mi refugio, y por supuesto comprendí el sentimiento de Hidan.

El elfo, se contentó cuando le afirmé que el arco conservaría, con su permiso, el nombre que le dio, y que trataría a su compañero como si fuese una de mis canciones. Después de mi afirmación, convino en probar mi destreza con el arco.

No soy arquera, pero por mis venas corre la sangre de los grandes arqueros elfos, vengo de una tradición sólo rota por mi madre, todos mis ancestros maternos han sido Arqueros mágicos. Sí, pocos conocen este secreto y quizá yo misma lo desconocería si no hubiese escuchado una conversación entre mi madre y mi Aya.

Mi madre, había sido instruida como antes lo fueron otras, pero sentía el apego al arte y éste se fue arraigando tanto en ella que la hizo escapar al mundo exterior, olvidando lo que hasta entonces fue su mundo, abriéndose a lo que en verdad deseaba, la música.

Mi demostración fue simple, así firme el arco, mantuve recta la espalda y fijé un objetivo, una vez hecho esto con la diestra tomé del lateral de mi bota dos flechas y con ellas entre los dedos inspiré antes de cargar el arco. Solté el aire mientras la flecha se encaminaba rompiendo el aire hacia el objetivo.

Thanderil es un magnifico arco, y así se lo hice saber a Hidan. Éste, quiso una vez más portarlo, disparar con él. Lo hizo y sólo entonces, hablé del valor de tal arco.

No tenía valor económico que yo pudiese pagar, sin embargo para Hidan era más importante el hecho de poseer una nueva amistad, el hecho de que tratasen a Thanderil como él lo había hecho. Me regalaba algo grande a cambio de algo igualmente grande. Sin duda, en esta tierra aun quedan gentes como Hidan, yo no soy así pero mantengo mi palabra y si ofrezco una mano amiga, será para siempre. Quiso despedirse del compañero, lo hizo alejado de mí, junto al agua , cuando regresó a ponerlo en mis manos, las lágrimas que luchaba por no dejar escapar, ya le recorrían las mejillas.

No dije nada, no quise tampoco.
Ahora me acompaña a mí, como antes le acompañó a él



//Seguro, segurísimo que falla alguna letra del nombre del arco (asco de memoria). Gracias por el ratín de rol Kmos :P
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Kmos

Re: Retales

Mensaje por Kmos »

No, el nombre esta correcto, Thanderil :)

me a gustado mucho el relato, y mas aun el roleo de ayer contigo ^^

un saludo!
Wantu
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Re: Retales

Mensaje por Wantu »

Retales (XLIII)


La entrevista


La mañana es fría, lluviosa y sólo se escucha el jaleo de los habitantes de la Villa comenzando a despertar, es una más de las innumerables mañanas en que yo, Daya, salgo temprano, pero parece que no soy la única que elige los albores del alba para salir.

Allí estaba la extraña pareja, el arcano y la solar. Todo apunta a que su enlace será en breves, desde aquí mis felicitaciones.

Seguramente era el momento adecuado y no entre los nervios de la cerrada Orden de caballeros, en pocos minutos iba a comenzar una larga charla, amigable, no exenta de complicidad entre la solar y esta cronista que escribe, en verdad hay cosas que unen tanto como marcan y por supuesto hechos pasados han forjado cierto nivel de afinidad entre la solar y yo.

La cita era en la habitación que la pareja compartía en la posada de Rosa, sin duda era la habitación desordenada de un arcano, a esto se añade la ingente cantidad de plumas y plumón que se esparce por la habitación y cuyo dueño es sin duda el cuervo desgarbado que se esconde bajo la cama y que hace las delicias de Heathclif mientras su compañera Alassänte se esfuerza por enseñar al pájaro a comportarse, a veces la situación tiende a ser drástica por lo que el arcano estirado debe cubrir su cabeza con una pamela de la elfa. Gozan de ese punto de tira y afloja que sólo se da en ciertas uniones. Amor mezclado con grandes dosis de humor y porqué no decirlo…mala uva.

La entrevista transcurrió entre miradas asesinas del mago al pájaro… revoloteos del pájaro soltando plumas y de la solar esforzándose por mejorar algún detalle. Doy fe de que el arcano llorará como una plañidera el día que emprenda el vuelo el cuervo o Kwalu, como le llaman

Como me dijo Alass, es una elfa del bosque, criada en el bosque pero a la que advirtieron sus mayores del problema que suponía el oro.

Sí, todo dio comienzo por una bolsa de monedas. Aunque ella no lo estimase así, el arcano y ella misma tenían necesidad de contar con oro, así que emprendieron junto a otros dos aventureros el camino a buscarlo.


-Pero caí. Así que el señor Heathclif acudió a una entrevista cerca de Sutchard mientras que Eliandre, Eowaran y yo le escoltábamos ocultos, por si las cosas se complicaban, y las cosas se complicaron…vaya si se complicaron.-

La solar estaba apesadumbrada aun, habían transcurrido tiempo pero experiencias de ese calibre no se olvidan mientras se vive, puedo aseverarlo.
-Un fuerte golpe en la cabeza, cuando desperté me encontraba desnuda, herida y sintiéndome observada en aquella jaula sintiendo sobre mi pile el brillo de esos ojos rojos…

A día de hoy, Daya, no entiendo como pudieron dejarme con vida. Soy representante de aquello que más odian aunque bueno… sí se porqué lo hicieron. Era una llave, una llave que abría camino hacia el señor Heathclif.-


*Aquí y por prudencia la trovadora decide dejar de escribir. No es conveniente que algunos hechos estén en conocimiento de cierto sector de la población, no sería bueno para nadie y por supuesto no sería bueno para Daya y lo que ansía por eso guardará silencio, por eso dejará que sean otros y no ella los que den a conocer algunos detalles*


-Continuad, Alassänte, continuad-

-Contra todo pronóstico conseguimos salir ilesos de allí, portando con nosotros información de interés, de mucho interés para la superficie. No obstante y aun siendo criaturas crueles, nos procuraron un trato liviano. Respecto al ataque a la villa no fue más que una simple maniobra de búsqueda de provisiones arcanas- *De nuevo, los detalles más cruentos son reservados a la escritura*

-Por esto, insistíamos en prestar declaración ante la guardia. Imaginadlas consecuencias de haber administrado mal esta información públicamente-
-En efecto, podría casi afirmar que vuestros cuerpos estarían colgando de una soga, víctimas de algún linchamiento-

Entre las horas de charla se fueron haciendo comentarios acerca de algunas cosas, pidiéndose otras y cediendo a veces

-H: Quisiera pediros que desde vuestra posición recordéis a la población la advertencia hecha hace tiempo, cualquiera que entre al pozo será aniquilado si es capturado-

-Por añadidura, además, los bosques se han vuelto peligrosos. Hace unas lunas seguimos el rastro que nos condujo hasta el bosque de Nevesmortas, habían llegado a las puertas de la villa como quien dice, nos han estado vigilando. Han tomado más de diez reses de Pather y sospechamos que están mandando patrullas a la superficie, con hembras.

Entre tanto encontramos un altar en el bosque en honor a su diosa, en un extremo del bosque había restos de carne, cráneos y los restos eran igualmente de elfos, humanos, enanos, niños, ancianos… corrimos a dar aviso a la guardia insistiendo en que se redoblase la vigilancia incluso instaurar en la villa toque de guardia, sé que la tribu del Pájaro de Fuego ha iniciado una cacería…

-H: Sea como fuere, yo caminé por sus calles –

-No tienen tantos, pero como digo suben a la superficie porque tienen hambre y temen a la muerte, como todos. Pero su naturaleza sigue siendo cruel. De esto hace meses pero es posible que no hayan encontrado solución a su problema.-
-H: Era una ciudad con muchísimos recursos no sólo económicos sino también mágicos-
-Yo redoblaría la vigilancia y bloquearía cualquier acceso a ese lugar, que se pudran en sui agujero.-
-H: He estado pensando en eso ya y se ha contemplado la creación de una milicia arcana y por supuesto, tengo algunos datos sobre el problema que acucia a los oscuros y les hace tener pavor-

*Tras unas últimas conclusiones dando cada uno su punto de vista a la situación, entrevistados y entrevistadora, siguieron con una charla distendida a veces la cronista observaba a la pareja, su complicidad y sobre todo conocedora de cosas que no se dicen para que las escuchen otros, tan solo se dejan escapar para el que se ama

Bajo la crónica-entrevista la firma de la trovadora.

Daya Lovendil*








//Uff, siento la tardanza y siento el haber recortado tanto pero es que transcribir 11 páginas más chorrocientas screnn me parecía de tortura XD. Gracias por el ratillo Alass y Heath!. Después lo pondré también en las crónicas :wink:
La verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicidad.
Samsara

Re: Retales

Mensaje por Samsara »

//Siento engorrinarte el post, Daya. Pero gracias por tomarte las molestias de comprimir en unos cuántos párrafos la esencia de la escena. No era tarea sencilla y lo has hecho estupendamente :wink:

P.D.: Y gracias también por mostrarte como una periodista profesional y no desvelar los oscuros secretos de alcoba de la extraña pareja ¡Más "Hola!" y menos "Sálvame"!
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